Los Martinis no son como antes (Libre)

Noche fría en la ciudad de Seattle. Estaba sentado en la barra contemplando aquella bebida que no me tomaría y por alguna razón no olía de la misma manera desde hace mucho tiempo. No estaba aburrido, lo tenía practicamente todo. Pero sabía que algo faltaba. Mi vida ha sido monótona desde siempre, nunca he sido una persona que cambia con el tiempo, seguiré siendo el mismo hasta que me muera, si es que eso llega algún día.

La música sonó en el fondo, di una vistazo por encima del hombro prácticamente estaba vacío el local. Regresé mi mirada hacía aquella copa. Extrañé Melódica, el local de música, donde me podía acostar detrás del mostrador y poder escuchar todos los discos que quisiera tendido en la duela de madera, horas y horas, nadie me detenía, añore esos tiempos, Freda aun era humana y recuerdo como su corazón latía cada vez que lloraba, o que reía, tuvo mala suerte. La mirada quedo fija de nuevo en la oliva de aquella copa martinera. Mi mente se esfumó de mi cuerpo, ahora tenía mucho en que pensar.

Ciertamente desde que Leo había desaparecido, me encargaba de su trabajo con frecuencia para que el barman no hiciera todo solo, mas aún cuando había pocos clientes que atender y no me tenía que desplazar por el lugar.
Estaba pasandole un trapo mojado a la mesada de la barra y ahí estaba Laurent, sentado, mirando su Martini como si este le fuera a hablar en cualquier momento.. Claro, ya había notado como los vampiros nunca tomaban alcohol, ni jugo, ni comían, ni nada...
Salí de mi "trance" mental cuando una chica rubia pidió un trago. Era algo sencillo, por lo que me tomé el atrevimiento de prepararselo yo.

-Toma.. son 8u$s..- Le pasé el vaso largo luego de colocarle varios hielos. Luego volví a mi tarea de limpieza acercandome disimuladamente a mi jefe.
-Algún problema señor?- Pregunté con tono desinteresado.

Una mujer de una piel brillante se sentó a lado de mi, la percibí su olor y los latidos del corazón eran tranquilos, su bolsa estaba en el borde de la barra, en cualquier momento podía caer al suelo.

Ella hablo a Fromm, era ese mal vicio de recordar solo los apellidos de mis alumnos, aunque ella era una de las mejores. Sonreí a medias al notar la rapidez en que atendió a la mujer. Cuando ella se dio vuelta para atender el pedido. La miré de reojo, en ese momento la bolsa resbaló y la atrapé en un movimiento inexplicable.
-Son los reflejos –dije excusándome y dejando la bolsa a salvo, salió de mi cuerpo una voz tranquila, suave melódica, la miré con mis ojos ambarinos y sonreí a medias- Le recomiendo los martinis son la especialidad de la casa. –murmuré al final, antes de regresar al mío que estaba intacto-

Miré sin sorprenderme el rapido movimiento de Laurent, desde que sabía la naturaleza de los suyos se me hacía increible ver como las demas personas normales no se daban cuenta de la realidad.

-Que lo disfrutes!- Le dije mientras colocaba el dinero en la caja, mi jefe parecía haberme ignorado por completo por lo que preferí no insistir con el tema. Fuí hasta la computadora que manejaba la musica del lugar y puse un tema:

Pase a pasarle un trapo a las botellas que estaban pegoteadas mientras movía levemente la cabeza y cantaba bajito la canción.

Fromm hizo su deber como siempre, no había tenido quejas de ella y luego escuché a la mujer a mi lado, le miré de reojo, sonreí levemente.
-Fromm, tráele un Martini orange french a la señorita, si’il tu plaît, por cuenta de la casa –dije mirándola aun con la sonrisa encantadora-

La música era algo que me apasionaba y me había adaptado a las nuevas generaciones, tanto en mi forma de vestir, miré mis manos con los guantes de cuero puestos, la gorra que hacía una sombra en mis ojos cuando bajaba un poco la cabeza, un tipo que podría pasar desapercibido entre los hombres de mi edad, pero… ahí estaba… estaba ese pero… no era igual que ellos, nunca lo sería.

Los sonidos cambiaron en el ambiente. Me gusta mucho la música electrónica para mi bar... sonreí nuevamente al escuchar esa canción, sobre todo ese grupo que era uno de mis favoritos, sobre todo James de Aphex Twins, era un tipo genial, no solo haciendo lo que le gusta, sino con sus locuras y como persona. Extrañé ese mundo, extrañé ese mundo que ya no me pertenecía.

-Si señor...- Me pregunté por un momento si Laurent sabía que yo era la mesera y no la barman del lugar... de cualquier manera sabía hacer la mayoria de los tragos y tampoco quería contradecirlo de ninguna manera... me pagaban muy bien y me gustaba mi trabajo.

