Lamiendo mis heridas (Kurt)

Lo observe unos segundos antes de responder, mi ultima experiencia con los donuts me hacia renegar de aceptar.

-No gracias, ya no me gusta el dulce, estoy demasiado acostumbrada a la carne.-

Despues se izo un silencio algo incomodo, y evite posar mi mirada en el para que no lo fuera aun mas, observe la habitación, era bastante sencilla, en realidad, Kurt parecio un tipo sencillo.

A simple vista, sus heridas no parecían sanar, pero lo harían rápidamente.

-¿Tienes donde quedarte?- Pregunté- Si gustas, tengo una casa no muy lejos de aquí, tiene varias habitaciones, te puedes quedar en una hasta que te recuperes....o hasta que gustes- Su situación aún era delicada, no podía estar por ahí como si nada.

Su proposición era tentadora, pero no queria resultar una carga mas de lo que ya lo era, le observe con mirada dudosa.

-No quiero darte mas quebraderos de cabeza...- Le observe esperando su reacción, trate de no aspirar la amalgama de olores procedentes del bar, y me concentre en mi oido, percibiendo el sonido de la vida en el pueblo que a estas horas debia estar ya bien despierto.

-Para mi no es romperme la cabeza, lo considero como algo bueno- Seguí sonriente. -Tú calmada, yo nervioso-

Aquel " -Tú calmada, yo nervioso-" me recordo a los joefes indios de las peliculas de indios que vi alguna vez de niña, pero mi ingenio estaba bastante limitado, y no respondi mas que un sencillo -Gracias otra vez Kurt.- Ize un amago de levantarme pero mis costillos se quejaron, y se quedo en eso, un amago.

Bosteze silenciosamente, no fue hasta que hubte terminado de hacerlo, que pense que debia taparme con la mano.

Recuperar mi humanidad conlleva el recuperar mi tambien mis modales, va a resultar peor de lo que esperaba. pense.

-No hay porqué-

-Será mejor que te quedes recostada por lo menos otro rato más- Me levanté y limpié los pantalones. -Te dejaré un rato sola, si necesitas algo avísame- Me levanté y fui hacia la puerta.

Le observe en silencio asintiendo con la cabeza y volviendo a recostarme. Cerre los ojos, la cabeza aun me daba vueltas y sentia nauseas. Pero el dolor remitia estando tumbada.

Escuche el sonido de los pasos de Kurt al alejarse, y salir de la habitación.

Es un buen momento para ir pensando mi siguiente paso. Las ciudades eran tan peligrosas como cualquier bosque, los humanos eran tan dañinos para si mismos como las sanguijuelas, pero eso no las daba derecho a exterminarlos, esos monstruos pertenecian a este mundo, no deberian robar mas vidas.

Jum, hablas como si tu no fueras humana... pero si no lo eres... entonces que eres... ¿otro monstruo?. Mi mente divago largo rato sobre el tema antes de volver a descansar, aun agotada.

Me quedé atentiendo la parte pública del café, cada ciertos ratos me asomaba a ver a Lucrecia, tratando de ver la mejoría, en efecto, las heridas se recuperaban, pero aún faltaba tiempo para que sanaran en su totalidad.

Una vez el café se encontraba tranquilo, aproveché para meterme a la recámara, me recordaba a mí mismo cuando no había tomado la desición de venir a La Push. Era una verdadera pena el que una persona inocente sufriera por los vampiros.

Ahora, lejos de la incosciencia del dia anterior, en la que no habia sentido nada, me encontraba atrapada en un mar de pesadillas y turbios recuerdos.

Pase el dia en la cama, en una extraña vigilia entre el mundo fisico y el de las pesadillas que me atormentaban, podia sentir a Kurt cada vez que se asomaba, o oler a sus clientes, pero era incapaz de decir nada, de abrir los ojos. Solo una vez el sol se hubo ocultado y la luna brillo orgullosa, fui capaz de salir de aquel pesado trance, casi mas agotada ahora que cuando comence a dormir, pero desde luego con mi cuerpo en mejor estado.

