Que playa tan fria.../libre/

Paseando, vagando, yendo de un lugar a otro me entero de que hay una reserva cerca del pueblo donde me estoy quedando, una reserva con playa, suena bien ¿porque no?.

Me puse mi chaqueta, salí del hotel y caminé hasta la reserva, sí camine porque no tenía auto, porque hace mucho no hacia ejercicio y por que los del hotel me hicieron la broma de decir que quedaba cerquita aqui no más...crédulo...

Así que me aguanté quince kilometros de caminata en el día más frío que pudiera imaginar y sin que un alma pasara por allí para apiadarse del pobre adolescente ingenuo que ya estaba muy lejos para devolverse y muy lejos de llegar....

Y he aquí que cuando llego es una playa helada que solo falta que las olas te lancen cubitos de hielo y que parece un pueblo fantasma de lo vacía que está. Me dejé caer en el suelo, reventado del cansancio, mirando la capa de nubes que cubre el cielo y preguntandome si no habrá un lugar que venda agua por acá cerca porque siento que me deshidrato cada vez más.

La Push, uno de mis luares preferidos para estar en soledad y escapar un poco de la realidad, mi triste, estupida realidad. Conduci con calma, con el estereo a todo volumen hasta llegar a la reserva. Estacione el auto practicamente en la entrada y camine hasta la playa con cierto aire de pesimismo. El aire frio me calaba hasta el rincon mas recondido de mi cuerpo, hasta cierto punto, fragil.
Me quede mirando las olas en silencio, que mas podia hacer? Ni modo que me pusier a charlar con las olas, ni hablar podia. Luego de un buen rato vi una silueta en la orilla, alguien tirado en el suelo, me pregunte inmediatamente si estaria inconciente o herido. Me acerque dudando y al llegar a unos pocos centimetros de distancia mi vista se cruzo con la de un chico, no mucho mayor que yo.
Hice mi mejor esfuerzo con las señas, tratando de averiguar si estaba bien. Lo mire interesada, mientras trataba de darme a entender.

Echado allí en la playa pude descansar un poco, ya no me parecía que la playa estuviera tan mal...era fresca y tenía su encanto de todas formas.

Una chica mas o menos de mi edad se acercó y me miró, creo que algo preocupada. Abrí más los ojos y sonreí, saludando con la mano, me senté y le tendí la misma mano.

-Hola, soy Xander- me presenté mientras me preguntaba porqué no me habia hablado sino que trataba de decir cosas con señas, tal vez era muda?, no estaba muy seguro.

Lo mire extrañada, reacciono bien. Correspondi a su saludo y me tendi a su lado, bueno mas bien me sente. Tome una roca peque@a que estaba a mi alcance y la use para escribir en la arena. Anneliese. Estas bien? le señale la arena para que notara mi mensaje. Mientras el lo leia, abroche mi chamarra y me cubri con al capucha, tenia mucho frio.

La miré con curiosidad mientras escribía en la arena, tal vez si era muda, pero parecía escucharme bien así que continué hablando.

-Anneliese...interesante, pero largo, te puedo decir Liz?-pregunté mirandola-ah, y por cierto, si estoy bien, solo estaba descansando, caminé mucho hasta aquí.

Vi que se acomodaba la chaqueta, mi espalda debería estar cubierta de arena en ese momento, pero no tenía tanto frio, tenía más cansancio que frio y eso era suficiente para que no me importara mucho que el aire cargara cubitos de hielo.

Asenti rapidamente ante su propuesta de decirme Liz, todos me decian asi... daba igual. Me encogi un poco, mientras el aire me rozaba las mejillas. Supuse que tendria sed o quizas hambre, asi que trate de recordar si traia algo de comer o algo de agua en el auto. Me quebre la cabeza pensando un poco, haciendo memoria, para solo caer en la cuenta que no traia nada. Met i las amnos a los bolsillos y encontre un paquete de galletas a medio comer. Lo desenvolvi y se lo ofreci. Soloe speraba que no estuvieran rancias.

