/ Cambio de vida, ¿realidad o fantasia?/ -Ark-

Invitado

Mis pasos me habían llevado a una pequeña iglesia abandonada, mi curiosidad por lo que dentro de ella había, conmigo llevaba la cámara y mi eterna compañera, la guitarra tal vez un lugar así, me inspiraría, ya que ella es caprichosa y siempre llega en momentos extraños o por lo menos eso me pasaba recurrentemente a mi.

Entre a la iglesia, los ecos de mis pasos eran claros, la acústica de aquel lugar era magnifica, mire alrededor, había ya poca luz ya que comenzaba a caer la noche, era un lugar frío, a pesar de ser un lugar considerado bendito, ahora solo y abandonado.

Me senté en una de las bancas, sin importar que estuviera sucio o húmedo, cerré los ojos y deje que mis dedos marcaran las caprichosas notas, para algunos oídos sin sentido, para otros un claro escape de la soledad que sentía en ese momento, suspire aun con los ojos cerrados dejándome llevar, perdiéndome en la melodía que de mi salía.

El dolor, fluía através de mis dedos, la soledad carcome y hace interpretar la mas fúnebre melodía que a mi iodos en ese momento era la mas pura creación, solo quería perder mi mente y hundirme en la música, disfrutando la acústica de aquel lugar, aun con la cicatriz de aquella herida hecha en el bosque, ahora sabia que los cuentos no lo eran y eso provocaba miedo, miedo a lo desconocido, solo quería escapar através de la música.

Por alguna extraña razón encontré entre mis paseos, o reconocimiento de territorio… por decirlo de algún modo.
Una iglesia, carcomida por el tiempo, olvidada por los mortales, excomulgada por Dios.
Solamente entre en ella en vez de preguntarme el porque su estado,abriéndome paso entre la vieja madera de las bancas, acompañado solo por el crujido del piso mohoso.

Llegue al altar, donde aun los viejos cirios se encontraban a medio consumir, el tiempo se detuvo en la historia de ese lugar.
Me pregunto que clase de ingenuos fieles fueron los que se sentaron sobre esas bancas, se arrodillaron el suelo, lloraron con los salmos del divino, mientras que en lo mas profundo de sus almas buscaban la salvación.. pffff… patrañas hahahahaha!!!

Me puse tras un viejo pilar mientras observaba el ápside de la arquitectura.

Fue en ese momento que alguien irrumpió en el silencio ocaso del lugar.

Humano… pensé pasando mi lengua por mis labios.

Me pose tras un pilar para observar al visitante, ella, solo saco una guitarra y comenzó a tocar.
Las oscilantes notas invadieron el recinto. Debía hacer algo.
En la oscuridad me moví y apoye mi espalda en un pilar, tome un candelabro y lo partí en dos haciendo un eco metálico en el ambiente, creando un quiebre en las notas de la guitarra.
El sonido fue mi carta de presentación.
-buenas… noches-
Dije con voz terciopelada a la visitante.

Invitado

Un sonido metálico interrumpió el danzar de mis notas sobre las cuerdas de la guitarra, me estremecí un momento al oír una voz, abrí los ojos para buscar a quien me hablaba, la obscuridad sin darme cuenta había invadido el lugar, mire a la persona que esa noche me acompañaba.

-Buenas Noches-, respondí mirándole, su voz era algo hipnotizante, sonreí un poco nerviosa, su presencia me inquietaba, sin saber la razón.

-Perdone si le interrumpí con mi ruido-, dije torpemente, poniéndome de pie para salir del lugar, -creo que la noche se a apoderado por hoy-, hable en un susurro de voz, mientras guardaba el instrumento que siempre era mi compañero fiel.

-que siga disfrutando de este lugar-, aun mi voz se escuchaba nerviosa, le di una última mirada y comencé a caminar hacia la salida de ese lugar.

