Espada llameante //Libre//

Me había aburrido, por primera vez, de estar encerrado en las murallas del castillo Wednar. Después de indagar un poco, finalmente era poseedor de la receta para crear un objeto que me generaría mucha, pero mucha diversión. Al menos, eso deseaba creer por lo innovador que sería.

Tuve que esperar un par de días para que me enviaran los materiales adecuados, pero cuando los tuve no demoré en poner en camino al bosque, esta vez, al de La Push. Una vez arribé, ligeramente tarde, cuando los rayos del sol ya no cubrían el cielo, me puse a armar mi nuevo juguete. Con el kevlar, la gasolina y el resto de los elementos, no demoré mucho en dar génesis a una potencial espada llameante. Estaba seguro, que ayudado con la oscuridad de la noche, el espectáculo sería sensacional. Era un pena no poder filmarlo.

Una vez concluida mi obra, la tomé entre mis manos firmemente, admirándola con recelo. Saqué mi encendedor, y di vida a una llama que recorrió tres cuartos de mi espada. No duraría mucho tiempo, pero lo disfrutaría. Comencé a maniobrar el arma con gracilidad, justo como me enseñasen algunos años atrás, haciendo danzar la flama vistosamente en medio de las tinieblas.

En la noche se respiraba un aire difetente sobre todo si te encuentras en el bosque de la push, la caminata nocturna era lo que mas extrañaba, pasear por el lugar y hacer el intento de escuchar a los que se deslizaban por ahi vigilando, siempre atentos. Un brillo intenso en la oscuridad hizo que despertara mi inquietante curiosidad, fui caminando de prisa hacia aquella luminosidad, entre los arbustos observe a un homre con...¿una espada?. Perfecto, estaba segurisima de que aun seguia estando en mis cinco sentidos, sali del escondite esperando no asustarlo o que me hiciera algo a mi.
-Buenas- salude con un tono timido, trayendo esa espada era lo minimo que se podia esperar.

(( ¿por que esa espada se me hace sospechosamente conocida?))

No alcanzaba a comprender el motivo exacto por el cual había cesado de esgrimir, o al menos de practicar durante tanto tiempo. Era tan relajante y me ayudaba sobremanera a olvidarme de las tensiones cotidianas y trascendentes que me aflijían... Sin duda sentir el peso de mi arma balancearce al compás que su amo le dictaba era una experiencia que me hacía falta desde muchas semanas atrás. Cabía señalar una cosa; el detalle de un rojiza llama circulando por casi toda la hoja aumentaba mi agrado de blandir mi espada en medio de las tinieblas que cubrían aquella parte del mundo.

Me sobresalté ligeramente cuando escuché una voz saludar de un punto que iluminé instantaneamente con el fulgor de mi espada. Una joven fue apenas visible en medio de la arboleda. Inmediatamente giré un par de veces mi arma para clavarla en una zona sin pasto, donde la arena se calentaría sin llegar a incendiarse como lo haría un área verde.

-Hola- dije mientras realizaba una pequeña reverencia, sin preocuparme por mi capa- Vaya, no esperaba tener público esta noche- añadí un tanto nervioso.

((Cualquier similitud con un programa de TV, algún animé, FF u otro videojuego es mera, mera coincidencia))

Se notaba el grado de concentracion que tenia al blandir esa espada, sin dudas el debia disfrutarlo mucho. Ese pequeño detalle hizo que pensara en lo gracioso del comportamiento que teniamos, ¿como un arma de ese tamaño y el movimiento que llevaba podia hacer que una persona se sintiera relajada y con bienestar?, eso era lo que me expresaba aquel hombre. Mire la espada clavada en el suelo y luego a el.
-Pues siempre hay que estar preparado para los imprevistos ¿no?- le pregunte alzando una ceja y caminando hacia el- perdona si te he asustado, no era mi intencion- me disculpe mientras tomaba asiento en el suelo-...

Ciertamente la chica tenía un punto a favor. Estaba vez me había tomado con la guardia baja, propinándome algo similar a un susto al aparecerse. Daba gracias de no tener que cuidarme de vampiros en aquella zona pues seguramente ni siquiera habría tenido tiempo para sustos preventivos. En cualquier caso, sólamente me restaba comportarme decentemente y guardarme un poco las preocupaciones de toparme un licano por ahí durante la noche.

