Angeles o Demonios (Isis y James Cathedral)

~Me acomodo el alzacuellos, la misa comenzará pronto, y ya hay quienes quieres confesarse. Idiotas, piensan que soy compresivo, que por contarme sus estupideces serán salvados del fuego eterno, me rio mentalemente antés de salir a la nave principical. Miro a las pocas personas que hay en las bancas delanteras, varios de ellos están rezando de rodillas, cara a la gran cruz de madera que hay detras del altar.

Me doy la vuelta y me santiguo, odio totalmente ese gesto, pero es lo que esperan que haga. ¿Morir por nosotros?...mira lo que te hicimos, y aún así querías salvarnos...¡estupido! Te lo merecías cabronazo. Camino por el pasillo central, saludando cordialmente a los feligreses, con una sonrisa que acabará por provocarme una úlcera de lo que me duele en el interior.

Dos chicas llaman mi atención, no las he visto nunca por aquí. Son jóvenes y guapas, de la clase que no abunda en un lugar como este. Me acerco a ellas y las saludo-Bienvenidas a la Iglesia de la Inmaculada Concepción-Me sale mi voz de párroco-Si necesitan alguna ayuda señoritas, no tienen más que pedirmela-Les sonrío.Yo si que os daría la ayuda que necesitais. Le miró a una el escote, a la que parece más mayor, tiene unas tetas grandes y redondas, me las imagino tirandomelas a las dos en el altar, incluso soy capaz de escuchar sus gemidos en mi imaginación. La chica se tapa un poco, parece que se ha dado cuenta de que la miraba, ¡Que se joda! que no se vista como una ramera. Mi mirada muestra cordialidad-Debería taparse un poco, o cogera un catarro, además esa no es indumentaria para entrar en la casa del señor-Vuelvo a utilizar mi tono de hombre de bien.~

~ Se dirigen a mí con cordialidad, soy un hombre con sotana y alzacuellos, todos se dirigen a mí de ese modo. Mi mirada es plácida clavada en los movimientos que están haciendo para cubrirse. Se acaba el espectáculo, ¡Maldita casa del señor!. Se tocan y se acaricían el pelo, mientras se agarran la mano. Eso aviva otros pensamientos lujuriosos en mi mente, seguro que ellas se divierten juntas, no me importaría participar o simplemente quedarme a mirar en alguno de sus juegos lésbicos.

No presto demasiada atención a sus palabras, parecen ecos en la gran iglesia, al igual que dentro de mi cabeza. Me acomdo la sotana y les sonrío cordialemente. Una de ellas dice algo que me hace volver a mirarlas, sus palabras son realmente acertadas, yo visto como un sacerdote y no creo en nada, y quizas ella con sus pintas de fulana, tenga más fe que muchos de los que venían a rogar por la espiación de sus pecados diariamente-Tienes razón, pero no es decoroso-Les susurro pretendiendo ser amable, poniendo una mirada complice. Aunque me rio en mi interior-La misa comenzará en breve-Me alejo de ellas-Espero que se queden y les agrade-Lanzo mis palabras al vacío sin mirarlas y comienzo a caminar lentamente hacía el altar. Nadie me ve los ojos pero miran con odio a la cruz de madera sobre el altar que me da sombra.Ahora estas más alto y podrás ocultarme, pero yo soy el pastor de tu rebaño, y me encantan las ovejas negras.~