Asentí silenciosamente a las palabras de Aenigmate. Ciertamente, el trabajo humano me privaba de momentos de descanso, esparcimiento, en los cuales poder disfrutar de algún pasatiempo distinto al de los miembros de mi especie. Sin embargo, la guerra jamás me dejaría estar oscioso un instante, y requería de todo mi esfuerzo.
-Sí, puedes viajar por el mundo entero y conocer las maravillas que otros países pueden ofrecer- así como las guaridas de los vampiros pensé en mi interior- Hacer excelentes amistades, colaborar con gente agradable. Situaciones por el estilo- dije con ecuanimidad, aunque en mi interior estaba consciente de cuanto mentía.