Fortaleza ( Myhr)

Fueron unas largas semanas en el instituto mental, no fue una agonia, pero, ese lugar me hizo entender lo que era mi naturaleza. Solia resolver todo de un golpe, y tambien podia resolverle la vida a los demas, de una manera milagrosa. Que me habia pasado ahora? En qué me habia convertido? Parecia que me habia convertido en alguien que no podia lidiar con el rechazo de los demas, y que buscaba por todos los medios ocultarse, lleno de verguenza, ademas de rabia.

Me ocultaba durante varios dias en First Beach, el que habia sido mi hogar por mucho tiempo, cuando me sentia mal, y cuando las cosas estaban de cabeza, podia sentir la brisa del mar en mi rostro, que funcionaba en mi piel como un elixir que curaba mi dolor.

Todos los dias hacia ejercicios de respiracion, sentado frente a la playa, justo como el psiquiatra me habia recomendado. Lleve una cuerda para saltar, eso tambien me lo habian recomendado, segun para que mi cerebro se oxigenara. Intentaba una y otra vez, pero las cuerdas siempre ataban accidentalmente mi pie y cai al suelo, intentaba una y otra vez, hasta que estuve a punto de enojarme, por este sentimiento de frustración.

Vi que un hombre se acercaba, tenia un aspecto misterioso, ademas de enorme, era musculoso, ademas de bien parecido, y una mirada que me parecia un tanto familiar. Aun permanecia yo en el suelo, cuando le hable:

- Hola...- me incorpore de nuevo, y me sacudi la arena- No eres policia o camillero, o si?

Vi a ese hombre alto, y de aspecto perfecto, y de una silueta sacada de alguna obra de arte. Su altura cubria el sol que me calaba los ojos. Me quise poner algo nervioso, pero, respire poco a poco. Lo mire sonriente, no se veia mala persona, llego a intimidarme su altura, pero de repente, algo en el me tranquilizaba. Me dijo su nombre, era uno tan raro, pero, se escuchaba como una ola de mar.

- Hola, me llamo Testament, y si... tengo problemas con esta maldita cuerda. Se supone que debo hacer ejercicio y entrenarme, por recomendacion medica, pero, siempre he sido pesimo para los deportes...- Hice una pausa- El caso es que no tienes que saberlo, a veces me pongo dramatico- me rei un poco ante mi comentario, parecia que mi buen humor habia regresado. Eso me tranquilizaba tambien, fue como si mi cuerpo necesitara liberarlo.

- No te habia visto antes por aqui, y eso que vengo casi todos los fines de semana. Este lugar tiene algo que hace que te despejes de todo, por eso me gusta este lugar. Tiene algo mistico, no crees?

Myhr me miraba de una manera que me sorprendia, era como si no hubiera visto antes unos ojos amarillos como los mios, aunque sus ojos eran de un azul tan raro que hasta a mi me sorprendieron. Era demasiado obvio que era alguien que observaba demasiado, cosa que me ponia un poco nervioso, aun asi, era hora de ir cambiando aspectos de mi persona, y que mejor que con este chico que acabo de conocer.

- Entiendo, yo no vivo aqui. Vengo desde Seattle, cuando quiero venir a divertirme y a relajarme, aunque sea solo, pero, no se, algo tiene este lugar que me hace sentir como si estuviera en una ventana para respirar. Solia tener amigos aqui en La Push, pero, ya los deje de ver, muchos se mudaron, y otros, desaparecieron simplemente. Tu me entiendes, cosas de la vida...- Lo mire a los ojos de nuevo, y mire hacia el mar, no me importaba confesarme con un desconocido.

- Desgraciadamente, debo seguir indicaciones de los medicos, y si no lo hago, puede haber algun problema. Y creo que esta es la parte en la que huyes porque piensas que soy un maniatico- Me cruce de brazos y rei un poco- Alguna vez haz enloquecido tanto que has cometido errores y despues tienes que pagar uno a uno?

- Es un hecho- Le sonrei ampliamente, y estreche su mano.

Tome un poco de aire. Lo volvi a mirar, cruzado de brazos, animandome a continuar con mi esfuerzo. Respire un par de veces, y retome la cuerda. No iba a dejar que una maldita cuerda me ganara la batalla.

Volvi a intentarlo, y volvi a caer. Dos veces. Y una vez mas volvi a saltar..

1,2, 3, 4,5 ... y cai..

- Va de nuevo, esta vez tiene que salir- hablaba agitado, y volvi a intentarlo.

- Esta vez lo voy a lograr- Y volvi a saltar de nuevo, con mucho mas entusiasmo.

1,2,3,4,5,6........25,26,27,28,.......45,46, 47,49,50!!!!!

Y brinque de alegria, como un niño- Lo logre, lo logre!!!- Brinque y despues abrace a Myhr, por inercia. Percibi su aroma un poco, y su calor, era reconfortante, era como si me hiciera sentir que yo era una persona fuerte.

- Vaya...- Me separe de el- Disculpame, creo que fui demasiado afectuoso- Me rei brevemente- Definitivamente te mereces una bebida, te la has ganado. Dime, quisieras dar un paseo conmigo?

-Mira.,tengo mi coche de aquel lado- le señale donde estaba mi coche, mi porsche rojo 2000- Podemos comprar las bebidas, y quedarnos ahi a charlar, comienza a hacer algo de frio- Me rei- Ademas, esta la puesta de sol pronto, podriamos beber ahi tranquilamente, no se que opines, a mi me encanta beber algo cuando esta la puesta de sol.

