Un cafe y buena compañia! (Seprov)

Acababa de terminar mis clases de ese dia, me sentia exausta asi que decidi ir por algo que me reanimara el cuerpo y el espiritu, entre a la cafeteria y pedi un cafe irlandes bien cargado, me lo sirvieron y lo tome con cuidado buscando una mesa disponible, la cual no habia, camine y encontre una, acomode mis cosas y me sente, di el primer sorbo de cafe y lo disfrute verdaderamente, al girar mi rostro me sorprendi de ver a alguien ami lado, disculpa es tu mesa, dije algo sorprendida..

Era momento de tomar un breve receso de mis actividades diarias en la universidad. Portaba mi capa con elegancia, y el sombrero de copa coronaba mi cabeza. Desafortunadamente, caminaba con cierta dificultad, la enfermedad avanzaba notablemente, y cada día menguaba mi condición con mayor fuerza. La cafetería, por suerte, estaba relativamente cerca de mi oficina, por lo cual llegué rápidamente a mi destino.
Compré un café de moca y me encaminé a una mesa libre, apoyado por mi bastón. Me senté con delicadeza, dejando el sombrero sobre mi mesa, abriendo una carpeta con algunas cuantas investigaciones necesarias para mis clases. Absorto en mis análsis, ni siquiera me percaté de que alguien se acababa de sentar a mi lado, hasta que me habló.

-No tengo inconveniente en compartirla- declaré con una sonrisa en el rostro.

Sonrei, y le mire.. bueno si no tiene ingun inconveniente compartamosla, perdon que descortesia mi nombre es Isis Deneb tendi la mano par saludarle y tengo el honor de compartir mesa con?, le mire y di un pequeño sorbo al cafe.

Examiné velozmente a la joven que se sentase a mi lado. Ignoraba que función en la universidad, pero realmente no importaba gran cosa. El aire estaba plagado de aroma a café, por lo cual fui incapaz de evitar arrugar la nariz un momento, pues el olor penetraba mi olfato a pesar de que éste se encontraba algo debilitado. Respondí el gesto, presentándome inmediatamente.

-Mi nombre es Von Wednar, Seprov Von Wednar, señorita Deneb- dije con cortesía- Creo que prefiero una amena charla, si no le importa, antes que seguir leyendo- cerré la carpeta tras hablar, dejándola sobre la mesa.

Vi su gesto ante el olor del cafe, asi que lo aleje de el , lo siento mucho, dije apenada ante su reaccion, me parece muy bien, creo que una charla nos animara el alma y desperta nuestra mente, supongo que es catedratico de la universidad? tome la servilleta y tape cuidadosamente mi cafe, para que el olor tan fuerte no causara mas estragos, lo vi debil, tal vez algo cansado se encuentra usted bien Seprov?

Vaya, y ahora parecía que mi apariencia denotaba fácilmente el estado en que me encontraba. Sabía que era deplorable, en cierto punto, pero no tan perceptiblemente, al menos había intentado que no fuesen exactamente visibles los estragos de mi enfermedad. Forcé una sonrisa en mi rostro para mostrar mi inexistente fortaleza. Al menos, lo único que me dio consuelo fue percatarme que cubría su café, un posible indicador de que mi debilidad podía atribuirse a algún cuadro gripal.

-Estoy óptimamente, señorita Deneb, muchas gracias- respondí con tanta solidez como acostumbraba a hablar- En cuanto a si trabajo aquí, le puedo decir que imparto Historia Contemporánea en la universidad. ¿Y usted?

Lo mire, tal vez mi ojo clinico vio mas de lo que debia, sonrei bueno yo imparto dos catedras aqui, Cinematografia y Redaccion, di una mirada a las invstigaciones que estaban sobre mi carpeta y regrese la mirada a seprov.

-Vaya, me suena de lo más interesante- comenté con absoluta franqueza- De hecho, hace algún tiempo me ofrecieron un puesto para impartir Literatura y Redacción en- me detuve a pensar si debía decirlo, pero preferí limitarme a hacerlo- otra parte. Al final, mis intereses me trajeron a esta parte del mundo- me froté la barbilla pensando un instante. Murmuré a continuación- Cinematografía, solía soñar con ser director alguna vez, cuando era más joven.

Sonrei sinceramente y le mire, Aun hay tiempo para hacerlo, y en cuanto a donde deberiamos de estar, pues.. , calle un momento, y mire a la mesa un segundo, regrese la mirada de nuevo, bueno por alguna razon estamos aqui y ahora, eso es lo importante, destape mi cafe para darle un sorbo, lo volvi a tapar dejandolo en la mesa.

Un gesto de incredulidad se manifestó en mi rostro cuando escuché aquella casi inexistente palabra en mi vocablo: tiempo. Aquello era lo que más codiciaba, en lo cual la mayor parte de mis pensamientos moraban cada día. Sin embargo, el saber que aún disponía de una casi imposible y caprichosa esperanza me impulsaba a mantenerme cuerdo en la medida de lo posible. Sacudí la cabeza suavemente para borrar de mi mente esas ideas, retornando al presente, el único momento que debía vivir al máximo.

