Miren quien llegó de visita...

Tres semanas sin ver a mi hermano desde que "desperté". Por no decir un calvario el saber que había perdido dos años de mi vida por una estupidez que yo mismo ocasioné contando que mi familia no salió mejor que yo en esa situación, que imbécil había sido.

Me costó demasiado adaptarme a todo mi alrededor, ya nada era como antes...quienes habían sido mis mejores amigos, se encontraban como si nada ante mi regreso, confíaba en que podrían al menos decirme unas palabras de ánimo; que mentira me hacía creer. Yo había perdido dos años enteros de clase, y como el accidente se agregó a mi expediente permanente, no tengo todas las posibilidades académicas que consideraba para un futuro no demasiado lejano, decido mejor en conseguir un trabajo para mantenerme.

¿Respecto a mi hermano? No e podido comunicarme con él, me zarandeaban de un lado a otro, inseguros de que estuviese en todos mis cabales para saber lo que planeaba hacer, no tomé importancia a ello y me fui de casa dejando una nota para mis conocidos, y un cálido abrazo a mis padres, deseandome una buena suerte.

El viaje en autobús fue bastante pesado, y mientras más avanzabamos, me daba cuenta que cambiaba, desde mi soleado San Diego, llegué al lluvioso Forks. Mamá me había dado la dirección nueva de Elliot, que vivía con unas chicas de apellido Heaven si mal no me equivocaba; por fuera se veía bien...golpeé con los nudillos la puerta, esperando a que respondieran, temeroso, pero aún así firme a lo que me encontraría.

Estaba revoloteando por toda la casa buscando unas cosas que se me habian perdido, no habia nadie en casa y no tenía idea de donde andaba todo el mundo, solo estabamos Fenrir y yo.

La timbre de la puerta sonó y corrí escaleras abajo para abrirla, me sorprendí pues hasta donde sabía Elliot tenía sus llaves desde hacia unos días, probablemente las había olvidado, lo saludé como normalmente lo hacía, con un beso en la mejilla y le dije alegremente :

-Elliot!! ^^ se te olvidaron las llaves?-le sonreí aunque se me hizo raro que estuviera tan serio.

Soy yo, o ¿una chica me había confundido con Elliot y me daba un beso en la mejilla? Pensé en reírme, pero estaba demasiado atónito para hacer algo que no fuera balbucear. Una vez recobrada por completo mi capacidad del habla, tuve la valentía de decir:

-Eh...disculpa, no soy Elliot, es más, lo busco, ¿se encuentra aquí?- Noté su mirada extrañada- Soy su hermano, Ike- Expliqué. Debía admitir que la chica era bonita.

Pude sentir como la sangre se me iba a las mejillas, me había puesto como un tomate de pura verguenza, es decir, le habia dado un beso en la mejilla a un extraño oh por dios....

-yo em am....-tomé aire para poder articular palabra no hubiera pensado que el hermano de elliot vendría hasta aquí- Es un gusto conocerte Ike, Elliot no está, y no tengo idea donde pueda estar, lo siento mucho-me mordí el labio, aún tenía mucha pena

-Relájate, suele sucederle a todos el confundirnos; no eres la primera, ni la última- Las ganas de reírme por verla roja estaban escapandose de mis manos, así que debía comportarme serio, después de todo, debí haber avisado, no era culpa de ella.

-¿Po...dría pasar? Quisiera esperar a Elliot- La situación era algo incómoda.

-Me imagino...creo que esto va a ser un poco confuso para mi-reí, mi color estaba volviendo a la normalidad pero sabía que no sería por mucho tiempo.

-Si claro, pasa-me aparté para dejarlo pasar y cerré la puerta tras de mí aún algo nerviosa- Sientate, ¿puedo ofrecerte algo?-intenté ser amable.

-¿Te molestaría un vaso con agua?- Pregunté, no había tomado nada desde la mañana, y caminar hacia las casas alejadas de La Push fue todo un lío. Di una mirada hacia la casa, más bonita de lo que me había imaginado, Elliot se había sacado el jackpot conociendo a esa chica.

-Perdón si sueno grosero, pero...¿podrías decirme tu nombre?-

Fui a la cocina rápidamente y le traje un vaso con agua, se lo dí y escuché su pregunta.

-Soy Anne, Anne Heaven - le dije sonriendo,apostaba mi cuarto a que él tambien me mencionaba lo mi apellido y que parecía un ángel.

Heaven...ángel...me puse a pensar detenidamente, la miré, en verdad parecía uno, más me quedé callado con esa respuesta.

-Bonito nombre, me agrada lo de Heaven- Sonreí con sinceridad.

Sonreí para mi misma, si no lo había dicho de seguro lo había pensado.

-Gracias, no es un nombre muy común y a mi tambien me agrada, se presta para muchas analogías-volví a sonreir.

-Elliot me habló mucho de ti, me alegra que ahora estes bien.

