Will, ¿estas mejor? (Willow)

Después de recoger a la alucinada Will del bar, nos subímos al coche, le quité la parte de arriba para que le diese el aire frío en la cara y así se despejase. Sean dormía en el asiento trasero, con su sonrisita de ángel, había sido un día muy largo para él. El sol se ponía, aunque sus rayos todavía eran capaces de deslumbrarme, así que me puse mis gafas de sol. Will seguía mirandolo todo aturdida y se estaba poniendo algo pálida. Habíamos estado en silencio durante un largo rato mientras ella se miraba las manos, con los ojos muy abiertos.

-¿Te has mareado?-Dije sin dejar de mirar a la carretera, y con una sonrisa-Podemos para si quieres, aunque ya estamos cerca-Los bosques cercanos a Port Angeles ya se extendían alrededor nuestra-

Pronto llegaríamos a casa...

-Si creo que estoy mejor, aunque no estoy segura –dije mirando como el cielo cambiaba de color y algunas estrellas empezaban aparecer.
-Daniel, ¿cuantas estrellas crees que hayan en la galaxia?... digo que millones… pero me pregunto si tendrán polvo de luz, como tienen las hadas… para que puedan brillar en la noche… -reí tontamente- un día deberíamos buscar nuestra estrella, todos tenemos una escondida en una parte del cielo… ¿te gustaría tener una estrella?... –levante una mano como si pudiera tocarlas entre los dedos- Se ven tan lejanas, son tan lejanas… -suspiré con profundidad-

Con seriedad me puse hablar con la mirada fija hacia arriba:
-¿Cual es tu substancia?... ¿Cómo te hiciste?... ¿Porque millones de extrañas sombras te cubren?…desde todo el mundo, las tienes a todas… una extraña sombra…. Y tú puedes prestarnos una…

Me parecío tierna cuando habló de las estrellas, la miré durante un segundo con una sonrisa cálida y volví a mirar a la carretera.

-Sí, debe de haber millones...y su luz es preciosa-Mi voz sonó algo infantil-...pero yo no necesito ninguna otra estrella...ya te tengo a tí...Will-Le hubiese besado sino fuese conduciendo, así que solo le dediqué una mirada dulce. Y con la mano que derecha que me quedaba libre, busqué su mano y la agarré apretandola suavemente.

Volvimos a enmudecer y entramos en la pequeña ciudad, llegamos hasta la colina donde se encontraba mi casa. Aparqué y bajé a recoger a Sean, el se despertó y caminó a mi lado. Volví a preguntarle a Will si se quedaba en el coche o venía, pero se había quedado dormida. Estaba algo cansado yo también, ásí que no sería mala idea quedarnos en casa, aunque esa idea me produjo un escalofrío...al menos estaba dormida y no tenía porque soportar a mi madre.

La saqué del coche en brazos y apoyé su cabeza contra mi pecho,la bese en la frente cuando se revolvió un poco. Sean iba delante abriendo las puertas. Cruzamos el jardín delantero y entramos en la casa. Mi madre me esperaba tomando un café, llevaba su pelo rubio recogido en un pasado en forma de mariposa. Se acercó hacía mi y mi acompañante con cara de incredulidad.-¿Dan la has dejado embarazada?-Fue lo primero que se le ocurrió decir-...Dios! te he dado una educación sexual desde que tenias 14 años, como has podido...-Dijo mientras daba vueltas por la habitación, Sean nos miraba el ya estaba acostumbrado al comportamiento de mi madre.

-No!Mama,no!...no esta embarazada solo algo mareada y cansada-Le dije intentando sonreir a mi madre-...pasaremos aquí la noche, y mañana nos vamos...ella es mi nov...-Me resultaba raro pronunciarla delante de mi madre, si lo hacía Will tendría que escuchar la charla sobre 'Sexo seguro', 'Orgasmos multiples y como obtenerlos','Estmulación genital'...y un largo etcetera de libros públicados por mi madre-...es una amiga...-Dije al fin y subí las escaleras hata la invitación de invitados.

