Tiempo que trascurre (Myhr, libre)

Los meses transcurrían con lentitud, o tal vez esa era mi impresión, Eslovaquia era un lugar frio y lejano de aquel bosque, de el lugar que consideraba ya mi hogar, en mi mente se mostraban imágenes de todo lo que había pasado antes, el sentimiento humano, mes con mes la vida que crecía dentro de mi ser, hacia sorprenderme, vivir sentimientos que jamás creí sentir.

La compañía de Myhr, me ayudaba un poco, aun los dos teníamos a pesar del tiempo ciertas reservas sobre el lugar donde estábamos, en ese tiempo habíamos tenido la oportunidad de conocernos un poco mas y saber parte de la historia de cada quien, incluida la razón por la que había sido enviada aquí y el nombre del padre de estos seres que dentro de mi crecían, poco a poco y se movían.

El hecho de ser humana otra vez, me había hecho comprender muchas cosas, el motivo que ahora me movería no seria el mismo, yo después de esto no seria la misma, mis ojos habían permanecido en el color que mostré en mi humanidad, ese color que reflejaba el amor que dentro de mi fluía, esa palabra que en mi era extraña ahora era algo que vivía y sentía a pesar de estar lejos… calle mi mente, ese día salí a la pequeña terraza del castillo de Eslovaquia, suspire al estar afuera, respirando el ambiente frio que alrededor de este predominaba, acaricie mi panza en verdad el ver mes con mes cuanto crecía era sorprendente, Myhr mostraba cierto interés en cuanto a los cachorros se refería, me senté observando a mi alrededor, “pronto regresaremos, lo se y es lo que puedo jurarles”, dije hablando en voz baja dirigiéndome a mis hijos, increíble palabra hijos.

Escuche pasos tras de mi, paso conocido ya por la cotidianidad de estos, el diario escucharle, -Como estas Myhr-, dije sin mirarlo, sabia que el estaba ahí, como siempre, había cambiado tantas cosas, gire un poco mi rostro para verle, -Aun con esos pensamientos, Myhr- dije en un tono apacible mientras hablaba con el.

Se acerco hacia donde estaba, mirando el panorama que delante de nosotros se mostraba, la blancura de la nieve hacia reflejar formas caprichos a nuestra vista, escuche su respuesta, gire un poco mi rostro para verle, - te noto mas tranquilo que antes, mas no en paz...- me limite a decir, regresando mi vista hacia la nieve.

Deteniéndose frente a mi, miro i vientre y en el rostro se le dibujo una leve sonrisa, -estamos bien, aunque estos días creo que he estado mas cansada que los demás y ellos tiene menos espacio ya-, pose mi mano sobre el vientre, sintiendo los movimientos que dentro de el había, sabia que pronto acabaría la espera, solo pedía que pudiera llegar Metz para cumplir su promesa, las reacciones que podían darse, ella mejor que nadie las conocía, esperaba que todo trascurriera tranquilo dentro de lo posible con el embarazo había cambiado mucho en mi, sonreí mientras sentía en mi mano los movimientos de ellos.

Hice un gesto de dolor, para después respirar profundamente, -creí que hoy no te vería por aquí Myhr, supuse que irías a ver a Anja-, dije entrecortadamente, el dolor comenzaba a acentuarse mas, sabia que pronto pasaría, seguí acompasando mi respiración.

Observaba la figura de Myhr, prado frente ami viendo hacia el paisaje que se nos mostraba enfrente, era la persona a la cual le agradecía el estar a mi lado de cierto modo éramos un tanto parecidos, a pesar de la convivencia diaria, había secretos y vivencias que solo nos pertenecían a cada uno, en silencios eternos y miradas interpretadas.

Escuche el tono de su respuesta, sabia por el tiempo de convivencia que había cosas que ninguno diría, seguía mirándolo mientras acariciaba mi vientre, respire profundamente al escuchar lo que me preguntaba, creo que había llegado el tiempo de las respuestas, el me había acompañado este tiempo, era necesario que lo supiera o así lo consideraba la humanidad que ahora reinaba en mi ser.

-El día llego Myhr, creo que es necesario que sepas, tal vez el nombre no diga mucho para ti pero para mi lo dice todo, incluyendo aquello que no se si algún día sabrá, el padre se llama Julien, pertenece a la manada, pero...-, calle ara tomar aire y llevar una de mis manos al rostro, dolía recordar, a la humana le dolía saber la verdad,

Contuve las lagrimas para volver mi vista a aquella blancura que seguía ahora mas que nunca reflejando figuras caprichosas por el brillo solar, volví a tener calma en mi rostro, mientras sentía el movimiento dentro de mi, al parecer esos seres me ayudaban a conservar la calma.

Al ver mi reacción se acerco de inmediato, me tomo de la mano y limpio las lagrimas que corrían por mi rostro, pose mi mano sobre su boca para callarlo, pero el no me lo permitió, acaricio mi rostro, cerré los ojos un momento para recobrar la compostura, esa era una de las situaciones que no soportaba de ser humana, lo sensible…

-No eres idiota, Myhr y no vuelvas a decirlo, ya abra tiempo para hondar en ese tema, el nombre ya lo sabes...-, respire profundamente ahora era yo quien desviaba la mirada hacia el paisaje.

Escuche lo que me preguntaba, regrese mi vista hacia el con una sonrisa, - son nombre extraños he de admitir, tiene que ver con el cielo nocturno, Aldebarán, Sirrah y Gemma-, recordaba que de pequeña en la tribu nos explicaban cada constelación y el nombre de las estrellas, la fuerza que ellas trasmitían, quería que la tuvieran esos tres seres que en mi crecían.