::Time to Come Clean::

Después de salir del hotel, Ike fue por su auto y yo me dirigí a la dirección que me había dado para esperarlo, la casa se veía bien, aunque no me atreví a entrar sin estar él presente, después me daría un tour, igual y no sería la ultima vez que viniera a esta casa.

Lo esperé echando un vistazo por las ventanas hasta que escuché el sonido de un auto acercarse por la entrada y vi el Jeep que tanto había mencionado él con los ojos abiertos como platos, definitivamente tenía que conducirlo a campo traviesa algún día...aunque dudaba que mis piernas alcanzaran los pedales pero eso ya era otra cosa para pensar después.

Lo saludé con un beso, comenzando a sentirme nerviosa por lo que íbamos a hacer, aunque con su mano aferrando la mía, me sentía mejor.

Fuimos hasta mi casa, que no me sorprendió pareciera un pueblo fantasma a esas horas, papá y mis tios estarian en la tienda de Por Angels, Rose se había ido a la escuela de arte hacia unos días, por lo que ya no quedaba nada de su neurotica presencia y eso me hizo extrañarla un poco mientras me preguntaba donde rayos estarian Claire y Elliot.

Entramos y no sentamos en el sofá en el que habiamos hablado por primera vez, sonreí al recordar el día que lo habia conocido y lo roja que me habia puesto al darle un beso en la mejilla por error. Aunque tambien recordé el mordisco que le había dado Fenrir, que justo en ese momento llegó corriendo del patio, ahora era algo más grande.

-Cuidado con el niño lindo repetido Fenrir-le advertí tratando de sonar firme, aunque me hubiera dado mucha risa que lo mordiera de nuevo

Después de tanto tiempo...mi Jeep estaba conmigo otra vez, no podía olvidarle...era como mi primer amor....Ok, dejando atrás las bromas, me sentía bastante cómodo el encontrarme en su altitud, no tenía nada en contra del auto de Anne, para nada, pero era como si estuviese en casa nuevamente.

Si bien, al igual que ella, sentí nervios, más cuando Fenrir, el perro de Elliot, se acercaba corriendo hacia nosotros. El perro no parecía contento, pero tuvo que acatar órdenes y sencillamente se quedó al pendiente de mis movimientos.

-¿Niño lindo repetido? Wow, ¿de donde demonios sacas esos comentarios?- Farfullé con un fingido enojo, en verdad que era divertido aquello, pero en términos técnicos, Elliot era el repetido.

Mientras ocurría algo, jugué con la mano de Anne.

Sonreí, me encantaba ponerle apodos raros a Ike.

-Hay muchos más apodos de donde vino ese, lo considero un don, simplemente no puedo evitarlo, llegan a mi y deben ser dichos-bromee- además al ser mi novio estoy en todo mi derecho constitucional de ponerte nombres pedacito- le anuncié con la misma sonrisa de satisfacción.

Fenrir había escuchado, pero de todas formas con la mano libre lancé su pelota, que encontré cerca de nosotros, hacia el patio, sabiendo que se quedaría allí jugando por horas antes que quisiera volver a entrar.

Observé por un momento nuestras manos y otra sonrisa se dibujó en mi cara.

-¿Que te parece si seguimos jugando?, yo te diré un par de cosas, mi segundo nombre es Iris, hace poco resulté siendo la propietaria de la tienda en la que habia trabajado desde que llegué a La Push, hace algun tiempo intenté tener una banda pero eso no salió bien-reí, reconocía mi fracaso- y me parece que es justo y necesario recordarte que soy una loquita completamente enamorada de cierta fotocopia-reí de nuevo y me recosté contra él, buscando su abrazo.-Ahora te toca a tí.

Abracé su cintura y coloqué mi cabeza en el hueco de su hombro, realmente que esa posición era cómoda.

-Mi segundo nombre es Lucas, soy alérgico a la picadura de abejas y quiero tener un perro desde que tengo 9 años...- Ennumeré los primeros datos que vinieron a mi mente. -Trabajé en el restaurante de un primo por bastante tiempo, es una de las razones por las que nuestro Jeep se encuentra estacionado en cierta casucha- Hice un alegre énfasis en la palabra "nuestro", no me molestaba compartir el auto, menos con ella.

-Y también estoy completamente enamorado de cierto angelito que está recostado encima mío y que tiene una grandiosa habilidad para hacer apodos-

Escuché lo que me decía recostada contra su pecho, no era mi culpa que él fuera demasiado cómodo y yo estuviera demasiado perezosa últimamente, de todas formas se sentía bien, como si ese fuera el lugar que nos correspondía en el mundo...de nuevo mi mente se inventaba las cursilerias más grandes de este mundo cuando estaba con él...aunque nunca me había dejado llevar por la razón, era una persona que actuaba únicamente basada en sus sentimientos y no creía que eso fuera a cambiar.

