tratando de no estallar...(lycan si se puede...)

El claro...se suponía que debía ser el lugar perfecto parameditar, y aprender a controlar mi ira.
Error, solo porque el lugar fuera pacífico, no significaba que en verdad tuviera influencia en mi.
Estaba en la posición d eloto que había visto en ese libro...pero despues d eintentarlo por media hora, fruncí el ceño y grité, simplemente no podía olvidarme de mis problemas mundanos.

Comencé a temblar, eso me puso más furiosa, me recosté en el pasto, dejando que el poco sol que habia en mucho tiempo bañara mi cara, tratando d erespirar tranquilamente y mirando al extrañamente depejado cielo.

Necesitaba ayuda...

Era preciso inspeccionar los terrenos aliados, si así podía llamarle a las zonas en que percibía fuertemente el aroma de otros similares a mi, aquellos que compartían una condición privilegiada en la Tierra. Aunque mi confianza estaba distante de residir ahí, lejos de la fortaleza construida en los Cárpatos, la cual albergase mi organización, mi tesoro más preciado después de los recuerdos de Sonja.

Tenía absoluta consciencia de que, dentro del área de La Push, ningún peligro relacionado con vampiros me acecharía, pues, en esta ocasión, viajaba sin mi portentosa escolta de soldados adiestrados en el arte de matar sanguijuelas. Sin embargo, el precio por la tranquilidad era saberme casi aislado de comunicación con el resto del mundo, o esa ligera impresión sentía respecto a ese lugar.

Ligeramente cansado por mis constantes cavilaciones, decidí ir a meditar un rato a la zona forestal, que, si bien no era en absoluto similar a Europa, por lo menos brindaría a mi olfato una paz momentánea, a menos que un ingenuo pálido se atreviece a cruzar por ahí. Y en ese sitio recibí la esencia de un inmortal como yo. Sin dudar en conocer personajes con características similares a las mías, me pue en marcha a donde mis sentidos fueron capaces de llevarme.

-Buen día-saludé con un ligero tono extranjero, inevitable debido a mi reciente llegada- El sol centellea con un gran esplendor hoy, ¿verdad?- levanté la mirada un breve instante para admirar aquel inusual firmamento.

Me incorporé para sentarme cuando escuché que alguien venía, sentí su olor, era como yo....

Observé al hombre que habia llegado al claro, no era d epor aquí, de eso estaba segura.Al escucharlo hablar lo confirme.

-Si, bastante inusual, diria yo...-me recosté contra un árbol.

Me mantuve de pie con un semblante ligeramente serio, un detalle que ya era parte de mi desde mucho tiempo atrás. Siempre gustaba por gozar de la compañía de otros cambia formas como yo, incluso de los humanos en algunas ocasiones.
Crucé los brazos y bajé la mirada lanzada al sol unos momentos antes. Definitivamente, no contaba con un clima así, por lo menos me resultaba bastante inesperado. Aunque, tenía que admitir, tampoco había pasado una gran cantidad de días en esa zona en el pasado.

-Cuando vine, en 1835, el cielo solía ser una gruesa capa de nubes tenebrosas que ocultaban la luz a los humanos e inmortales por igual- comenté recordando un poco aquella época- Mi nombre es Lucian- añadí mirando a la chica esta vez.

-Giselle...pero si me llamas de esa manera...prefiero ser llamada Gi.

Dije mientras lo miraba a los ojos...me habían sorprendido las palabras que salieran de su boca, ¿1835?...me habian explicado lo suficiente sobre nuestra naturaleza como para entender porqué se veia tan joven, pero de todas formas, no dejaba de ser impactante.

-El cielo no ha cambiado mucho...las nubes siguen cubriendonos de esa manera, pero hoy parece que fue algo caprichoso....

-Sí, también podría ser así, Gi- volvía a admirar la claridad del cielo, uno hermoso y deslumbrante que Sonja jamás conociese por culpa de su padre- Espero no haberte interrumpido abruptamente- añadí con tranquilidad, aunque tenía la impresión de que no lo había hecho, una vaga pero sólida impresión.

Seguramente le hubiese encantado mirar esto mis pensamientos eran melancólicos, incoherentes con la impasible conducta que mostraba. Tal vez, ya había perdido la capacidad para expresar sentimientos humanos con el paso de los siglos.

