Luna llena (Caminantes silenciosos.)

El viento sacudía con fuerza mi cabello y mi ropa que se zarandeaba de forma violenta mientras la noche traía el olor de una ciudad moribunda.

Contemple el mar de luz que se encontraba a mis pies, y trate de imaginar por un momento las vidas que estarían iluminadas bajo el, hace apenas unas semanas habría dado la espalda sin dudar a esa gente, convencida de que no merecían mas que aquello que ellas mismas se habían buscado, sus ciudades me habrían parecido tan aberrantes y antinaturales como los monstruos de piel pálida, sin embargo algo había cambiado, mi alma humana la cual me temí desaparecida para siempre, había vuelto, y con ella los sentimientos que actualmente inundaban mi instinto y lo encadenaban de nuevo en el fondo de mi ser.

Esta noche todo volvería a ser como años atrás, ninguno de los dos doblegaría mi voluntad, mi parte racional y mi parte instintiva, volverían a compartir un mismo espacio, y así regirían mi vida de ahora en adelante, junto a los que bajo el juicio de la luna llena, se convertirían en mis nuevos hermanos.

La fina y suave arena seria sustituida por el duro asfalto, la calma del bosque seria sustituida por el bullicio de la urbe, el suave olor del follaje pasaría a ser el aire toxico del progreso, pero nada cambiaria nuestra forma de cazar, las presas seguirían siendo las mismas, los lobos se vestirían con piel de corderos, y pronto esta ciudad aprendería a respetarnos.

Me gire al oír sus pasos, el viento soplaba con demasiada fuerza en contra de su procedencia como para captar su olor.

Mostré una sonrisa feroz llena de satisfacción. A mi espalda la luna llena se alzaba en su cenit y delante mía las sombras pasaban sus ojos nerviosos de unos a otros, evaluándose mutuamente.

Spoiler:

Era noche de luna llena. Recorde el encuentro con Lucrecia - Hoy es el dia - Me puse mi ropa mas comoda, y sali a reunirme con ella y los que serian mis hermanos.
Todos estaban en silencio cuando llegue, eso era un tanto incomodo para mi gusto - Buenas noches - dije algo timida, peor no lo suficiente para que no se escuchara el saludo. Habia demaciado viento, de haber sido tan solo una niña, hubiera pensado que se avecinaba una tormenta, pero el cielo estaba totalmente despejado. Nunca habia notado lo bellas que se ven las cosas cuando se les presta un poco mas de atencion. Un ejemplo era la Luna, que a pesar de que siempre se encuentra en el cielo, nunca le preste tanta importancia como hoy.

Había tenido un combate con un maldito bebedor de sangre apenas un par de noches atrás. Me sentía de una forma bizarra, aturdido hasta cierto punto, con la experiencia de proteger a un humano de las garras de aquellos pertenecientes a la estirpe de Viktor. No lo comprendía, pero carecía de tiempo para reflexionar al respecto; la noche en que uniría mi espíritu de lucha al de otros cambiaformas finalmente se extendía frente a mi como el oscuro manto de una incertidumbre que abrazaba mis pensamientos hacia el avismo de la confusión.

A medida que me acercaba al sitio de la iniciación, donde el pacto entre todos se consumaría en un mismo ritual y nuestras voces y mentes se fundirían en una sóla, las imágenes del combate en la fortaleza de Viktor se hacían más vívidas, como si volviesen a ocurrir, como si Raze y el resto de mis camaradas luchase a mi lado... como si Sonja estuviese conmigo nuevamente.

Subí con tranquilidad hasta el lugar donde pude percibir al resto de los inmortales... extrañamente, eran tres, uno más de los que Lucrecia me anticipase. Ordené mis pensamientos nuevamente, dejando en blanco mi mente y exhibiendo al Lucian frío e intimidante de siempre, al lican imponente y siniestro que era normalmente, al que más de un centenar de lobos siguiesen en un asalto casi suicida a las paredes del castillo de Viktor siglos atrás, al que le deviesen su vida.

