Imité los pasos atenta, ató algo a mi tobillo, remé en dirección hacia donde me dijo, una y otra vez, hasta que al fin pude lograr hincarme en la tabla, aunque estaba mal, la verdad era un deporte bien difícil, pasé mas de media hora intentándolo y no pude. El chico tenía paciencia, porque la verdad todo el tiempo me queje y me caí y volvía a intentarlo una y otra vez. Hasta que pude estar de pie, y las olas me llevaron un momento y luego me fui de espaladas y caí… salí y me quedé sujetada sobre la tabla.
-Matt, creo que este deporte no es lo mío –me quejé, aunque lo había intentado un buen rato- ya me cansé… creo que me he excedido en hacer deporte esta mañana.