Todo se desvaneció entre las estrellas y la noche, me encontré en un sueño muy profundo. Donde solo sentía la brisa del mar y la mano de Daniel sujetando la mía.

Unas voces sonaban en mi cabeza, una mujer, no reconocí la voz, me revolví un poco apoyándome sobre de mi compañero que me llevaban brazos, me imaginé a una bruja malvada moviendo un enorme caldero igual a la bruja de blanca nieves, mueve y mueve el caldero donde flotaban muchas manzanas envenenadas, me estremecí.

De momento no había la voz de la bruja, ahora parecía un pasillo estrecho, no había luz y en el fondo había una puerta muy pequeña, donde teníamos que arrastrarnos para entrar. Me sentí flotar sobre una nube. Y mi corazón empezó a latir con fuerza al mirar hacía abajo, la nube se empezó a derretir como un algodón de azúcar. Me desperté sentándome con torpeza. Un terror me invadió en interior al ver que estaba en un lugar que no conocía.

No paranoia, no temor, no preocupación, cerré los ojos pensando en eso, aun me sentía bajo los efectos de los pastelillos y tenía mucha sed. Estaba obscuro no venía nada. ¿Dónde estoy? ¿Dónde esta Daniel? ... Sentada en el borde de la cama inenté levantarme, dos pasos y ya estaba saludando a mi nueva amiga la alfombra. Me habia golpeado con algo, al parecer era un sillón o un buró, me lamenté del dolor.

Acosté a Will, y bajé al salón donde estaban mis padres, después de charlar un poco con ellos, de cosas banales, como los estudios, el tiempo, mi corte de pelo, o la fraternidad...mama sacó como siempre el tema del sexo. -Cariño no se si habras leído mi último articulo sobre el orgasmo clitoriano-Negué con la cabeza y torné los ojos-Deberías leerlo seguro que te ayuda a complacer mejor a la chicas-La miré con enfado, me levanté y me fui a mi habitación.

Me tumbé en la cama, después de ponerme el pijama. Era incapaz de dormir, solo pensaba en Will, en como ella soñaba placidamente ajena a donde se encontraba. Me levanté a por un vaso de agua después de unas horas de sueño, amanecería segurmente en un par de horas. La puerta de la habitación de invitados estaba cerrada, y entonces escuché un golpe procedente del interior. La casa entera dormía y con paso lento me acerqué a la habitación. Llamé dos veces con el puño.

-Will, ¿estas bien?, ¿Te ecuentras mejor?-Dije mientras abría un poco la puerta, parecía estar en el suelo, encendí la luz y me acerqué a ella-¿Qué te ha pasado?¿Te has hecho daño?-Le tendí la mano para levantarla.

Tirada en el piso estaba sobándome mi rodilla, maldita cosa que se movió. La visión se empezaba aclarar, me acostumbraba a la obscuridad, era un sillón del mal que se había atravesado en mi camino. Volví el rostro al escuchar un leve golpe en la puerta.
La voz se me había ido por un momento y me puse nerviosa. –Estoy saludando a mi nueva amiga –susurré aun sentada en el suelo-
Cuando encendió la luz me tape los ojos como si fuera un vampiro @_@... todo era brillante vi a Daniel resplandeciente entre mis dedos. Me costaba mucho abrir los ojos para verle. Le di la mano y me puse de pie.
-No, no pasó nada. Sobreviviré –eso espero- Solo que me he tropezado con el sillón y he caído al suelo. Iba por un vaso de agua –lo miré confundida- ¿En donde estamos?

Se tapó los ojos, el flasazo de la lampara era demasiado intenso. Me separé un poco de ella y volví a dejar a oscuras la habitación.

-Un momento-Dije mientras me acercaba a la una lampara de pie que había al lado del sillón con el que se había tropezado.