Terminé de servir en la copa el trago que tenía un aspecto muy colorido, corte una rodaja de naranja y la puse al borde de manera decorativa.
-Aquí tienes..-Dije con amabilidad, luego me dirigí a mi jefe sonriente - Cuándo sera el día que la casa nos invite a los empleados un buen martini?- Bromié pero sin intentar excederme en mi tono, Laurent me emanaba una necesidad de respetarlo que en situaciones se me hacía hasta molesta.
Mejor me dedico a limpiar.. Volví a mi tarea de pasarle un trapo a las botellas pegajosas.

Habia ido a recoger los flyers para el lanzamiento de la banda, percibí la presencia de Laurent al entrar, me brillaron los ojos, guardé los flyers en la bolsa, seria una sorpresa no podian verlos aun. Sonrei y caminé casi bailando hasta la barra, llegué por detrás de mi esposo y lo abracé por la cintura, estaba serio como lo estaba ultimamente, besé su fria y hermosa mejilla.

-Te amo- le dije al oido, después miré su martini intacto, me dolia verlo asi, era como si extrañara de mas su antigua vida.

Me parecía muy graciosa la forma de expresarse de la chica Fromm, le sonreí de manera amable al escuchar su comentario y murmuré para ella:
-Un día de estos, lo prometo… –le guiñé el ojo y tomé la copa para acercarla más a mi nariz y poder percibir el olor de la ginebra, el vermut y la oliva. Puse la copa en mis labios simulando que la bebía aunque en realidad no bebí un solo sorbo-.

Dejé la copa cuando sentí el efluvio de mi esposa. Su presencia se hizo presente en un abrir y cerrar de ojos, cuando ya sentí sus suaves labios sobre mi rostro, la miré con una sonrisa, como un tonto, porque eso me producía, me dejaba como un tonto cada vez que la miraba. Sus palabras me hacían feliz. Le tomé la mano y se la besé.
-Moi aussi. –respondí de forma inaudible-

La voz de la mujer que estaba a mi lado me sacó de mi encantamiento y la miré junto con Brody, con una voz melodiosa le respondí:
-A Fromm, ella fue quien se lo preparó –dije a la mujer de mi lado- Fue cortesía de la casa –reí un poco y regresé una mirada de complicidad hacía a Brody-.

Siempre era un placer mirar a los humanos, tan inconscientes, tan dubitativos, tan aparentemente duros e inconformes.

Rodee la figura de mi esposo y me senté a su lado, observando la delicadeza de Tea opacada por su aparente rudeza, a la chica que de pronto se golpeaba la frente sobre la barra y la veintena de personas que intentaban divertirse en el bar.

No hablé por algunos minutos, Laurent permanecia callado, supuse que analizaba a alguno de esos personajes.

Me rei un tanto escandalosa, me acerqué al oido de mi esposo.

-Son tan fascinantes, que me dan ganas de comérmelos a todos- dije solo para él.

Sonreí a Laurent por su comentario y luego a Brody... para ser cortez, no quería que creyera que le estaba coqueteando a su esposo.

Era increible como usualmente maltrataba psicologicamente (por razones obvias, fisicas me eran imposible) a la mayoría de los vampiros que me rodeaban. Aborrecía a esa especie de manera natural. Y sin dudarlo a la cabeza iban Iliana, Hemera, Jane.. y la lista continuaba con la mayoría de mis compañeros chupasangres de aula, fraternidad y ciudad Sin embargo había unas pocas excepciones... como mi padrino, al cuál por mas vampiro que fuera amaba.
También en ese extraño grupo de vampiros que me simpatizaban se encontraban dos de mis profesores... Marion y Laurent; No podía odiar a seres como ellos por mas "vampiros" que fueran ya que ellos dos hacían posiblemente mas de lo que cualquier humano podría hacer frente a una clase.
Por otra parte estaba Brody.. mi otra jefa, y mi compañera de banda. Tal vez por tener un vinculo con ella mi efecto cambiaba... aunque a veces me costaba entenderla, simpre estaba muy metida en "sus asuntos"... No era como otros vampiros que constantemente intentaban encajar entre los humanos.

-Te sirvo algo Brody?- Pregunté a la vampira, pese a que sabía que me lo negaría...o que no se lo tomaría. De cualquier manera ellos no sabían que yo sabia que... bueno eso

A veces olvidaba moverme, era un muerto viviente, tomé una bocanada de aire fresco para entrar en el modo "no asustes a los humanos", sonreí de aquella manera encantadora, Tea era una persona que me llamaba en exceso la atención, a veces tenia la impresión de que con ella no hacia falta fingir, tal vez por eso me sentia tan cómoda a su lado.

-Un martini "shaken not stirred" a la James Bond, tú sabes- torcí la boca y me rei un poco mas.

Era sumamente extraño fingir que bebia, pero a pesar de mi condición seguia teniendo un buen paladar, y disfrutaba mucho de los sabores.

