Animalitos (libre)

-¿De verdad?- pregunté sin tomar mucha importancia al asunto, al menos estaba consiguiendo mi propósito; mantenerla al margen de no tocar ningun maldito animal. Por lo menos, cuando se acercó a los gorilas, estaba seguro que ellos no harían mucho ruido si se inquietaban, o eso esperaba- ¿Has estudiado psicología o algo por el estilo?- cuestioné con algo de curiosidad, pues así sabría si era capaz de comprender cada uno de mis movimientos, palabras o gesticulacione, con lo cual sería más cauto de ahora en adelante

Seguí mirando el zoológico con tranquilidad, caminaba lento, me detenía de vez en cuando llegábamos a algún lugar con un animal interesante.

-no para nada- dije sincera.

-pero soy muy observadora, para mi desgracia- agregue centrando mi atención en una enorme serpiente.

-no tienes de que preocuparte, no trabajo para la FBI- dije entre risas...ya me lo podía imaginar cometiendo cualquier tipo de crimen, era un hombre muy inteligente, misterioso y algo siniestro.
Me acerque a la serpiente que estaba despierta y toque el cristal que me separaba de ella.

¿Acaso aparentaba ser un quién era verdaderamente? Al menos, Freda parecía tener una noción de ello, lo cual me preocupo un poco, sin llegar a un grado extremo. De cualquier modo, no había hecho nada, y la evidencia de la cámara no existía, sin contar que ella estaba inmersa en la invasión al zoológico tanto como yo.

-Quizá tengas razón. Aunque podrías estar al servicio de la Interpol, la DEA o algo así- comenté en broma, aunque para mi, internamente, era algo serio y de consideración. Por lo menos, ahora que Freda estaba en donde las serpientes descansaban, no existía riesgo de llamar la atención

Me reí con fuerza ante lo ultimo que dijo Janus, parecía preocuparle de cierta manera toda esa situación, ¿de que se estaba escondiendo?.

-no, la verdad trabajo para los hombres de negro- bromee entre risas

-¿Seria muy preocupante que trabajara para alguna de esas entidades?- pregunte seria, dirigiéndole una mirada interrogante.

Me reí por el comentario de Freda, pues los hombres de negro, estaba seguro, no existían, ni existirían, así como jamás habían pisado la tierra el chupacabras, los hombres lobo o los vampiros. Sin embargo, su siguiente pregunta pareció un tanto menos cómica. Era momento de usar el intelecto para salir avante de esa cuestión.

-No, no tendría que ser algo de consideración- contesté con naturalidad- A menos que fuese un inmigrante ilegal o un delincuente buscado por todo el planeta, ¿verdad?

Analicé su respuesta, de cierta manera me causaba gracia la facilidad que transformaba su respuestas, lo ignore, no quería darle mayor importancia a eso, ya sabia que no era de fiar, pero que más daba si ahora solo éramos compañeros de delito.

-cierto- respondí asintiendo con la cabeza mientras seguíamos avanzando por el lugar.

-¿hace cuanto tiempo anda por la zona?, si es que se puede saber, ya le dije que no tenia que preocuparse, no creo que nada de esto salga de acá- dije calmadamente, mirando el cielo mientras caminaba.

Si bien aún mantendría la guardia, aquellas palabras, al parecer sinceras, me relajaron en alguna medida. Por lo menos, ahora Freda había decidido cambiar el tema de la conversación. Todavía quedaban algunos minutos, los suficientes como para mantenerme grabando información acerca del zoológico y, al mismo tiempo, charlar con absoluta calma y soltura. La pregunta que estaba por responder era completamente inofensiva a mi parecer.

-Llegué hace unos días, de un terrible vuelo internacional. La comida en los aviones es bastante mala, ¿sabías?- pregunté haciendo una mueca de disgusto

Janus se mostraba más relajado con mis palabras, deje de mira el cielo, y lo mire fijamente.

-si, lo sabia- dije sonriente, al fin estaba logrando sacarle algo de información.

-¿de donde venia?- pregunte, y me reí en mis interiores, se me había olvidado lo interrogativa que podía ser, no me comportaba así desde que era humana, pero la intriga me ganaba.

-Llegué a América desde Alemania, una travesía larga además de incómoda. Más aún cuando los pasajeros no se duermen e impiden al resto descansar- respondí honestamente, nuevamente en lo que iba de la noche- ¿Alguna vez has intentado un viaje tan prolongado?- pregunté esta ocasión, sin dejar de perder detalle sobre el zoológico. Cada vez tenía un mapa más detallado de él en mi cabeza

Janus miraba detalladamente el lugar, como si estuviera buscando algo, o memorizando algo.

-ya veo- susurre con voz apenas audible, pensativa.