Me acerqué hasta el borde, sin saludar a nadie, ignorando su presencia por un minuto. Divisé la populosa urbe debajo de nosotros, una urbe que nos comprometeríamos a proteger... sin embargo, a diferencia de lo que Lucrecia pudiese pensar, yo me valdría de cualquier medio para llevar a cabo esa misión, incluso si debía sacrificar mortales.

Giré para mirar a todos, dibujando una sonrisa de satisfacción en mi rostro, acompañada de una tétrica expresión de suficiencia. El rostro de Lucrecia, la mujer y el varón se vislumbraban a la perfección gracias a la luz detrás de mi. Posé mi mirada en cada uno, analizándoles, aguardando a que nuestra Alpha comenzará la ceremonia.

Baje de la cornisa dando un ligero saltito hasta situarme entre los tres, pase mi mirada de uno a uno con calma, los tres rostros que ahora me acompañarian siempre.

-Me alegra que hayais venido, esta noche dejaremos atras nuestras antiguas vidas, dejaremos de ser lobos solitarios...- ice una breve pausa.

-Como ya sabeis, este compromiso no es algo que todos sean capaces de aceptar, si vosotros lo haceis, pronto nuestros pensamientos quedaran espuestos, y la pacifica vida sabatica que pudierais desear quedaran de lado si aceptais el compromismo que esta union supone. Si estais de acuerdo dar un paso al frente, si no, aun estais a tiempo de iros y olvidaros de esta noche.-

Observe en silencio la determinacion en los ojos de Myhr cuando este dio un paso al frente.
Observe en silencio la esperanza en los ojos de Shadows cuando fue ella la que camino.
Y finalemente observe los ojos de Lucian, que permanecian vacios, carentes de toda humanidad cuando dio un paso al frente ¿por que habia decidido el unirse finalmente? No formule la pregunta que me rondaba y elimine las dudas de golpe cerrando los ojos, concentrandome en lo que nos traiamos entre manos.

El viento en la azotea seguia rugiendo con furia cuando comence la oración que Josh me enseñara tanto tiempo atras, cuando aprendi todo lo que era y lo que debia ser, su voz prunciaba en mi mente las palabras a la vez que Myhr, Shadows y Lucian escuchaban la mia en un susurro.

Poco a poco el viento cambio amaino, hasta no ser mas que una leve brisa que mecia suavemente a las cuatro figuras que permanecian de pie en la azotea, parece que los espiritus de la naturaleza estarian con nostros aquella noche pense sonriendoe y abriendo los ojos.

Les mostre el brasero de bronce que habia en el centro, cuyo contenido apenas era visible por la oscuridad, pero cuyo olor era facilmente percibible..

-¿Podeis prenderlo alguno?- Mire a Myhr esperando que el llevara mechero, pero me sorprendi cuando fue shadows la que lo encendio pasando su mano por encima. La mire sin saber que decir, y al final dije un simple -Gracias- me quite el medallon, saque las fotos de Josh y Ana y las observe en silencio, en los ultimos siete años no habia mirado jamas esas fotos, solo sabia que estaban ahi, que seguian conmigo, las deje caer en las llamas. -Es hora de quemar vuestros viejos recuerdos, y concentraros en la nueva vida que vais a llevar, la purga no tiene porque ser de forma material.- Jamas los olvidaria, y mas haya de aquellas fotos que ahora se consumian y se arrugaban con rapidez, sus rostros siempre serian nitidos en mi mente, pero no quemaba sus recuerdos como mis hermanos, quemaba los recuerdos amargos que a su alrededor se habian formado.

Aspire y me senti libre por primera vez en mucho tiempo.