Escuche atento a lo que me decía… por alguna extraña razón se me hacia familiar… pero bueno...si no la recuerdo es porque no es importante.

La muchacha se disponía a marcharse, y como es típico en mi… jugaría antes con la comida…
Corrí hacia la puerta sigiloso, quedando frente a ella justo antes que saliera.

-pero porque se marcha?, si es una noche tan hermosa no?-
continué con mi voz suave y educado acento.

-porque no se queda un momento mas…me intriga su música…podría oír un poco mas-
vislumbre una sonrisa que insinuaba un poco mis colmillos.

Invitado

En una fracción corta de tiempo el se puso enfrente de mi, así pudiendo al fin ver las facciones, me quede perpleja al verlo, escuche su voz, la cual se había grabado en mi mente, aun recordaba lo que el ese día había dicho, “demasiado joven... pero en fin, suerte “, esas palabras se taladraron en mi mente,

Lleve mi mano instintivamente mi mano a la cicatriz que aun estaba en mi cabeza, controle mi respiración tratando de aparentar no recordar nada, - Esta noche es hermosa, sin lugar a dudas, pero se apreciaría mas fuera de esta antigua construcción, ¿no le parece?, es mejor salir a disfrutar afuera de lo que el cielo nocturno nos muestra- hable en un tono tranquilo, había podido controlar mis sentimientos y reacciones, esperaba que no lo notara.

-Le intriga mi música-, sonreí un poco de lado, me causaba risa- es la primera vez que escucho que un conjunto de notas, intriga a alguien, si eso es un halago, agradecida le estoy, pero por ahora tengo que retirarme-, sonreí amablemente pasando por su lado para salir del lugar.

Extendí mi brazo hasta el pilar bloqueando la salida.
Me divertía su expresión, movimientos, creo que disfrutaba mas del dolor ajeno que de la misma sangre, tantas expresiones hahahaha que divertido!!.

-pero… ¿Por qué se va tan pronto?, podríamos… no se… ¿divertirnos un momento?-
Sonreí con amabilidad.

Una amabilidad sumamente teatral
-que tal si toca nuevamente para alegrar nuevamente este lugar-
La mire fijamente, mientras el aroma y el miedo que expelía de su piel llegaban a mi nariz.
Suave y sin restricción.
De pronto vi en un costado de su frente, al lado de su cien, una hermosa cicatriz que se ocultaba bajo sus cabellos.
Con mis frías manos corrí suavemente su cabello para ver mejor esa marca.
Ladee ligeramente la cabeza, en un gesto inocente y curioso.

- uy al parecer tubo un accidente… pero déjeme decirle que tiene una hermosa cicatriz-

tirada de habilidad

Spoiler:

Invitado

El tacto frío de su mano en mi frente me estremeció un poco, pero su voz, expresiones me seducían de cierto modo para hacerle caso y cumplir sus deseos, ¿tocar un poco mas?, por que no, a quien se le podía negar un poco de música para su deleite.

A pesar de que algo me decía que no debía estar aquí, su sonrisa me hizo sentirme un poco confundida apesar de mostrarme confianza, había algo que no podía describir, instintos, reacciones que me pedían salir de ahí.

Resistencia

Spoiler:

Cayo!.

-excelente… excelente, ven sentemos… ¿que te parece en el viejo altar?-

Apoye mi mano en su espalda con suavidad para guiarla.
-tienes una gran habilidad jovencita…-
Sonreí mientras la llevaba con paso lento al lugar.
-pero sabes…-
la jale hacia mi aprisionándola para evitar que escapara.
- hay algo… que me gustaría probar mas que el sonido de tu guitarra…-

corrí el cabello de su cuello y acerque mi rostro lentamente hacia su oído.

- si quieres complacerme… ahora es el momento… ofréceme tu sangre… -
tome distancia y mostré un sonrisa placentera.