La miré y fui a por un vaso con agua, mientras le indicaba que me esperase sentad en el sillón. Volví al momento y se lo entregué, bebió como si estuviese deshidratada, normal despues de todo lo que había tomado.

-Me alegra que estes mejor-Le sonreí-Estamos en mi casa, en Port Angeles, te recogí en el bar, y quisiste venir conmigo. Te quedaste dormida y pensé que era buena idea que durmieses en una cama cómoda antes de volver-Le acaricié el pelo y la llevé de nuevo a la cama-Creo que deberías dormir un poco Will, mañana en la mañana volvemos a Seattle.

La ayudé a acomodarse, y me quedé mirandola con una sonrisa, no deseaba dejarla de nuevo sola y confusa. Agarré su mano, y le di un beso en los labios.

Me sentó en sillón me sentí rara, observé la habitación, me recordó a la decoración que hace mi madre. Algunas cosas venían a mi mente como recuerdos lejanos. El bar, Sean, las estrellas... Estuvimos a oscuras por un momento y luego encendió una lámpara con una luz mas tenue, me dio agua, la cual valoré ya gradecí en infinito. Bebí como si fuera la ultima gota en el desierto. Sonreí a medias.

-Creo que estoy mejor aunque me siento extraña todavía. Gracias por todo esto Dan. –Caminé un poco torpe aunque ya no tenía puestas las botas, me dolia el trasero, las piernas ya hora la rodilla x.x. Me recosté de nuevo y le tomé de la mano. No quería que se fuera, me sentía sola en esa habitación extraña y le hice un campito para que se quedara conmigo.

Apagué la luz y me hizo un hueco en la cama, y me tumbé a su lado, con una sonrisa, la abracé pasandole un brazo sobre su cuerpo mientras con el otro acariciaba su pelo. Ella cerró los ojos y yo besé su nuca, lentamente, cada beso me hacía más feliz.

-Will...te viste muy sexy con ese bailecito sobre la barra-Dije con una sonrisa, y le di otro beso en la nuca, reciví un pequeño codazo, no pude evitar sonreir-algún día tienes que mostrarmelo más de cerca...-Solté una pequeña carcajada-..quién era esa chica?...-dije algo más serio-...no pretendo decirte con quien debes salir y con quien no...ya eres mayorcita para elegir-Ella se dio la vuelta-...pero si que me preocupa...-Me adelanté un poco para recivir un beso, lento y cálido.

Me empecé a reír por sus comentarios, y me sonroje notoriamente hasta en las orejas, le di un leve codazo.
-Ya veremos –susurré aun con los ojos cerrados sintiendo cada uno de sus besos como una oleada dentro de mi cuerpo-
Empezó a preguntarme por aquella chica, realmente no la conocía, la conocí en ese lugar.
-No lo sé, no la conozco –dije mirándolo al darme la vuelta- No la volveré a ver.

No había visto a Daniel tan cerca, o más bien nunca me había puesto a verle con detenimiento. Tenía una mirada dulce y una sonrisa cálida. Recibí un beso lo cual me producía algo mas intenso, no se si se debía a los efectos psicotropicos de aquel pastelito o realmente el me hacía sentir así. Le correspondí, me gustaba esa sensación. Después de separarnos volví a mirarle, pasé las yemas de los dedos lentamente sobre su rostro, sobre sus ojos, sobre sus pestañas, luego sobre sus cejas, sobre su cara, hasta la barbilla. Sonreí un poco tonta.
-Eres un hombre lobo – dije aun mirandole y me reí a carcajadas- Auuuuhhh -le saqué la lengua-

Su beso era cálido y dulce, me parecía tan bella, allí tan de cerca, sentía que de cierta manera la conocía pero al mismo tiempo me agradaba aquella sensación de sopresa que me producía cada vez que se movía o decía algún comentario ingenioso, realmente lo que más me gustaba de ella era los pequeños detalles que la hacían completamente diferente: aquel pequeño lunar en la barbilla, el oyuelo que le aparecía cuando sonreía de esa forma tan especial o como se recogía el pelo cuando tenía prisa.

