Recepción al ocaso (Myhr, Bianca)

PoV Raze

Lucian había llamado de forma súbita, eso era incuestionable. Su orden se grabó en mi mente con notable fuerza y busqué los medios para cumplirla tan fielmente como los recursos de la manada me permitían: Se requería un aeroplano que fuese enviado a Seattle, Estados Unidos; debía prepararme para recibir a una cambiaformas del equipo de Lucian en el continente americano, así como al individuo que sería su acompañante; ambos sería nuestra prioridad respecto a seguridad, aunque tenía autorizacion para disponer del varón según las circunstancias lo necesitaran; además, nuestro propio líder vendría dentro de poco...

De manera general, esas eran las instrucciones que me habían sido proporcionadas. Me vi forzado a presionar a algunos miembros de la manada para completar las tareas que se me enconmedasen, pero, por fortuna, todo se encontró listo.

La tarde siguiente a la segunda video llamada de Lucian, el helicóptero enviado al aeropuerto de Bratislava retornaba, recorriendo los cielos de las inmediaciones a Nachtburg. Un ligero viento, frío y casi imperceptible, soplaba amenamente. La niebla cubría la zona inferior del castillo, al tiempo que algunos elementos patrullaban, siguiendo la rutina, las murallas de la fortaleza. Me aproximé al helipuerto, parándome firmemente en las cercanías del lugar, preparándome para dar la bienvenida a mis invitados.

-Veamos como son.- murmuré para mí mismo.

Mi piel, oscura como la misma noche, me brindaba una apariencia algo siniestra, ayudada de mi calva cabeza y mis más de dos metros de altura. Una aplastante seriedad brotó de mis ojos, seriedad heredada de mi mentor, de Lucian, mientras reinaba el silencio previo al arribo de la aeronave.

Después de un largo viaje en habíamos llegado al aeropuerto de Bratislava, donde nos esperaba el helicóptero enviado desde Nachtburg, para partir hacia ese mismo sitio, en el viaje casi no había podido dormir y aun la inquietud que sentía en Myhr no era de gran ayuda.

Subimos a el helicóptero para ser trasladados de inmediato a la zona, los nervios para entonces habían acabado para ser desplazados por mis sentidos de alerta ante una situación y lugar desconocido, la desconfianza nata que me caracterizaba, mire a Myhr de reojo al parecer el sentía lo mismo, no tardamos en arribar a Nachtburg.

Al bajar de la nave, nos encontramos con alguien, el tenia que ser Raze, -Buenas Noches-, dije secamente con la mirada fría.

PoV Raze

El transporte apareció con un minúsculo punto en un primer momento, semi oculto gracias a la densidad de la niebla que cubría el castillo. Minutos después, el artefacto volador aumentó de tamaño hasta ubicarse a unos metros sobre mí, aterrizando en el helipuerto. Mientras los rotores dejaban de girar, un par de individuos descendió cuidadosamente del vehículo.

Me mantuve de pie, aguardando que se aproximaran a mi ubicación. La mujer, de piel algo oscura, estatura media, facciones suaves pero fuertes, debía llamarse Bianca según lo comunicado por Lucian. El hombre, de ojos azules y rasgos finos, semejantes a los de un vikingo, tenía que responder al nombre de Myhr.

Me pregunto cuánto tardará en regresar Lucian pensé mientras escuchaba los saludos de ambos y cómo el hombre confirmaba la información a mi disposición.

-Bienvenidos a Nachtburg- dije con tono serio, tratando de sonar amable, siguiendo las instrucciones de nuestro líder, aunque omitiendo algunos modales para agilizar el asunto.- Espero que hayan tenido un placentero viaje hasta los Cárpatos- me dí media vuelta, comenzando a andar- Les conduciré a sus habitaciones, supongo que desearán descansar un poco. No se preocupen por su equipaje, lo recibirán en sus cuartos- comuniqué con total tranquilidad y naturalidad.

De camino a los dormitorios, saludé con un movimiento de la cabeza a todos aquellos hermanos que se encontraban recorriendo el castillo: Trix, Xristo, Sabas, Augustus, Vincent, Casio y Golan se encontraban entre ellos.

Los pasillos de Nachtburg jamás dejaban de sorprenderme, trayéndome gratos recuerdos cada vez que les recorrían, sin importar el momento. Algunas pinturas colgaban de las paredes, pinturas que, tras algunos esfuerzos por persuadir a Lucian, habían sido elaboradas para exhibir importantes momentos en la historia de los Blood Avengers.

-Hemos llegado- comuniqué al detenerme frente a una puerta de roble- Aquí descansarás, Bianca. Myhr, ese es el tuyo- señalé una habitación a unos seis metros de distancia- Si requieren algo, pueden pedírselo a cualquier de los que vivimos aquí. Ordenaré que les traigan algo de comer y beber. Ahora, si no necesitan nada más, me retiro, después les explicaré algunos detalles adicionales que sería adecuado que conozcan. Descansen.

Con una fugaz reverencia, me giré para seguir el pasillo, el cual me guiaría hasta la sala de mando, lugar desde el que comunicaría a Lucian la llegada de sus invitados.

Escuche la voz de Raze, me sentía agotada y tal vez Myhr lo había notado, al estar abajo, comencé a sentir frío , extraño verdaderamente, me cruce de brazos sobre el pecho tratando de darme algo de calor , comenzamos a caminar hacia las habitaciones.

Realmente era sorprendente ese lugar, la organización y todo en su justo espacio y momento, listos para acatar la orden del Alpha, antes para mi hubiera tenido un sentido distinto, al que ahora cobraba, entrando baje mis brazos de manera inconciente para cubrir mi vientre.

Raze nos indico cuales eran nuestras habitaciones, agradecí sin hablar a Raze antes de que se diera la media vuelta, mire a Myhr, a el no se le notaba cansado, me acerque a el para por primera vez en mucho tiempo, tener un gesto de la humana que había creído desaparecida por tantos años, -Gracias, Myhr, no se como te voy a pagar esto pero ten por seguro que para lo que necesites podrás contar conmigo Hermano, aunque sea un oído que te escuche a cualquier hora o lo que sea- , le dije mientras le di un beso en la mejilla separándome inmediatamente de el con una media sonrisa en los labios para darle la espalda y entrar a mi habitación.

El lugar era amplio, aunque se sentía solo, me senté en la cama y por primera vez hable con los seres que estaban creciendo dentro mío, -es por su bien, no permitiré que les pase nada, ni que nadie los dañe, es una promesa-, dije en tono bajo llevando mi mano al vientre.