La solté, sabia que no iba a correr, y del bolsillo de mi pantalón saque una navaja con adornos barrocos.
Tome una de sus manos y se la entregue.
- veré que tan creativa eres…-

Invitado

Mi mente no reaccionaba ante sus palabras y movimientos, parecía que estaba en un mundo paralelo a este, sin replica alguna le seguí, la manera en que me hablaba me hacia caer mas y mas en un sueño.

Escuche atentamente a lo que me decía, solo me limite a mover la cabeza en forma afirmativa, poco antes de llegar al altar, nos detuvimos, me giro para verle de frente, parecía que cada palabra que me decía tenia que acatarla a como diera lugar.

Deje la guitarra de lado, para tomar entre mis manos la pequeña daga que me entregaba, ¿mi sangre?, arquee un ceja mirándole, pareciera que no era yo la que hablaba, tome la daga con determinación, la cual no era común en mi.

Sin pensarlo dos veces, desabroche mi blusa, despojándome de ella para dejar el vientre limpio, pase la daga sobre el haciendo un corte no muy profundo, rasgando mientras lo hacia un pequeño grito entrecortado de dolor salio de mi, el corte a pesar de no ser profundo, dejaba fluir la sangre.

Me acerque a el mirándolo, - la quieres, aquí esta, pruebala-, conteste casi de manera incitante, parecía ser una respuesta automática a sus deseos.

Mire mientras se despojaba de su blusa y se autoflagelaba el vientre.

Sostuve su mano y mire la sangre en el filo de la navaja.
Me limite a sonreír.
La mire sin pronunciar ni una sola palabra, mientras lentamente caía y caía hasta llegar a su vientre.
Con la punta de mi lengua comencé a lamer los alrededores de la herida, que lentamente emanaba mas sangre.
Mi manos se posaron a los lados de su cintura, y con mis pulgares comencé a frotar su piel para que de la herida saliera más y mas sangre.
Era extaciante, su sangre era deliciosa… aunque claro… en mi “vida” había probado de todo.

Después de un momento no eran solo mis pulgares sino, que mis manos; las que abrían y cerraban la yaga para mi deleite. Mientras escuchaba pequeños quejidos de dolor de mi cordero o mejor dicho… victima.

Invitado

Sus manos se posaron alrededor de mi cintura para abrir la herida, la reacciones que sentía en mi cintura se movían provocando dolor y haciendo que la herida se mostrara mas abierta, emanando mas sangre de ella, lo que provocaba que soltara pequeños gritos.

Las reacciones que en ese momento sentía a pesar de sonar extraño eran placenteras, aun con la daga en mi mano, la acerque a mi lengua, levante el rostro de aquel que sin razón aparente me incitaba a dañarme para su satisfacción, mostrando como hacia un corte en mi lengua, lo acerque a mi rostro la sangre invadía mi boca con su sabor, lamí sus labios dejándoles la sangre sobre ellos.

Las reacciones que comenzaba a tener eran un tanto más agresivas, puse mi mano en su nuca, rasguñándole con fuerza, acercándolo a mi boca para que probara la sangre de mi lengua.

Lamí mis labios invadidos de su sangre.
La mujer comenzaba a dejarse llevar por su instinto sádico, eso me agradaba.
Sentí como intentaba rasguñar y herirme, me agradaba aun mas esa sensación, trataba de hacerme sentir dolor.

Me estaba provocando.

Recordé unas palabras de un viejo y muerto amigo
“las tímidas son las peores”
Que agradable!.
Comencé a jugar con su lengua mientras tragaba su sangre

Mis manos comenzaron a recorrer su espalda, mis uñas creaban caminos rojizos en su piel, que se trasformaban en pequeños senderos de sangre.
El seguro de su brazier cedió, cayendo, levemente ensangrentado, al piso.

Poco me importaba su cuerpo, lo que deseaba yo era su sangre, y sentir placer y diversión mientras conseguía mi meta.