Me sorprendí por un momento pero luego sonreí actuadamente para disimualr.
Dejé la botella que estaba limpiando y serví el martini. Me pregunté entonces nuevamente como era el funcionamiento de la dieta de un vampiro, las Dawson y la misma Iliana solían tomar alcohol en fiestas. Otras vampiras hasta las había visto comer comida humana... sin poder disimular sus caras de asco...y otros directamente no probaban bebida o comida....
Raro, raro, raro...
Le serví el martini a Brody
-Son 12 u$s...- Saqué la lengua antes de que me pudiera decir nada- Es broma!

Estaba perdido en mis pensamientos cuando sonreí por el comentario de mi esposa, aun continuaba admirando mi alrededor, sintiendo con todos mis sentidos agudizados de vampiro, los olores, los sonidos, las sensaciones, siempre viviendo en recuerdos perdidos.
Miré a Fromm y luego a Brody por su bebida, bueno al menos intentábamos encajar en este mundo patético que no nos corresponde. Imite un suspiro como un perfecto humano y me quite la gorra, agité un poco mi cabello, lo cual fue un error, pero no me importaba. La música cambio de nuevo.
-¿A que sabe eso que pediste? –le pregunté a Brody en un tono sarcástico, reí-


(Off, No sabía que dabamos tan caros los martinis, nos vamos a volver mas millonarios de lo que somos... =P

((off: xD Pzyco es un bar de la high society! (?) xB no ya... la verdad es que suelo tirar precios al azar ))

La broma de Tea me hizo reir en serio, agradeci no tener que pagarlo, jamás cargaba con efectivo, es mas ni con tarjetas, casi nunca necesitaba dinero.

Me giré para sonreirle a Laurent, y le dí un sorbo al martini -No podria explicarte la magnificencia de esta bebida- le guiñé un ojo y me reí de nuevo.

-Que buena canción- moví la cabeza en señal de aprobación, después cerré los ojos para disfrutarla un poco.

Casi siempre que conviviamos tan cerca de humanos yo permanecia en silencio, para evitar sobretodo, respirar, siempre habia sido dificil resistirme al olor de la sangre humana.

Lancé algunas miradas fugaces a Tea, seguia intrigandome, ciertos movimientos, cierto lenguaje corporal, la ausencia de rechazo, le sonrei dandole otro sorbo a mi martini.

De nuevo la humana dibujante robó mi atención, me giré sobre el banquillo y adopté una posición de "eterno pensador", una mano en mi barbilla y la otra tomando la martinera, no despegué mis ojos de la chica, me atrevi a respirarla, exquisita pensé.

Parecia que dibujaba algo, me pregunté que magnificencia podia tener la barra de un bar, quizas Tea era esa magnificencia, para mi lo era.

-Puedo ver?- dije dejando la martinera a un lado y estirando la mano para tomar su libreta.

La conducta de la chica se me hacía algo rara y misteriosa Ya estara borracha?... tal vez me pase con alguna cosa... Por un momento dude de mis habilidades con la mezcla de alcohol...
Brody pidió de ver el dibujo. Yo tambien quiero veeeeer

Me puse en puntas de pie y estire la cabeza de manera un poco ridicula, como si quiesiera disimular y no pudiera... pero al menos logre espiar del otro lado de la barra el dibujo, una leve sonrisa se me dibujo en mi rostro. Por mas tonto que sonara me había sentido bien al verme en la obra de otra persona.
Mis jefes también salían en el dibujo. Tan acaramelados como siempre. Cuantos siglos se puede querer a una misma persona..?. Quedé en trance mirandolos casi por 3 o 4 minutos hasta que reaccioné

-Estudias dibujo o algo así?- Pregunté curiosa... todo eso me recordaba un poco a mis clases de dibujo con Zazil... aunque bueno, yo no era tan buena ni meticulosa.

Brody ya tenía su bebida en las manos que tenía un aroma dulce. La música seguía cambiando para formar ambientes diferentes en todo momento.

La mujer a nuestro lado desapareció al parecer hacia un bosquejo de algún dibujo. Le eche un vistazo al dibujo que tenía sobre el bolso. La mujer tenía un olor suave y apacible. Paso la libreta entre mi mirada para que mi esposa curiosa pudiera ver. Después que ella lo vio le quite la libreta de las manos para poder apreciar el dibujo detalladamente y perderme en ese bosquejo de carbones a blanco y negro.
Escuché la pregunta de Froom y quise también saber si esa mujer era una artista, aunque no me gustaba que hicieran retratos míos sin mi consentimiento, pero en esta ocasión simplemente no dije nada, solamente me quedé mirándola con los ojos brillantes llenos de curiosidad esperando la respuesta de la pregunta que había formulado Amaltea.

Dejé el cuaderno en su lugar...
-Es un buen trabajo -limité a decir, después me llevé la martinera a los labios para simular un sorbo- Quiero verlos...

Tomé de nuevo el cuaderno para ver los otros diseños que tenían en la libreta, por cada dibujo me quedaba un momento analizando los trazos, todos los estudios realizados en artes visuales, debieron de haber surgido en ese momento.