Día turístico #1 (Anne)

-Aún así, siento que te debo demasiado- La abracé aún más. -Podemos usar las mañanas para la "guía turística", y las tardes ir a las plazas, ¿te parece?- Sugerí, quería que disfrutara aún más esto que yo. Era seguro, mañana la llevaría en mi Jeep directo a donde me indicara, esperaba que mi manera de conducir no fuese demasiado brusca para ella, lo bueno es que contaba con unas llantas para todo terreno.

Recostada contra su pecho podía sentir su corazón latir casi a la par de rápido que el mío, lo que me hizo sonreir. Levanté la cabeza para mirarlo cuando dijo aquello, sonreí de forma pícara.

-Me encantaría ser secuestrada por tí

-¿Es posible secuestrar a un ángel? Creo que Dios se va enojar mucho- Añadí con una sonrisa juguetona. Le di un beso en el nacimiento del pelo.

-¿Te gustaría terminar este recorrido o irnos a un centro comercial?- Pregunté.

Reí por su comentario y Lo pensé por un momento.

-Bueno, siempre puedo traerte a jugar a perdidos en los túneles, sería bueno ir por un poco de civilización, como tu dijiste, dejemos las mañanas para las excursiones.

-Va~le- Separé la aceptación en dos sílabas. Volví a besarle en la cabeza y tomados de la mano, regresamos hacia el auto.

-Mmm...me gustaría ir a la playa un día de estos, lástima que solo muy de vez en cuando aparece un día tan soleado- Un desperdicio sinceramente.

Me encantaba tener su mano en la mía, podía sentir como la electricidad me recorría desde ese punto.

-mmm Tengo planes para cuando vayamos a la playa, pero involucran mi guitarra y un pic-nik-había dejado volar mi imaginación- Pero quien quita que el destino nos regale otro dia soleado y perfecto?

-El tipo del clima...-Después de decir aquello empecé a reír.

-De todas formas, sí estás conmigo, estoy igual de radiante a como lo sería un día soleado- Le iba a prometer el llevarla a San Diego, no quería que perdiese esas noches en la fogata que se solían hacer los viernes último de cada mes.

Reí cuando mencionó al tipo del clima.

-Se merece unas galletas, no se equivocó...

Me sonrojé cuando me dijo que iluminaba sus días y lo abracé por la cintura.

Reí ante su comentario y por su reacción, la miré mientras me abrazaba por la cintura, se veía sonrojada.

-¿Sabías que te ves adorable cuando te sonrojas?- Parecía una niña, me gustaba muchísimo eso, pues era todo lo contrario, una chica independiente, madura y muy afectiva.

Me sonrojé aún más cuando dijo eso.

-Nunca me lo habían dicho-dije ocultando mi mirada

-Entonces, me siento orgulloso de ser el primero que te dice eso- Reí. Tal y como lo había hecho en la cueva, levanté con delicadeza su mentón, no tenía porqué estar avergonzada por ello, debería estar feliz, ella estaba sacando a la persona cariñosa y tierna que estaba escondida dentro de mí. A continuación, la volví a besar.

Sus labios volvieron a robarme el aliento, la razón y cualquier pensamiento que fuera él...despues de unos momentos nos separamos y yo le dije, aún con nuestras naricez rozandose.

-Podría quedarme en estas todo el día-tomé aire y me separé un poco más para mirarlo a los ojos- creo que debería tener un poco más de auto control.-sonreí

-Yo no haré nada que tú no quieras, tenlo por seguro, así que eres libre de elegir lo que quieras, si quieres continuar el beso, bien, sino, no hay problema- Seguí sonriente, la apoyaría en lo que creyera necesario.

Lo pensé, su sonrisa definitivamente me distraia pero logré decidir algo:

-Mmm, nop, las mejores cosas se disfrutan con mesura o terminamos convirtiendo muestro paraiso en una maldición-me había salido un poco filosofico pero él entendía mi punto

Después de lo que dijo, era inevitable que no riera, me sorprendía de sobremanera como pensaba, era única, en todos los sentidos.

Fue cuando empezaron a caer gotas del cielo, ahora que me ponía a pensar, el clima no se encontraba tan cálido. Empezó a llover con fiereza, le entregué a Anne su saco, suerte tuve de traerlo conmigo y después de arreglarme la camisa y ponerme la chamarra, le ayudé para que no resbalara con las rocas, el terreno se encontraba lodoso, esperaba a que llegaramos rápido al auto.

Gotas de agua comenzaron a caer, mojandonos a Ike y a mi...era de esperarse, no se pueden pedir milagros del clima, pero no contaba con que comenzara a llover con tanta fuerza y comencé a lamentarme internamente de haber dejado el saco en el auto hasta que vi qué el lo tenía, lo que me llenó de ternura, se había preocupado por mi.

