La chica d cabellos platinados caminada distraída por el bosque, hacia pocos día que había llegado a aquel lugar, y quería conocerlo mas, pero entre tanto verde y árboles todo aquello se veía igual, por lo cual no tardo en aburrirse.
Se acerco a un árbol de raíces gruesas y tomo asiento, abrió su libro en la pagina en la cual había interrumpido su lectura la vez anterior, y su mirada bicolor siguió el hilo de las palabras impresas en aquel papel.
Al cabo de un rato, comenzó a sentir sus parpados pesados, y poco a poco quedo sumida en aquel mar de inconciencia… Mas aquel descanso no duro demasiado, pues un sonido agradable saco a la chica de aquellos sueños…
Se trataba del cantar de un lindo petirrojo, que daba saltitos en la yerba buscando que comer. La chica se tallo los parpados y lo observo divertida, mientra una risita dejo sus labios, pero aquel sonido alerto al ave, y esta no tardo en alzar vuelo.
-Espera… No te vallas…- dijo la muchacha, quien se incorporo, tomo su libro y fue tras el pequeño petirrojo… En aquel tiempo, aquella criaturita era lo único que había llamado su atención.
Corrió y corrió, pero el petirrojo había desaparecido entre la espesura del bosque. La chica dio un suspiro de derrota y se dio la vuelta, disponiéndose a regresar a casa, pero fue entonces que se percato de algo.
-¿Dónde… donde demonios estoy?- dijo con voz suave, mas para ella misma, mientras su mirada iba en todas las direcciones de aquel lugar.
Se había perdido, y no sabía como regresar…