-Muchas gracias- Temí que Elliot hubiera dicho algo malo sobre mí, tenía derecho, pero no sabía si Anne mencionaba aquello para no hacerme sentir mal. Escuché unos ladridos de atrás, debía ser el perro de Elliot. Miré y no era más que un cahorro de pastor alemán, sonreí, se veía muy bonito, aunque el no parecía estar cómodo con mi presencia.

-Hola perrito-

me sobresalté un poco cuando Fenrir comenzó a ladrarle a Ike, se veía un poco asustado, lo alcé con ternura y lo senté sobre mis piernas al lado de Ike, sosteniendolo para que no lo mordiera aunque no le haría mucho daño considerando que seguía siendo un cachorro.

-Te presentoa Fenrir, es el perro de Elliot.

Me sorprendió escuchar ese nombre...me sentí un tanto sobrecogido, siempre me había gustado ese nombre para algún perro que yo tuviese, aunque Elliot no lo hubiese hecho por mí, me agradaba saber que al menos había hecho como acordabamos hacía bastante años.

-Siempre me gustó ese nombre- Intenté acariciarle la cabeza al cachorro aún cuando este se mostraba hostil. Le rasqué por detrás de las orejas, Fenrir no hizo nada, de igual manera tenía que estar al tanto de que no me mordiese.

Acaricie a Fenrir para que se tranquilizara y le tomara confianza a Ike, los dos estabamos inclinados sobre el cachorro.

-Siempre me pareció que habia algo especial en que trataba a Fenrir, creo que asi te recordaba-le dije sonriendo

Seguí sonriente y seguí rascandole las orejas al cachorro.

-Debió ser muy duro para él terminar así por mi culpa, me siento extraño que no esté enojado conmigo- Era patético, como él había dicho día antes de todo el accidente..."Actuas como alguien imbécil solo para obtener reconocimiento". Tan sumido en mis pensamientos quedé, que no me fijé que había dejado la mano sobre la cabeza del perro, este aprovechó para soltarme una mordida con sus dientes más filosos.

Hice una mueca de dolor, intentando contener las ganas de gritar.

-Créeme, no está enojado, bueno, no contigo, pero si con la policia por todas las injusticias que cometieron...

Sobresaltada Solté a Fenrir, que salió corriendo hacia el patio y tomé su mano examinandola, salía un poco de sangre.

-¿te duele mucho?-le pregunté mirandolo a la cara.

-Sí, creo que me encajó el diente en el puro hueso- Añadí mientras me mordía el labio inferior. Revisé, y en efecto, le dió por morder justo en los nudillos y en una parte de la vena. Moví un poco los dedos, y también el dolor se pasó hasta las extremidades de estos. Gruñí por lo bajo.

Me preocupé y me paré del sofá llevandolo conmigo.

-¡¡ven aquí!!-lo jalé hasta la cocina y le puse la mano bajo el grifo de agua fría para limpiar la herida.

-Dejala ahí un momento-le indiqué y rebusqué por la cocina el cajón de las medicinas y lo saqué hasta el mesón del lavaplatos.

Volví a gruñir, el agua estaba helada, pero agradecí cuando ya no me hacía sentir dolor, por ahora. Escuché mucho ruido atrás, pero no podía darme la vuelta sin tener que retirar la mano de manera inconsciente. Miré desde la cocina hacia la sala, donde Fenrir parecía aún más disgustado que antes.

Me estaba angustiando, Me detuve y respiré profundo para aclarar mi mente y le pregunté.

-Crees que haya que tomar puntos?-había tomado un curso de primeros auxilios y tal vez podría cojerlos yo misma.

-Lo más probable es que así sea...pero puedo ir al hospital, no creo que me desmaye solo por esto- Reí, intentando que su tensión no incrementara, seguramente no fue buena idea el hacerlo.

Respiré profundo de neuvo, tal vez me estaba alarmando demasiado, pero lo mejor sería llevarlo a un hospital.
Vendé su mano rápidamente tal y como me habían enseñado y tomé mis llaves de una mesa.

-Vamos, iremos al hospital lo quieras o no-le dije con firmeza, cuando ibamos saliendo le lancé una mirada a Fenrir, que dejó de ladrar y le dije

-niño malo!!

El perro ni se inmutó ante el regaño de Anne, se fue más contento hacia la parte trasera, mordiendo lo que parecía una pelota de tenis.

-No pasa nada, puedo ir solo- Depender de la gente no era una de mis mejores cualidades.

Me giré para mirarlo

-No, no puedes, no te voy a dejar solo cuando es en parte mi culpa que te hayan mordido, además ni siquiera sabes como llegar al hospital de Forks y yo si, así que no seas necio.

lo llevé hasta el carro de mi tío, que por suerte lo había dejado y me subí.

-Fue un descuido mío, tú no tienes la culpa- Suspiré, era terca a más no poder, y para evitar que su disgusto fuese más grande, me senté en la parte delantera del auto y dejé que conduciese.

-Gracias- Dije con la mirada perdida hacia el bosque, mientras el vehículo avanzaba.