Congelados (Anne)

-Mmm...creo haber pedido un club sandwich- Puse mi mano en la barbilla como si estuviese pensando. -Pero me basta con tu labios- Logré que dejara en paz el carrito de la comida, me levanté y volví a besarle.

-Bah, soy demasiado empalagoso para ser un oso ¿no lo crees?- Sonreí.

Reí cuando dijo que le bastaría con mis labios y me separé del carrito.

-Mmm no creo que mis labios sean muy nutritivos...son más como puras golosinas, igual que los tuyos-sonreí mientras él se levantaba y se acercaba a mi, besandome de nuevo sin que yo pudiera o quisiera decir no, robandome el aliento como era usual.

Cuando nos separamos le contesté con una sonrisa pícara de las mias.

-Tal vez, ¿pero quien dijo que eso era algo malo?

(Bonito avatar y bonita firma ^^ )

-Creo que desde que estoy contigo, tengo una adicción por lo dulce- Fingir culparla por una tontería era de mi especial agrado. -Tendremos que ir al dentista a este paso- Añadí con una cara de desconcierto total, mi actuación nunca fue buena, al menos era ideal para que uno supiera que estaba bromeando.

-Ahh claro...yo soy la culpable-me hice la ofendida mientras aferraba mis brazos a su cuello y me acercaba más a él de nuevo sin llegar a tocar del todo sus labios, me gustaba este juego.

-Si es asi tal vez deberia dejar de besarte, tu sabes, la salud.

-Si, debe ser de esa forma, además, no quisiera que tu salud se viera afectada- Besé las comisuras de sus labios para ver quien resisitía más, esto se pondría divertido, pero si éramos honestos, no pensaba que pudiera hacer gran cosa, tener paciencia no era lo mío, y desde el primer beso, me había vuelto adicto.

Dificil...muy dificil resistirme cuando lo tenía tan cerca y sus labios rozaban los mios de esa manera...fuerza de voluntad, fuerza... me iba a volver una adicta con sindrome de abstinencia.

-Y seria una desgracia que algo asi pasara cierto?-susurré ahí donde estaba, dejando que mis labios se movieran contra los suyos al hablar- ¿Estás dispuesto a hacer el sacrificio?

-Si, es sumamente necesario- Sonreí. -Espera, tienes algo...- Besé nuevamente la comisura de sus labios, pero más cerca al centro de ellos, no era un beso completo después de todo. -..aquí- Sonreí y me separé de ella para tomar el plato y empezar a comer, esperando su reacción con ansias.

Por un momento pensé que se habia rendido y por fin me iba a besar, pero me engañó, me timo el muy tonto hermoso, provocandome con el roce de sus labios para luego alejarse de mi.

Me quedé allí parada, recostada contra la pared sin saber muy bien que hacer y con cara de tonta, ¿de verdad me habia dejado asi como asi? y ahora que hacia yo? los dos eramos muy competitivos, así que este juego y esta abstinencia iba a durar mucho más de lo esperado.

Sonreí con gesto malicioso y tomé mi plato tambien, me senté a su lado y comencé a comer, yo no iba a ser la que se rindiera eso no.

Sonreí de nuevo, parecía que nunca iba a rendirse. Seguí comiendo mientras prendía la televisión, escuchando las noticias, evadí el canal del clima, era demasiado probable de que este día soleado durara poco.

-¿Gustas papas fritas?- Señalé mi plato, que venía acompañado también con puré de papa...sobrecarga de aquél tubérculo en una sola comida.

Y ahora le daba por prender el televisor? que niño....que niño...en especial porque le dio por poner noticias, es decir, noticias!!

Yo apenas lo miraba de reojo, apostaba a que él también se moría por darme un beso, solo tenía que tentarlo un poquito mas...solo que eso de la seducción me iba como mal...de cualquier forma no me iba a rendir.