El nuestro no me pasó desapercibido, me gustaba que comenzaramos a pensar así aunque lo que estuvieramos a punto de confesarle a Elliot no fuera fácil.

Había pasado mucho en ese día, pero desde el principio habia sido así: intenso, profundo y verdadero, no debía sorprenderme.

-Pregunta capciosa-dije despues de un momento de silencio que no sentía la presión de llenar, estar juntos siempre habia sido suficiente-¿Marvel o DC comics?-tenía mis teoris locas cuasi psicologicas respecto a elecciones como esas y quería saber más de la personalidad de Ike

-DC Comics si se refiere a equipos, pero me gustan más las historias de Marvel- Civil War, era la única colección que me había comprado por que en verdad me había llamado la atención...superhéroes contra superhéroes. Miré a Anne fijamente. -¿Ahora eres Dr. Phill o algo parecido?- Sonreí, yo ya había tenido suficiente con todas las pruebas en el hospital, pero esto no me incomodaba para nada, era demasiado obvio el porqué, no me sentía para nada incómodo que ella me preguntara eso, increíblemente, era...genial.

Reí
-No...solo me gusta analizar a las personas, hay detalles sencillos en cada cosa y cada elección con las que puedo hacer eso, por ejemplo ahora, los protagonistas de los héroes de Marvel siempre tienen fallas, dilemas morales, defectos, muchos tienen un lado oscuro o un pasado que los hace mas humanos, los de DC son más...perfectos/niños buenos en su mayoria por así decirlo.

-Aunque...para serte sincera, viendo que ya casi acabo la escuela, he considerado la psicología como profesión, a pesar de que la música siga siendo todo lo que veo en mi futuro, hay muchas cosas que me apasionan.-Eso me recordó algo que tambien me moria de ganas por saber- ¿Tú que ves en tu futuro? ¿que piensas estudiar cuando retomes ?

-Cierto, en ese caso, prefiero Marvel, creo que tiene una historia un poco más "real" a comparación de los niños perfectos de DC- Debía dar por hecho que aún así, las películas de DC eran geniales, como la de The Dark Knight o Superman Returns.

-Estaba a nada de una beca para un equipo de futbol americano, aunque ya no me gustaría practicarlo profesionalmente, sigo en duda- Me recosté aún más contra el sofá, para estar más cómodo, pero solo era un capricho, ya la tenía a ella en brazos y eso era más que suficiente.

Solté una risita.
-Acabo de tener una imagen mental de ti tacleando a un monton de tipos grandes, en realidad te veias lindo jaja.- ya superando la viva imaginacion que tenía y sus efectos en mi salud mental continué- Somos un par de dudosos que tienen muchas dudas...pero...si te digo algo, estoy segura de una cosa: tú estas en mi futuro, por siempre, no me importa si algún día te tengo que meter en mi maleta para poder llevarte conmigo, si mi futuro está en la música o ayudando a alguien, quiero que sea a tu lado-vale...los sentimientos se me salian por la boca sin que pudiera hacer nada, no podía evitar ser honesta con el, era demasiado facil, el lo hacía fácil.

Dentro de una maleta...Interesante.

-¿Te refieres a la técnica del Mundial? Donde tienes que meterte en una maleta para no pagar el viaje costoso hacia donde sería el país anfitrión de los juegos, como si muchos de mis torpes compañeros no lo hubieran intentado - John terminó en Inglaterra en vez de Alemania, ni idea de como se infiltró, al menos se escapó de los Holligans que habitaban por ahí.

-Sería genial, excepto por el hecho de que necesitaría un quiropráctico, dudo que quieras verme hecho un pretzel...pero como soy tu novio, me reservo los derechos para acompañarte a donde sea necesario- Claro que no me iba a dejar afuera, después de todo, yo no tenía ni deseos, y más que nada, las agallas para decirle que no. Reí, era un cobarde total.

Reí, no pensé que alguien en verdad se atreviera a intentarlo, me parecía que era una broma clásica y ya.

-Yo también necesitaría un quiropractico por cargarte pero...Serias un lindo pretzel!! jaja-le dije mientras lo abrazaba- Mmm me imagino que si, tienes todos los derechos reservados como cliente exclusivo de mis labios, supongo que va en el contrato-le dije haciéndome la que sabia de términos legales. - Así como en el contrato también está estipulado que puedo hacer esto-dije antes de comenzar a hacerle cosquillas en un ataque implacable.

