Congelados (Anne)

Negué con la cabeza.
-No quiero dormir-negué aunque mi cuerpo quisiera hacer algo diferente- Comamos aqui....dije antes de cerrar los ojos de nuevo.

-¿Te acuerdas de la bella durmiente? de que solo el beso de su principe la podía desprtar?...digamos que esto es igualito-sonreí, ¿a que horas me habia acordado de ese cuento?

-Lo recuerdo perfectamente...aunque en esta versión es el chico que besa al ángel, porque un angelita es más hermosa que una simple princesa- Añadí con una gran sonrisa. Después besé profundamente sus labios, la ocasión debía aprovecharse lo mejor que pudiera, una segunda vez era una excusa pobre.

Eso era lo único que podía quitarme el sueño y darme fuerzas para levantarme de allí, sus besos eran mejores que cualquier sueño que pudiera tener mientras dormía, y todo lo que ellos provocaban en mi definitivamente eran el mejor despertador.

Me separé de él sonriente y me recosté con una mano bajo mi cabeza mirandolo.

-Ya quisiera yo despertar siempre asi-reí- creo que me gusta más este cuento.

-Blancanieves también necesita un beso para despertar...y Cenicienta sirve para ponerte los zapatos- Reí. Yo también deseaba despertar así, eso significaría que no necesitaría un aparato que me zumbara en el oído a alto volumen otra vez en mi vida. Le entregué el folleto con las comidas que brindaba el hotel para servicio de habitación.

-Yo pediré un club sandwich y un refresco- Anuncié.

-Cierto...hay un cuento para todo-sonreí, me mostró la carta del hotel, lo miré sorprendida- ¿Cuando no estas conmigo todo lo que haces es comer...esto?- más que nada habia comida chatarra, la variedad de platos a la carta era pobre, este niño se me estaba desnutriendo aqui-yo voy a comerme otro sandwich y mi tonelada de café usual-dije más alegre.

-Ni creas que voy a dejar que te sigas desnutriendo pandita-reí-tus habitos aliemnticios serán corregidos una vez tengas tu casa....-le informé

-¿Crees que me la vivo de este basural? Nah, mi pereza no cae tan bajo y tengo la decencia de irme a comer al menos una ensalada con atún en la plaza de Forks- Reí. Solo había comido aquí ahora y el primer día.

-Sí, me muero por tener mi casa, veré tus habilidades culinarias en acción- Tomé el teléfono y pedí al cocinero las órdenes, prometió traer la órden en menos de 10 minutos.

Lo miré analizando si no lo estaba diciendo para que no lo regañara más, pero no vi que me mintiera, así que no le llevé la contraria, pero si tuve que aguantar la risa y hacerme la seria cuando habló de mis habilidades culinarias.

-Pues...en realidad no prometo que no nos vamos a intoxicar, solo prometo que va a ser bueno y harto^^U

-Si haces fresas con crema, me da igual si me intoxica, es mi postre favorito- Reí. -Me gustaría continuar con el juego de las preguntas, siento que aún no te conozco del todo bien- Las cosas habían pasado demasiado rápido entre nosotros, no le tomaba importancia, pero quería saber de ella, sus disgustos, sus metas...

Reímos juntos, algo me decía que podía darle espinacas y el las comería si las preparaba yo.

Mencionó el juego que habiamos comenzado hace tanto...cuando todo el "nosotros" inició, sonreí.

-Bueno, es que nos distraimos tanto y tan fácil...-dije sonriendo y me acerqué para besarlo brevemente antes de contestar- Pero tienes razón, quiero conocerte, saber todo de tí, no quiero que nunca haya secretos entre nosotros, no importa si a veces las verdades son muy duras, ¿me lo prometes?-le pedí mientras mi mano acariciaba su mejilla, aún cerca uno del otro.

(Perdona!!! mi computadora no servía y de paso la reformatearon T-T espero no haberte hecho esperar demasiado)

-Te contaré todo lo que quieras, por más penoso o duro que sea...lo prometo- Sellé mi compromiso con ella con un beso, no fue ni apasionado ni nada de eso, prefería ser cariñoso antes de terminar en algo demasiado espontáneo. -¿Quién dispara primero?- Solté una sonrisa.

(T^T sobreviví...XDD)

Sonreí a mi vez y entrelacé nuestras manos.

