Lamiendo mis heridas (Kurt)

Atravesar el bosque hasta aqui me habia supuesto un esfuerzo extenuante, habia robado algo de ropa que se encontraba tendida, y ahora atravseaba la plaza pesadamente, la noche era bastante similar a la primera en la que nos vimos, solo que ahora la lluvia daba una pequeña tregua, necesitaba ayuda, y no tenia a nadie a quien recurrir, confiaba en que el estubiera dispuesto a ayudarme.

Golpee la puerta del bar y me apolle sobre la pared agotada, el bar estaba cerrado, pero esperaba que el se encontrara dentro. Me gire y observe mi propio reflejo, mi pelo permanecio apelmazado por la sangre aunque esta herida ya se hubiera cerrado, una de mis manos permanecia en mi costado, cullas costillas habian quedado practicamente echas polvo por el tremendo impacto, cojeaba de la pierna izquierda, donde un hierro permanecia alojado despues de caer desde el primer piso del edificio, impidiendo asi la regeneración.

Verdaderamente tienes un aspecto lamentable cariño me dije mentalmente, trate de esbozar una sonrisa, pero el dolor izo que se desfigurase en una mueca macabra.
Me deje caer apollandome en la pared al suelo hasta quedar sentada, volvi a golpear con mi mano la puerta deseando oir sus pasos al otro lado de esta.

Estaba a punto de irme, escuché golpes y quejidos...el olor no había cambiado mucho, aunque se podía notar lo metálico de su sangre. Dejé todo lo que estaba haciendo y abrí la puerta, ahí estaba, la extraña que me había encontrado hace pocos días.

No dudé, estaba herida y la ayude a recargarse sobre mí para sentarla en una silla. A continuación, fui y regresé rápidamente por un trapo húmedo y frío, para limpiarle.

-¿Qué ocurrió?- Pregunté.

Retire la mano de mi costado, la herida que habia estado a punto de destriparme por completo, aunque en mucho mejor estado, seguira prestando un aspecto desagradable, los huesos partidos serian arena de otro costal.

-Tuve... un encuentro, con dos sanguijuelas...- Me costaba hablar por el dolor, y mi respiracion era agitada.

-Fui... demasiado impulsiva- Dije tratando de sonreir, aunque con la sangre reseca aun en mis labios no debia de resultar agradable.

-Acababan... de alimentarse, no queria permitirles... - la voz se me quebro al sentir una nueva punzada de dolor en el costado. Me doble hacia delante y volvi a taponarme la herida con la mano.

Hice una mueca de desagrado al saber que eran dos contra uno. Seguí limpiando, escuchando con atención.

-Supongo que pudiste haber terminado peor, ¿Cómo terminó la pelea?- Faltaba curarle todo el torso, eso sería hasta el final, esperando a que la recuperación hiciera un poco de su trabajo. Miré su pierna, se sentía algo duro dentro de ella, le miré con aún desagrado, aunque sería más para ella que para mí.

-Te tendré que quitartelo...- Me acomodé mejor para terner una vista total de la herida y saber que hacer, ahora estaba preparado- ¿Lista?- Pregunté.

-Luchabamos, en un edificio en obras... se derrumbo y llegaron expectadores, tuve que largarme de alli... en cualquier caso, no habria podido seguir mucho mas- Aun jadeaba peser a estar mas tranquila.

Observe la herida de la pierna y aprete los dientes.

-Hazlo- Cerre los ojos y aprete los puños, llegando a clavarme las uñas en las palmas de mis manos.

(el dado Kurt no es para nada, es que me lo pidio Metz^^)

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Suspiré y tomé lo que parecía un gran pedazo de metal de forma irregular. Lo saqué de una buena vez, evitando el dolor perpetuo de sacarlo de poco a poco. Agarré unas vendas que traía conmigo mismo y se las amarré con un poco de fuerza, su utilidad solo duraría poco, pero al menos era mejor así.

Aprete los dientes con fuerza y evite chillar, el dolor se extendio produciendome una descarga por todo el cuerpo, y el olor de la sangre volvio a inundar mis fosas nasales aturdiendome.

-Lucrecia...- Vi su expresion confundida y añadi - Mi nombre es Lucrecia- Hable aun apretando los dientes. La vista se me nublaba ligeramente, y mis oidos captaban sonidos que mi mente no era capaz de discernir.

Respire hondo, todo parecia indicar que sobreviviria un dia mas pese a mi lamentable estado. Pero mi cuerpo me pesaba, estaba increiblemente cansada, y el dolor no ayudaba a mejorar la sensación.