Su dedo recorrío mi rostro, acariciando suavemente mi piel, besé su dedo cuando me rozó los labios. Acarició mi barbilla algo aspera, ya que no me había afeitado ese día. No pude evitar reir ante su comentario, y su aullido. La besé de nuevo, su piel era atercipelada y muy suave. Su pie descalzo rozó mi pierna, estaba helado así que no pude evitar dar un salto de sorpresa.

-Estas helada...vampira-Le guié un ojo-Creo que dejaría que me chuparas la sangre-Le mostré mi cuello riendome. Estabamos muy melosos, era la primera noche que dormiamos juntos, aunque parecía que ninguno de los dos, quisise ceder al sueño y cerrar los ojos.

Nos reímos al mismo tiempo ante aquel juego. Volví a reir al escuchar lo que dijo, un lobo y una vampira, se me hizo muy underword, le saqué la lengua y me lancé para “ actuar” en contra de mi "victima" muy en mi papel de vampiresa, lo abracé y le mordí levemente en juego, lo cual le hizo cosquillas, me quedé abrazada de el un momento, me encantaba como olía. Regresé a mi lugar sonriendo.
-Tal vez no soy vampira –dije un poco somnolienta – Creo que soy un gato… meoww…
Me acurruqué cerca de su pecho donde podía escuchar los latidos de su corazón. Sentí sus manos como me acariciaba el cabello, me adormecía, me sentí como un gato.

Mordío mi cuello, y no pude evitar reir,me estaba provocando consquillas, yo le hice cosquillas tambien a ella. Solo se oía nuestro risas en toda la casa, y una bocina de un barco que se acercaba al puerto.

-No me mates bella señora de la noche-Puse voz como interpretando a Hamlet, entre risas y juegos.

Volvío a mi lado, y la abracé calidamente, acercandola a mi pecho, hundiendo mis manos en su suave cabello, nos tapé con las sabanas y las dos mantas, hacía algo de frío.

-Si quizas seas un gatito-Besé su frente sin dejar de abrazarla-...al menos he tenido suerte y eres más cariñosa que tu bola de pelos con pata-Dije con una sonrisa, refiriendome a Skyy

Escuché su respiración tranquila y me sentí bien entre sus brazos, sonreí al escuchar lo que dijo sobre Skyy.
-Entonces seremos el lobo y el gato –reí un poco aun en la misma posición- Meow…
A lo lejos se escuchaban las gaviotas y los barcos que llegaban de la pesca. Cerré los ojos, perdiéndome de nuevo en su olor, no había pasado mucho tiempo cuando volví a caer en los brazos del ensueño. Daniel se quedó callado, tal vez el también se había quedado dormido, no faltaba mucho para que amaneciera, me gustaba estar a su lado y esa sensación de estar durmiendo juntos era muy embriagadora.

Sonreí por su comentario y me abracé más a ella, no pude evitar cerrar los ojos, ella también estaba callada, quizas durmise, y eso era bueno para ella después de ese día tan largo. Hundí mi rostro entre su cabello, y dormímos en esa posición.

La puerta de la habitación se abrío de golpe-Willow te he traído el desayuno, preciosa-Apreció mi madre con una bandeja con croissants, tostadas, un café, un zumo y un vaso de agua. Sonrío al vernos acurrucados juntos. Dejó la bandeja sobre una mesita y se sentó en la cama. La miré con enfado, debían de ser las ocho o nueve de la mañana. Will también se despertó confudida. Me separé de ella y me senté en la cama.

-Mama, sería bueno que llamases a las puertas antes de entrar-Ya conocía su respuesta 'esta es mi casa Dan'-No digas nada por favor-Negué con la cabeza.