Mis manos estaban invadidas de su sangre.
Separe mi rostro del suyo y le enseñe mi dedo índice. Con sensualidad comencé a acariciar sus labios con el, y a adentrarse lentamente en su boca.
Observaba como disfrutaba lamiendo su propia sangre de mi dedo, era excitante ver eso.
Complacía totalmente mi fetichismo y ella parecía gustarle también.

Invitado

El dolor que me provocaba era algo que nunca había experimentado, mi cuerpo pedía mas a pesar del dolor que estaba provocando en mi, aunque mi mente comenzaba a reacciona pidiéndome que esto parara.

Su dedo con sangre recorrió mis labios, el sabor era exquisito, pero a la par comenzaba a provocar reacciones que nunca llegue a sentir, me separe para mirarlo ladeando su cabeza y mordiéndole el cuello, quería que sintiera un poco de lo que el hacia con mis sentidos, mis manos seguían rasgando su piel, termine desasiéndome de su camisa, para rasgar su pecho con mis uñas y aun mordía si cuello.

Dado de resistencia, (Fuerza de voluntad)

Spoiler:

Mis manos resbalaron rasgando su pecho hasta llegar a su pantalón, desabrochando lentamente, mientras mis ojos aun veían la sangre que recorría mi vientre y sentía el cálido liquido por mi espalda.

Spoiler:

La sangre inundaba el cuerpo de la joven como un manto carmesí.
Como un animal al asecho comenzó a morder mi cuelloy a tirar de mi pantalon, mi rostro se acerco a su mejilla derecha, hay puse sentir su aroma, que despertaba mi hambre, pero aun así podía controlarme, pues no era el hambre de sangre el que ahora sentía, quería ver nuevamente esas expresiones de dolor y tortura, las mismas que vi en La Santa Inquisición.

Mis manos empapadas de sangre comenzaron a deslizarse por su espalda, mientras mi boca, se acercaba a sus labios y nuestras lenguas se fundían, para sentir nuevamente el sabor de su sangre.

Mi piel comenzó a sentir el calor que ella expelía por sus poros.
Al parecer la princesa había abierto los ojos luego su largo sueño, para despertar en la matanza de los inocentes, y se dio cuenta hay que disfrutaba de todo lo que veía, del sabor del sadismo y el dolor ajeno.

...Y así se corrompió la princesa...

Mis manos ya rojas pasaron por debajo de sus brazos, recorriendo su estilizada cintura, manchando la intacta piel de la virgen, tocando sus puros seños hasta llegar a su cuello, que comencé a apretar poco a poco, y cuando notaba que la humana se ahogaba soltaba y así sucesivamente.

Mi cabeza empezó a bajar mientras mis manos se ocupaban de su cuello.
Con mi lengua comencé a limpiar el camino de sangre que deje con mis manos.

… yo solo me dejaría querer….

Invitado

Me deje llevar por lo que ocurre en ese momento, algo me impulsaba a seguí complaciéndole, el dolor me comenzaba a gustar la manera tan ruda en que comenzaban a manejarse las cosas.

Sus manos en mi cuellos ahorcándome poco a poco, la manera en que el deslizaba su lengua sobre mi dorso ahora desnudo, mire de reojo el color de mi piel, era rojo, la sangre aun emanaba en menor cantidad, era calida y su lengua se sentía fría pero el sentirla era algo que me extasiaba.

A pesar de tener sus manos en mi cuello, arqueé mi espalda hacia atrás para que el pudiera seguir el recorrido con su lengua, mis manos en sus hombros trataban de rasguñar sentir su sangre en mis manos, mis piernas se enredaron alrededor de su cintura, aun sentía la sangre en mi boca.

Levante su rostro para que lo sintiera también, lamí sus labios dejando sangre en sus labios, mis manos bajaban por su dorso hasta llegar a su pecho donde me acerque y le mordí con fuerza, soltaba gritos, el dolor me consumía pero aun quería mas de el.

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Invitado

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