Cubriendo daños (libre)

Llegaba de mi encuentro con Anna, aquella chica había logrado encontrar mi punto debil y herirme en lo más profundo de mi alma. Traté de no mostrar demasiada importancia a lo que me había dicho, pero había sido inevitable, porque sabía que esta vez ella tenía razón y aquello me inquietaba. Nunca pensé que Anna lograría hacerme sentir de esa forma, había finalmente ganado y comenzaba a perder la paciencia con ella, quizás era mejor no volver a acercarme o también estaba el otro camino, en donde yo podía... no... no podía, no podía matarla. Había algo en mi interior que me lo impedía, era amiga de Katherine, ¿qué pensaría ella si se enterara?...

Entré al salón, se encontraba en un extraño silencio, vacío como pocas veces había visto. Me acerqué a uno de los sillones y me dejé caer, cerrando mis ojos. Las palabras de aquella chica resonaban en mi cabeza una y otra vez, era una cadena de palabra que no tenía fin, un circulo del que no podía salir y de haber sido humano hubiese derramado alguna que otra lágrima. Agradecía mi condición, aquella naturaleza que me permitía mostrarme más fuerte de lo que quizás en realidad era.

En un movimiento completamente involuntario, producto de la ira que estaba intentando contener en aquel momento, patee la pequeña mesa a unos centímetros de mis pies. Sin medir fuerzas, había logrado hacer que la mesa se corra hacia atrás, algunos adornos que tenían encima cayeron al piso, además de que la mesa había adquirido un pequeño hueco justo donde mi pie la había golpeado.

Miré hacia el umbral, esperando que nadie haya oído aquel ruido que había hecho y luego dirigí una mirada a los daños causados... genial.

Entré al salon de manera distraida escuchando "BrokenCYDE" con mi mp3. Adentro estaba un chico de la fraternidad que desconocía, no tarde en darme cuenta que era vampiro, por lo que mi mirada se volvio un tanto mas seria y fría. Ya estaba un poco mas acostumbrada a tener que lidiar con ellos, odiaba tener que admitirlo pero no me convenía seguirme poniendo en contra, no ahora que la pequeña Catalina estaba bajo mi cuidado.
Heché un vistazo rapido a la habitación, la mesa estaba a unos metros de su verdadera hubicación, había varias cosas rotas, y ademas esta no solo tenía un hueco si no que tambien había dejado una leve marca en el piso del camino recorrido. Levanté una ceja y mire a los ojos por unos segundos al vampiro.
Luego haciendo como si nada me tire en el gran sillon y seguí cantando:

-Oh baby why did you have to lie to me.
I can't play no more games.
These thoughts are slowly controlling me.
You're turning off the flame.
So go baby go baby.
You don't want me.
So go baby go baby.
Come and get me.
So go baby go baby.
You don't want me.
So go baby go!
Come and get me.
Let's get freaky now, let's get fucking freaky now.- Cada tanto abría un ojo "con disimulo" para asegurarme que el vampiro no hiciera nada raro.

No me preocupé en levantar lo que había caído al piso, por el momento no tenía ganas y si alguién llegaba simplemente diría que había sido otra persona o que había sido un accidente, aunque en realidad así había sido, había sido un accidente, pero el pequeño pedazo que le había arrancado a la mesa era algo inexplicable.

Escuché que unos pasos se acercaban, y automáticamente miré hacia el umbral, para que luego de unos segundos vea a una chica de la fraternidad entrar al salón. Era extraño, llevaba allí un montón de tiempo, pero no sabía el nombre de la mayoría de las personas con quienes convivía y estaba seguro de que quizás ellos no sabrían el mío. Seguramente pasaba por el chico con problemas de autoestima que sólo le gustaba estar solo y no entablar ninguna clase de conversación con nadie.

La chica me miró de forma rara luego de ver el pequeño desastre que se había ocasionado en la habitación, y le devolví la mirada, de igual forma que ella lo hacía. Si tendría algo para decirme entonces lo haría, sino simplemente se quedaría callada.