Caminamos hacia mi coche. Entre risas y bromas, solo comentabamos acerca de mis brincos y de mi esfuerzo por querer lograr mi objetivo. Myhr me parecia una persona muy agradable, me daba gusto que por lo menos al salir del hospital psiquiatrico hiciera un nuevo amigo, eso parecia que seria mi primer paso a la rehabilitacion.

Fuimos por algo de tomar, el quiso cervezas, asi que lleve un paquete de 6 latas, todas para el, y yo un litro de ponche de frutas. Nos encerramos en el coche, dejando las ventanas abiertas. Deje que Myhr moviera un poco su asiento, era tan alto que casi no cabia, pero con unos cuantos movimientos, pudo acomodarse.

Ya que los dos quedamos comodos, seguimos charlando- Mira eso, la puesta de sol, creo que eso es lo unico que es eterno en esta vida. No concibo un atardecer sin ver este espectaculo- Me rei un poco- De verdad que me alegra que hayas aceptado mi invitacion. Tenia tantas ganas de no pasarla solo, no se por que. - bebi un poco de mi jugo- Bueno, no quisiera entrometerme mucho en tu vida, pero, que me puedes contar de ti?

- Entiendo, yo tambien haria lo mismo, hay cosas de las cuales no le gusta hablar a uno- bebi un poco mas de jugo- Perdona si fui muy atrevido, era solo para romper el hielo- Le sonrei.

Me cruce de brazos un momento, y sono mi celular, y conteste- Hola...si... papa, por favor, no estoy haciendo nada malo... no me importa lo que la policia o el medico haya dicho... dejame por lo menos descansar.... no, no ire... adios- Y colgué el celular, y despues de eso, decidi apagarlo.

- Perdon, no debiste presenciar esta escena. Qué más da si te enteras que acabo de salir de un hospital psiquiatrico- bebi de mi jugo una vez mas- El medico me recomendo ejercicio, y algo para manejar la ira, ademas de algo llamado terapia ocupacional. No es gran cosa, al menos ya deje las pastillas. Aun sigues pensando en que no soy un maniatico?

- Si, creo que tienes algo de razon- lo mire directamente a los ojos- Todos tenemos a un maniatico dentro. Y si tu fueras un maniatico, creeme, eres el maniatico que me ha salvado el dia. No cualquier chico llega con un desconocido ofreciendole ayuda, y ayudandole a brincar una cuerda.

Me cruce de brazos mirando hacia el sol que se ocultaba poco a poco- Nosotros somos como el sol, que se oculta, y sale al siguiente dia. Es algo logico, y que sabes que sucedera. Igual, nuestra naturaleza, tarde o temprano sale a relucir, si eres un maniatico, si eres lo que eres, cualquier cosa que sea. - suspire un momento- No hay nada que no salga a la luz, Myhr.

Myhr me inspiraba mucha confianza, era algo especial, fraternal, pero, era un desconocido a un para mi, quiza estaba tan necesitado de hablar con alguien que cuando me hizo sentir en paz y seguro, no dude ni un minuto en querer conocer a ese ser tan misterioso que era este chico.

- Bueno, al menos, puedo saber de donde es el gran Myhr? Y digo asi porque, Dios mio, estas enorme. Como veras, no soy muy alto, ni siquiera tengo tan buen cuerpo como el tuyo, ya quisiera ser asi.

- Noruego!!! Vaya!!!- lo mire sorprendido- Eso explica tu raro color de ojos. Algo me decia que eras europeo. De hecho, tienes un parecido a los chicos que conoci en Finlandia. Fui con unos amigos hace unos años, y no he vuelto a ir. Pero, bueno, espero no me lo tomes a mal, pero tienes un hermoso color de ojos, es como si tuvieras el cielo en tus ojos- Me sonroje un poco, no solia decir cosas de ese tipo a nadie.

Bebi un poco mas de jugo, y al vernos, solo podiamos reirnos, era algo distinto, en verdad, lo sentia diferente, no era sexo, no era atraccion, era simplemente una amistad normal, algo que necesitaba desde hacia mucho tiempo.

- Bueno, yo de California, exactamente de Sacramento. Y bueno, vivo en Seattle desde hace dos años. Ya es algo de tiempo. Y antes de Seattle vivia en Forks. Creo que cambio demasiado de lugar. - me cruce de brazos- Myhr, no se si te agrade la idea pero, como se ve que eres experto en el ejercicio, obviando lo presente- me rei- Bueno, hay manera de que pudieras ayudarme a entrenar un poco? Te pagaria lo que sea, creeme, pero, espero puedas ayudarme.

Y otra vez causaba ese efecto. Hablaba demasiado, y ahuyentaba a las personas. No lo culpaba, no era una persona facil de entender, ni siquiera era facil de querer. Era simple. Se salio del coche, se quito su camisa, dejando ver su perfecto pecho, y yo me golpee en el volante, me cruce de brazos. Esto no esta funcionando, lo sabia.Me vi entre pensamientos.

No puedes estar queriendo agradarle a todo mundo, ya deja esa estupidez de lado. Si lo has ahuyentado, que huya.

Me acomode en el asiento. Espere un momento.

- No tienes que quedarte si no quieres, Myhr. Se que hablo demasiado, me disculpo contigo, no volvere a hacerte una propuesta asi- le hable en voz alta. Podian suceder dos cosas, que se quedase conmigo y me dejara conocerle mejor, y que me conociera como era en verdad, o... simplemente dejarlo ir, no seria la primera vez.


Deja de suplicarle, no seas idiota.. , decia mi voz interna, y no queria hacerle caso, porque, de repente, me sentia identificado con el, no se por que. Que era lo que me estaba pasando?