Cita.(Nicholas)

Me preguntaba qué pensaría luego Rose luego de ver en lo que había convertido a su amiga. ¿Se alegraría? ¿me odiaría? ¿se enojaría con Katherine?... probablemente se pondría furiosa conmigo por haber permitido tal cosa. No sabía qué era lo correcto, sólo sabía que quería estar con ella, pero tampoco quería que esté mal y en esos dos deseos se contradecían, quizás no podía estar con ella. A penas ese pensamiento pasó por mi mente desvié mi mirada, como si temiese que ella pueda leer en mis ojos lo que estaba pensando.

Cuando me preguntó qué cambios físicos traería aquella naturaleza me detuve, observándola, por un momento, y la imagen de Katherine convertida se interpuso en mis ojos como si fuese algo real, como si lo estuviese viviendo.

-aunque no lo creas tu piel será más blanca... aunque no estás muy lejos de llegar a ese tono -reí ligeramente-. Tu fuerza aumentará, incluso por unos cuantos meses será mayor que la mía. Tu voz será algo que los humanos practicamente adoren... les parecerá rara, como una hermosa melodía que los hechiza. Y tus ojos.... -me detuve en su mirada, consciente de cuánto amaba el color azul de sus ojos y mi sonrisa se borró un poco de mi rostro-... tus ojos serán de un color rojizo, como los míos -"fríos y sin vida", pensé, pero no dejé salir esa frase.

A pesar de que Nicholas siempre permanecía en prolongados moemntos de silencio y no me parecía raro en él, esta vez fue diferente después de plantearle todas esas preguntas...

Parecía que había detrás de esos enigmáticos ojos mucho mas misterio que el habitual.

Sin dejar de lado la inquietud de que era lo que lo atormentaba tanto internamente, escuché con cierta sorpresa los cambios que decía.
Cada uno sonaba ficticio, sacado de un plano surrealista.
Y todo era cierto.
Para mi su voz era encantadora... y estaba segrua de que no era por que era un vampiro.

Medité profundamente todo aquello y no pude ignorar el dejo de cierta melancolía al mencionar el detalle de mis ojos.
Con los cuales lo miré hacia arriba, por los obvios centimetros con qe me ganaba.

-Me gustan tus ojos... son tan... profundos e intensos. No creo que los mios alcancen eso.

Lo abrace, por enesima vez.

-Pareceré de esos conejos albinos. Blancos y con ojos rojos... no crees?-dije bromeando debilmente, en un intento de alivianar la atmósfera.

Logró sacarme una sonrisa cuando mencionó lo de mis ojos y luego una risa completa cuando dijo que parecería un conejo.

-serás mi pequeño conejo albino entonces -dije bromeando, abrazándola y depositándo un beso en su cálida frente-. Aunque por el momento prefiero el color azul en tus ojos, pero supongo que me acostumbraré -quizás lo haría, quizás no...

Volvimos a caminar, dejando aquel tema de lado. Pronto comenzó a oscurecer y las personas ya no estaban tan presentes en la plaza.

-no quiero irme, pero quizás tú estés cansada y no quiero ser el responsable de que mañana pierdas la clase por quedarte dormida.

-Pequeño conejo albino..!-exclamé riendo tras el beso que me obeequió.-Sabias que puedo hacer algo con la anriz parecida a los conejos???-le pregunté asombrada, porque incluso a mi me asombraba el rapido movimiento que podia lograr con mi nariz;tal cual un conejo.-Mira...

Esperaba que no le pareciera lo suficientemente raro, pero lo hice, por unos segundos, y luego reí por las cosquillas que me daba hacerlo.

Negué con la cabeza al ver el cielo cayendo en un tono azul mas oscuro.

-Aun no me quiero ir. Mañana solo tengo una clase antes de volver a Forks, y pretendía faltar. Tengo que arreglar todo para que sea una velada perfecta con Rose.

Observé lo que ella podía hacer con su nariz y volví a reír, contagiandome de su risa. Con una mano acaricié una de sus mejillas mientras que sus ojos se volvian hacia el cielo.

-bueno, no me gusta que faltes a tus clases por cosas así, pero supongo que por ser la primera vez puedo perdonartelo -dije bromeando. No era lo suficientemente fuerte de voluntad para seguir insitiendole que necesitaba dormir, porque sabía que gran parte de mi quería que ella se quede.

Noté lo entusiasmada que estaba por los planes del fin de semana.

-¿y si no le agrado? -pregunté de repente-. O si ella no me agrada...

-Pero tú eres irresistible mi amor..!-le tomé el rostro con ambas manos.- A todos hechizas... y mas con esa mirada tan seductora... -me sonrojé...- Y tan misteriosa.

Atraje su rostro hacia el mio, y su boca rozó la mia.

-Pero por desgracia para los demas, eres solo mio y sera por toda la eternidad..!

Estaba tan enamorada de él... no podia concebir un momento sin su presencia.

-Y... ella es una buena persona, te agradara. No todas mis amigas son como Anna Paula..

Sabía que así era y no me atrevía a negarlo, ahora le pertenecía a ella, viviría por y para ella, porque era la única persona que me hacía sentir vivo, que me brindaba ese amor que nunca antes había visto en otras personas y una confianza que no sentía con nadie.

No sabía hasta qué punto era capaz de llegar para verla bien, porque estando a su lado no podía permitirme verla sufriendo, y ese sentimiento era raro, como si me sintiese inquieto. Aunque al mirarla esa inquietud lograba calmarse, sólo cuando estaba cerca de ella.

-¿enserio?, yo estaba casi preparado para ver como Rose me recibía con una estaca y una cruz en la mano... -dije cuando me aseguró que no todas sus amigas eran como Anna-... qué lástima, hubiese sido divertido -agregué sonriendo de lado.

Reí ligeramente al imaginar, desde un punto de vista cómico, como sería aquella escena.
Lo abracé y suspiré en su pecho.
Era mio y yo era suya.
Todo se podía resumir a eso de ahora en adelante.
Nunca había disfrutado del silencio como estando a su lado y asi pasamos esa noche, la siguiente sería mejor, estaria mas adentrado en mi vida, iria a mi casa y conoceria a Rose, el otro pilar de mi vida.

-Nicholas... vayamos a descansar, te parece?