-Bonito nombre- Respondí. Le pasé el trapo por la frente, ya que parecía recorrerle un sudor frío por esta. No tenía el mejor aspecto, así que debía actuar rápido. Seguí revisando, las costillas parecían ya estar recuperandose, pero la pierna parecía tardar un poco más.

-Deberías recostarte un rato, se te nota la fatiga en toda la cara...unas buenas horas de sueño seguro harán muchas mejoras- Sonreí, animándola.

Mire a la sangre que se acumulaba en el suelo.

-Siento... siento involucrarte, pero no... conozco a nadie, no tenia a donde acudir...- Levante la vista hacia el. - tan pronto como me encuentre mejor... me ire y no volvere a darte mas problemas.-

Volvi a bajar la mirada, en aquel momento no podia pensar con tranquilidad, y sentia como a mi mente le costaba mantenerse consciente.

-Estoy poniendo el suelo perdido...- Dije tratando de sonreir un poco, posando mi mirada en el rastro que habia dejado entre la sangre y las manchas que habia dejado al caminar descalza.

-No te preocupes, después de todo, me gusta ayudar, y no hay problema alguno con lo de manchar el lugar, parece que no se te pasado la idea de que, viviendo en un pueblo lleno de licántropos jóvenes evitaría desastres- Reí. No parecía muy consciente, todavía se encontraba de apariencia mala.

-Tengo una cama en un cuarto de atrás, puedo ponerte ahí para que descanses- Sugerí.

Tuve que pensar detenidamente en sus palabras para que traspasaran la espesa niebla que se encontraba bloqueando mi mente.

-Aun... no te e devuelto el prestamo que me icistes... no me gustaria abusar...- Sin embargo la voz me salio en apenas un susurro, esperaba que su oido se encontrara mejor que el mio en aquel momento.

Duerme, ya has luchado suficiente hoy. Las palabras resonaron en mi mente con demasiada nitidez, otra vez ellos, volvian a estar conmigo.
Note como las fuerzas me abandonaban, mi vista se oscurecio por completo. Y ya no senti nada mas.

Iba a responder, pero su cabeza ladeaba. La cogí de los hombros antes de que se cayera completamente de la silla, su expresión dura había cambiado al encontrarse dormida, sonreí. Una vez cargada en mis brazos, pasé a la zona trasera, donde tenía un pequeño cuarto de descanso, la deposité con cuidado en la cama y comencé a curarle las heridas restantes; todo listo, y me senté en una silla que se encontraba a lado.

El primero de mis sentidos que desperto como de costumbre, fue mi olfato.
Mi mente estaba aturdida, y tarde en darme cuenta de que me encontraba en posicion horizontal, estaba tumbada en una cama, senti el olor a hombre que emanaba de ella, y... a otra mujer, arruge la nariz y senti durante un segundo una emocion que no recordaba ni que existiera, ¿celos? pero de que... ¿de quien?.

Tarde en comenzar a recordar algo, las sanguijuelas, la pelea, el bosque, me arrastre hasta la plaza... hasta.

Reaccione de golpe saltando para incorporarme, un estallido de dolor me sacudio como un mazazo, deje escapar un gritito y volvi a quedar tendida.

Entonces repare en Kurt, que permanecia sentado a mi lado. Volvi a cerrar los ojos, la cabeza me daba vueltas y me lleve una mano a la frente.

No me esperé el repentino cambio sobre los latidos de Lucrecia. Le miré un tanto preocupado, parecía que apenas se daba cuenta de lo que ocurría, se pasó una mano a la frente, consternada diría yo.

-Perdona la pregunta pero...¿Tú has perdido a gente que querías por los vampiros?- Su actitud la vez pasada era clara, y aún más con su trato hacia ellos; más racial, en la pelea que decía.

Permaneci unos segundos largos sin hacer ningun movimiento nada, solo centrandome en mi cuerpo, en sentir cada una de sus partes, en recuperar la sensibilidad, el dolor aun persistia, especialmente en el costado.

Finalmente hable sin cambiar mi expresion, aun apollando mi mano en mi frente como si eso fuera a reducir el martilleo que sentia en mi cabeza.

-Hace ya algunos años... mis dos hermanos y yo... formabamos una manada pequeña, pero suficiente para proteger a nuestro pueblo de sus amenazas... hasta que... bueno, ya solo quedo yo.- El recuerdo todavia me producita tanto dolor como si fuera esa noche, las voces de Ana y Josh volvian a resonar en mi mente, el aullido de Ana, dejando escapar su ultimo aliento, el gruñido de rabia de Josh...

