Bien, seguramente significaba que ya casi tenía la muerte de Alexander un paso más adelante. Sólo sería cuestión de tiempo. Ella no confiaba en él, lo sabía, así que, irónicamente, yo confiaría en mi hermano para transformarla de bando y combatir a Alexander.
Si tan solo ella hubiese sabido el terror que sentia al hablar con ella, sin duda hubiese tenido una concepción aún más patética de mi. Me levanté y seguí caminando por donde iba, sin importarme lo húmedo de mis ropas.