Me acerqué más a él y dejé mi plato sobre la cama, me incorporé un poco y puse mi mano en su mejilla

-Espera...tienes algo justo...aquí- usé su mismo truco, besando levemente sus labio inferior pero esta vez mordiendolo suavemente antes de separarme de él y volver a tomar asiento mientras comenzaba a tomar algunas papas de su plato- Tenemos que aprender a comer no te parece?

Shock...no podía mover nada, extremadamente nada. Sin duda esa jugada me había tomado por sorpresa, no podía creer lo que había hecho, me gustaba, pero fue un momento suicida para mí, pues creí que perdería la cordura en ese escaso segundo...¿a quién engañaba? La perdería durante la abstinencia.

Suspiré notablemente, sacando de mi mente la posibilidad de besarle de una buena vez. -Sí, tal vez deberíamos- Contesté con naturalidad. Tomé un sandwich y seguí comiendo, alerta a cualquier movimiento que hiciera. Me sacó de mis casillas y al igual que ella; me puse por detrás de ella, dejé el plato sobre la mesa momentáneamente y seguí un camino de besos, desde su cuello hasta su labio inferior, una mejora de su "truco".

Se había quedado muy quieto, lo sabía, se moría por besarme, contuve una sonrisa mientras el me contestaba a mi comentario anterior, haciendome la dulce y blanca palomita, mientras adivinaba lo que pasaba por su mente...

Sin embargo no estaba preparada para lo que hizo cuando al fin perdío la paciencia, ahora era yo la que me habia quedado sin palabras e inmovil mientras el me besaba de esa manera, al mismo tiempo que cada parte de mi se estremecía a causa de su contacto...la fuerza de voluntad se esfumó tan pronto como llegó a mis labios y los busque de nuevo justo cuando se estaba separando de mi.

Así como su anterior intento, esto había sido totalmente espontáneo. Si bien, no sabía con exactitutd quien había perdido, porque sin lugar a dudas no planeaba que sucediera esto, ni siquiera llegué a imaginármelo alguna vez.

Pasaron unos cuántos segundos y nuestras reservas de aire se agotaron por completo, separándome un poco de ella, jadeaba por llenar mis pulmones, era gracioso saber que apenas la recolectaba, se iba así de rápido.

-Bueno...si me preguntas...ya no me importa quién perdió- Sonreí.

Los dos sucumbimos casi al mismo tiempo, besandonos de una manera completamente espontanea y profunda hasta que la necesidad de respirar nos obligó a separarnos, jadeando en busca de aire que simplemente no encontrabamos.

Sonreí, aún abrazada a él, era verdad, ¿que importaba ahora?, era imposible estar separados por mucho tiempo, adictos reincidentes pensé con gracia.

-llamemoslo un empate amistoso-acordé con él

-Yo estoy conforme con el resultado, ojalá así fuese siempre con los deportes en mi escuela- Vaya palizas nos llegaban a poner los de las otras escuelas a principios de temporada, y como el fénix, renacía de sus cenizas más fuerte que nunca; en pocas palabras, ganábamos por muerte súbita el campeonato.

-¿Qué aprendiste de este "concurso"?- Pregunté divertido.

-Si así fueran los premios tal vez algun dia hubiera hecho las paces con los balones-reí, era un hecho cientificamente comprobado que si me acercaba a menos de 20 metros de un balón, este acabaria golpeandome de un momento a otro.

-Aprendí...-me hice la pensativa- que es muy divertido ponerte a sufrir y que tal vez...solo tal vez deberia hacerlo más seguido si la recompensa al final es asi de buena-sonreí como una niña que acaba de hacer una travesura

-Hmm....¿acabar con mi paciencia es así de placentero?- Arqueé una ceja, bastante sonriente. -Si fuera un deporte olímpico, te llevarías la medalla de platino, mi madre sería la de oro y Elliot la de plata...-Caí en cuenta de algo...no había ido a pedir perdón a Elliot. La situación la volví bastante incómoda por eso, me sentí mal, ¿qué pensaría él si me viese de la nada saliendo con Anne? ¿Pensaría que traicioné su confianza o algo parecido? Me quedé callado por un rato.