-Para nada...acababa de descubrir que la meditacion no me ayudará a tener más autocontrol de todas formas...

Lo observé de nuevo con cautela, había algo extraño en él, y en su rostro no se mostraba el más minimo atisbo de expresión alguna, aunque se le notaba pensativo...

Ladeé la cabeza ligeramente, algo incrédulo ante la declaración de la cambia-formas. Me pregunté si hablaba en serio, aunque tal vez fuese menor de lo que mi mente se atrevía a concebir. Una vaga sonrisa apareció en mi rostro casi incapaz de articular emociones, y entonces hablé con firmeza, acompañada de un poco de autoridad en la voz.

-¿Autocontrol? Espero que no pienses que una cosa así es sencilla. Toma tiempo, años en algunos casos, pero al final, con la suficiente perseverancia, podrías llegar a ser capaz de dominarte a ti misma; ese es el primer paso para conquistar al resto del mundo

Lo miré con incredulidad, aunque si habia prestado la suficiente atencion a lo que habia dicho de años para controlarme a mi misma, sabía muy bien por experiencia que no era sencillo.

-¿Tu has conquistado al mundo?

La risa brotó de mi interior con facilidad. Si hubiese alcanzado semejante proeza, seguramente no me encontraría vagando por aquella parte del mundo tan a la ligera. Una vez recuperé el control sobre mi, respondí a aquella pregunta.

-En absoluto, no hablaba en forma literal- expliqué pacientemente- Me refería, más bien, a un sentido más espiritual. Dominar las emociones es algo que requiere paciencia, pero puede abrir las puertas a muchos horizontes.

vaya...una muestra de vida...

-Vale, entonces te pregunto, has conquistado todos tus miedos?-le pregunté alzando una ceja.

¿Cómo expresar que el último miedo en mi haber era perder los gratos recuerdos de aquellos felices días al lado de Sonja? Sería complicado, incluso después de tantos siglos, expresarme sin titubear al respecto. Tomé aire, meneando la cabeza, pensando un breve momento en que iba a decir.

-Lo único a lo que le temo es a olvidar la razón por la cual me mantengo con vida desde hace tanto tiempo- declaré con una sonrisa en el rostro, iluminado por los rayos del sol que me golpeaban directamente

la pausa que tomó me lo dijo todo, aún así espere su respuesta.

-Creo que esa si es una razón para temer-concedí- pero no puedo entender en realidad por que no has abandonado tu espiritu animal y simplemente volver a la tierra.

-Eso es algo más complicado- comencé, seleccionando mis palabras con cuidado, pues no sabía hasta que punto debía hablar- Lo que me mantiene vivo después de tantos siglos, no es otra cosa que mi venganza contra los vampiros por matar a la única persona que he amado en mi largísima existencia- estaba dicho,sólo lo necesario

Entedía eso, la vengaza por el amor perdido.

-¿te habias imprimado?- era la única razón que se me ocurría al porque seguir vivo y vengandose de los vampiros.

-Yo...aún no he tenido el placer de matar a ningun vampiro, soy joven, por asi decirlo y no tengo experiencia en la lucha, tal vez sería yo la que muriera si peleara aunque no tengo miedo de morir si me lllevo a uno de ellos conmigo.

Imprimar... un concepto que no entendía plenamente tras centurias enteras. Quizá, necesitaba todavía más lunas para alcanzar un pleno entendimiento del asunto, aunque tal vez mi mente jamás lograría asimilarlo, tan centrada en el arte de combatir y la venganza... Suspiré analizando la situación. Mataba vampiros y mi único amor había sido miembro de la estirpe enemiga de mi raza, haciendome caer en pecado mortal eterno... por eso, probablemene, buscaba arrasar con ellos, lavar mis delitos de una vez y para siempre.

-Sí, imprimars es el término que podrías usar para describir lo que sentía por aquellos días- declaré finalmente, intentando no prestarle atención al asunto, pese a ser consciente de lo imposible que era. Prefería desviar mi atención de ello- Si lo deseas, si quieres entrenar para matar vampiros, yo puedo ayudarte.

