Borrón y cuenta nueva -Libre-

Después de más de un año:

Todo cambió desde la partida de Freda, días después Amaltea escapó. André al enterarse enloqueció y también no supimos que pasó con ese muchacho, tenía un destino incierto, lo notificamos como desaparecido. Decidimos regresar a Seattle cuando los problemas y la marea habían bajado, todo estaba mejor. Aunque dentro de nosotros aun no olvidábamos a nuestra hija, esperábamos algún día encontrarla. Todo iba mejor entre Brody y yo, definitivamente alejarnos de todo hizo que naciera una reconciliación y volvamos a intentarlo como en el principio, borrón y cuenta nueva.

El Pzyco era un lugar que nos traía muchos recuerdos y definitivamente ir a ese lugar era como iniciar de nuevo una historia. Entramos juntos agarrados de la mano. Mi princesa, nunca la dejaría a pesar de su locura y de todos sus defectos, eso era los que me había enamorado. El olor del lugar era el mismo y todo estaba perfecto, después de los arreglos que hicimos para la remodelación, quedó exactamente igual.
Caminamos juntos hasta la barra donde era nuestro lugar de siempre, sonreí a Brody que me acompañaba ella me sonrió y esa sonrisa me gustaba más que nunca, al haber pasado ese trago amargo de Freda estar juntos ahora nos liberaba.

-¿Qué tomarás esta noche ma princesse? -Sonreí carismatico como siempre y le di un suave beso en los labios-.

Me sentía renovada después de los últimos acontecimientos. Adoraba el clima caliente de Seattle, el ambiente abrasador pegado a mi rostro helado, la mano de mi Laurent aferrada a la mia, todo estaba bien... aunque no podía sacar de la mente aquello que nos había mantenido alejados de aqui, Tea, André.... Freda, tragué saliva amarga al recordar a mi pequeña, un ligero toque de tristeza destellaba en mis ojos, los cerré para evadir aquello.

Entramos al lugar que tantas cosas guardaba, el aroma encantador de los humanos compartiendo tragos, compartiendo experiencias.... sonreí.

Miré a un lado mio, me sentía ajena al lugar, noté a algunos meseros nuevos, tragué saliva de nuevo, extrañaría a mi antiguo personal....

La barra hizo presencia ante nosotros, de pie observé a Laurent, sus ojos mantenian la chispa del primer dia, su voz el tono cálido y exquisito, sus labios..... sus labios parecian más acoplados a los mios.

-Creo que un Martini seco estará bien- dije después de responder a su delicado beso.

Miré al frente, esperando quizas a que André nos atendiera con aquél nerviosismo que siempre le causaba la presencia de su "Jefe", o tal vez Freda llegando sin hacer ruido besándo nuestras mejillas y contándole a su "Dad" aquella locura que recién habia cometido Tea.....

Bajé la mirada, era evidente el dolor que aún sentía. Una de mis manos apretó con fuerza la barra, pero la retiré antes de partirla en dos, levanté los ojos de nuevo y sonreí a Laurent.

-Debemos contratar nuevo personal- dije casi fria, con una leve emoción en la voz.

Fue una sensación sumamente extraña estar ahí con el lugar semivacío y con Brody pidiendo un Martini seco, pedí para mi un Martini Seco, todo era diferente, era otro ambiente completamente. Se sentía un olor a extrañeza, algo que en verdad nos complementaba, llevábamos varios meses así, era algo que no habíamos pasado en mucho tiempo, en ocasiones no recordaba cuando fue la ultima vez que estuve solo, desde que llegué a Forks todo el tiempo había estado con ella y no podía imaginar mi vida sin ella desde ahora.

El bartender nos sirvió dos martinis nos miró con respeto y miedo, claro así debería de ser, pero casi nunca sucedía, las nuevas generaciones vivían la vida en un paracaídas cayendo, cayendo y nunca sin pisar el fondo.
-¿Quienes bailar? –le pregunté a Brody tomando una de sus manos y dándole un beso en el dorso-.

Tenía que quitarme el sentimiento de tristeza que inevitablemente me invadia. Miré el martini seco, lo acerqué a mis labios con el fin de olerlo y verter un poco del liquido en mi boca, lo disfruté como hacía mucho no disfrutaba algo.

No ubiqué en lo más mínimo al bartender al cual mi mirada no dejaba de observar y estudiar, me pregunté si el chico tenia idea de quienes eramos nosotros, quizás no.

-Bailar?- casi me atraganto con ese líquido corrioso, dejé la martinera en la barra y miré a Laurent como sólo yo lo hacía, me estremecí al sentir sus labios en mi mano, sonreí.

-Claro que quiero bailar- intenté ubicar un poco la música del ambiente, pero mis sentidos, estaban todos puestos en él.

La tomé de la mano y caminamos juntos un poco alejados de la barra. La miré a los ojos y parecía que todo había pasado rápido que todo el tiempo transcurrido solo fue unos escasos minutos, que ahora era el presente y que el pasado no existía. Extrañaba estos momentos, sus brazos rodeando mi cuello, su olor, su mirada, tener mis manos en su cintura y atraerla hacía mí. Acerqué un poco más mis labios hacia su cuello quería quedarme así sintiendo su olor y abrazándola moviéndonos lentamente al ritmo de la canción.
-Sabes que te amo Brody, lo sabes ¿Cierto?..-un suave beso se posó en su cuello- Ahora será como comenzar de nuevo, como cuando tocabas el piano en aquel teatro, como cuando entramos a una tina y la rompimos, cuando nos fuimos de cacería por primera vez en la boda de tu mejor amigo –sonreí y la miré- ¿Lo recuerdas?