Asintió, por lo que supuse que estaría bien llamarla Liz, no podía evitar ponerle apodos o diminutivos a todas las personas que conocía.

Me ofreció un paquete de galletas y mis ojos se abrieron como si estuviera viendo el santo grial, además de cansado, con sueño y con sed tenía hambre.

Sonreí y acepté el paquete.

-Gracias, eres muy amable, vives aquí?-pregunté.

Negue despacio y tome la piedrita de nuevo. Forks y tu? escribi con rapidez, pues tenia las amnos entumidas por el frio. Me rei de como se comia las galletas, parecia que era el ultimo alimento en el desierto del Sahara. Senti un le ve escalofrio que me hizo estremecer ligeramente. Frote mis manos y luego jale su ropa un poco para que volteara a ver mi mensaje.

Podía que ver que la chica si se estaba convirtiendo en una paleta humana mientras escribía, además que se reía de mí eso podía verlo y me causaba mucha gracia; jaló de mi ropa para que leyera su letrerito en la arena y reí.

-Hey no te preocupes, te estoy poniendo atención-volví a leer el mensaje y le conteste- También vivo en Forks, acabé de llegar y me estoy quedando en el hotel.

Seguía temblando, así que recordando las costumbres inglesas, me quité la chaqueta, que bastante grande si era y se la ofrecí.

-Toma, no sea que te conviertas en un bloque de hielo-le dije sonriendo

Tome la chamarra timidamente, me quedaba enorme. le sonrei dulcemente, como no lo habia hecho en bastante tiempo. Le hice una pequeña seña, agradeciendole. Desvie la mirada hacia el oceano y una vez mas escribi. Es bonito, no? volvi a mirar el mar, estaba ligeramente embravecido, las olas golpeaban con fuerza la arena.
Suspire, y lo volvi a mirar, tenia mucho tiempo de no ponerle atencion a un chico. Fisicamente, era lindo, pero solo dios sabia el resto. Me deje caer de espaldas en la arena y mire el cielo, en silencio [comos i pudiera hacer mucho ruido].

La sonrisa que se dibujó en su rostro cuando aceptó la chaqueta pareció iluminarla, como si ese rostro no mostrara alegría muy seguido, debía admitir que con el toque triste y taciturno de ella se veía linda, un encanto silencioso, pensé con gracia.

Desvió su mirada hacia el océano, que dibujaba olas violentas que traian el olor a sal del mar. Hice lo mismo, contemplando más allá del frio que pudiera sentir en ese momento. La sentí escribir algo a mi lado y miré.

-Si-dije algo sorprendido, hacia cinco minutos no me parecía nada especial- Supongo que hay que mirar con atención para apreciar la verdadera belleza de algo-me encogí de hombros, solía tenr esas epifanias cuando conocía a personas interesantes.

Se dejó caer, recostándose en la arena mirando al cielo, de nuevo con esa expresión triste que me intrigaba. La observé por un momento.

-Si me permites preguntar...¿Porque pareces tan triste?¿Cual es tu historia?-Pregunté lleno de curiosidad, quería saber más de ella.

Lo mire fijemante luego de que formulo su pregunta. Me sente en la arena y me abrace las piernas. Pense que contestarle y como contestarle. Mire alrededor y suspire. Timidamente extendi mi mano y tome la suya, jalandolo un poco, para que fuera conmigo. Me levante y lo jale un poco mas, guiandolo hasta mi auto. Abri la puerta del conductor y le quite el seguro, con señas le indique que se subiera por la puerta del copiloto. Meti la llave y encendi la calefaccion, respire hondo y finalementetome un bolso que siempre traia en el asiento trasero.
Abri mi bolso y saque una foto. Tome una pluma y una libreta y le pase la foto. Mientras el la tomaba, yo escribi rapidamente. Es mi hermano mellizo. Murio el año pasado. le pase la notita. Era la mejor explicacion que podia dar sin ponerme a llorar como un bebe. Aunque aun asi, comence a sentirme apesumbrada, casi al punto de hiperventilar.

foto:

Spoiler:

Al principio pensé que mi pregunta le habia molestado, pero despues me di cuenta de que simplemente no sabía como decirlo, tomó mi mano y me dejé llevar por ella, siguiendo sus indicaciones, quería conocerla, y aunque iba a ser algo dificil, me parecía que valía la pena hacerlo.