Me sonrío y se ahorró su frase-Solo me preocupaba por tu "amiga"-Dijo entrecomillando con los dedos, y guiñandome un ojo-...pero Dan sabes que no me gusta que practiqueis sexo en casa, Sean todavía es pequeño, y podría sorprenderos en cualquier momento.-Solté un grito, dios porque siempre tenía que ser así-...al menos habreís usado preservativos, no eres estupido cariño-Abrío el primer cajón de la mesita de noche, en el que había una caja con preservativos, y se la dio a Will-Te recomendaré alguno de mis libros pequeña, ýa veras como disfrutaras más-Vale era la gota que colmaba el vaso, Will estaba confudida, la miré encogiendome de hombros y lanzandole una mirada envenenada a mi madre.

En los brazos de la persona que nunca imaginé, ahí estaba durmiendo profundamente, el dormía también, todo era tibio, placentero.

Un golpe brusco, una voz desconocida, y el movimiento de mi compañero hicieron que abra los ojos de repente. Dan se sentó y por su voz parecía enojado, me senté y vi una mujer un poco borrosa, me froté los ojos y la vi mejor, era alta, cabello rubio humedecido, suelto sobre los hombros. Hablaba rápido, estaba sentada a nuestro lado, tenía un cierto parecido con su hijo sobre todo en los ojos.

-Buenos días… -Susurré, era la madre, oh por todos los cielos ¡¡¡¿Qué estaba diciendo?!!!, me sonrojé por completo y luego cuando extendió aquella caja en mi cara, la miré confundida, dejé la caja sobre la cama, caí en cuenta en unos minutos, me sentía un poco extraña, un poco de dolor de cabeza, pero me sentía muy bien-.

-¿Puedo usar su baño? –Dije mirando a la madre, tratando de cambiar el tema- Tiene una bonita casa, Sra Faraday, es un gusto conocerla al fin, soy Willow Kennedy….compañera de Daniel... -No sabía como presentarme, lo miré más confundida que en un principio. Le sonreí amable a la señora, me hinqué sobre la cama y la abracé, esperaba que olvidara ese asunto incómodo.Él había mencionado algo de esto alguna vez y le entendí- Es usted muy amable, gracias por el desayuno -miré la bandeja- Daniel no deja de hablar de sus exquisitas tartas de manzana, y me ha dado curiosidad por probarlas. -Vi a mi compañero a mi lado que no sabia donde esconderse-

No quise mencionar nada más, la situacìón era de por si incómoda. Si con Sasha era difícil y era mi mejor amiga, con una desconocida, madre de mi novio, era sumamente vergonzoso. Me puse de pie, la señora me indico donde estaba el baño, aun me sentía un poco torpe, me tropecé un par de veces antes de llegar.

Abrazó a mi madre y me quede con cara de incredulidad, por favor que no diga más.Mi madre volvío a hablar-Claro pequeña te daré mi receta-Mi madre me miró abriendo los ojos, parecía que le había caído bien Will, ese era el otro tema preferido de mama, la respostería-Tengo una en la nevera, luego te dejo probarla. Mama se levantó, y se dirigió a la puerta le guiñé un ojo a Will, sabía que mi madre no se daría por vencida tan facilmente, y volvería a la carga, comentando los habitos sexuales de no se que tribu del amazonas o como preparar afordisiacos.Will fue rápida y se fue al baño, me quedé sentado sobre la cama. Me despedí de mi madre con la mano y me levanté.

-Will, voy a vestirme, cuando estes listas volvemos a Seattle-Le dije alzando la voz en la puerta del baño-Pareces que has conseguido aplacar un poco a la sexologa-Bromeé refiriendome a mi madre-Si se pasa, tiraté al suelo y haz como que te has desmayado, y te sacaré de aquí-Reí-Mi habitación es la del fondo del pasillo, la de la puerta azul-Nunca entendí por que mama había pintado algunas puertes de colores...lo sacaría de alguna otra tribu que ni siquiera tendría paredes...así era ella....siempre iba más alla. Salí de la habitación de invitados y me fuí a cambiarme.