Si este pequeño angelito no me hubiera atrapado en mi mera ensoñación...Era cosquilludo, no como Elliot-niño-cuerpo-de-cemento, estaba riendo, me preocupé porque alguien ajeno a nosotros se diera cuenta de la risa, pero bueno, no fue mucho porque de un momento de distracción, la sujeté de la cintura y comencé a hacerle cosquillas.

-A ver como te liberas de esta pequeña- Reí mientras intentaba dominarla por el momento..

Dios, no habia conocido a nadie tan cosquilloso como Ike, y eso me encantaba, porque podía torturarlo más y las cosquillas eran algo de lo que nunca me cansaba. Él reía como pocas veces lo habia escuchado reir, pero en un momento de distracción él contraatacó y me tomó por la cintura, ahora sí estaba hecha, porque además que me habia tomado por sorpresa, yo era probablemente la niña más cosquillosa de todo el estado, comencé a reir sin descanso mientras intentaba seguir haciendole cosquillas, una guerra bastante justa si nos veías.

-Rindete!!-dije entre risas.

-Jamás- Respondí dando más cosquillas a sus dos costados. En un intento de ella por tomar la conquista de las cosquillas, terminé deslizándome del colchón, estrellandonos secamente contra el suelo. Reí mucho más y la miré, tenía el cabello por todos lados.

-¿Te encuentras bien?- Pregunté mientras la abrazaba aún más. -Espero no haberte lastimado o algo parecido-

Por andar en maniobras evasivas/conquistadoras ambos caímos del colchón y nos estrellamos contra el suelo, no podía parar de reír, tenía todo el pelo por la cara y casi ni podía ver, mientras él se disculpaba y me abrazaba con más fuerza.
Cuando pude calmarme, comencé a quitarme el pelo de la cara mientras él me ayudaba.
-No soy un angelito de porcelana, solo me duele el estómago de tanto reir-le contesté guiñandole un ojo.

-Para mí siempre serás de porcelana...bueno, no siempre, pero igual, te cuidaré como a nada en el mundo- Me levanté del suelo y la ayudé a pararse, era increíble cuánto desastre podíamos hacer en menos de dos horas; el sofá estaba en dirección diagonal, los cojines de este estaban botados por todo el piso y nosotros....bueno, nosotros ya teníamos toda la ropa arrugada y con el cabello alborotado...nuevamente en el día.

-Seguro que mi Jeep estará celoso- La abracé nuevamente y luego terminé besándola.

Siempre que hablaba de esa forma en mi estomago se formaban un montón de mariposas, me ponía boba, boba, boba...eso era lo que él provocaba en mí.
Sonreí y me apoyé en él para pararme, observando lo mismo que él: eramos un par de desastres andantes que volvíamos los lugares en que estábamos un completo desastre también.
Reí después de un momento de contemplar la zona de desastre. Estaba completamente segura que Claire no estaría muy contenta, era la única que se preocupaba por el orden por aquí.

-Celoso de no poder quedar como una zona de desastre nuclear?-alcancé a decir abrazada a su cuello antes de volver a caer en sus labios, míos, completamente míos y me encantaba su sabor, me encantaba lo que había detrás de ellos también, todo lo que me hacía feliz.

Era como un hechizo, poderoso, irrompible, inimaginable, esta mujer me volvía totalmente loco, un completo, tonto e idiota loco. Sin duda John me habría dicho que me veía como un tonto cliché de película romántica, pensaba como uno, actuába como tal; si estar enamorado era eso, entonces no lo negaría, cuando llegara su turno, seguramente se uniría al grupo. Una vez me separé a pocos centímetros de ella, la miré fijamente, mostré una sonrisa traviesa a la vez que le decía lo siguiente.

-Claro, ¿Por qué no habría de estarlo? Éramos inseparables - Para mí, el auto había quedado en un plano sumamente distinto, apenas si me importaba tanto como lo hacía anteriormente, habían cosas por arreglar, explicar y evolucionar, así que un monstruo de cuatro llantas era más como un juguete olvidado a algo más. Le robé un beso a la bella angelito y comencé a acomodar el sillón para evitar pensamientos o comentarios malintencionados en caso de ver el campo minado.

Me sentía tan segura en sus brazos...feliz, en la gloria, todo estaba bien y todo lo estaría siempre, él me daba esa certeza. Estábamos locos, y eso era un punto a favor, él aceptaba mis ocurrencias y mis bromas, sabía como hacerme reír, como hacerme feliz, como iluminar mi día y mi sonrisa era solo suya.