-Si lo es-asentí riendo-muy placentero- mi sonrisa se borró cuando al mencionar a Elliot se puso serio, y entendí porqué, Elliot no sabia nada de él y mucho menos de nosotros, y a veces era inevitable sentirme culpable por mentirle a la cara todos los dias.

-¿Porque no...le decimos de una vez?-le dije mientras acariciaba su rostro- me parece que es algo que tenemos que hacer los dos..

-Sí, será lo mejor, dejar esto para otro día solo hará que su disgusto se vuelva más grande y más complicado de solucionar. -No quería ver a Elliot así, me dolía cuando no podía contarle algo, ya que siempre confío en mí para todo. Cerré los ojos y suspiré al sentir sus caricias en mi rostro, se sentía bastante tranquilizador.

Abrí los ojos y le miré directamente. -¿Te gustaría que apenas salgamos de aquí vayamos a terminar con todo esto?- El Jeep podría esperar.

Estaba de acuerdo con él...entre más tiempo pasara, peor iba a ser todo, y menos iba a poder vivir en la misma casa con el sin sentirme como una mala persona.

Continue acariciando su rostro hasta que tomó la decision y me volvió a mirar. Apreté su mano con la mano que tenía libre y le conteste:

- Vamos a hacerlo, juntos, ya veras que todo va a salir bien-le aseguré

-Pero antes...terminemos de comer- Reí al momento en que mi estómago replicó por comida. Tomé el plato y me lo llevé a la cama, la invité para que hiciera lo mismo a mi lado. Reímos cuando la televisión lo demandaba, nos quejamos cuando salían los comerciales en momentos importantes de las series, y nos burlamos sobre ellos cuando los temas eran sumamente idiotas.

-Me gusta eso del desodorante Axe con olor a chocolate, pero creo que sería como un imán para las chocoadictas- Besé su sien- Como tú- Sonreí.

Dale...¿como resistirme?, el hambre no se habia ido por mas distracciones que tuviera, además, pasar tiempo con el solo haciendo tonterias era lo mejor.

El tiempo pasó y cuando salió la propaganda de Axe me recordó lo que le habia dicho más temprano ese día. Sonreí.

-Solo si dicha chocoadicta quiere mucho al que se lo ponga...las chocoadictas somos selectivas sabias?-bromee

-O es cierto, o eso es una amenaza implícita a cualquier chocoadicta que se me acerce- Bromeé, selectivas...sería graciosa ver a una sola comprando de un tipo de chocolate por el resto de su vida nada más.

-¿Cuál es tu chocolate favorito?- Pregunté. -Yo adoro los M&M´s con cacahuate...el de Elliot son los Crunch-

Reí con su broma pero al mismo tiempo rodé los ojos como si en verdad eso hubiera sido una advertencia, nah...era celosa, pero no creia que lo fuera tanto, solo lo normal en estos casos.

-Mi chocolate favorito es el chocolate con el que crecí-comencé a relatarle- y el chocolate con el que te causare diabetes cuando me sea posible-reí-es una receta familiar que ha pasado de generacion en generacion en la familia Heaven y que es espeso, tiene malvaviscos, canela y ralladura de chocolate blanco, si te dijera el resto de ingredientes tendria que matarte pero entiendes la idea-sonreí.

Traté de hacer una imagen de la combinación de ingredientes que me había dicho.

-¿Diabético antes de los 20 años? ¿En serio?- Solté una carcajada. -De verdad me matarás prematuramente, no importa si es de diabetes o por saber tu ultra recontra secreta receta de chocolate demasiado delicioso y azucaroso- Negué con la cabeza, aún riendo. En serio, esta niña era de las mejores cosas que me habían pasado desde que llegué a este pueblucho.