Me perdí por entero en sus ojos, me dejé llevar y de inmediato mi cuerpo se aferró al suyo, tal como un imán, como polos inmensamente opuestos atrayéndose con desenfreno.

Rodee con mis brazos su cuello, sus labios se pegaron a mi, y sentí su aliento en mi garganta, recargué mi cabeza en su hombro y escuché sus palabras.

Mi sonrisa se dibujo enorme, tan enorme como hacia mucho no pasaba, la piel se estiró, parecía tensa, dura después del tiempo.

Los recuerdos me llenaron la cabeza, esta vez eran todos bellos. Seguiamos al compás de la música, asenti con la cabeza a sus palabras, sabia y estaba plenamente segura de su amor, no era necesario decirle lo mismo, yo lo transpiraba por la piel, Laurent era mi todo y por él yo permanecía en este sitio.

-Es increible recordar todo aquello- lo miré a los ojos y pasé un dedo por su rostro recorriéndolo desde la sien hasta la barbilla, acerqué su rostro al mio y besé sus labios con suma ternura

-Hacia tiempo que no te sentía asi.... te extrañé-

la música seguia sonando a lo lejos..... muy lejos....

-Todo cambiará mon amour… Necesitamos administrar este lugar, nueva música, nuevo todo –le tomé de una mano y la besé, tenía un aire de esperanza, tal vez podría volver a ver a Freda o olvidarnos de todo, regresar a la universidad, tal vez hacerle una visita a la Dra. Graham-.
-Cuando este todo listo nos quedaremos aquí o si prefieres nos regresamos a Forks, aunque no estaría mal perdernos en el bosque un día de estos, pronto vendrá de nuevo la sed y necesitamos fuerzas para liderar con tantos humanos que nos rodean – sonreí tranquilo mirando sus increíbles ojos ámbar que empezaban a tener destellos marrones, sin dejar esos sutiles movimientos, sin dejar de sujetar su cintura y moverme a su lado al compáz de aquella melodía- ¿Qué te gustaría hacer primero ma princesse?

Extrañaba Forks, aquel lugar por demás tranquilo... la gran casa que remodelaba cada vez que podía, imaginé todo echo polvo y añicos... seguro mi jardín estaba completamente seco.

-Quisiera regresar a Forks, a nuestra casa- dije sin pensarlo mucho, aferrándome más a su cuello. -Extraño nuestra vida allá, aunque tambien quiero estar completamente involucrada en los asuntos de Pzyco... tu sabes... ahora necesitarás mi ayuda...- pensé en Freda de nuevo y su terrible ausencia.

La musica continuaba sonando, pero no supe si la melodia habia cambiado.

-Podria ir y venir, quizás regreses a la Universidad- miré a Laurent y el reluciente brillo en sus ojos.

Mis ojos parecian oscurecerse cada segundo más, la garganta gritaba.

-pero... - me detuve y lo miré con ojos de complicidad -antes que todo eso, no nos caeria mal una expedicion al bosque- me rei mordiendo mi labio inferior.

Forks, el lugar que nos unió, le debía mucho a ese sitio. Me invadió la nostalgia, los días que pasamos ahí, los días con Freda cuando era humana, nosotros juntos lo que fue una familia.
-Me parece perfecto Brody… regresemos a Forks, extraño ese clima sombrío, la lluvia y los bosques de la zona. Vendremos juntos a Seattle tu manejas –reí- Luego vemos eso de la universidad, no suena mal, serás una excelente adminstradora amour – le di un suave beso en la punta de su nariz- Iremos al bosque hermosa, definitivamente la sed puede ser traicionera. ¿Quieres ir ahora?

-Tiene que ser ahora, no sé lo que pueda pasar si estoy un segundo más sin alimentarme- me rei y me aferré a su cuello, la musica habia terminado, de hecho el ritmo era otro, pero pareciamos movernos al ritmo de la canción anterior, temi que nos vieramos ridiculos, no me importó del todo al final.

Estaba emocionada por regresar a Forks, era un lugar que me hacia falta, la aparente paz de ese lugar me llenaba de satisfacciones, igualmente era encantador ver como Laurent y yo nos recuperábamos poco a poco, aun nos hacia falta ella, no habia duda de eso.

Dejé de moverme y besé su mejilla.

-Vámonos ahora- le guiñé un ojo, tomé su mano y comenzé a jalarlo hacia la salida.

Una carcajada salió de mi pecho, era simpática esta situación, como si fuéramos unos adolecentes en nuestra primera cita, como si fuéramos a fugarnos de aquella clase de ciencias. La abracé por la cintura mientras nos movíamos en las notas imaginarias de la melodía de nuestros cuerpos.

Sentí el aroma de su cabello, lo extrañe por mucho, a ella la extrañé toda y siempre lo haría en cada momento que me alejara de ella, era una constante agonía, era un paso que teníamos que dar, un alejamiento, una pausa y dar el siguiente movimiento, nunca más tomaríamos el tema, nunca más, esas palabras no se debían mencionar.

Su cálido beso sobre mi mejilla tal vez hubiera podido hacerme sonrojar, solo la tomé por la barbilla para mirarla un momento y le sonreí con carisma para escucharla, miré sus labios que extrañé con locura, nuestros dedos se entrelazaron y su insistencia hizo que saliéramos del local para irnos a Forks.