Y yo nunca había imaginado que estar enamorada fuera algo tan mágico, nunca había pensado que una sola persona podría convertirse en todo para mí, que alguien pudiera hacer que todo lo malo se fuera lejos, que nada podía lastimarme mientras el estuviera allí para protegerme, llegar a depositar mi absoluta confianza en el chico que me tenía abrazada...

Y lo mejor era que podía hacer que volviera a pensar en las cosas mas cursis y romanticas que alguna vez habia dejado atrás, si, era como a los cinco años...no era dificil imaginarnos a mi, como la princesa soñadora que al fin lo había encontrado a él, su principe. Era vergonzoso, pero real, no habia nada más real en mi vida que esto.

Tal dificil estar separados... cuando abrí los ojos y bajé momentáneamente del nirvana me deleité con esa sonrisa traviesa que él sabía que me volvía loca y que hacía que una sonrisa de felicidad se dibujara en mi rostro.

-Jaja-reí, aún con mis labios cerca de su boca- me parece que destroné a tu auto, que mal, habrá que conseguirle una novia a él tambien-aún tenía los mismos planes de hace tres años de comprarme un auto tan pronto tuviera la oportunidad.

Me robó un beso, en un acto lleno de ternura que de nuevo me puso por las nubes. Comenzó a acomodar el sillón y recordé una promesa que le había hecho algun tiempo atrás: una canción cantada por mi. Parecía el momento adecuado y habia cosas que solo se podía expresar a través de la música.

-Ike...yo...quisiera ir por mi guitarra, hay una promesa que es tiempo de cumplir-le dije con expresión radiante despues de captar su atención.

Mientras mi mente vagaba por entre las nubes acomodando las cosas, su voz como siempre, me distrajo y reí cuando me comentó su idea. Tomé las almohadas y no puse demasiado esfuerzo en acomodarlas de forma perfecta, tomé sus dos manos y la miré a los ojos, la diferencia de estatura, a pesar de no ser tan grande, me obligó a inclinar un poco la cabeza.

-Y yo que pensaba que te habías olvidado de esa apuesta- Reí, para en ese entonces era nada más un juego, pero el que estuviera tan radiante al decírmelo, supe que era muy importante demostrarme algo, a mí ya me daba igual, sabía por todo lo que había hecho por mí que era la indicada, con la que quería estar siempre en todo momento. Besé sus manos y la miré.

-Estaría encantado...- Escuché como una de las puertas de la casa se abría, seguramente sería Elliot o Claire, la prima de Anne. -Deberá ser en otra ocasión angelito, tenemos que terminar esto primero- Volví a robarle otro beso, no sabía si era buena o mala idea justo cuando estabamos a punto de confesar algo, pero para mí, de alguna forma era necesario. Tomé una de sus manos y permanecí aún parado.

Aferró mis manos y yo recosté mi frente contra la suya, quedando a una mínima distancia, suficiente para poder mirar sus ojos y navegar en ellos por unos segundos.

-Creo que no he olvidado ni un segundo que he pasado contigo-admitía, mientras sentía que me sonrojaba y sonreí por eso, acompañando a su risa. Besó mis manos y volvió a ofrecerme sus ojos antes de responderme.

Su respuesta fue cortada por el sonido de la puerta de enfrenté que se abría. Mi corazón dió un vuelco, estuve cerca de saltar hasta el techo si no hubiera sido por la seguridad que me ofrecían sus manos. Sin embargo, fuera quien fuera, esta sería la primera vez que iba a presentar a mi novio oficialmente, por no mencionar que también era el momento de decirle la verdad a Elliot. Esperaba que no me odiara, esperaba que todo saliera bien, esperaba que no se tomaran a golpes...mi corazón ya no latía, zumbaba mientras evaluaba todas las posibilidades.

Asentí con la cabeza a sus palabras, que no mostraban más que seguridad en esto y en nosotros, disfruté las milesimas de segundo que su beso robado me tranquilizó el corazón y apreté su mano como nunca lo habia hecho mientras esperaba que la persona que habia llegado entrara a la sala.

Ahora solo falta que las gallinas dominen al mundo Me esperaba la visita de Ike, pero no que haya estado en el pueblo por casi dos meses y que Anne estuviera con él...vaya, la vida era un completo revoltijo que no quería limpiar. Mamá había mandado un mail a mi bandeja de entrada hacía una semana, pero estaba tan ocupado con el papeleo de mi fin de servicio a la comunidad que nunca revisé hasta hacía tres días, ahí preguntaba cómo me pasaba mis días de libertad, que deseaba que yo, Ike y su nueva novia aparecieran por la casa un día de estos...en ese instante pensé que me habían tirado una botella de agua helada por la espalda.