-he viajado de Italia a América, ¿eso cuenta como un viaje largo?- agregue sarcástica ante lo ultimo.

-pero viajar siempre es bueno, a pesar de las horas que pierdas en ello- continué mientras miraba los inmensos hipopótamos.

-¿De verdad?- pregunté enarcando una ceja, volteando a ver a Freda- Preferiría que existieran medios de transporte más rápidos, los aviones de los cuales disponemos son bastante lentos- comenté con algo de disgusto en la voz. Me encogí de hombros, pues no existía remedio al respecto, no por ahora- Pero no me quejo, sería peor transportarse por barco. Aunque tampoco me quejaría si pudiese volar

Proseguí mi labor, siendo lo más meticuloso posible en observar y analizar cada detalle del zoológico. Por supuesto, necesitaría dibujar un mapa cuando tuviese la primera oportunidad, por temor a olvidar alguna cosa significativa. Arrugué un poco la nariz cuando vi a los hipopótamos, pues jamás me habían agradado.

Mire de reojo a Janus, a mi viajar se me hacia entretenido sobretodo corriendo, conocía mejor los lugares, el tiempo no es una limitante cuando lo tienes para siempre.

-creo que usted ve la vida complicada Janus, si se queda estancado en los detalles como el tiempo, o “medios de transporte”, nunca la disfrutara por completo- respondí no tomándole mayor importancia a lo que había dicho.

-además que son solo unas horas si le queda toda una vida por delante- agregue, mire a las jirafas que parecían trapos mientras dormían.

Parecía que a Freda le importaba muy poco emplear el tiempo trasladándose de un lado a otro, o, por lo menos, pensaba que tenía la vida comprada... algo así me daba la impresión. Claro, yo, por mi parte, estaba consciente de que en cualquier instante mi existencia se esfumaría... y por ello quería darle el mejor uso posible.

-Tal vez en tu mente esté la idea de que tienes una eternidad por delante, pero las personas morimos irremediablemente, y entonces esas horas empleadas en viajar se vuelven un desperdicio- repliqué consultando mi reloj. La hora se acercaba, y mi mapa mental se encontraba casi listo para ser plasmado, al menos la sección que necesitaba para uno de mis planes- De cualquier modo, dialogar acerca del tiempo es perderlo, el maldito jamás se detiene

Deje de mirar las jirafas para reírme sarcástica, no pude evitarlo, quizás parecería loca pero no me importaba, que más daba si la persona que estaba al lado mío era casi igual de aterrador que yo.

-si tiene razón caballero, dialogar sobre el tiempo es perderlo- dije repitiendo sus palabras

-pero que más da, lo que importa ahora es el tiempo que nos queda dentro de esta jungla de animales torturados- agregue tranquila.

¿Qué clase de chiste había contado sin percatarme? Al menos eso me pregunté cuando Freda se rió de aquella manera. Me tomó por sorpresa, pues no esperaba una reacción así ante mis palabras. Indudablemente, el humor americano distanciaba notablemente del europeo. Tras aquel momento, sus sensato recordatorio me hizo echar un vistazo a mi reloj, para verificar los minutos restantes.

-Aún podemos andarnos tranquilos, posiblemente estén imaginándose como rayos es que la cámara dejó de funcionar- Obtuve una extraña idea que, no obstante, me ayudaría a ganar algunos minutos...- ¿Quieres liberar a unos cuantos de esos amigos encerrados ahí?- pregunté señalando una jaula al azar

Me entusiasmo mucho la idea sobretodo si nos quedaba algo de tiempo, mire en dirección a la serpiente que había visto anteriormente.

-Claro- dije alegre.

-¿puedo?- le pregunte señalando a la enorme serpiente, no me importaba su respuesta, yo lo iba a hacer de todas maneras, pero la cortesía era primordial.

-espero que no te arrepientas después- dije en susurros mientras me acercaba al contenedor que retenía a la serpiente.

Miré con detenimiento a Freda. Se veía muy confiada en lo que hacía, tanto como yo en la parte de infiltrarnos al zoológico. Levanté los hombros, para asentir ante sus palabras. De cualquier manera, me temía que no le importase lo que yo pudiese alegar en contra. Por si acaso, mi bayoneta estaba al alcance de mi mano, y no dudaría en defenderme contra el animal... prefería que muriese él en mi lugar.

-Haz como te plazca. Realmente no me inspiran el más mínimo temor los animales- comenté tranquilamente- Tú eres quien los va a tocar

Asentí con la cabeza cuando el dijo que podía sacar a la serpiente, me acerque más, me encarame en donde estaba, la tome en mis brazos, se notaba pesada pero para mi no lo era, la deje libre y reí.

La serpiente fue a la jaula de unos monos, y se comió a uno, yo reí con más ganas, era un espectáculo como ninguno.

- ¿tu no quieres liberar alguno?- le pregunte a Janus mientras seguía mirando a la serpiente.

Suspiré al ver lo que Freda hacía. Realmente parecía una niña soltando a esa serpiente... o eso pensé hasta el momento en que el reptil se trago, virtualmente, un primate. No me asombraba, pues, para mi, casi era evidente que alimentaban solo con lo necesario a los animales ahí cautivos. Sumado a ello, la serpiente se encontraba, en ese instante, encima de los primates en la cadena alimenticia.

Cuando escuché la pregunta sobre si yo no planeaba unirme a la fiesta, miré a Freda algo extrañado.

-Te he dicho que serías tú quien tomase las resposabilidades por este desastre, no yo- le respondí algo serio mientras me sentaba en una banca, a repasar cuidadosamente el mapa del zoológico- Además, en mi trabajo he visto demasiados animales como para ahora ser considerado con estos.- sin embargo, si me ponía a hacer algunos destrozos, seguramente creerían que un equipo de ecologistas se habría infiltrado- Cambié de opinión- dije poniendome de pie en un salto.

Me dirigí a una jaula, toqué la reja y dije

-He pajarracos, despierten, hoy es su día de suerte- y al mismo tiempo abría la reja para liberar a los pericos usando mi bayoneta

Me reí ante su repentino cambio de humor, era un hombre extremadamente extraño.

-vez!, no cuesta tanto- dije sonriente, me acerque a la jaula de los cocodrilos, esto será muy divertido pensé mientras abría la jaula, los cocodrilos salieron a toda prisa, uno se quedo en frente a mi, yo gruñí bien bajo y este se alejo.

-¿esta seguro que no habían más cámaras?- le pregunte a janus algo preocupada, porque por lo que sabia habían cámaras en todas partes.

Una nueva sorpresa. Ahor a Freda liberaba a los cocodrilos. Por suerte, había tenido la oportunidad de experimentar el uso de medicamentos en ellos, por lo cual tenía ciertas nociones de como manejar semejantes animales en caso de ataque. Sin embargo, tras oir su duda, negué con la cabeza, pues parecía dudar de mi trabajo.

-Es probable, pero improbable- contesté valiéndome de una paradoja- Seré más claro. Me encargué de cortar el cable que trasmite las imágenes directas de la cámara de entrada. No obstante, estos sistemas de seguridad dependen mucho de la eficiencia de los mecanismos dispuestos en los accesos, el resto son secundarios totalmente inútiles una vez atacas e inhabilitas los aparatos primarios... no, no hay nada de que preocuparse- resumí sentándome junto a la jaula de aves recién liberadas por mi.

Me quede pegada mirando como explicaba todo eso con tanta seguridad, tenia entendido más o menos lo que el era, pero continuaba sin importarme, ni siquiera se preocupaba por los animales que había soltado, cualquier otro humano se abría quedado aterrado en su lugar, pero el ni se inmutaba.

-ya veo Janus- dije asintiendo con la cabeza. Me senté en el piso para mirar el cielo.

-¿entonces que eres?, ¿asesino en serie?, ¿ladrón profesional?, ¿o trabajas para la mafia?- pregunte sin dejar de mirar el cielo.

Me reí ante tal pregunta. ¿Acaso Freda no pensaba darse por vencida en el asunto de indagar sobre mi verdadera profesión? ¿Existía algo suficientemente poderoso como para motivarla a cuestionarme de semejante manera? Todo indicaba que así era. Bueno, posiblemente llegaba el instante de poner a trabajar mi creatividad de nuevo.

-Veamos...- comencé mirando a Freda- Creo que dije ser turista, ¿no es así? Y quedamos de acuerdo en que tu eras una visitante más del zoológico. ¿Qué tiene eso de malo?- le pregunté ahora yo, sin dejar de observarla, aunque me sentí ligeramente tentado por contemplar el cielo al igual que ella

Freda era una mujer persistente. Parecía que, irremediablemente, acabaría descubriéndome... si no lo había hecho ya por mis inusuales habilidades. No obstante, parecía no tener intenciones de enviarme a prisión, o acusarme de algo infundamentadamente. Suspiré, algo contrariado, buscando asegurarme de que diría lo extrictamente lo necesario, sin revelar mucho.

-¿Quieres que te diga que viví en un peligroso barrio de África durante mis años de universidad? ¿Qué fui golpeado, pateado, acuchillado y forzado a cometer algunos delitos mientras estudiaba, todo porque mi padre no me quería cerca de él? Bueno, esa es la historia de una parte de mi vida- concluí encogiendome de hombros, mirando por donde Freda se iba.. si bien no había mentido en absoluto, lo fundamental sobre mi misión seguia oculto