Me sente en la cama, aun bajo las sabanas y observe por la ventana, al bosque oscuro, y por encima de el a la luna, de nuevo llovia, y el viento agitaba sombras amenazadoras de los arboles sobre la habitación.

-¿Te encuentras mejor?- Pregunté con los brazos cruzados y apoyado en el umbral de la puerta, pero con una sonrisa de verla despierta. Ella observaba fijamente la luna, lo cuál fue un tanto entretenido.

Asenti con la cabeza sin perder la dirección de mi mirada. Las pesadillas me habian traido amargos recuerdos, y permanecia encerrada en mis pensamientos mas de lo que acostumbraba. Cuando adoptaba la "forma del cazador" como solia llamarla Josh, todo era mas facil, las sensaciones, el dolor, la tristeza, no eran tan profundas, eran mas intuitivas, mas faciles de llevar, pero debia recuperar mi humanidad, o al menos intentarlo, y ahora, pensando con claridad, sintiendome tan debil, se me hacia una idea casi aterradora.

-¿Donde estamos?- Pregunte saliendo del hilo de mis pensamientos, aunque me di cuenta, de que al hacer aquella pregunta, tal vez no me entenderia, podria pensar que me encontraba trastornada.

Arqueé las cejas, la pregunta me tomó por mucha sorpresa.

-La Push...donde parece ser que las heridas del pasado sanan, y se crea una nueva vida...-Respondí, ese pensamiento llegó a mi de la nada.

La Push... ese nombre no me decia nada, atendi a sus palabras, y tras reflexionar unos segundos me decidi a responder.

-Pero... seguimos estando en Estados Unidos ¿verdad?... dime, que te sucedio a ti, como llegastes aqui, me gustaria oir tu historia,- Me gire y me movi un poco, quejandome por el dolor al hacerlo, pero me sente mirandole a el de frente.

-Si, seguimos en Estados Unidos- Por desgracia de algunos- Reí. Escuché su petición, no me era tan difícil hablar de ello a como antes, pero era como una pequeña herida abierta, que de vez en cuando daba piquetes de dolor.

-¿Desde el principio? O solamente la razón por la que estoy aquí-

Asenti con la cabeza, al menos ahora me hacia una pequeña idea de donde estaba, pero los EEUU no era un pais pequeño.

-Creo que tengo tiempo para escucharla entera.- Necesitaba distraerme de mi propio dolor, aunque eso significara entrar en el suyo, sentia hacerle algo asi, pero lo necesitaba.

-Ok...será mejor que te acomodes, es una historia un tanto larga- Suspiré y me senté mejor en la silla.

-"Yo nací en Rusia, mi padre era policía y mi madre diplomática, tuve un hermano menor; este fue desde pequeño a una academia, mi madre viajaba mucho por lo cual casi no la veía, estuve conviviendo con mi padre la mayor parte de mi vida, tenía 10 años cuando lo perdí en un intento de asalto en mi casa. Al saber esto, mi familia materna me acogió y fui un tiempo a vivir a Italia, donde residían casi todos, fue cuando entré en fase por primera vez...ella lo presenció todo, no pudo aguantar el dolor de ver a su hijo "transformandose en una bestia" y falleció, pensar que a los 16 me había quedado huérfano."

"No tenía a donde ir, busqué respuestas con mi familia paterna, ahí me explicaron lo que era, mi pasado, y mis nuevas responsabilidades. Me ingresaron a una manada un tanto alejada, que vivía de proteger los territorios cercanos no ocupados por otros licanos para cubrir a los humanos que habitaban por ahí, conocí a muchos chicos, votaron por mí para Alfa, ahí tuve una novia, dos años después se unió mi hermano menor, todo marchaba de maravilla...hasta que un aquelarre de vampiros nos tomó por sorpresa, fui el único sobreviviente...por eso vine a La Push, sentía que les debía mucho a mis antiguos compañeros y amigos, así que quise ayudar de alguna manera a este asunto."-

Cuando su historia termino los recuerdos me asaltaron, y otra vez la rabia izo aparición, me sentia enfurecida, ofuscada, y estube a punto de atacarle mediante palabras, reirme de el por lo que hacia aqui parado para luchar por ellos, pero en cuanto la razón volvio a mi logre contenerme respire hondo, observe mis manos, y dirigi mi palma derecha hacia mi boca, lami la sangre que yo misma me habia ocasionado al clavarme las uñas. La idea de que ellos necesitaban hacer esto me parecia repugnante.

