Inquilinas (Catalina/libre)

Manejé nuevamente hasta la Fraternidad de la universidad, teníamos un viaje no muy largo pero maneje lentamente.
-Catalina voy a tener que poner reglas nuevamente... y espero que las respetes al pie de la letra- Le dije con seriedad pero sin pareser amenzadora- Primero que nada, no podemos hablar de cosas "serias" alli... - Como le explicaría que los vampiros escuchaban a travez de las paredes?- Muchos alumnos son muy curiosos y meten sus narices en donde no deben, entiendes? nunca nada serio allí, por mas importante que sea, solo me das una señal y hablaremos en un lugar seguro...esta claro?- La miré a la cara y luego volví a poner atención en el camino- Segundo.. no puedes pasearte por los pasillos... de mas esta que en la universidad tampoco... al menos hasta que hablé con los responsables... - Fruncí un poco las cejas, tenía que hablar con Daniel cuanto antes - Y tercero... y mas importante... cualquier cosa que pase, cualquier peligro que sientas o cosa fuera de lo normal, vete corriendo con Sasha... o Allysa... aunque sea escalofriante- Torcí el gesto, no quería confiar en Allysa, pero que mas podía hacer?- y si no grita, estoy segura que te escucharan y correran hacia ti...- Cualquiera de esas malditas metidas vampiras acudirían a ella si estaba en peligro...no para protegerla, pero eso eran, unas malditas metidas y tal vez eso le salvaría la vida a Kate- No hay mas reglas!- Sonrei con los dientes y la miré esperando alguna reacción.
Poco despues llegamos a la Fraternidad, entré con ella tomada de mi mano. Cuando pasabamos por el pasillo nos cruzamos con una chica de la Universidad.
-Qué tal Marie?- Vi como la muchacha miraba sorprendida a Catalina- Es mi prima de inglaterra... esta de visita! - Hablé de manera muy realista, esa idea se la tendrían que creer todos.
Seguimos caminando por el pasillo hasta encontrar la habitación que me habían asignado. Entramos en ella, aun no estaba decorada, solo tenía mi valija, la de ella y varias cosas que había pedido que llevaran en un flete de casa de mi padrino a aquí, también había muchas bolsas de utileria.
-Bienvenida...- Rei frustrada- Tendremos que arreglar esta basofia!


(nota: Marie---> personaje inventado xD para agregar realismo, alguién tenía que andar por el pasillo!)

No hablar de cosas serias, no pasearme por el pasillo, correr donde Sasha en caso de peligro... trate de memorizar todas las reglas, no pensaba desobedecerlas. Tea estaciono el carro en la fraternidad, caminamos por el pasillo hacia su cuarto, se topo con una joven, le di mi mejor sonrisa para simpatizar, sabia que mi sonrisa era mi mejor arma de “seducción” cada vez que lo hacia las personas me miraban con ternura... dijo Inglaterra?... bueno cualquier persona podía creer eso por mi manera tan correcta para expresarme, le di una mirada de cómplice a Tea a penas Marie se alejo. Entramos a la habitación, estaba hecha un caos, sucia, llena de cajas y bolsas por montón, tendríamos mucho que hacer.

-por algo se empieza tía Tea- acaricie su brazo, y sonreí para darle ánimos

-con algo de pintura rosa quedara perfecto- camine por el lugar imaginando como se vería, esperaba que Tea me dejara poner algo de mi toque.

Mire a la niña.
-Rosa... si me gusta el color rosa... muy femenino- Hablé de manera insegura. Me miré a mi misma de arriba a abajo, la palabra "femenina" no parecia encajar conmigo. No es que no usará ese color, pero usualmente solo eran detalles en mi ropa, o accesorios... -Veamos la pintura que nos han mandado... - Abri la bolsa que contenía el bidón de pintura suplicando que no fuera un verde, ni un amarillo, ni un rosa flúo. Y para mi gran alivio había pintura color beige. Convinaba estupendamente con los muebles por lo que ambas nos pusimos manos a la obra y tomando una brocha cada una pintamos las 4 paredes que nos rodeaban. Yo pintaba las partes altas subida a un banco y Catalina la parte de abajo. Nos tirabamos un poco de pintura cada tanto en broma, cada vez estabamos mas manchadas. Luego nos fuimos a dormir sobre los colchones que aun estaban desaparramados en el suelo.
A la mañana siguiente proseguimos con el trabajo. Acomodamos los muebles con la pintura ya seca, colocamos mis sabanas en la cama y en el catre, eran blancas y negra. Catalina colocó sus frazadas rosas sobre ellas, le daban un toque muy lindo, tenía que admitirlo. Ordenamos nuestra ropa en el placard dividiendolo a la mitad, aunque no era dificil de distinguir que ropa le pertenecía a cada una. A la derecha del Placard se veían pequeños vestidos floreados y de colores pasteles y alegres. A la izquierda se veian vestidos de vinilo negro, jean rotos y desgastados y alguna que otra remera gris y blanca.
-Creo que nunca nos equivocaremos de ropa... - Admiti en broma al alejarme unos pasos para ver la totalidad del placard. A la izquierda de la cama se encontraba el escritorio, estaba lleno de cosas coloridas de ella, lapices de colores, cuentos... bueno, pequeñas novelas juveniles en verdad...mezcladas con enciclopedias de medicina.
La habitación había quedado sin duda genial.
Me desplome en la cama cansada.
-Linda manera de utilizar nuestro domingo...pero lo valió verdad?- Le pregunte exahusta.

Y ordenamos, pintamos, decoramos, corrimos los muebles, todo el santo día... me sentía más que cansada, era como si hubieran pasado un auto encima mío. Pero pese a todo eso la habitación quedo hermosa, le faltaban uno que otro adorno de helloy kitty pero no podía abusar de la paciencia de Tea, después de todo aunque se notara feliz a mi lado, sabia que era una molestia, una pequeña rubia molestia....
-no importa Tía Tea.... ahora podremos estar juntas sin complicaciones eso es lo importante-la abrace con las pocas fuerzas que me quedaban, salte de la cama y busque entre los libros uno que adoraba mucho “nuestras sombras”, lo deje encima de la cama alta y me puse mi pijama de osito, me metí en a la cama baja y me tape solo dejando mi rostro al descubierto.
-me lees un poquito?-mi voz era muy tierna, lance mi mejor sonrisa de manipuladora. bostezé

Y ahi estaba de nuevo ese pequeño demonio encerrado en un delicado cuerpo de nena de 8 años. Su rostro se veía demaciado convincente. Cómo podía decirle que no a su petición?.
Me quite el pantalon quedando en ropa interior y remera y me metí en la cama tomando el libro.
-Ok pero solo un poco...!- Sonrei, la verdad era que le leería hasta que pidiera lo contrario, maldita niña!
Me puse mis lentes y comencé a leerle. Era un libro bastante complejo y extenso para una niña de 8 años, sin embargo parecía entenderlo.
Leí alrededor de 10 paginas, y sin darme cuenta me quede dormida con el libro en la cara, estaba agotada.