Reflexioné un poco después de aquel mail, el cuál nunca cerré hasta bien adentradas las horas, parecía una vil broma, pero era cierto, pues explicaba muchas cosas; el comportamiento de Anne, porqué tantos mensajes de texto, llamadas y cartas dirigidas a él y la nueva casa, que daba una sensación de familiaridad. Al principio me sentí traicionado, ni una visita, ni una palabra, al final tuve que aceptar los hechos, no se había presentado todo por algo importante, estaba totalmente seguro de eso, o al menos me engañaba con ello. Ese día había estado por ahí, vagando como lo hacía últimamente, tenía la impresión de que algo inesperado ocurriría, salí y terminé comprando comida china para todos, pedí doble porción, cosa rara ya que por lo general, apenas si llegábamos a comer nuestra parte. Al llegar a casa, los hechos se confirmaron, ahí estaba el ya tan conocido Jeep. Permanecí en el porche por varios minutos, di un largo suspiro, ya no podía sostener este asunto por más tiempo.

Entré y bueno, ahí estaba, "estaban" mejor dicho. Les di una larga mirada, un tanto inexpresiva ¿Qué había de decir? Caminé hacia la cocina, ignorando que para ellos era una situación incómoda. Saqué las cajas llenas de comida de la bolsa y las puse sobre la mesa, así como platos y los cubiertos para comer.

-¿Que quieren de tomar?- Pregunté mientras abría el refrigerador.

Tan lleno de valor y alegría, todo echado a la borda ¿Qué diablos ocurría? Hice un gesto incrédulo ante su pregunta, no nos habíamos visto cara a cara desde hacía más de dos años, yo en coma y él en el reformatorio, y lo único que se atrevía a preguntar era "¿Qué quieren de tomar?" Si no fuera porque Anne estaba ahí y por que hacía mucho que no lo veía, le hubiera dado un buen puñetazo.

Miré a Anne, por su misma cara, ella tampoco se esperaba nada, solo había dos opciones, una mucho más creíble que el otro; o estaba loco y no le importaba todo lo anterior, o él ya sabía lo de lo nuestro. Fuimos a su encuentro en la cocina, él seguía como si nada y yo no sabía que hacer.

-¿Estás bien de la cabeza o algo parecido?- Pregunté, medio en broma, medio serio.

De acuerdo...había un par de cosas realmente extrañas:
1. ¿Eso era comida china?
2.¿ Después de toodo ese tiempo, era lo único que tenía que decirnos?
3. Estaba demasiado y sospechosamente tranquilo...

Auxilio!!!! pensé cuando lo único que hizo fue mirarnos antes de ir a la cocina y preguntarnos si queríamos tomar algo. De no ser porque aún tenía la mano de Ike en la mía, estaría hiperventilando.

Miré a Ike, confundida, ¿acaso sabía?...Hay Dios..., aunque bueno, la pregunta que le hizo si tenía mucho sentido, considerando que esa pasmosidad me hacía pensar que lo peor estaba por venir.

-Amm yo...estoy bien gracias....emm...-vale, ya ni sabía que decir, si hacerme la tonta, mala opción, ni siquiera me habia gustado tener en secreto a Ike, o bien podía hacer de mediadora, aunque yo ni sabía si estaba enojado¡ como no estarlo? si estaba enojado conmigo...

No sabía que hacer. Me quedé callada, en medio de ambos, con una cara de pánico que ni modos de disimular...

Estuve a nada de reír, sus caras eran para tomar foto y subir a internet. Sonreí, totalmente satisfecho de la impresión que había causado, en serio que no se esperaban lo que hacía, me encogí de hombros ante la respuesta de Anne, igual saqué del refrigerador su refresco preferido aún sin terminar del día de ayer y una Coca-Cola para Ike, las puse en la mesa mientras ellos estaban a punto de desmayarse. Me divertía sinceramente todo lo que ocurría, seguramente ellos pensaban que la persona en shock sería yo, pero como en el ajedrez de la vida, uno tiene que llevar sus pasos de delantera, aunque sean totalmente hechos por la suerte. Me serví agua en un vaso y me senté en la silla como si nada.

-Sí, tan Loco como Sombrerero- Respondí poniendo los ojos en blanco, a veces sus preguntas solían exasperarme. Vi que no se sentaban. -¿Acaso sucede algo malo?- Debía admitirlo, los dos se veían bien, Anne estaba...deslumbrante por así decirlo, me gustaba que tuviera una sonrisa siempre con él, pero le hacía algo a mi hermanita adoptiva y de verdad no lo identificaría en la morgue.