Congelados (Anne)

Me encantaba verlo reir, me encantaba esa sonrisa, Dios, estaba completamente boba por este niño, nunca hubiera pensado que las cosas pudieran pasar asi, creía que antes era feliz pero él llegó a mi vida a completar esa felicidad, como un bonus que me habia mandado el cielo.

Reí con él, subestimaba las capacidades de mi chocolate.

-No es mi culpa que para tomarlo regularmente tengas que haber nacido con unos genes que te hagan altamente resistente al dulce y en especial al chocolate-sonreí- Además mi mama nunca supo la receta sino hasta cuando se casaron y como eso no va a pasar en un tiempo cercano...vas a quedar con la intriga niño lindo

¿Casarse? Bueno, era una posibilidad, pero como había dicho, no estaba ni cerca por tres kilómetros, sino que faltaba todavía bastante, pero estaba seguro de que no la dejaría por nada, no quería, y más allá de todo, no podría.

-Ok, tendré la paciencia necesaria para poder aguantar la intriga angelito- Sonreí. Revisé el reloj...ya habían pasado casi dos horas desde que nos despertamos.

-¿Te parece acompañarme para recoger mi Jeep y de ahí ir a tu casa?- Pregunté.

Nunca había sido el tipo de chica que soñaba con un vestido blanco y una ceremonia, y aún no lo era, me parecía que eso nunca iba a cambiar, definitivamente tenía miedo al compromiso. Hubiera preferido mil veces vivir en pecado tal como decía mi abuelo que tener que depender de un trozo de papel para saber que amaba a alguien, simplemente nunca habia creido en esa idea.

Por eso cuando me dijo que tendría paciencia solo sonreí y giré los ojos, no tenía ningún sentido hablar de ese tema a estas alturas de todas formas, después se lo diría, si llegaba el momento.

-Lo que tu digas-me estiré un poco, aún tenía los músculos agarrotados por la siesta que habiamos tomado- Tengo ganas de ver ese carro desde hace rato, aunque no sé que vamos a hacer con el auto de mi tio.

-Puedes dejarme en la agencia automotriz, me esperas en esta dirección - Saqué de mi bolsillo delantero un papel un poco arrugado- En ese lugar voy a mudarme- Añadí una sonrisa alegre.

-Cuando me den el Jeep, iré ahí y lo estaciono, y nos vamos a tu casa- Fue el mejor plan que pude trazar en estos escasos segundos. Me levanté e hice lo mismo que ella, estirarme, me sentí mucho mejor al no sentir los músculos al 100%.

Tomé el papel que me tendía y una gran sonrisa se dibujó en mi cara mientras lo leía, iba a vivir bastante cerca de mí ahora y si las cosas salían bien, siempre podría hecharles una visita a él y mi hermanito adoptivo.

-Suena bien-sonreí y lo abracé, siempre que pasabamos mucho tiempo juntos me costaba más separarme de él y de nuevo la palabra adicta tomó lugar en mis pensamientos, por lo que reí un poco antes de separarme de él y ponerme a buscar mis zapatos.

No tardé mucho en encontrar mis zapatos, era habitual que los dejara a lado del mueble para evitar pérdidas y recuperarlos hasta varios días después. Había cambiado mi ropa, pues estaba lo bastante sucia por la arena y la sal de mar, que terminaría apestando, pero era casi lo mismo, otros jeans, una playera de manga corta cualquiera y una chaqueta.

Observé que Anne aún buscaba sus cosas, sonreí al ver que no notaba que su zapato derecho estaba debajo del edredon, fácil y a menos de cinco centímetros de su poisición.

-Hey, angelito...- Dije acercándome y tomando a la vez el susodicho zapato para entregárselo-...para ser tan perspicaz, a veces eres un poco distraída- Volví a sonreír.

Comencé a revolotear por toda la habitación, a donde rayos pudo haber ido ese zapato? a ver...si yo fuera un zapato donde estaria? estaba a punto de empezar a llamar al zapato de la misma manera que se llama a un animalito cuando Ike por fin me lo pasó.

-No soy distraida...tal vez un poquito elevada-me defendí poniendo cara de inocente -además así me quieres no?- dije respondiendo a su sonrisa-algún dia vas a tener que darme la cabeza porque la olvide en tu casa.

Era una posibilidad conociendome como me conocía.

Me senté en la cama para terminar de ponerme el zapato.

-Claro que te quiero aún así- Ante el comentario de su cabeza, solo me imaginé algo- Creo que me la quedaría de no ser porque sería aterrador encontrarla por la noche- Reí ante la imagen que creé.

Al ver que estaba lista, esperé pacientemente recargado a lado de la puerta y apagando el aire acondicionado así como las luces y la televisión.

-Espero te guste viajar en un Coloso en las siguientes semanas- Jugué con las llaves de la recámara.

Solté una carcajada cuando dijo lo de quedarse con mi cabeza, tal vez a algunas personas no les gustara ese tipo de bromas pero yo tenía un humor macabro que combinaba muy bien con sus bromas.

-Eres un niño raro!!-le contesté mientras terminaba de amarrar los zapatos. Me incorporé sacudí mi cabello tratando que estuviera más despeinado-peinado que aplastado y salí con él de la habitación.

-Siii ¿prometes que me vas a dejar manejarlo?-le pedí mirandolo con cara de perrito.

-Pero YO soy tu niño raro- Repuse con una sonrisa aún más grande. Seguí jugando con las llaves hasta que estuviera lista, la miré, y me mostró su carita de perrito.

-No tienes porqué pedirmelo, simplemente lo puedes tomar cuando gustes...sería bueno que dejaras una nota o una llamada en ese caso- Terminé abrazándola.- Igual lo prometo...y debo decir que adoro esa carita que haces- Era inútil tratar de esforzarme por ignorarla, ni quería hacerlo, ni podía.

Besé su frente y abrí la puerta para salir.

(Haces tu el post en tu casa? xD)

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