La madre me dijo que me daría la receta, eso me hizo sentir contenta y mucho más porque me daría a probarla. Ya en el baño vi mi aspecto en el espejo y casi me da un ataque, al fin un baño para mi sola pensé mientras detrás de la puerta escuché a Daniel, reí por su comentario.
-En un momento te alcanzo –le dije, aunque en realidad no era un momento xD-

Tenía un dolor de cabeza que me daba punzadas, desee estar en mi departamento con la bola de pelos, aun me sentía un poco extraña, abrí la ducha, me sentía pésimo, al caer el agua sobre mi cabeza empecé a recordar todas las idioteces que hice en aquel lugar. Terminé de asearme, de vestirme y salí. Sentada sobre el sillón me puse las botas, acomodé y amarré el cabello que era un desastre, y milagrosamente Sra Faraday no se aparecía por ningún lado. Me puse mis lentes que eran necesarios demasiado brillo me podría dejar ciega, tenía razón de haberme llamado vampira. En ese sillón me pregunté si Dan tendría su habitación tan desordenada como en la fraternidad. Dijo habitación azul, pase una puerta roja, verde, amarilla, voilá la azul. Golpee.
-Ya estoy lista Dan… -estaba parada detrás de la puerta mirando mi sideckik que tenia miles de mensajes de Dick y de Sasha, donde estas, donde estas, porque no contestas, para que llamaste, cerré de golpe, lo metí en una de las bolsas de mi chaqueta-.

Llegué a mi habitación, que me parecía tan inpersonal y recatada como todo en aquella casa. Blacky me esperaba sobre la cama, lo acaricié lentamente, mientras miraba por la ventana. Fui al armario y me vestí. Will parecía retrasarse un poco así que iría a la parte mi casa que más me gustaba, el lugar que realmente consideraba como mío.

Spoiler:

Abrí un puerta que parecía dar a otro armario pero que en su interior contenía mi espacio personal, un regalo de navidad de mi padre, por ocuparme de la fraternidad...ahorrandole muchos dolores de cabeza...

Spoiler:

Pulse el boton del play en el stereo, y empezó a sonar el disco que contenía. Sonreí y fui hasta la batería y empecé a tocar. A la mitad de la canción escuché a Will, en la puerta:

-ESTOY EN LA HABITACIÓN DEL ARMARIO!!!-Le grité desde la habitación realmente azul-ENTRA!!-Volví a gritar, y seguí esperandola sin dejar de tocar.

Nadie me contesto, y entré a la habitación parecía todo en orden nunca me la imaginé así, aquí se reflejaba que estaba la mano de su madre, sonreí a medias. Llamé un par de veces su nombre y a lo lejos escuché la música de los Red Hot y ladridos, supuse que era Blacky. Me imaginé a Daniel bailando como Anthony Kiedis, pero luego escuché la batería ahora me lo imagine como Chad Smith, no pude evitar reír por aquello. Escuché sus gritos y me dirigí hasta lo que parecía un armario. Tenía miedo de entrar, giré la manija cuidadosamente y adentro parecía que aun seguía en ese viaje de pastelillos, todo era azul y psicodélico. Lo vi tocando la batería, el sonido que producía me hacia girar la cabeza. No pude evitar sonreír al verlo, él estaba metido en su papel. Me pregunté que era esa habitación, parecía totalmente distinta a la de afuera... más parecida a él y menos parecida a su madre. Seguí escuchando su performance, mirándolo fijamente, siempre lo he visto bien parecido, pero esa forma de entregarse a la batería le daba un aspecto más salvaje... primordial, me mordí el labio inferior y me quedé ahí, sonrojada y sin nada que decir... por lo menos con palabras.