-Bueno...conozco más sobre ti de oídas que de tu propia boca, así que me parece que los caballeros primero en este caso-sonreí de nuevo- Dime algo que deba saber de ti.

-Adoro los perros, aunque no parecen quererme algunos a mí- Di una fugaz mirada hacia mi mano, la cuál estaba totalmente curada.- Nací en San Diego, junto con el cabeza hueca de mi gemelo Elliot el niño inteligente y yo el...digamos "el que se esfuerza"- Reí ante los términos de la directora para evitar decir niño problema, reí al final. -Admito que no fui un gran ejemplo más que para los que querían fastidiar y hacer bromas, bueno, al final terminé pagando por ello-

No pude evitar sonreir cuando se describió en comparación a Elliot, pero la sonrisa se borró cuando dijo que había pagado por ser rebelde, nunca me habia gustado que siguiera atormentandose con cosas que ya habían quedado atrás.

-¿Crees que fuiste castigado?

-Un castigo no, solo una lección, estaba excediendome con mi actitud- Admití. -Es como una chica que conocí en la escuela, sufría de convulsiones y todo por que no se tomaba las medicinas, para ella todo era a la ligera, así que un profesor terminó por mencionarle que no es agradable para nadie ver como ella está fuera de sí, como un comentario agregó lo que sería para ella el grabarle cuando está sufriendo de una convulsión, a ver si le agradaba, desde entonces sé que nunca volvió a dejar sus pastillas- Supe todo eso por accidente, habían discutido en la habitación vecina a la mía, donde hacía un examen en solitario por faltar ese día. -Esas palabras la conmocionaron, la hicieron reflexionar, mi accidente tuvo el mismo resultado-

La historia de esa chica era impresionante, estaba de acuerdo con que algunas personas necesitaban algo que las despertara y las sacudiera para entender las cosas, pero de todas formas me dolía que él siguiera pensando y sufriendo por su pasado.

-¿En realidad...que tan "malo" eras?-pregunté mirandolo a los ojos, la verdad me parecía imposible que esos ojos no hubieran tenido ese brillo en algun momento.

No pude evitar girar la mirada hacia otro lado.

-Específicamente no era un ser malvado ni eso, pero, no evité muchas cosas que pudieron haberse detenido, entre ellas están el accidente, y la muerte de mi compañero de habitación- En esa temporada había vivido en el colegio, al igual que Elliot, para mi mala suerte, era al azar y quedé con un chico bastante tímido y antisocial- Él no era muy popular ni nada de eso, pero yo le ayudaba y él a mí, era una buena persona, hasta que supe que entró en conflictos con uno de mis "amigos" por una chica, le hicimos una "broma", al final, terminó todo de forma trágica- Estaba temblando, había veces en las que tenía pesadillas, soñando con su último gesto horrorizado. -Nadie tuvo idea de quienes fueron, la madre me había llamado, me disculpé aunque no tenía ni idea de que era a doble sentido, ella respondió con un "No te preocupes, no fue tu culpa".

Desvió su mirada y supe que lo que iba a contarme era más fuerte de lo que esperaba, y así fue, sentí como si se me encogiera el corazón cuando escuche lo que le habia sucedido a su compañero de cuarto, me quedé en shok y sin decir nada por unos segundos hasta que reaccioné y abracé a Ike, que estaba temblando, quien sabia por cuanto tiempo había tenido todo aquello guardado.

-No me importa tu pasado siempre en cuando tu presente sea conmigo.-le dije al oido.

Nunca había pasado por aquello, no podía contárselo a Elliot, pensaría de alguna forma algo peor de mí si se lo dijera. Anne me abrazó, me sentí mejor por ello, y de liberarme de aquella carga, no podría dar siquiera la cara a su madre si llegara a cruzarmela, no cuando ella confío en mí, mucho menos decírselo a la policía, los que participaron podrían darse cuenta del delator en cuestión de segundos, no pondría a nadie en peligro por una estupidez mía.

Le abracé aún más fuertes, escondiendo mi rostro en su hombro, no lloraría, mi pena era más grande que eso, pero sentía las traicioneras lágrimas acumularse.

