Una noche en que los sátiros salían a danzar los más profanos de los bailes y la oscuridad los cubría con sus mantos de silencio y horror. El aburrimiento y la soledad me hicieron caer en el abismo, me sentía deseoso de alimentar mi curiosidad y mis pupilas querían ser el camino de la tentación.
Salí a caminar, mis pasos cansados me llevaron a una librería.
Mi sombría presencia no se hacia de notar gracias a los estantes del lugar.
Me dirigí hacia un mesón donde una joven de aspecto cansado pero saludable se encontraba.
- buenas noches-
Dije con voz lúgubre y fría
-busco el libro de Friedrich Nietzsche..... El Anticristo-
Sonreí fríamente mientras esperaba su respuesta
Ahhh ese libro, cuanto disfrute de el, las criticas a una de las religiones se impuso ante las otras, haciendo desaparecer a todas aquellas que se alimentaban de la curiosidad humana.