Miré la fotografía que me pasó, estaba con un chico, leí la nota y comprendí todo, o por lo menos entendí porqué había tanta tristeza en sus ojos, los hermanos podían llegar a ser los mejores amigos de alguien.

Ví que se alteró un poco y volví a tomar su mano, apretandola suavemente.

-Hey, lo siento si te hice recordar cosas tristes, no era mi intención.-En ese momento recordé la época en que la Nana Nash perdío la audición, y que tuve que aprender el lenguaje de señas para poder seguir comunicandome con ella- Oye, ¿conoces el lenguaje de señas? tal vez seria más fácil hablar contigo de esa manera-le dije con una sonrisa reconfortante.

Aprete un poco su mano cuando tomo la mia una vez mas. Me relaje poco a poco. Escuche atentamente cuando em pregunto si sabia el lenguaje de señas. Negue rapidamente y me solte de su mano para escribir de nuevo. Tu si? escribi con suma rapidez y se lo mostre.
Hacia un año habai sido lo bastante orgullosa como para negarme a aprender. Solia pensar que si aprendia seria como aceptar que estaria muda para siempre. Aun tenia una ligera esperanza.. que tal vez.. un dia... pudiera hablar de nuevo.

Ella negó con la cabeza, mas relajada ahora. Soltó mi mano para escribir de nuevo en su libreta.

Tu si? leí rápidamente cuando me pasó la hoja.

-Si, tuve o bueno...quise aprender cuando mi abuela comenzó a envejecer-me encogí de hombros- ella practicamente me crió, no quería que su mundo fuera solo silencio y soledad, no había porqué perderla en vida cuando la muerte parecía tan cercana.

había sido una buena mujer, y aún conservaba en la memoria la cara de alegría que puso cuando le mostré lo que habia aprendido sólo para ella. El recuerdo me hizo sonreir.

Sonrei un poco emocionada. Tome la libreta de nuevo. Me enseñarias? escribi y se lo enseñe, un poco seria. Que perdia con aprender? Nada... bueno.. quizas solo aceptar de una buena vez mis limitaciones.... Que hasta la fecha no tenian explicacion alguna... Nadia sabia porque no podia hablar... Ni un solo doctor habia podido determinar la causa... segun ellos, fisicamente, deberia poder hablar... pero me resultaba imposible. Hice una mueca como de "porfis" casi rogandole, estaba harta de que nadia me escuchara.. literalmente.

Una sonrisa volvió a iluminar su cara, y parte de esa luz me afectó, por lo que tambien sonreí, algo divertido.

Me enseñarias? leí y noté como su expresión cambiaba un poco y luego hacia una mueca que la hacía ver realmente tierna....había mucha inocencia detrás de su sufrimiento.

-Por supuesto que sí-le contesté y luego alcé un dedo a modo de advertencia- pero tengo que decirte que soy un pésimo maestro, ¿te arriesgas de todas formas?-le pregunté con una sonrisa

Segui sonriendo divertida ante sus palabras. Asenti, a modo de respuesta rapida. Este chico me estaba cayendo especialmente bien. Apague la calefaccion del auto y abri la puerta, tomando las llaves mi libreta y una pluma. Espere a que el bajara y di unos cuantos pasos de regreso a la playa, quizas seria mas divertido alli. El aire frio me dio de golpe en el cara y senti ahogarme en menos de unos segundos. Baje la cara instintivamente y comence a toser fuerte, dandome media vuelta para evitar la brisa helada. Una presion comenzo a aparecer en mi pecho y fue creciendo rapidamente, mientras yo seguia tosiendo desesperada. Deje caer la libreta y casi corri al auto de nuevo. Abri la puerta de una forma bastante torpe y practicamente salte sobre el asiento buscando a tientas el inhalador. Lo encontre debajo del asiento del copiloto y me recoste sobre el asiento del conductor, dejando la puert abierta, mientras inhalaba un poco intranquila, con un aspecto bastante infantil y fragil.