Me puse el saco, pero eso no evitó que nos mojaramos hasta los huesos, él me ayudaba cada vez que resbalaba por el terreno lodoso, el auto aún estaba algo lejos de nosotros y yo estaba cansada, lo abracé tiritando.

-No creo que lleguemos muy rápido con esta lluvia, no puedo ver por donde vamos-me preocupaba que hubieramos perdido el camino.

-Tú tranquila, yo preocupado- Sin autorización ni nada, la subí a mi espalda, era un poco más ligera de lo que pensé. -Yo me sé el camino- Lo bueno es que habíamos cruzado la zona de piedras, ahora quedaba una zona templada; busqué desesperado con la mirada un panal de abejas, de ahí serían como 10 metros para el carro, logré verlo y corrí más rápido, divisé el auto, aumenté la velocidad. Abrí con un poco de dificultad la puerta trasera y la senté ahí, cerrando de inmediato.

Le di la vuelta el auto, entré por la otra puerta. El ruido insoportable de la lluvia había disminuido considerablemente una vez dentro, di un largo suspiro. Estaba mojado, pero no me sentía mal, ella en cambio, temblaba mucho. La abracé, para aumentar el calor corporal.

-¿Te encuentras bien?- Pregunté.

Me quedé como "What??" cuando me subió a su espalda, pero al fin y al cabo me agradó ese impulso que había tenido, reí de forma graciosa, pues mis dientes castañeteaban, me abracé a su cuello, y dejé que me llevara por donde el quería, agradeciendo que tuviera un mejor sentido de la orientación que yo y que yo fuera tan pequeña como para que él me cargara.

Cuando me dejó en el asiento trasero me incliné para prender el aire y cuando él entró por la otra puerta intenté controlar los temblores, me abracé a él con fuerza para poder calentarnos.

-Yyyo...claro...ccomo un rrrroble-de nuevo reí con risa temblorosa

-Se nota- Puse los ojos en blanco, pero después sonreí. La calefacción del auto aumentaba paulatinamente, así que el ambiente se volvió más agradable, pero por mí parte, no quería dejar de abrazarla. Froté su espalda con suavidad, para que no se enfermara, pues era de los puntos donde solía entrar más frío.

Saqué de una bolsa interna de la chaqueta un chocolate, lo partí a la mitad.

-¿Gustas?- Pregunté.

Poco a poco fui recuperando el calor, su abrazo me mantenía caliente y no me daban ganas de soltarlo para nada, creo que a él tampoco por la forma en que me abrazaba, ya casi no temblaba cuando ví que él sacaba un chocolate, mis ojos se iluminaron.

-Siiii- el chocolate era mi segunda adiccion despues del chocolate.

Lancé una carcajada y le tendí sin duda el pedazo.

-Será mejor esperar aquí en el auto, el clima no es muy favorable para conducir...y más con el lodo que se formó- La calefacción llegó a su punto más alto, los vidrios se empañaron totalmente, lo cuál ví gracioso. Con la mano, empecé a escribir "I+A".

Comí el chocolate entre risas, era conciente de que había sonado igual que smeagol el bichito del señor de los anillos.

-Especialmente si conduzco yo...-completé su frase y sonreí.

Los vidrios comenzaron a empañarse y noté como Ike escribía nuestras iniciales en uno de ellos, con mi mano dibujé un corazón que las rodeaba y luego la puse en su mejilla, mirandolo a los ojos de nuevo, suspiré, cada segundo a su lado me daba una razón para quererlo más, no pude resistir y lo besé tiernamente, en tan poco tiempo ya significaba tanto para mi...

Con el mismo cuidado, respondí su beso.

-¿Crees que Elliot quiera matarme por estar contigo? No digo que pueda hacerlo, pero tengo curiosidad- No era yo la mejor influencia de todas...intentaba mejorar, aunque la tentación a veces solía ser mayor que mis deseos de cambiar.

Me puse a acariciar su cabello cuando se separó un poco de mí y ´mirandome a los ojos me preguntó por Elliot.

-Mira...Elliot puede ser muy mi hermano y todo, pero esta es mi vida, mi elecccion y el no tiene ningun derecho a molestarse contigo o conmigo por...esto-dije señalandonos de nuevo con una sonrisa

-Solo preguntaba, de igual forma, se reirá al saber que Fenrir me mordió apenas se entere- Me lanzó una mirada curiosa- Mi doberman llegó a morderlo en un hombro cierta ocasión, una broma, aún sigue enojado conmigo por que le quedó una marca- Reí, solo quería que lo tirara por el tamaño del perro, no que lo mordiera.