-Esto, jamas va a acabar verdad, nuestra especia, no es lo bastante prospera, tarde o temprano no quedara de nosotros mas que el recuerdo, mientras que ellos... por muchos que exterminemos... siempre... bueno, hasta donde yo se pueden crear mas cuando quieran.

Me pregunto si no luchamos por una causa perdida, antes... luchaba por proteger a mi pueblo a mi familia... pero ya... creo que no me queda nada, no me queda nada que proteger, incluso la venganza, al final me a fallado, dejandome una mera ilusion, un mero sentimiento vacio.

No se... que puedo hacer, destruir a todos los que pueda... siento que no servira de nada, como si ya hubiera sido derrotada antes de intentarlo...-

No me habia dado cuenta de como, pero ahora me encontraba de pie, el dolor habia remitido a causa de la furia, pero tan pronto pense en ello, volvi a sentirle atravesando mi costado, y cai sobre la cama encojiendome.

-No todos los vampiros son iguales...hay unos que de verdad quieren cambiar, pero sus instintos no les permiten, unos fueron convertidos por el egoísmo del convertidor o ignorancia, es un ciclo que nunca termina. Por ahora, hay dos pequeñas familias que se alimentan únicamente de animales, ellos son los únicos que combaten contra lo que son, y probablemente, eso cambie todo lo que antes se pesaba- Nunca me había gustado generalizar, pocos al menos trataban de hacer la diferencia, mostrar la humanidad que se les había robado.

Esas palabras me habian confundido, y de nuevo la colera destello en mis ojos.

-¿Distintos? no me hagas reir, ¿has visto como actuan cuando olfatean la sangre? quieran cambiar o no, no son mas que monstruos, seguiran siendolo sin importar sus deseos, su naturaleza no se lo perimitira, todos se alimentan, todos matan, sin contar con que son unos mentirosos perfectos, llevan siglos practicando, no me puedo creer que seas capaz de dejarte engañar por sus mentiras.-

Casi escupi las ultimas palabras, empezaba a encontrarme realmente furiosa, sentia la necesidad de liberarme de nuevo, pero tenia que controlarme.

-Supongo que no creeras si no lo ves por tí misma, yo también pensaba mucho eso que dijiste, pero resulta que este mundo no es como todos creen, no cambiaré tu pensamiento si tu quieres seguir con las mismas, pero si llegas a ver a algún vampiro de ojos dorados...no te atrevas a ir a por él- Di como aviso y salí de la habitación, quería pensar por un rato.

¿Que no me atreva a ir a por el? ¿es que iva a defenderlos? Volvi a levantarme y le observe mientras salio de la habitación, le agradecia el echo de que me hubiera ayudado, pero no podia seguir con el alli, la voz de Josh resonaba en mi mente, con la palabra Traidor con demasiada fuerza como para evitarla.

Me levante, mire a la ventana, me quite la ropa que llevava puesta, y unos segundos despues me encontraba corriendo por el bosque de nuevo, incluso el dolor fisico era mas facil de llevar asi, aunque notara las punzadas a cada paso, era mas facil ignorarlo.

Me detuve un momento, pese a estar ya lejos, sabia perfectamente donde estaba la casa, mire en aquella dirección un segundo, antes de volver a alejarme.

Suspiré pesadamente, ella no entendía el asunto de que todos podían cambiar si querían, incluso los vampiros. Me desentendí, esperaba que no encontrara problemas sobre eso, más que nada no podía ir a por un ojos dorados, ya que su vida corría más peligro que la del vampiro. Salí a atender la clientela, pero no podía quitarme la rara sensación de que algo malo ocurriría.