No dijo nada y se sentó en uno de los sillones para comenzar a... cantar... Lo menos que necesitaba en ese momento era una voz cercana taladrándome los oídos, los pensamientos... todo. No dije nada, durante unos instantes volví a cerrar los ojos, tratando de ignorar aquello, pero era imposible. Busqué su mirada y toqué su hombro levemente.

-¿podrías... bajar la voz? -yo utilizando un tono amable para dirigirme a alguien que no conocía... Quizás las palabras de Anna me habían afectado más de lo que me hubiese imaginado, aunque aquel pedido quizás no le iba a agradar a aquella chica.

Seguí cantando, por momentos exageraba mas la voz y hasta llegaba a gritar, suerte tenía aquel vampiro de que no desafinara..
Se me acerco al cabo de unos minutos y me dijo algo que apenas oí
¿¡QUÉ SI TENGO UN CALMANTE PARA LA TOS?!- Grité al no escuchar bien lo que me decía el extraño. Evidentemente el volumen con el que escuchaba la musica hacia que no solo escuchara mal lo que me decían, tambien hacia que gritara para contestar al no escucharme siquiera a mi misma.
Revise rapidamente mi mochila y saque unas pastillas celestes. Cuando no? Siempre tenía pastillas de lo que fueran. Me quede algo sorprendida, no tenía entendido que los vampiros tosieran... o tomaran medicamentos... tal vez era para alguien mas o tal vez solo quería disimular conmigo

Cerré los ojos levemente por unos segundos al escuchar su grito y luego los abrí para mirarla confundido. ¿Quién había hablado de tos, calmantes y demás?, luego escuché que la música que estaba escuchando se filtraba por sus audifonos, si seguía así no conservaría sus oídos hasta dentro de los próximos tres años. Vi que se ponía a buscar algo en la mochila, ignorando el gesto que había hecho con la cabeza, negar ante su pregunta, ella siguió muy concentrada en revolver las cosas que tenía dentro. Cuando me mostró las pastillas que llegaron a su mano la miré enarcando una ceja, o estaba demasiado sorda o estaba tomándome el pelo.

Me contuve una vez más, no quería seguir rompiendo la mesa o ser autor de otro objetos rotos, respiré inecesariamente, hondo, llenándo de aire mis pulmones para luego volver a hablarle, esperando que ésta vez sí me entienda.

-¡SI PUEDES BAJAR LA VOZ! -esta vez le había gritado, sin poder evitarlo. Mi paciencia se vencía fácilmente, aunque esta vez había aguantado bastante-. No quiero pastillas, gracias... sólo te pido, silencio -agregué, medio apretándo mis dientes y tensando la mandibula. Luego sonreí forzadamente, sin estar seguro de cuánto me había entendido esta vez.

Me saqué uno de los auriculares 2 segundos antes de que me gritara. Valla caracter, me sobresalté un poco por el grito y abrí los ojos de manera exagerada.
-Valla no tienes porque gritar...- Le dije con un hilo de voz y mire nuevamente la mesa - Mal dia huh?
No me causaba ninguna gracia estar compartiendo la fraternidad con tanto vampiro lleno de sentimientos, esa mesa podria haber sido Kate...Por suerte me habia llegado el rumor de que Jane Volturi se iria, si era que ya no se habia ido de la fraternidad.
-Para mi es un gran día...- dije nuevamente casi sin dejar escapar un sonido, sabiendo que aun asi me escucharía..

-no me dejaste otra alternativa... No deberías escuchar la música tan alta, tus oídos no son eternos -le dije desviando la mirada hacia otro lado, más tranquilo sabiendo que no se pondría a cantar otra vez. La chica no desafinaba, pero en ese momento quería escuchar el menor ruido posible y si ella podía parar de cantar, mucho mejor.

Me di cuenta que echaba un vistazo a la mesa mientras que a la vez afirmaba que mi día no era bueno. Evidentemente no podría limpiar mis manos y decir que no había sido el causante de aquel desastre, ella lo sabía y tampoco tenía ganas de estar dándole vuelta a las cosas. Simplemente dejaría que ella crea lo que quiera. Aunque tambien se lo tomaba con bastante naturalidad y eso me llamaba la atención.

