Merecido paseo (Catalina)

Estacioné el auto en el aparcamiento del Acuario de Seattle, mi primer visita a el había sido con Leo... lo extrañaba muchísimo. El lugar era magico sin duda alguna, era como sumergirse en el oceano.
-Llegamos...- Declaré casi cantando y ayudé a bajarse del auto a la pequeña. Pagué la entrada y nos metimos en el lugar, esperaba que le causara el impacto y le maravillara como me había ocurrido a mi la primera vez.

Me subí emocionadísima al auto, no sabia hacia donde me llevaba tea pero no me importaba lo único que quería en ese instante era alejarme de todo encierro, el aire del exterior movía mi rubio cabello, y mi sonrisa no callo en ningún momento, cuando llegamos mi corazón revoloteó como loco, nunca fui a un Acuario, a mi madre le aterraban los peces, de hecho por lo mismo yo era anémica, ella nunca me daba pescado.

Entramos al Acuario y era más hermoso de lo que podía imaginar, casi sentía que estaba dentro del agua con los pequeños pececitos de maravillosos colores y formas. Mis ojos brillaban con mucha intensidad debido a la emoción que sentía.

- Es absolutamente precioso Tía Tea- reí nerviosa , ya me estaba acostumbrado llamarla de esa manera, la abrace fuerte por la cintura ya que hasta ahí podía llegar con mi altura.

Le peiné con ternura el pelo mientras sentía como me abrazaba, no me disgustaba ni un poco esa manera en que me llamaba "Tía Tea", era maravilloso...
-Mira podemos entrar a la sala de los TIBURONES!- Le dije exagerando la palabra y poniendo una voz "agresiva" al mejor estilo dibujitos animados.
Entramos a la gran habitación un poco mas oscura, aferre su mano para que no se asuste y yo misma me sorprendí de lo que veía nuevamente.
-Increible!...- Mire a Kate- Verdad?


Luego pasó una enorme raya marina, vaya no me daba la idea de como mantenían a esos animales ahí.

Sentí como hundía sus finos dedos en mi cabello, me agrado... mamá porque no estas aquí, pensé. Tiburones!!!!!, me aterraban los tiburones, apreté su mano con fuerza no quería entrar a esa sala, intente darle peso a mis pies pero ella era mucho más fuerte que yo, ni siquiera se dio cuenta que no quería entrar a ese sector.
Entramos y era mucho pero muchoooooo más aterrador de lo que había pensado, un enorme tiburón nadaba por el lugar, era inmenso y escalofriante, lo seguían una gigantescas mantas rayas, el escenario era horripilante podía protagonizar cualquier pesadilla infantil, o cuentos de la cripta. Cerré mis ojos con mucha fuerza, y di un grito agudo, puse mi rostro en el abdomen de Tea.

-sáqueme de aquí Tía Tea por favor- mi voz sonó temblorosa, y llena de temor. En mi mente los tiburones se acercaban a morderme y despedazarme, empecé a sollozar.

Salimos de la habitación a la parte de afuera del acuario. No esperaba esa reacción de ella y me tomó muy por sorpresa.
-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento!- Me erguí frente a ella y la abrace- No quería asustarte!
Tal vez había olvidado el hecho de que ella era una niña, por mas elocuaz e inteligente que fuera, ella seguía siendo una niña..
-Vamos! Animo! vamos a tomar un helado frente al estanque de flamencos!
Tomé su mano nuevamente y practicamente la arrastre hasta el puestito de helados, frente a los flamencos.
-Dos de chocolate por favor!- Pagué los helados y fuimos a sentarnos cerca del lugar de aquellas aves rosadas.
-Toma- Le dí uno de los helados mientras me acomodaba en la banca- Estos si te gustan verdad?- Pregunté con temor de que también tenga miedo de ellos. Aquellas aves se paraban en una pierna y se picoteaban las plumas, también buscaban en el agua pecesitos.

Intente recuperar el aire, seque mis ojos que apenas se habían humedecido, sabia bien que su intención no era asustarme, pero ese lugar era muy aterrador... me arrastro hasta el carrito de los helados, que se encontraba frente a los flamencos. Adoraba los flamencos, sus movimientos elegantes y sus plumas rosas, eran absolutamente hermosos, quede embobada con ellos, jugaban y corrían por el estanque en el que se hallaban, ni siquiera me percate cuando Tea compro los helados, estaba tan hipnotizada que escuchaba sus palabras muy lejanas, me entrego un helado de chocolate y me guió hasta una banca frente a los flamencos.
-Es mi animal favorito- susurré, tome un poco de mi helado y recosté mi cabeza en su brazo, con los ojos pegados en los animalitos, un pequeño flamenco se acerco a su madre y jugaron, observe con dolor la escena.
-que viene ahora Tía Tea?- pregunte con mi vocecita llena de amargura, ella sabría a que me refería y no era exactamente que animal veríamos a continuación.

