hacia pocos minutos me había bajo del avión que me transporto de Los Angeles a seattle, me sentía ansioso, no conocía a nadie, pero no me demoraría en hacerlo, siempre fui muy sociable. Fui a buscar mis maletas, tendría que tomar un taxi apenas podía caminar con tantas cosas, me puse la guitarra en la espalda y tome las maletas con las manos, intente encontrar la salida del aeropuerto, mire a todos lados y nada, necesitaría pedir indicaciones.
Me acerque a la primera joven que vi y toque su espalda.
-hola- dije tímidamente –disculpa que te moleste pero ¿me podrías ayudar?- pregunte antes que se diera vuelta para responderme.