Mirando a las Muchachas

Me senté a su lado de forma descarada, eso de los modales no se me daba mucho, sonreí al escuchar como se dirígia aquel muchacho y como lo miraba, me llamó la atención su pronunciacion era extraña, seguramente era extranjera.
-Un tequila doble con limón y sal …
No pedí la sangrita porque la última vez no supieron ni que era, torné los ojos pensando en ese momento tan pesado-
Miré de nuevo a la chica de arriba a bajo, me levantaba bajas pasiones esa muchacha. Le sirvieron su bebida, recordé que se tomaba mucho en NY sobre todo en los raves.
-¿Como le llaman a eso en esta ciudad? –me dirigí a ella para hacerle platica, era un lobo, maldita sea, pero no me importaba lo mas mínimo, sonreí haciendo una mueca divertida-

((viejo amigo xD))


Estaba sentada detras de la barra, cuando era temprano había muy pocos clientes en Pzyco, cosa que me aburría de muerte.
Masticaba con rudeza un chicle rosado mientras le pasaba un trapo a la barra cuando entró una muchacha, la conocía de vista, era cliente regular de Pzyco.

-Bienvenida de nuevo a Pzyco..- Le regalé una sonrisa mientras le servía el peculiar trago que ella solía pedir y le agregaba hielo...- Que lo disfrutes!

Seguí en mis cosas cuando entro otro cliente ya conocido...
-HHHuuuy creí que no te gustaba el servicio de este lugar...- Le dije "a mi trapo" cuando el hombre entró. Serví su tequila junto con una rodaja de limon y el salero sin decirle una palabra, sin sonreirle, sin nada. Era de esos pocos clientes con los que no me gastaba en ser amable.
Ojala te atragantes...

Miré a la chica de los dreclocs que hizo su aparición, todo estaba llendo bien hasta que esta vino a parecer ante mi vista con ese chicle rosa… arrugué la nariz… cuando Jonna dijo su comentario sobre la sangrita sonreí ampliamente, me sorprendió su respuesta..

-Hasta que alguien lo entiende… oye muchacha tráeme un caballo de sangrita… ¿Escuchó a la señorita? –dije en un tono demandante, pero sin faltarle al respeto- ¿De dónde eres?...-le dije a la mujer que estaba a mi lado-

-En NY le dicen pato lucas –reí – No se de donde han sacado ese nombre, pero me imagino que es por el color -me carcajee, era obvio el sarcasmo, el color del pato y mi piel no eran muy diferentes después de todo-

Después de un momento la muchacho de la barra me trajo la sangrita, le di las gracias y ahora si, levanté el caballo y le hice una señal de salud a la chica y de hidalgo, un buen trago de doble, limón y sangrita, esto es bebida de los dioses.

-Kyle Santos –tomé su mano dándole un ligero beso en el dorso, nunca hacía esto pero en esta ocasión lo ameritaba- puedes decirme Santos –le guiñé un ojo- Soy de NY, ahora entiendo tu acento. –definitivamente Brasil tenía especies exóticas-
No pude evitar no mirar sus piernas con ese movimiento constante y su falda inquieta. Sonreí de lado y le pregunté:
-¿Qué haces tan lejos de tus tierras…Jonna?

¿Fotógrafa?, más bien parecía modelo.
-Cuando gustes puedes usarme para lo que necesites –reí- No conozco los alrededores, podría servirme para conocer un poco.
Cuando sacó los cigarrillos, saqué los míos que la caja era un desastre, estaban aplastados, me puse uno en los labios y le tendí fuego de un encendedor, haciendo una casita con la palma de la mano.
Encendí mi cigarrillo dándole una buena calada.
-Yo trabajé en una revista muchos años, conocí a muchos fotógrafos en NY, seguramente debo haber visto algún trabajo tuyo, me gustaría ver tu portafolio algún día –dije un poco nostalgico, le dí un buena fumada a mi cigarro y saqué círculos de humo de la boca-

No quería estorbar en la conversación de mis clientes, por lo que coloque un cuenco con maní y un cenicero sobre la mesa.

Qué hace esa mujer hermosa con esa cosa?
-Cualquier cosa me llaman..- Salí de atras de la barra para re limpiar unas mesas que relucían.
Menudo día.

-Para lo que necesite?- pensé y sonrei divertida, si Scott me viera ahora, seguro renunciaba al puesto de "mi angel de la guarda", me senti un poco mal, pero no habria nada de que preocuparse, sólo estaba haciendome de amigos, nada malo a mi parecer.


-Será un placer que veas mi trabajo, seguro reconocerás alguna foto- le di una gran bocanada a mi cigarro, seguido de un trago de vodka.

-Una revista? eso suena muy bien. Y ahora a qué te dedicas? a seguir chicas?- lo miré de reojo con ojos divertidos.

Esa chica de los Dredloc miraba a Jonna de una manera que dejaba mucho que desear, levanté una ceja, sabiendo que era del mismo bando. Sonreí de lado y seguí fumando.
-Gracias guapa –le dije a la muchacha de los tatuajes-

Regresé la mirada hacia Jonna.
-Si, para lo que necesites, todo por la fotografía. –bebí otro caballo de tequila aunque no lo había pedido, la muchacha de dredclos lo sirvió así me gustaba el buen servicio- Seguro que si.
-Si trabajé para Spin mucho tiempo, ahora estoy estancado en la Universidad Caótica de Seattle -reí al recordar que el maldito rector mocho me dio su sermón sobre mi cabello- lo de las chicas solo es un deporte, el cual suele ser cansado cuando te excedes –mi tono sarcástico lo deje relucir-