-Sentiste que lo perdiste todo...¿no es así?- Yo ya lo había experimentado para desgracia mía, era un cosa muy dura y a la vez delicada, pues uno no podría ser el mismo de siempre pasando por esa situación.

Me incorpore esta vez lentamente, asenti con la cabeza en silencio, mi vida, la vida de Lucrecia habia acabado aquella noche hace 7 años, dando paso a la vida de la cazadora en la que me habia convertido.

-Di caza al ultimo de su aquelarre hace tan solo unos dias, a unos 20 kilometros de aqui.- Hizo una pausa para acallar las voces que bullian en mi cabeza, respire hondo antes de proseguir.

-Comence la caza en egipto, hace demasiadas lunas, e recorrido todo el mundo tras su pista, unas veces pisandole los talones, otras veces a varios kilometros, o incluso con un mar de separación, pero siempre e sabido donde encontrarle.- Mi mirada se habia tornado febril mientras hablaba, siempre habia sabido donde encontrarle... jamas habia pensado en esto, solo sabia donde estaba, le veia cuando me detenia a descansar... pero... como...

Sacudi la cabeza y le mire, era obvio que mi mente aun estaba aturdida.

-Gracias...- No atine a decir nada mas... aun me encontraba agotada, y me dolia todo el cuerpo, pero aun asi, me encontraba especialmente comunicatiba, para mi yo actual.

Cerré los ojos, intentando imaginarme mejor lo que relataba. Una vez terminó, los abrí nuevamente.

-¿Cómo era el aquelarre?- Pregunté incoscientemente, no sé porqué, pero algo del asunto me resultaba bastante atrayente...como si supiera quienes habrían sido.

Dude un poco cuando me pregunte, le mirada extraña antes de contestar a algo que me parecia obvio.

-Eran cuatro, malolientes, palidos, como todos ellos...- Le mire y empece a atar cabos, sus preguntas...

-Tu tambien perdistes a alguien ¿verdad?-

Sonreí amargadamente.

-Si, eramos 6, entre ellos, mis mejores amigos, mi hermano menor y quien fue mi novia...nunca quise quitarme la culpa, si no fuera por eso, seguramente los olvidaría- Era triste, era una tontería, pero no podía hacer más.

-La última vez que vi a los causantes, se fueron al sur, probablemente viejaron a otros lados, aniquilando a todos en su paso-

La rabia volvia a apoderarse de mi alma aliviando el dolor de mi cuerpo, de no haber estado con el proablemente la habria dejado, pero no podia permitirlo ahora, trate de no pensar en ellos, y concentrarme en la pena que sus acciones nos habian dejado a ambos.

-Hace años me obligue a tomar la decisión de no buscar culpables cuando ellos estan de por medio, puede resultar infantil, pero ayuda, no pensar en ello, el dolor de la culpa puede ser mayor al de la propia perdida, no debes permitir que eso suceda o tarde o temprano acabara contigo.-

Estendi mi mano lentamente hasta posarla en la suya, senti un escalofrio, hacia mucho tiempo que no sentia el tacto de otro ser, no de una forma tan tranquila, con la sensación de sentirme un poco mas humana, espere su reacción, observandole a los ojos.

-Gracias- Dije cerrando los ojos, el sentimiento era reconfortante al escuchar esas palabras, empecé a recordar como era vivir con ellos, todo antes de ese fatídico día, fueron los mejores días que tuve, pero al llegar aquí, se volvieron aún mejor.

Asenti levemente con la cabeza, despues retire mi mano de la suya.

-Gracias a ti- Baje uno de mis pies de la cama, al hacerlo mis costillas gruñeron, y se quejaron aun mas cuando el otro pie siguio al primero con mucho mas esfuerzo del que habia pensado, me recuperaba rapido, como todos los que eran como yo, pero los huesos de las costillas seguian rotos. Quede sentada en la cama, no sabia si podria levantarme o no, observe por la ventana, pareia que habia estado mucho tiempo durmiendo. Volvi a posar mi mirada en Kurt, ¿Habria estado todo el tiempo ahi?.

-Te debo una buena, tal vez a cambio me digne a contarte toda mi historia. Algun dia- Dije mostrando mi primera sonrisa no forzada o torcida por el dolor.

-Relajate, no hay problema- No me cansé de repetirlo, pues no era inconveniente- Me gusta lo que hago, hoy no fue la excepción- Me pasé una mano al bolsillo del pantalón, descubrí que tenía un par de cosas ahí.

-Aquí tengo granola o chocolate, ¿quieres?-