-Supongo que tiene razón, Isis. Algún día podré realizar una cinta hollywoodense, sólo necesito determinación, sin duda- apenas sonreí, una sonrisa ligeramente forzada- Además, creo que comparto su opinión respecto a nuestra actual ubicación, y no me quejo, pues de no haber decidido venir aquí, seguramente no hubiese vivido muchos acontecimientos que han marcado mi vida.

Sonrei de lado, Tal vez las decisiones que nos trajeron aqui, fueron distintas, pero las vivencias adquiridas son las que valen realmente la pena, pero en fin y creo que he hablado demasiado sonrei y le mire, creo que es tu turno de contarme algo sobre ti, Seprov, claro si no le molesta

Hablar de mi siempre me resultaba, hasta cierto punto, complicado y, relativamente, extenuante, una labor complicada y la cual requería mi completa concentración debido a que temía caer en la egolatría. Respiré hondo antes de comenzar a decir algo, pensando, meditando sobre que podría dialogar al respecto. Una vez escogí mis palabras, di inicio.

-Bueno, no hay mucho que este pobre caballero alemán pueda comentar sobre su vida- me encogí de hombros, con gesto de resignación- Sin embargo, tampoco me negaré a su petición, Isis. Nací hace ya varios años, en el castillo Bran, en Rumania. Soy alemán pues así lo eligieron mis padres. Jamás fui asistí a la escuela, pues siempre recibí instrucción académica en casa, gracias a los crecientes deseos de mi padre por educarme lo mejor posible- y el bastardo lo logró pensé con odio- Fui internado en una institución militar por un año durante mi adolescencia, donde aprendí a usar armas de fuego. Luego me inscribí en Oxford, me gradué y conseguí una maestría, al tiempo que publicaba algunas investigaciones a nombre de la universidad. Vine aquí hace un par de años, volviendo a Alemania por cuestiones forzosas, tras lo cual vagué por el mundo un tiempo y acabé otra vez aquí, a petición de la universidad- concluí suspirando

Escuche interesada lo que me contaba sobre el, creo que su vida es interesante, he conocido a pocas personas como usted, Seprov, Tome un sorbo de cafe y le volvi a tapar, [i] Alemania me parece un lugar sumamente interesante, algun dia me gustaria regresar ahi y seguir filmando el documental, pero para todo en algun tiempo habra tiempo. sonrei sinceramente.

Así que Isis había estado en Alemania. Empezaba a ser algo común encontrar personajes de todo el mundo habiendo visitado mi patria por una ocasión al menos, lo cual me hizo esbosar una sonrisa de orgullo, aunque ignoraba el por qué; ya no me consideraba alemán... no del todo. Quizá, en el fondo, sólo era una válvula de escape a mi tormentoso presente... las tierras sajonas carecían de culpa alguna, toda la culpa recaía sobre el monstruo de mi padre.
Me acomodé en la silla nuevamente, preparado para continuar la charla.

-¡Oh, un documental en parte de Alemania! Que sensacional, he de admitir. Espero que tenga la oportunidad de capturar Neuschwanstein, Linderhof, Nymphenburg y algunas cuantas edificaciones interesantes- anhelaba volver a pisar aquellos lugares, al menos por una vez más.

Asenti con la cabeza, espero poder terminarlo algun dia, aun no lo se.. calle y mire el cafe, el motivo por el cual no habia podido terminarlo era muy claro, pero si hablaba de ello, aseguraba mi muerte.

Recorde lo que habia poasado alla, me estreme si un poco pero continue la conversacion, Seprov, todo ser humano tiene pasiones o aficiones, cuales serian las tuyas.., hice un cambioi radical de tema, ya que la historia en alemania era duira y un poco inverosimil, un secreto quue me acompañara hasta mi tumba.

Isis se había detenido por algún oscuro motivo, una razón que, seguramente, jamás averiguaría. Realmente, carecía de necesidad por conocerlo, ya bastante tenía con el inmenso cúmulo de problemas que se extendían frente a mi cada día.

Pese a ello, me tomó ligeramente por sorpresa el extremadamente brusco cambio en el curso de la historia. Evidentemente, si hubiese tenido que ser franco con la señorita Deneb ese día, para ella se habría dibujado un aura de excentricismo alrededor mío al instante. Soy una especie de historiador chiflado a quien le gusta ponerse en situaciones peligrosas conviviendo con vampiros y conspirando contra hombres lobo... sí, eso sonaba perfecto para ser tomado por un demente en cuestión de segundos.

Sacudí la cabeza con suavidad, mientras una torpe sonrisa cruzaba mi rostro. Debía decir algo congruente, sin duda alguna.

-Verá, Isis. Me fascina la historia, como quizá se haya dado cuenta por mi profesión, además de que poseo una profunda fascinación por la esgrima, la arquería, el teatro, la lectura y la escritura- no era sorpresa que me encontrase tan sólo a esas alturas de mi vida, poniendo mis gustos de esa forma tan ordenada- Sin embargo, creo que lo más atractivo para mi es la aventura; la aventura de desentrañar los misterios que el tiempo nos va heredando- esa era una buena forma para concluir, puntualizando mi bizarra afición de una manera normal- ¿Qué hay de usted?