Al parecer ambos estábamos de buen humor, ya me estaba acostumbrando a seguirla en cada una de sus direcciones, al fin y al cabo ser arrastrado por una chica de aquí para allá se suponía que era algo bueno. Reí con esa idea mientras caminaba pensando que ella estaba detrás mío.

Pero de repente la atmósfera cambió, como en cámara lenta, escuché los sonidos que hacía al ahogarse y la vi correr tan rápido como podía de vuelta al auto, corrí tras ella, preocupado, asustado, tratando de pensar en que hacer para ayudarla.

Me agaché a su lado, con la puerta abierta, mientras ella se recuperaba después de usar el inhalador, intranquila aún, coloqué mi mano en su mejilla mientras su respiración se regulaba, mirándola a los ojos, asegurándome de que estaba bien, parecía que ella era una cajita de sorpresas, y comenzaba a sentirme bastante protector con ella.

-¿Te sientes mejor?-pregunté cuando todo estaba calmo.

Asenti a su pregunta, recostada en el asiento, mirandolo fijamente. Senti su tacto sobre mi mejilla y cerre los ojos medio segundo, relajandome un poco. Me senti muy tonta y fragil, casi incapaz de mantenerme por mi misma. Segui mirandolo bastante hipnotizada. Extendi un mano e imite su movimiento, de manera un tanto torpe, puesto que de nuevo, me estaba muriendo de frio. Toque su mejilla suavecito, su piel estaba calientita, la podia sentir bajo las yemas de mis dedos, bastante congelados, por cierto. ¿Porque me sentia tan tontamente segura junto a un casi completo extraño? Era una sensacion curiosa, como si lo conociera de tiempo atras... Baje mi mano y la escondi entre la chamarra que el me habia prestado hacia un rato. Cerre los ojos otro segundo, respirando ligeramente mas hondo.. sintiendo el aire frio quemar mis pulmones... Y la suave brista del mar bailando dulcemente alrededor. Nunca em habia sentido asi de tranquila... no desde la muerte de Axel... Deje escapar una lagrima de melancolia, meintars meditaba aquellos viejos tiempos. La lagrima alcanzo a tocar su mano y me senti ligeramente apenada al respecto.

Había algo cautivador en su fragilidad, la forma en que su sus ojos me miraban, en ese momento yo solo quería que ella estuviera bien.
Su manito fria acaricio mi rostro por un corto tiempo, se sentía bien, correcto, no lo entendía muy bien, solo hubiera deseado que su mano hubiera estado allí por mas tiempo, pero la escondió entre la chaqueta, ella necesitaba que su cuerpo se recuperara y su temperatura se regulara, parecía que estuviera a punto de dormir, como aquella princesa de los cuentos para niños, sonreí para mi mismo por el tonto pensamiento.
Una lagrima resbaló por su mejilla, rozando mi mano, la limpié delicadamente con mi dedo pulgar sin dejar de acunar su rostro, quería saber que pensaba, pero no quería que ella se separara de mi, debate mental y la curiosidad ganó.
-Me gustaría saber que está pasando por tu mente en estos momentos-le dije sin retirar mi mirada.

Quisiera poder decirtelo... pense mientras acomodaba mi rostro tiernamente contra su mano. Lo mire fijamente, con una expresion un tanto ausente. Deseaba decirle de todo un poco... Charlar como nunca habia charlado... Pero mi unico recurso comunicativo era una estupida libreta. Entre abri los labios, como si fuera a hablar. Me puse ligeramente nerviosa y me removi en el asiento, haciendome bolita y al hacerlo encendi el estereo de una patada accidental. Hice una mueca y extendi la mano para apagarlo y al hacerlo a tientas, temine por cambiar la cancion. Era una de mis favoritas, "Silver and Cold" de A.F.I. Lo mire de una manera sarcastica, me sentia un poco como esa cancion: plateada y fria, como una joya incapaz de expresarse, fria, dura y silenciosa.
I, I came here by day,
but I left here in darkness
and found you, found you on the way.