-Pude haber detenido todo...pero en vez de eso me acobardé, y eso le costó la vida a alguien-

Lo sentía tan roto entre mis brazos que lo abracé más fuerte para mantenerlo de una pieza, ahora entendía muchas cosas, y descubrí que su dolor me dolía tambien, pude escuchar su voz quebrada al hablar.

-No..no digas eso...todos cometemos errores, no hay nada que te asegure que las cosas no hubieran terminado de la misma forma o peor si hubieras intervenido...tal vez tu tampoco estarias aqui conmigo

Me aferro más a su abrazo, me dolería pensar en que una vez acostumbrado a esto, lo perdiera todo, sentía una opresión en el pecho el visualizar en mi mente el rostro de Anne lleno de sufrimiento. Alcé mi rostro cerca del suyo, sonreí, no como me gustaba, sino de una forma un tanto triste de que me viera así.

-Muchas gracias- Le besé con profundidad, demostrando agradecimiento de alguna forma.

La idea de no tenerlo como ahora lo tenía junto a mi, como si nunca hubiera existido me dolío mucho, ahora mis ojos tambien tenian ganas de llorar, pero no lo iba a hacer...suficiente tenia él con su propio sufrimiento.

Levantamos la mirada, me sentía mejor al ver esos ojos, incluso si en este momento estaban llenos de tristeza, sentiá que mi pecho y mi corazón estaban tan llenos de el en esos momentos, que incluso su sonrisa triste me parecía lo más bello de este mundo.

Me agradeció antes de besarme de una forma que nunca lo habia hecho antes, de una forma que me hacía desear que ese momento nunca se acabara, él no tenía nada que agradecerme, su corazón era suficiente para mi.

-Puedo ser extremadamente cursi por un segundo?-le pregunté sin aliento separandome tan solo unos milimetros de el.

-Permítete lo que gustes conmigo- ¿Cuántas veces sería capaz de perderme con tanta facilidad en sus ojos? No lo sabía, tal vez nunca podría acostumbrarme, no importaba, porque me sentía seguro a su lado, confiaba en que estaría cuando lo necesitara, y afirmaba que estaría para todo momento en el que ella lo deseara.

Tomé su rostro entre mis manos y me acerqué a su oido para susurrarle lo que probablemente seria lo más tierno vergonzoso y honesto que diria en toda mi vida.

-Quiero hacerte feliz, por que esa es la única forma en que yo sería feliz; quiero sanar tu corazón y tu alma, borrar todo el dolor que llevas dentro porque ahora tu dolor se convierte en mi dolor; quiero hacerlo porque ahora significas todo para mí y porque ahora mi corazón es completamente, irrevocablemente tuyo, y es con éste que te doy todo de mí, porque es la única manera que conozco de intentar hacerte feliz.

Me abracé a su cuello y escondí el rostro entre su pecho, sintiendo su corazón. Ya no tenía miedo, ya no había marcha atrás, confiaba en él y sabía que sin importar lo que pasara estariamos juntos en las buenas y en las malas.

(OFF: y que nunca se diga que la inspiración me abandona )

(Wow wow wow, has pensado en hacerlo profesionalmente? hahaha)

Sus palabras y el sentimiento que expresaba cada una de ellas, me hizo pensar en la suerte que tenía, que no se encontraba una razón para la cual debería estar tan desdichado como hace unos cuántos segundos. La sensación de pésame que había guardado tanto tiempo dentro se iba esfumando, hasta que no quedó ni rastro de ello. Sonreí, me sentía completamente cálido y como si nada fuese capaz de perturbar este momento.

Levanté un poco su barbilla y volví a besarla.

Si, completamente adicta de sus labios, eso era una verdad que se volvía cada vez más fuerte con cada beso que me daba. Era demasiado fácil dejarme llevar y besarlo hasta que el tiempo se esfumaba sin que lo supieramos.

La puerta sonó y me escurrí de entre sus brazos mientras exclamaba

-Yei!! comida!!

Me apresuré a abrir y tomé el carrito sin pensarlo sonriendole al chico que la trajo, ja, no tenía un centavo, mi buen humor era lo unico que le podía dar de propina. Llevé la comida hasta el cuarto, ahora iba a ser mi turno de confesar algo y mejor que fuera con el estomago lleno.

-¿Que le apetece al señor Arklay?-pregunté haciendome la formal sin poder aguantar una risita.