Sabia que volverias (Lucian)

Aqui habia sido donde nos encontraramos por primera vez, y aqui era donde ahora se alzaba nuevamente ante mi subido en una roca, observandome en silencio, mientras el agua del rio acallaba el sonido del bosque y mojaba mis piernas hasta los tobillos enfriando levemente la alta temperatura de mi cuerpo.

Que le habria devuelto hasta mi, Lucian era peligroso, y dijera lo que dijera debia encontrar su doble sentido o podria caer en sus maquinaciones.

-Supongo que no te habra costado seguirme Lucian, ¿has reconsiderado nuestra ultima charla?- Le añadi un leve toque de emocion a mi voz para fingir estar esperanzada, si el se confiaba de que fuera asi tal vez sus gestos me indicaran mas acerca de sus intenciones.

Había pasado un breve lapso desde mi último encuentro con Lucrecia. Finalmente, tras arduas cavilaciones, poniendo en la balanza cada una de mis alternativas, lo más viable parecía ser buscar una alianza con Lucrecia, por lo menos el tiempo necesario para que mis hombres pudiesen venir desde Europa y ayudarme con la cacería en América.
Me fue relativamente sencillo dar con Lucrecia, encontrarla de nuevo en el mismo sitio que un tiempo antes. Di un salto para colocarme sobre una gran roca, desde donde era capaz de divisar una buena zona y a la misma cambiaformas que buscaba. Estuve en silencio, hasta que ella dio comienzo a la charla. Era su turno, al menos en aquel sitio.

-Desde luego, Lucrecia- su voz era poseedora de un extraño matiz, distinto a lo habitual en ella. Me llevaria con cuidado el asunto- Creo que, tras reflexionar con el suficiente tiempo, he llegado a la resolucion de que estabas en lo cierto- dije con sencillez. No pronunciaria nada mas, al menos mientras no ella no demostrase algo mas que emociones fingidas

Sus palabras sonaban vacias como siempre, parecia que el jamas mostraba ninguna emocion fuera del odio, pero no me importaban los motivos ocultos que pudiera tener en este momento, si aceptaba, pronto podria indagar en sus pensamientos, solo era cuestion de tiempo.

Asenti levemente con la cabeza. -Me alegro de contar contigo Lucian, y de que hayas decidido esto, dentro de tres noches tendremos luna llena, y podremos llevar a cabo la iniciacion, se nos unira otro cambia formas, espero que os lleveis bien. - sonrei levemente, aunque dudaba que Lucian pudiera llevarse bien por el momento con alguno de los dos mas haya de la utilidad que nos encontrara.

Imaginaba que Lucrecia no estaría sola en esto, tanto si era por simple precaución como si lo era por convicción de ella. Carecía de sentido, por el momento, meditar al respecto, ya llegaría la hora de ahondar en los detalles... Además, sólo era cuestión tiempo para que mi equipo de combate llegara desde los Cárpatos... Tiempo, ¿cuánto me quedaba? Lo ignoraba por completo. Una sonrisa, más por formalidad que por deseo propio, se dibujó en mi rostro.

-El hecho de que mis reflexiones me condujesen a esta desición no implica que me vaya a sumar a tu causa por siempre, Lucrecia- le dije con seriedad, sin caer en el grado de la hostilidad- Mucho menos que me lleve bien con el resto del grupo- añadí mientras me venía a la mente otro interesante detalle- Por cierto, tal vez traiga a mi aprendiz a sumarse a la lucha.

Contrario a mis deseos, el hecho de que Gi viese en práctica otro tipo de estilo de combate bien podría forjarla aún mejor en el arte de matar.

Ya esperaba algo asi, pero ¿un aprendiz?

-Tu aprendiz sera bienvenido, si le has enseñado tu tal vez aun pueda salvarle.- hable para quitarle peso al asunto, pero la verdad es que no sabia hasta que punto se podia contar con Lucian.

-Si has cambiado respecto a esto aun puedes seguir cambiando, tal vez te quedes mas tiempo del que piensas.- Me encoji de hombros.