Now, it is silver and silent.
It is silver and cold.
You in somber resplendence,
I hold...
Escuche atenta las primeras dos estrofas de la cancion, y lo mire con una media sonrisa. Deseaba cantar esa cancion, era probablemente una de mis favoritas, de esas que te levantan el animo por el simple hecho de que te gustan. Cerre los ojso dejandome llevar por la musica solo unos segundos. Movi los labios ligeramente... deseando cantar.... solo deseandolo por un momento. "Your sins into me..." fue solo un murmullo, algo apenas audible y que ni yo misma note....

Por un momento pensé que había sido un error decirle aquello, no quería que se alterara de nuevo, pero pude ver la frustración que sentía por no poder decirme todo lo que seguramente quería gritar a voces.

El radio del auto se prendió por accidente y una canción de rock, se convirtió en la extraña banda sonora de ese momento, no la conocía, pero era una buena canción y la letra se grababa en mi cabeza, Silver and cold... ¿era esa la forma en que se sentía?, la canción lograba expresar lo que sus pensamientos guardaban?...no sería la primera vez que la música sabe decir lo que las palabras no pueden, la música siempre sabía como revelar los verdaderos pensamientos de antes.

Ella disfrutaba de la música y entendía porqué esos acordes lograban calmarla, una sonrisa s edibujó en mi rostro mientras observaba el de ella, los ojos cerrados de nuevo, moviendo los labios siguiendo la letra de la canción.

"Your sins into me..."

Un sonido apagado, casi inaudible, sutil, pero que para mí se escuchó como si fueran el milagro más grande que había visto en mi corta vida. Tomé su rostro entere mis manos, emocionado?, si, tal vez esa seria la palabra, asombrado por haber escuchado la voz que acompañaba a ese rostro

-¿Acabas de cantar cierto?...escuche tu voz lizzie, no fue un sueño o una ilusión, en verdad escuché esas palabras salir de tu boca...-le dije mirandola con intensidad.

Lo mire con cierta perplejidad. ¿Era cierto? Muchas veces me daba la sensacion de poder cantar.. pero siempre crei que era producto de mi imaginacion. Sonrei y me abalance sobre el, abrazandolo con fuerza, con una sonrisa dulce y sincera dibujada en el rostro. Por solo ese instante, saber que quizas.. solo quizas... mi vida no seria asi por siempre..., me hizo ser feliz, aunque fuera solo ese momento.
Me aparte un poco y lo mire a los ojos, aun sonriendo. Casi pegue mi rostro al suyo, aun rodeando su cuello y hombros con mis brazos.

Ella me maravillaba, si, esa era la palabra, estaba deslumbrado por esta niña.
Se abrazó a mí con fuerza, y yo respondí a su abrazo de la misma manera, con una sonrisa que se igualaba a la suya, que aún me cautivaba, porque para mí siempre había sido difícil encontrar sonrisas sinceras.
Ella se apartó un poco, aún abrazándome, y su sonrisa contagiosa brillaba, iluminando todo, pegué mi frente a la suya y la miré a los ojos, quedándome clavado allí.
Mis brazos aún abrazaban su cintura y el momento parecía tan adecuado, que acerqué mi rostro un poco más al suyo, bastante cerca, mis ojos todavía buscando los suyos....
Pero dudé, porque ella era liz, porque ahora sabía lo especial que podía ser para mí. Cerré los ojos, resignado, y retrocedí, porque cuando besara a Liz, no sería en el asiento de su auto, o cuando sabía tan poco de ella. Ella merecía más que eso, y yo queria ofrecerselo, queria que importara.