-sí, un muy mal día -dije a penas, aunque los suficientemente fuerte como para que ella me escuche.

Rodé los ojos discimuladamente cuando dijo que para ella era un gran día.

-no hace falta que lo digas, puedo notar tu entusiasmo. Alguien que tiene un mal día no andaría por toda la fraternidad gritando como lo hacias tú -expresé. Me quedé en silencio por unos momentos, desde mi lugar escuchaba con claridad la música que salía de los audifonos, aunque cualquiera podría hacerlo-. Lamento lo de la mesa... espero que sepas guardar el secreto.

Al escuchar que mis oidos no eran eternos pense en decirle "A diferencia de ti". Pero ya había entendido los problemas que podía causar ser explicita con un vampiro.
Me senté un poco mas derecha en el sillon y prendí la tv cambiando de canal antes de siquiera poder ver lo que pasaban. Escuchaba cada palabra del vampiro pero no lo miraba mucho a los ojos, odiaba caer en esa especie de hipnozis.
-Creeme... Daniel lamentará mas lo de la mesa que tu...- Termine de escucharlo hablar- No te preocupes, hay secretos mas interesantes que contar y chismosear en la fraternidad...-Seguí mirando el televisor haciendome la desinteresada, pese a que tal vez si lo estaba un poco-... 150 canales de pura basura...- Balbucié

Reprimí una sonrisa cuando dijo lo de Daniel, tenía razón y de repente me llegó una imagen demasiado graciosa como para seguir lamentandome por la estúpida mesa, incluso quizás sintiendo mucho más alivio sabiendo que alguien se preocuparía más que yo.

Por un momento sentí algo de curiosidad por saber qué secretos interesantes recorrían los pasillos de la fraternidad, pero sabía que quizás ella no le diría demasiado a un desconocido. Mientras cambiaba los canales de la tele observé en silencio los tatuajes con los que cargaba aquella chica en sus antebrazos y quién sabe en qué otros lugares más. Agradecía internamente aquella actitud desinteresada de su parte, era todo lo contrario a Anna... Desvié mis ojos hacia la pantalla cuando declaró su descontento ante lo poco que te podía ofrecer un televisor.

-¿hubo alguna vez cuando la televisión mostró algo coherente? -pregunté con cierta socarronería, aunque la pregunta había sido algo más inconsciente e involuntario-. Apagala si no te gusta lo que ves -agregué luego sin importancia. Si no le gustaba la televisión, entonces ¿por qué la prendía?.

Noté vagamente como el vampiro me miraba de arriba a abajo, no era nuevo para mi y de hecho ya me habia acostumbrado a esa clase de miradas.
-No se...decimelo vos, cuando se invento la tv habia buena programación?- Dije bajito.. me era inevitable hacer esos chistes, tonta! me metería de nuevo en problemas si seguía así...- A menos que seas mas joven de lo que aparentas... - Intente arreglar, aunque ahora parecia mas bien un insulto...
Me quede casi 10 minutos callada luego de que el terminara de hablar, luego apague la tv y me gire a verlo, concentrandome para no entrar en "trance".
-Entonces... si no te gusta que cante, ni que me queje de la mala programación...con que se supone que me tengo que entretener?- Dirigi mi vista hacia la mesa, como señalandola- Rompiendo los muebles de la fraternidad?- Volvi a mirar a mi desconocido compañero y sonrei de costado enseñando los dientes.

-si quieres saberlo quizás en la biblioteca existan libros sobre la programación cuando la televisión se había inventado -respondí inmediatamente al escuchar aquel comentario suyo. ¿Lo había dicho con intención acaso?. Luego, en su intento de arreglar las cosas le fue peor, agradecía aquel "cumplido" de su parte, realmente me hacía sentir mucho mejor-. ¿Tan viejo me veo? -le pregunté enarcando una ceja y volteandome a verla de frente.

Al parecer se había cansado en su intento de buscarle sentido a la televisión y la apagó para luego girarse hacia mi. Me parecía extraño su forma de mirarme, como si por momentos evitara el contacto visual. Escuché sus quejas y reí por lo que dijo sobre los muebles de la fraternidad.