Refuté las palabras de Lucrecia al momento. Ella ignoraba lo que cruzaba por mi mente en ese instante, los verdaderos motivos que me impulsaban a aliarme con otros cambiaformas de América, cuya tarea parecía desviarse notablemente de mis convicciones. No obstante, no era el momento de plantearme ideas. Me crucé de brazos, dejé de sonreir y adopté una postura de relativa indiferencia.

-Difícilmente será así, Lucrecia. Más de medio milenio he arrastrado la venganza como única motivación de mi existencia, y no he encontrado una razón coherente que me haga desistir de mi sed de sangre hasta ahora. Incluso el aceptar unirme a ti ha sido para seguir matando vampiros tan pronto pueda- declaré con una expresión siniestra en el rostro

Sonrei -Tarde o temprano aceptaras lo inevitable y te daras cuenta de que tengo razon.- Trate de hablar con un aire melodramatico, sabia que no debia reirme de Lucian, pero tambien sabia que le iva a importar bien poco.

-Sea cuales sean tus motivos bienvenido seas como ya e dicho, pronto conoceras a Myhr, aun no se si llego a aguantarlo, pero pronto nos conoceremos los tres.- Myhr... los tres eramos tan distintos los unos de los otros, ¿saldria aquello bien?

Una media sonrisa de ira se hizo presente en mi rostro... Lucrecia se creía demasiado sabía para decir aquello... Sin embargo, por ahora toleraría sus insolencias, sólo por ahora, mientras conseguí armar un nuevo ejército o traer a mis hombres. Además, ella había cambiado por un motivo, un simple motivo... sólo debía averiguar en donde residía la piedra angular de su cambio para destruirla y traer de vuelta a la antigua Lucrecia.
Y estaba el asunto de ese otro cambiaformas que desconocía por completo... Sólo esperaba que no fuese un tipo molesto o yo mismo terminaría por darle muerte aún cuando eso atentase contra los principios de lo que una manada significaba. Dejé caer ambos brazos a mis costados, sintiendo algo de ira dentro de mi todavía, conteniéndola a base de mis más grandes esfuerzos.

-Aguardo con ansias el momento en que nos unamos en una misma manada- el sarcasmo era de lo más evidente en mi voz justo en ese instante- Sé que tendremos una buena relación entre todos.

Estaba hecho, las palabras de cortesía y protocolo estaban dichas.

Casi solte un bufido ante sus palabras. -Si seguro, creo que no deberiamos tutearnos el uno al otro, entonces por aora esta todo hablado, nos vemos dentro de tres dias, hasta entonces, mantente con vida- Sonrei, era yo siempre la que se metia en lios, demasiada conversacion por ahora, necesitaba correr libre, ahora que mi mente aun estaria sola al hacerlo, pronto las alas de esa libertad quedarian cortadas, y esta vez no compartiria mis inquietudes con mis hermanos, seria bastante mas dificil.

Apostaba mi intelecto a que Lucrecia había notado mi sarcasmo, a menos que fuese demasiado torpe e ingenua para ello, lo cual dudaba sobremanera.. Me di media vuelta, fijando un rumbo, necesitaba aislarme un rato, poner en orden mis pensamientos y maquinar mis planes acorde a como las circunstancias me dictaban.

Sin decir nada, comencé a caminar en dirección a Port Angeles, donde me encargaría de arreglar mi mente un poco. No se molestará por mi descortesía me dije sonriendo, ya lejos de Lucrecia. Jamás miré atrás, no estaba acostumbrado a hacerlo, ni siquiera cuando mis hombres morían en el campo de batalla.

Necesitaba pensar con cuidado como proceder a partir de ahora, emplear todo mi autocontrol si no deseaba revelar demasiado a mis nuevos "camaradas".... Si llegaban a averiguar la razón de mi sempiterna cacería, el motivo exacto por el cual yo buscaba matar a los que alguna vez fuesen mis amos, mi deber, mis protectores, entonces todo se derrumbaría irremediablemente.

Ya les encontraré una utilidad en mis planes murmuré en un tono tan bajo que incluso otros de mi especie habrían sido incapaces de percibirlo... Ya les encontraría un uso a Lucrecia y el resto de los que se unieran