La imprimación, un concepto, el único que me asustaba, nunca había creido en el amor, para mí no existia y pensar que estaba destinada a amar y proteger a una persona me parecía completamente ilógico.

ël dijo que podía enseñarme, ¿como decir no? quería matar a un vampiro por mis propios medios desde el día de mi conversión.

-Si quiero-contesté- ¿pero que quieres a cambio?-pregunté convencida de que en esta vida, nada era gratis.

La chica parecía ser muy perceptiva. No obstante, por adiestrar a una persona de mi especie jamás buscaría un provecho... bajo circunstancias de paz y normalidad. Pero ahora, con lo difícil de la situación, seguramente necesitaría unir a mi causa a cuantos cambiaformas pudiese, Gi incluida. Sin embargo, debía elegir con suma cautela lo que contestaría, pues ignoraba cuantos cambiaformas pudiesen estar influenciados por el famoso tratado que inhabilitaba la caza de vampiros en gran parte de la zona.

-Te mostraré el arte de asesinar bebedores de sangre inmisericordemente- esbosé una sonrisa mientras me imaginaba que tan poderosa podría ser ella con parte de mis conocimientos- Y respecto al otro asunto, digamos que el hecho de saber que una hermana es capaz de hacer frente a un adversario me bastará... por ahora.

Ese por ahora no me pasó inadvertido, pero lo dejaría estar...por ahora. Lo que me importaba era que iba a poder ser capaz de desmembrar a una sanguijuela.

Sonreí satisfecha y me incorporé, extendí mi mano hacia él

-Al parecer tenemos un trato.

Respondí al gesto de Giselle inmediatamente, sellando el pacto. Ahora, parecía, tendría la oportunidad de heredar parte de mi sabiduría a otro cambiafomas... parte, ciertamente, jamás cometería el error que Viktor cometiese al instruirme en el arte de la guerra y el combate. El único punto aún en el aire era el momento en que comenzaría el adiestramiento, la preparación de una nueva cazadora de vampiros.

-Será un honor, Gi. Verás como podrás defenderte de ellos, ser una amenza incluso para su existencia, y podrás proteger a la humanidad como nuestra naturaleza demanda- no, eso no es verdad me dije mentalmente, pues jamás había creido esa mentira- Dime, ¿cuando deseas dar inicio?

El pacto estaba sellado, las palabras de Lucian hacían efecto en mi, y ardía en deseos de comenzar, entre más pronto, mejor.

-No hay mejor momento que el presente-dije estirandome un poco, no sabía lo que me esperaba, pero era mejor no prolongarlo.

Sonreí con beneplácito. Giselle parecía muy entusiasmada por comenzar a aprender el arte de la cacería. Sin embargo, por mucho que compartiese sus deseos de dar inicio al entrenamiento cuanto antes, primero debía mostrarle que controlar su ímpetu podía serle muy útil también.

-De acuerdo, me agrada eso- comenté cruzandome de brazos- Sin embargo, ¿estás segura de encontrarte lista?

La eterna pregunta...y la que más me irritaba, no era la primera vez que me preguntaban si estaba lista. Mordí mi labio y Controlé mi expresión.

-Puedo estar lista...he esperado mucho para sacar mi potencial.- No tenía miedo quería hacerlo.

Dejé mi posición de reposo para tensar los músculos, preparándome a dar comienzo al entrenamiento. Ciertamente, ésta sería una mera muestra de lo que le deparaba. No planeaba, bajo ninguna circunstancia, dañarla ni por error, pues encontrar a cambiaformas dispuestos a matar a los vampiros era algo complicado aquellos días.

-Aquí voy, ¡en guardia!- avisé dando un salto, al tiempo que extendía mi brazo para golpear, con una mínima velocidad.

Combate de entrenamiento, sin daños.

Dado de ataque:

Lucian Von Wednar ha efectuado 1 lanzada(s) de uno D10 :

Mis ojos siguieron sus movimientos muy cuidadosamente, si bien no tenía experiencia, no iba a amedrentarme por lo que él supiera o hiciera.

Su aviso me puso en guardia a tiempo, parecía que él se contenía pero no me iba a fiar, extendí mi brazo para bloquear su golpe.


Dado de resistencia ?

Invitado ha efectuado 1 lanzada(s) de uno D10 :