Entró Will y le sonreí, sin dejar de tocar la bateria como loco. Su color y su boca conseguía llenarme por completo. Terminó la canción y saltó otra, me levanté de la batería y corrí hacia ella. Con una sonrisa le planté un beso en los labios, tiré de su mano, hasta conseguir tirarnos en el sofá, le hice cosquillas, ella se reía y retorcía intentando escapar.

-Me espiabas?-Bromeé-Tendré que castigarte gatito-Le dije besandola de nuevo,sin dejar de reirnos-...creo que unas horas con la doctora consejos de sexo, será suficiente-Reí, pensando en lo horrible que era pasar tanto tiempo con mi madre.

Apenas estaba aclimatándome a la canción embelesada viendo tocar a mi novio, cuando en un abrir y cerrar de ojos me vi tratando de escapar de sus manos y de su cuerpo que me causaban cosquillas. Traté de huir pero no tuve éxito alguno.
-Si, te espiaba yaaa… lo reconozco… –dije entre risas- Noooo, nooo me castigues Sr. Lobo, prometo que no lo vuelvo hacer –dije cruzando los dedos, vil mentira xD, cuando me llenó de besos que me mataban, las risas cesaron un poco, mencionó a su madre, pensar en una cátedra de Sra Faraday me daba escalofríos-

Rei y paré de jugar con ella, le di un beso y me quedé mirandola mientras acariciaba su pelo.

-Bueno creo que dajarte tanto tiempo con la doctora Marie seria demasiado cruel-Volví a reir, y la abracé mientra Blacky subía al sillon con nosotros-Bueno tampoco son tan malos...solo es que están algo locos-Negué con la cabeza excusandoles-...Esta habitación me encanta...me permite desconectar por completo-Le di otro beso.

En aquella habitación solía pasar horas leyendo, tocando o escuchando música, solo Blacky y Sean solían acompañarme, pero ninguno de mis padres podían poner un pie en ella, ese era el trato por ocuparme del tedioso trabajo de la fraternidad, me estaba entrando pereza solo de recordar la cantidad de papeleo me esperaba a la vuelta...

Unos minutos mas y nos quedamos mirándonos a los ojos, lo escuché, una leve sonrisa se dibujo en mis labios. El perro se subió al sofá junto con nosotros casi nos saca por su gran tamaño.
-Te entiendo – le dije, en mi familia también habían sus locos, como Holly Kennedy que se la pasaba hablando de religión o mis hermanos que siempre le llevaban la contraria en todo-
-Parece como otro mundo, el mundo paralelo de Faraday, no mejor dicho, la dimensión desconocida de Faraday… -reí un poco- No creo que sea tan malo después de todo seguir los consejos de tu madre, me imagino que las chicas nunca se han quejado de tus “habilidades especiales”. –Me sonrojé bastante y al perecer logré que el también se sonrojara-

Le sonreí mientras hablaba, tenía cara de tonto embobado con sus labios, pero es que realmente sus movimientos me distraían. Quizas si que fuese mi mundo paralelo, mi parte oculta, la parte de mí que me pertenecía por completo, y que solo mostraba a aquellos que realmente me importaban. Mi mano recorrió su pelo suavemente en silencio, y entonces dijo aquello, no pude evitar sonrojarme. Me resultaba incómodo hablar de mis relaciones sexuales pasadas con ella, aunque sentía que teníamos gran confianza entre nosotros.

-Corramos un tupido velo..-Dije sonirendo-...algún día...-La besé, me levanté, le agarré la mano y tiré de ella para ayudarla a levantarse- Tengo algo para tí-Le sonreí cambiando de tema y con una sonrisa complice.

Fui hasta el sterio donde había una pequeña caja de color rojo, con una lazo verde. Volví junto a ella y se la di.

-Es un regalo, no se parece demasiado a Billy-Le guiñe un ojo y esperé su reacción.

Spoiler: