La neta, por mucho que quisiese ser un superhombre, pues no lo era, así que, a diferencia de la Paty, yo sí tenía que comer. Le pedí que me llevara por ahí, donde considerase correcto que un carnal como yo fuese a echarle combustible al tanque. Y al fin, después de un ratón chiquito, paró frente a un lugar que decía... Canananki.... Camizaki... Camisama...Cantoriki o una cosa así, la neta estaba en checheno, chino o andino, porque ni le entendí.
-Chales, me trajiste aquí pa comer seguramente cosas que ni sé yo de donde las sacan- le reclamé a la Paty frotandome la cabezota- Pos haber, yo confio en ti. Esperame aca fuera, vuelto luego.
Me llevé las llaves, cerrando bien a la Paty, y entré al lugar, tomando asiento en una mesa desocupadona, esperando a que viniesen a sacar o algo por el estilo.