-Descuida. Nunca está de más sentir la adrenalina de recibir una sorpresa de pronto. Además, creo que incumplí mi regla de esperar lo inesperado...- medité un instante mis propias palabras. No recordaba exactamente de donde las había salido- Pero, de todas formas, es una bonita noche para salir a blandir una espada con chispitas saltarinas, ¿no es así?- pregunté como el niño que espera una respuesta positiva al mostrar un atroz dibujo a un adulto.

Lo miraba inclinando mi cabeza hacia un lado y hacia otro, era gracioso verlo de esos angulos, pestañe varias veces imaginando en lo divertido que seria tomar esa espada y manejarla como el lo habia hecho, sin dudas algo digno de verse, pero en fin yo y mi loca imaginacion. Hice una pequeña mueca al orilo decir lo primero, por lo visto mi presencia siempre se tomaba de gran susto pero ¿en verdad yo asustaba?, ridiculo, bueno no trate de tomarle mucha importancia ya que era de noche y el tambien me habia espantado aunque fuera solo un poco a mi.
-Por supuesto eso nadie lo puede negar- rei suavemente, en verdad estaba muy deacuerdo aunque yo nunca lo habia hecho con una arma como esa- pero es mas divertido cuando hay publico, lo que mas llama la atencion son las chispas ¿magia?- pregunte sonriente-....

Magia... ese concepto resonó en mi mente unos instantes. De haber estado en el medievo, seguramente me habrían quemado en la hoguera por el simple hecho de observar una espada con llamas recorriendo su afilada hoja. Afortunadamente, no necesitaba recurrir a la magia para semejante cosa, sin contar que mis creencias al respecto resultaban casi nulas. Desenterré la espada con relativa facilidad y la giré un par de veces antes de volver a hablar.

-Si le llamas magia a una aleación de kevlar y gasolina, así como algunos cuantos componentes más- miré con detenimiento el resultado de mi experimento- Entonces podrías decir que así es. Pero yo, sinceramente solo lo llamo... ciencia- añadí con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Extendí la mano libre- Soy Seprov Von Wednar.

Al desenterrar la espada me pregunte si en realidad pesaba mas de lo que aparentaba ya que por lo que sabia podian serlo demasido, aunque viendolo bien si fuera asi para el no habria sido problema. Ya me imaginaba una respuesta asi, los componentes se podian oler aun, ¿siempre tenian que hacerlo tan obvio?, la verdad a mi me gustaba mas estar fantaseando algo que para otros seria patetico.
-Y se nota que te gusta experimentar para saber que otras cosas ademas de lo tipico podemos hacer con ella- mire la espada aun asombrada por lo que habia logrado con ese revoltijo de componentes.
-Es un gusto Seprov- extendi mi mano para responder al saludo- puedes decirme Deirdre-....

Parecía que mi afición por realizar cosas fuera de lo normal era casi evidente. Por lo menos, la joven Deirdre eso me acababa de decir. Y eso me dio una interesante idea, la cual no estaba completamente seguro de si concluiría con éxito. Sin embargo, lo primero era concluir las formalidades, de modo que pudiese dar paso a mis nuevas ocurrencias.

-Es un placer, Deirdre- dije mientras retornaba ambas manos a la tarea de sostener mi espada- Fácilmente me catalogo como un vil niño que busca hacer unos cuantos descubrimientos más del mundo- sonreí con amabilidad mientras agregaba- ¿Quieres blandirla?- le pregunté sosteniendo el arma llameante en posición vertical.

Abrace mis piernas mientras me balanceaba en el suelo, ¿yo con una cosa como esa?, sonrei de lado mientras miraba primero a Seprov y luego a la espada ¿estaria jugando?. Tal vez lo mejor era decirle que yo era un peligro teneindo toda clase de armas, con decir que me podria matarme yo misma teniendo un palillo de dientes... Ladee la cabeza una vez, cuando me detube hable.
-Em sabes no creo que sea una buena idea- lo mire aun dudosa- comunmente no tengo suerte con las cosas punsantes- tambien queria que me sacara de otra duda- pero...¿es muy pesada?- pregunte con aire inocente-....

Posiblemente debía haberme esperado una respuesta así... sin embargo, percibía un matiz de incertidumbre en mi expectadora. Claro, una cosa como la que portaba podía no ser bien vista por mcuhas personas... Seguramente ahora tenía una etiqueta de demente plantada en la cabeza, y con justa razón. Aún así, hice la espada girar un par de veces para demostrarle a Deirdre que mi arma no poseía un gran peso... eso me parecía, por supuesto, tras estar sometido a entrenamiento de esgrima por algunos cuantos años.

