Despeja la mente (Libre)

Ser vampiro implicaba habituarme a ciertas cosas que como humana jamás hubiera creido. Todos mis sentidos estaban mas que super desarrollados, ni hablar tampoco de la falta de autocontrol que podía llegar a tener en ciertos momentos.
En un abrir y cerrar de ojos me encontré caminando a orillas del mar, todo estaba sumamente calmo, cosa que no era de extrañar ¿Quién andaría por la playa a las 4:00 am?

Había decidido dejar de pensar un poco en "venganzas" o que había dejado atras, mi peor error ya estaba hecho y poco sabía de como podía acabar con mi propia no-vida. No quería cruzarme con ninguna otra pobre persona... estaba harta de matar.
Me metí en el mar hasta las rodillas, podía sentir el agua helada, pero nada frio... Me pareció útil y un poco triste.. entonces ¿Nunca mas sentiría frío? ¿Hasta donde podría sentir ciertas cosas?
Mi expreción era triste pero al menos estaba calmada... mas calmada de lo que había estado nunca desde mi conversión... y esperaba que por lo menos ese estado me durara un par de horas.

Definitivamente tener que vigilar negocios que no marchaban nada bien en forks era una complicacion que no necesitaba, lo vendería, lo demolería....ya no importaba, la bolsa andaba bien y la conexion que queria tener con Forks habia desaparecido bajo tierra, literalmente.

No estaba de mal humor, pero si alterada, así que despues de una noche de caza en el bosque de forks, volvía corriendo a la universidad, correr era el unico calmante que conocía para los inmortales, al menos funcionaba para mi.

Era temprano, nadie se preocuparía por una chica que corre a la velocidad del viento por la playa porque nadie con sentido común podía estar despierto a las cuatro de la mañana tan solo para prestar atención a cosas tan innecesarias. La poca observación de los humanos siempre era un punto a favor.

Algo captó mi atencion mientras recorría la playa, una figura que se me hacía conocida a pesar de los cambios que habia sufrido en este tiempo....Amaltea....Neofita.

Reduje mi velocidad hasta que solo caminé, acercandome a ella, sabía que me sentiria llegar, no tenía porque anunciar mi presencia con palabras, sentía curiosidad, ¿como es que habia conseguido su inmortalidad? la creia muerta todo estwe tiempo.

Algo a no muchos metros de mi se movía a gran a velocidad, todavía no estaba acostumbrada a percibir del todo a las personas o criaturas del lugar, sin embargo cuando estubo lo suficientemente cerca entendí.
Vampiro
Giré sobre mi misma y tomé una posición defensiva y hostil, esperando a quien viniera. Cuando la mujer estubo lo suficientemente cerca mis musculos se tensaron mas, podía reconocer el rostro, más varios de mis recuerdos sobre la gente que había conocido en mi vida humana eran borrosos. Un dolor de cabeza prácticamente imaginario dificultaba que pudiera pensar con claridad..

Allysa... Compañera de Sasha Zimmerman, vampira... ojos dorados Lo último mas que un recuerdo saltaba a la vista... Una nausea probablemente también imaginaria recorrió mi estomago... era la misma sensación que sentía antes de morir cuando la veía.. una especié de asco y desconfianza mezclados que solo tenía cuando los veía ellos.

Mis ojos se mantuvieron clavados en ella esperando algo, una reacción, una palabra...que se valla... lo que sea!

Observé la manera en que tomó una postura defensiva tan pronto sintió mi presencia, tan hostil, tan...temerosa en realidad, no hubiera sido difícil descifrar que era nueva en esto para nadie que no la hubiera conocido antes, en otra vida, literalmente hablando.
¿Cuanto tendría desde su conversión? Sus ojos me decían que no tanto, recordé mentalmente los meses que había estado desaparecida, de la forma en que lo hubiera logrado, parecía haber perdido parte de ella en el proceso, su rostro mostraba confusión al verme.
Cuando estuve lo bastante cerca me detuve y tensé un poco mis músculos, de forma casi imperceptible, solo por si acaso, no sabía que tan inestable podía ser ella, aunque en ese momento todo lo que hice fue soltar una pequeña risita, macabro, imprudente, pero ver la decadencia de su situación me parecía cómico a mi manera, el destino tenía maneras curiosas de trabajar.

-¿Aún no te acostumbras a las nuevas ventajas Amaltea?-le pregunté con algo de arrogancia, pinchando a un oso me dije a mi misma.

Esa risita... esa forma de hablarme... definitivamente no existía un solo vampiro sobre la faz de la tierra que no fuera orgulloso, creido, tan arrogante.... los odiaba, sin duda alguna en el tiempo que sobreviviera de esta forma yo no me convertiría en una escoría mas de ellos...

-..Ventajas?- Mi voz no sonaba menos hostil que mi posición- Esto te parese una ventaja? - Mis ojos se veían furiosos.

Dejé que mis musculos se destensaran un poco ni bien comencé a recordar como era Allysa, no estaba segura pero no creía que ella pudiera llegarme a atacar sin razón, de hecho hasta parecía mas confundida y desconcertada de verme que otra cosa...


(que poquito escribí, estoy un poco desinspirada!)

Inestable, la chica siempre había tenido problemas controlando su temperamento, ¿porque habría de cambiar eso ahora que era inmortal? Sería un optimismo casi idealista en realidad.

La ira que emanaban sus ojos y su voz no hizo mucho efecto en mi, continué mirándola calmadamente y le contesté esta vez sin algún tono o intención de burla.

-Supongo que aún no has visto el lado bueno de todo esto, esta vida está tan llena de ventajas como lo está de tormentos, sería bastante débil quedarse sentada y lamentarse al respecto.

Noté como se relajaba, de alguna forma parecía que la comprension habia llegado a ella, de nuevo la curiosidad se apoderó de mí.

-¿Como sucedió?-le pregunté, tratando de ser persuasiva.

Intenté relajarme, el intento falló.
Si controlar mi ira se me había hecho dificil siendo humana, siendo vampira me era imposible.

Las palabras de Allysa me eran totalmente indiferentes, realmente no podía ver las ventajas de esto, por mas que lo intentara.

Y luego vino lo mismo de siempre, "¿Cómo sucedió?"... No era la primer vampira en preguntarmelo, sin embargo era la única que conocía a mi "creadora".

-Freda Blanc..- Mi voz sonó asquiada..- Ella y toda su manada de locos...- Recapacité unos segundos, realmente yo era la que me había buscado esa converción, pero toda la agonía que me habían echo vivir en la carcel de Alaska... eso, eso había arruinado todos mis planes que tenía para esta vida...- Dime, ella murió verdad?- No estaba del todo segura pero algo me decía que no me volvería a cruzar a toda la junta de vampiros que me hubiera gustado aniquilar... Freda.. Iliana... mi padrino... ¿El también estaba muerto?

Así que habia conseguido la manera de sacar de quicio a la chica Blanc, eso explicaba porque el profesor tampoco habia continuado dando su clase, el rostro de Amaltea mostró que meditaba respecto a los sucesos de su conversión, me preguntaba que tan dramático había sido todo, pero la verdad ya no era asunto mío, lo único que importaba en el presente era que ella estaba de vuelta, de una forma u otra.

Preguntó por el destino de la chica Blanc, encogí los hombros y respondí con voz serena mientras me movía a su alrededor lentamente, observándola a ella y a sus ojos.

-Solo puedo ser testigo de que no regresó a la facultad, ni he vuelto a sentir su olor en la ciudad, aunque si he sentido el efluvio del profesor Blanc.-Hice una pausa- Mucho ha cambiado Amaltea, incluso nuestras existencias siendo lo que somos puede acabar en un suspiro, Iliana tambien desapareció hace algunos meses, y parece que no es el unico vampiro que ha muerto en esta ciudad...no somos las unicas pesadillas vivientes en el mundo, nunca lo olvides.

-A cuantos humanos mataste?-le pregunté con una media sonrisa asomándose por mis labios, pura curiosidad morbosa.