Lo que hay que hacer para sobrevivir (Solicitud de Empleo)

En el periódico vi un anuncio donde un bar solicitaba gente, llamé para hacer una cita de entrevista. Esperaba que mi solicitud y mi curriculum cubrieran la petición del anuncio.

Me dirigí al lugar, estacioné mi coche, el lugar se veía moderno, nervioso me acomodé un poco el cabello, ajusté un poco la camisa, miré si mis zapatillas estaban bien, hice una mueca y entré al lugar con la carpeta en las manos.

Había hablado con una mujer por telefono que tenía la voz de locutora de radio, estaba un poco dudoso, pero necesitaba el trabajo, Baileys comía como rey y quería irme al próximo campeonato a Florida. La mujer que me entrevistaría, dijo que su nombre era Freda Blanc. Parecía un nombre extranjero. Tal vez era francesa, y conociéndolos, eran un poco pesados. Miré mi reloj ansioso, no me gustaba esperar, ni hacer esperar a las personas, pregunté por la oficina y un tipo de seguridad me dijo donde estaba, toqué la puerta.

Ya había conseguido a las dos personas que necesitaba para que trabajaran en Pzyco, a uno ya estaba listo del día anterior y el siguiente lo estaba esperando en mi oficina, recibí una llamada diciendo que leyeron mi anuncio, di una hora para que asistiera a la entrevista… tedioso en verdad pero tenía que hacerlo.

Comencé a traspasar los datos de la última “adquisición” del bar al ordenador, como también pasar a documento Excel las cuentas que había sacado aquella tarde. Un débil golpeteo en la puerta me anuncio la llegada del joven a quien esperaba.

-está abierto- grité desde el escritorio, mientras seguía con lo mío, esperaba que entrara por que si quería trabajar en un bar la timidez no jugaría a su favor.

Giré la manija de la puerta y entré a la oficina y quedé helado al ver ala mujer que estaba detrás del escritorio, no nervios no me traiciones en este momento…aclaré la garganta.
-Buenas Tardes, Soy Matt Preston. Vine por la solicitud de empleo, este es mi currículo. –le extendí la carpeta un poco nervioso y se la di-

Spoiler:

El rostro se ruborizó al ver que mis manos me temblaron al darle la carpeta y sequé las palmas de las manos sobre el pantalón. Mi corazón empezó a latir rápido y di un ligero paso hacía atrás la chica era muy hermosa, pero tenía esa hermosura irreal, como si fuera una heroína de un comic, o peor aun, como si fuera la malvada de la historieta y con su belleza mate a sus victimas. Me imaginé toda la serie animada en mi cabeza mientras ella revisaba mis papeles.

Miré de reojo al muchacho mientras se acercaba, seguía con lo mío… nota mental: alimentarme a penas se cierre el local hoy, llevaba una semana sin beber por lo que mis ojos estaban más oscuro de lo normal…. no le preste mucha atención hasta que estuvo a mi lado y se presento como era pertinente, análisis físico, estatura bien, atuendo bien, higiene bien. Eso era la primera instancia, más adelante me tocaría ver como actuaba frente a publico.

-Buenas tarde Matt, yo soy Freda Blanc, la gerente- respondí por protocolo, me tendió su curriculum, lo recibí – puedes sentarte mientras lo reviso- moví la carpeta y le señale la silla de al frente de mi escritorio. Comencé a leer su curriculum en silencio, constaba con la experiencia y referencias necesarias para poder trabajar, los latidos de su corazón y la sangré acomulada en sus mejillas me molestaban un poco pero no deje que me desconcentraran.

-bueno, hasta ahora no le veo inconveniente a tu contratación- dije con la voz uniforme, sonreí amable. Al menos el si había traído los documentos obligatorios. – ¿Cual horario te acomoda?- le pregunté retomando lo que estaba haciendo anteriormente.

Su voz me sacó de mi mundo imaginario de historietas cómicas “la mujer que mataba con su belleza”, pasé saliva y asentí a tomar asiento, estaba inquieto y no sabía porque más de lo normal que con las otras chicas, ¿Ella me causaba eso?... no quería mal interpretar las cosas, era preciosa, pero no era mi tipo, su mirada de asesina fatal me atemorizaba, pensé por un momento que sacaría una larga espada detrás de su escritorio y me la clavaria en el corazón. Mi pie no dejaba de moverse. Habló como si fuera una estrella de la radio, su voz melodiosa volvió a obligarme a mirarla…
-En la noche –dije seguro, esperaba que así fuera, porque estaba muy nervioso- Estudio en la universidad por las mañanas.

