Llegamos a su casa y bajamos con maletas en mano.
Sonreí.
-No te preocupes. Es perfecta. Que bonita casa tienes-
Le dije mientras caminabamos para entrar.
En Volterra vivia en una gran mansión, pero la verdad a mi no me gustaba, era demasiado grande, lo cual odiaba. Asi que esta casa era perfecta para mi, no necesitaba gran cosa, aunque el problema era que como le iba hacer para no comer comida humana.
Entramos a la casa y la vi por dentro. Se veía mas bonita que por fuera.
-Gracias por estar conmigo-Y lo miraba.