(Off: Se que es largo y que e interactuado por vosotros, pero e pensado que asi seria mas fluido, ahora si, os dejo responder, y luego continuo con la parrafada *.*)

Me quede parada durante unos momentos. Varios recuerdos felices de mi familia se vinieron a mi mente. cerre mis ojos y una sonrisa se dibujo en mi rostro. Todo era perfecto, todos estaban ahi, mi padre, mi madre, mi padrastro y oliver.
Era un bello cuadro familiar, pero todo se oscurecio. Rapidamente recorde a mi padre acostado en la cama, agonizando, tambien recorde a los forenses llevandose del bosque el cuerpo de mi madre y mi padrastro., y como olvidar mi corta estansia en el orfanato, donde pase los peores momento, donde quize con muchas ansias poder reunirme con ellos.

Abri los ojos y sacudi mi cabeza intentando olvidar todo eso y me acerque al brasero. Me quite una cadena de oro que tenia un juego de alianzas del mismo material, la sostube un momento en mis manos y luego las deje caer sobre la llama. Casi no llegue a resistir el impulso de extinguir esa llama y volver a quitar las alianzas, pero tenerlas conmigo no devolveria a la vida a mis padres. me aleje de brasero y de sus llamas y observe a los demas.

Me sentía ligeramente extraño. No estaba seguro de si simplemente echarme a reir con tanta exageración o tomarme el asunto en serio. ¿Realmente creía Lucrecia que por estar parados ahí a media noche en plena azotea, junto a una porquería en llamas, íbamos a deshacernos de algo? Podría ser que alguno tal vez. En mi caso, sólo quería deshacerme de un par de demandas a la compañía, eso quería olvidar por ahora, aunque ya se encargasen de ello en Alemania... Me hubiese reido, una carcajada de lo más cómica, pero no lo hice, mantuve la serenidad completa y aquel rostro duro como el frío acero.

Suspiré algo fastidiado por el asunto. Hubiese preferido, sin duda, echar un vistazo por el telescopio y cantar villancicos que ponerme a pensar en algunas cosas. Pero que iba a hacer, decir a caso, ¿Lucrecia, puedo ir a al baño, es que me estoy orinando de la risa por tanta tontería?... No, creo que no, además que seguramente me decapitaría por ello. Me concentré un poco, trayendo a la mente los recuerdos de Sonja, las felices noches en su compañía y el subsecuente odio por Viktor... que culminase en su muerte a manos del amante de su hija.

Una sonrisa de satisfacción cruzó mi rostro, una sonrisa que jamás denotaría alegría, ni piedad, ni misericordia, una sonrisa que en ocasiones era la sentencia de muerte para mis enemigos. Miré a cada uno con aquella siniestra expresión, esperando que llegara por fin el término de tan extrañamente bizarro ritual... ya hablaría con Lucrecia sobre semejante clase de juegos de niños exploradores... ¿por qué no mejor escogía a la siguiente hacer un águila de sangre con un vampiro?... Guardé silencio mientras esa idea aliviaba un poco lo tedioso de la situación.

Me concentre con todas mis fuerzas en el "totem" que guiaria a nuestra manada, sin pensar en lo que mis compañeros habian echo, segun la tradicion de mi tierra, deberiamos ofrecerle nuestros recuerdos a los espiritus, me centre en la imagen que aparecio en mi mente, un gran chacal negro se formo en mi mente, ¿era mi propio reflejo? o verdaderamente el espiritu estaba dispuesto a guiarme, detras del enorme animal pude distinguir las figuras de varios animales mas a su espalda, pero si aquello era el reflejo de mi manada eramos mas de los aqui presentes.

Ize una oracion silenciosa al gran chakal, que a partir de ahora guiaria la toma de mis decisiones y le di la espalda al resto de cambia formas, camine con lentitud mientras dejaba caer el abrigo largo que me tapaba, aulle con todas mis fuerzas al cielo nocturno, ni siquiera fui consciente de cuando habia entrado en fase, pero aulle con todas mis fuerzas, era un aullido de alegria y de rabia, de amor y rebeldia, era la forma mas salvaje de espresar lo que yo era.

Y de algun modo pude saber que estaba echo, el pueblo de los espiritus volvia a aceptarnos entre ellos, mire a la ciudad bajo mis pies, era como verla por primera vez bajo la mirada de la bestia, cada uno de los latidos de la ciudad. Nuestro nuevo hogar...