Eso también jugaba a su favor, el estudiar lo hacia más inteligente y apto para conversaciones educadas cuando se debía con los clientes, tomé su curriculum y complete los datos en el computador, anotando el horario y los otros antecedentes. Al parecer ya estábamos casi listos, solo me faltaba decir lo de siempre. Me acomodé en mi silla y lo miré seriamente, ni siquiera le comenté que yo también estudiaba en la universidad era innecesario, las relaciones de amistad en el trabajo tenían que quedar aparte y ya con André incumplía suficientes normas.

-estamos listos entonces Mathias- dije mientras entrelazaba los dedos de mis manos – me queda decir que mañana comienzas a trabajar, conocerás a los jefes Laurent Blanc y Brody Blanc, ellos tienen la misma o más autoridad que yo en el local por lo que te agradecería que los trataras con respeto- separé mis manos y camine hasta un mueble grande, miré a Matt, y volví a mirar dentro de los cajones, saque tres playeras, dos jeans y un par de zapatillas, con las tallas que supuse que el era, nunca me confundía en ello. Se los tendí.
-ese es el uniforme- dijé mientras caminaba hasta el otro mueble por una bolsa. –Alguna duda?- pregunté.

No podía creer que el puesto era mío, sonreí ampliamente aunque los nervios los sentía en la punta del pelo. Hice una nota mental sobre los jefes. Por los apellidos era un negocio familiar, tal vez eran sus padres, si la hija era como era, no quería imaginarme a los padres, la historieta aumento con nuevos personajes, los cuales eran dos caras más con un signo de interrogación.

Asentí ante lo que me dijo y me puse de pie cuando ella lo hizo por educación y hasta parecía una modelo en una pasarela, todos sus movimientos, imaginé que le salían grandes garras de diamantes que me desgarraban mi piel. Agité la cabeza cuando la tenía de frente dándome la ropa y las zapatillas. Las tomé con ambas manos mirándola.
-Gracias –aclaré la voz- ¿A que hora es la entrada y a que hora es la salida?, ¿Tenemos algún día de descanso? ¿Los honorarios?...

Entrecerré los ojos… animo, es algo que tienes que hacer… no es que me diera pereza era solo que me aburría tener que estar actuando el papel de una buena gerente sonriente. Le pasé la bolsa para que guardara la ropa de trabajo, me senté en mi lugar y comencé a buscar un documento en mi ordenador, cuando lo ubique le di a imprimir. Ya impreso lo revisé y se lo entregué.

-mirá esa es la lista con todos los horarios nocturnos disponibles, a la semana debes trabajar 20 horas por ser estudiante, tacha con esté lápiz- busque en mi lapicero un destacado amarillo y lo dejé enfrente de el - las horas de trabajos y los días en los que puedas venir hasta completar las 20 horas necesarias- sonreí de medio lado inclinando un poco la cabeza hacia la derecha -alguna otra duda Preston?- pregunté enarcando una ceja.

Mi corazón latió como si estuviera navegando en una ola de cinco metros, la belleza asesina tenía algo que me dejaba sin aliento y como un idiota sin poderme mover, agarré el papel que me dio y también el lapicero y tache los días y los horarios los cuales podía, los sábados por la mañana todo el día me la pasaba practicando igual que el domingo y lunes por la mañana antes de regresar a Seattle. Si me aceptaban en la fraternidad iba a ser mas rápido llegar a clases, pero más lejos tendría el mar para surfear. Deje el lapicero al finalizar.

-Ninguna duda Srita Blanc – parecía como de mi edad, pero tenia la mirada dura y fría como una pistola calibre 45- Gracias por darme esta oportunidad, estaré aquí mañana en mi turno, ahora no le quito si tiempo, buenas tardes. –extendí la mano lleno de nerviosismo, para estrechar su mano como se solía hacer al finalizar un trato-.

Después de eso, me di media vuelta y salí a pasos largos, con una bolsa en la mano y con un nuevo trabajo, estaba ansioso, iría a la competencia y Baileys tendría comida decente todo el mes.

Revisé el horario que me acabo de entregar y lo guardé en una carpeta bajo el escritorio, el joven era muy buen educado, hablaba modulando bien las palabras y tenia un acento peculiar, una buena adquisición, esperaba que así como se expresaba trabajara. Le estreche su mano delicadamente para no molestarlo con mi temperatura.

-Hasta mañana entonces Mathias Preston, espero que sea puntual- dije mientras el se marchaba. Cerró la puerta dando un pequeño golpe, muy sutil. Caminé hacia la ventana de mi oficina, satisfecha al fin, ya no tendría que continuar buscando más personas, ya había encontrado a los dos trabajadores faltantes. Un peso menos en mi espalda, fui hasta mi escritorio para traspasar los datos del horario de Mathias.

-FIN DEL TEMA-