-quizás deberías intentarlo, es una buena forma de desquitarse -le aseguré bromeando aunque no recomendaba adoptar como un deporte el seguir rompiendo cosas de la fraternidad o no duraría más tiempo allí-. No lo sé, puedes entretenerte con... -me quedé pensando, qué podía ofrecerle como forma de entretenimiento, pero no era para nada bueno con eso-... cuéntame cuáles son esos interesantes secretos que andan dando vueltas por la fraternidad. Si no te molesta, claro.

Sonreí de costado y volvé a sentarme mirando al televisor, apagado. Podía verme reflejada en el.
Tenía secretos que contarle sobre la fraternidad, todos aquellos vampiros, que el no desconocía, romances entre mis amigos y compañeros y la verdadera razón de porque una nena vivía en la frate entre otras cosas.
Me acomodé una rasta que se veía "fuera de su lugar" y hablé sin quitarle la vista a mi reflejo.
-Son secretos...se supone que los secretos no se cuentan, o acaso deseas que le anda contando por ahi a los demas sobre tu pelea con la mesa? Aproposito.. vas al gimnacio o algo asi?...- Me encogí de hombros- Valla fuerza para empujarla!- No solo estaba desvíando el tema, también ahora me había vuelto a percatar de eso, la increible fuerza que los "suyos" podían tener... tétrico.
Miré por lo bajo sus manos, sus rodillas, sus piernas y pies... no había indicio derasguño o golpe, ni de sangre...

Mientras hablaba la miraba por el reflejo del televisor, al parecer se había quedado demasiado ocupada viendose en él. No esperaba que me cuente las cosas y tampoco tenía tanto interés, había sido sólo una sugerencia y entendía su código de "no contarle secretos a la persona menos indicada", porque lo había tomado de esa forma... no era la persona indicada y de confianza, ni siquiera sabía su nombre, ni ella el mío.

-entiendo... los secretos son secretos.

Volvió a tocar el tema de la mesa, que por unos momentos había pasado a un segundo plano, sólo hasta que ella volvió a mencionarlo. Cuestionaba demasiado, pero no la veía tan sorprendida como alguien más podría haberlo estado. Me percaté de que me observaba, cuidadosamente y en silencio, como si no quisiera que me de cuenta de eso. Quizás era una persona dificil de sorprender... o quizás sabía más de lo indicado.

-¿nunca tuviste un momento mezclado entre adrenalina y furia que lograste hacer algo que no creías? -pregunté, aunque sin intenciones de convencerla de aquello, como si no me importara que sospeche o algo parecido-. Es un claro ejemplo... le puede pasar a cualquiera, ¿no?.

Escuché en silencio lo que me decia, por un momento mi rostro se volvio mas serio, mas inexpresivo... si, si había vivido momentos de furia y adrenalina, lamentablemente mas veces de las que hubiera querrido, deje de evaluarlo con la mirada, algo me decía que era mas obvia, o el mas perceptivo de lo que era seguro.. y ahora no podía arriesgarme a hacer enojar a mas vampiros.
Sonrei de manera amable, como siempre, actuaba y metía de maravilla.
-No..nunca viví nada así...- lo miré nuevamente a los ojos - Cómo te llamas? eres de medicina verdad?- Recordaba haberlo visto en alguna clase..pero no era seguro

-lástima... -dije cuando me aseguró que nunca había vivido nada así-. Es bastante efectivo, puede llegar a calmarte más de lo que te imaginas... Sólo procura tener a tu alcance pertenencias tuyas, para luego no tener que lamentarte de haber hecho pedazos algo que no te pertenece y luego tener que pagarlo -dije bromeando un poco... y un poco hablando enserio. A nadie le gustaba tener que reparar cosas agenas.

Me preguntó mi nombre y cuádo le iba a contestar tuve que contenerme para reprimir una risa. Qué irónico, yo estudiando medicina.

-me llamo Nicholas -dije cuando pude recomponerme-. Y no, no estoy en medicina, eso no hubiese resultado ni en un millón de años, no es lo mío, estudio bellas artes... iba mejor conmigo, creo. ¿Y tú? ¿estudias medicina?.