-Estimo que un kilo, quizá más, sea el peso de esta cosa- declaré finalmente después de hacerla brincar un par de veces y recuperarla con relativa facilidad- No está diseñada para combatir realmente... fuera de quemar a alguien, desde luego- aclaré al instante, esperando no incrementar la imagen de loco en la mente de Deirdre.

Exhale un poco de aire, asi que no era tan pesada como imaginaba, pense rapidamente en lo divertido e interesante que seria el manejar una espada como aquella; si costaria algo hacer el intento a la primera, aun con eso yo creia que valia la pena hacerlo, seria una experiencia mas en la pared de las cosas mas raras que he hecho hasta el momento y vaya que lo era, eso de manejar tal espada en la mitad de la noche y ademas experimentar con ella no era cosa de todos los dias, pero que se podia esperar de lo que yo encontraba en mis salidas nocturnas, pensandolo muy a fondo se diria que era lo mas esperado que me podia pasar...

-Deacuerdo, me gustaria por lo menos hacer el gran intento esperando no ocacionar ningun accidente- tome un tono algo infantil pero optimista. Me levante de un brinco quedando enfrente de el-...

Sonreí con benevolencia y beneplácito. Miré de reojo mi espada, aún con alguna flamas manando de ella. No estaba seguro de cuanto tiempo restaba antes de que se apagase, dado que, para mi desgracia, los combustibles que poseía no eran eternos... ahí era cuando el poder de la magia me hubiese venido de maravilla. Dejando de lado esas ideas, giré una vez más el arma y luego extendí ambas manos en dirección a Deirdre, como si entregase una bandera en lugar de una espada. Confiaba, más bien, tenía la esperanza, de que no se iniciase un incendio por algún movimiento erróneo de la futura esgrimista.... quizá simplemente debía despreocuparme y observar como le iba.

-Toma. Lo primero será que te acostumbres a su peso, ya después manipularla a tu antojo será como montar a caballo- reflexioné un instante sobre esa analogía- O quizá como usar un bolígrafo y plasmar unas cuantas ideas en el papel- concluí aguardando a que la joven recibiese el arma, para luego retroceder unos pasos como mera precaución.

Tome la espada con mucho cuidado mas de lo que deberia, comprobe que no pesaba lo que yo creia eso hizo que me relajara mas. Al oirlo eche un poco la cabeza para atras riendome.
-No te preocupes, tendre cuidado- le asegure viendo como retrosedia, nunca habia tenido una espada como esa, se sentia raro. Primera vez que alguien creia que lo podia hacer bien a la primera, lo que tambien me preocupaba era ese exceso de confianza que tenia hacia mi como para prestarmela..
Trate de recordar algun movimiento se me hacia como manejar un baston o alguna baqueta pero encambio esta era mas larga y con filo ademas le habia agregado un toque "magico". Comence a darle varias vueltas lo mas lento hasta hacerlo rapido, nunca pense que fuera tan facil, sonrei satisfecha.
-Esto parece ser un comienzo ¿no crees?- pregunte mientras le seguia dando vueltas-....

Me cuestioné un fugaz instante si habría sido la idea más sensata permitir que manejase un arma relativamente peligrosa una persona que acababa de declarar no tener mucha suerte con objetos de ese estilo. Lo hecho, hecho estaba, sólo restaba aguardar y rogar por un feliz termino para todo. Sin embargo, unos pocos instantes después, el tiempo, para mi gozo, reveló cuan equivocado me encontraba desde un principio.

Mi cara exhibía claramente la leve sorpresa que sentía. La espada se movía en manos ajenas con gracilidad, dando un giro tras otro con relativa sencillez. De acuerdo, la chica tenía algo de talento natural para esgrimir, por lo menos esa impresión tuve. No obstante, tampoco la animaría a ejecutar maniobras más avanzadas en un arte más o menos complicado. Pensé en una oración adecuada para responder a sus palabras.

-Por supuesto. Supongo que con algo de entrenamiento y dedicación podrías convertirte en una buena esgrimista o espadachina- me crucé de brazos mientras seguía viendo- Tienes un buen dominio de la espada y no te costó mucho adaptarte a su peso.- las llamas comenzaban a extinguirse lentamente, pero durarían un considerable tiempo más, de eso estaba seguro.