Mire los flamencos mientras lamía mi helado. Mi hipnocis fue interrumpida por la vocesita en susurro de la niña. Que venía ahora... ni yo lo sabía. Mi futuro era muy incierto, y tampoco sabía mucho de ella como para saber si acaso el suyo era menos incierto que el mío..
-Pues...la verdad, ahora es tiempo de decir la verdad- La separé un poco de mi- Dónde estan tus padres? Porqué estas sola?- Le puse un dedo en la boca antes de que comenzara a hablar- No quiero que me digas que no lo recuerdas, me he arriesgado por vos... la policia podría haberme buscado y acusarme de secuestro... ahora necesito que te arriesgues un poco... y me digas la verdad..- Estaba seria, mas mi voz no sonaba agresiva, solo tranquila... y cansada.

La mire con ojos como plato, ella tenia razón, ya era el momento de contar absolutamente todo aunque fuera poco, tenia que recompensar de alguna manera todo lo que había hecho por mi pero no sabia mucho, pero mis palabras no iban a ser tan sinceras como lo que me habían escrito mis padres, saque de mi bolsito rosa de Hello kitty la carta que me escribieron mis padres antes de mandarme a la push, se la entregué y cerré los ojos.
-no sé más que esto- susurré.


“Querida Carla:
Primero que todo no hay ni una tía esperándote en ese lugar.
Perdónanos por hacerte esto nuestro pequeño angelito, no puedes estar cerca de nosotros ahora es muy peligroso, contigo llevas una mochila llena de dinero que ójala te sirva para que alguien te ayude, no podemos darte información, pero te juramos que te iremos a buscar a penas se solucionen todos nuestros problemas, no digas nuestros nombres, di que se te olvidaron que no recuerdas nada, por favor.
Ahora no te llamaras Carla, cada vez que te pregunten dirás que te llamas Catalina Rice, en tu bolso esta tu identificación con ese nombre, si dices tu nombre verdadero unos hombres malos te buscaran y te harán mucho daño, así que no lo digas, por favor cuídate y se buena.
Siempre tuyos
Mamá y Papá.”

Tomé la carta y comencé a leer casi en susurro... Qué clase de padres tenía esta niña que era peligroso que supieran de ella?... espias? contrabandistas? Mi imaginación volaba de manera rápida... pero todo eso era realmente de película..
Doble la carta y se la entregué de nuevo.
-Mierda...- Estaba bastante estupefácta por el asunto - Bueno... al menos sé que no te secuestré...- Dijé en broma, sin embargo las palabras salieron amargas de mi boca.
Como le explicaría a la niña que ahora mi vida también corría peligro? Qué si ella se mantenía muy cerca mío ella también correría peligro...Me froté la frente, la migraña no ayudaba.
Saqué de mi cartera negra de vinilo dos documentos, pero guarde con rapidez uno de ellos.
-Sé que tienes una identificación falsa... pero por ahora mientras estes conmigo es mejor que uses esta, solo para no crear sospechas sobre nuestro parentesco...- Le tendí uno de los documentos, tenía una foto de ella y decía "Catalina Fromm"- Si alguien te pregunta mucho...eres hija de mi hermana... ella "murio" en un incendio junto con mis padres... En verdad no tengo hermana, pero diras eso si? muchos de Seattle y Forks saben que mis padres murieron en un incendio.. -Hice una pausa y recordé el otro documento- De cualquier manera intenta no hablar mucho de ti nunca con nadie, solo a menos que sea estrictamente necesario...
Mire a los flamencos moverse... como le explicaría ahora sobre el segundo documento... como le explicaría a Sasha, sobre el segundo documento?... Decidí simplemente guardarlo... no se lo explicaría a la niña, hablaría con Sasha cuanto antes y le pediría su consentimiento, y solo en el caso de que yo desapareciéra...ella misma le daría el documento a Kate.
-Has entendido?- Pregunté con nerviosismo.

mi vida se estaba convirtiendo en un laberinto de mentiras y misterios, ya no sabia que
pensar, que harían mis padres si supieran por todo lo que había pasado hasta
ahora, un nuevo cambio de nombre, una nueva historia que contar, al menos esta
tenia mucho más sentido que tener que decir “no recuerdo”, me sentí abrumada,
¿porque tenia que tener tantos problemas?, mi mente estaba colapsando y de mis
ojos las lagrimas corrían como un grifo abierto.

Intente calmarme de verdad lo intente pero esto me estaba superando, después de todo
solo era una niña de 8 años. Cubrí mi rostro con las manos, yo sabia que iba a
estar bien con la señorita Tea a mi lado, ¿pero que ocurría con mis padres?,
¿como estaban ellos?...me ordene a mi misma calmarme, descubrí mi rostro y
recibí la identificación falsa, la guarde en mi bolso, miré a Tea, mi rostro
estaba empapado de mis lagrimas y algunos pelos se habían pegado en mi cara con la humedad

- lo he entendido todo- susurré entre sollozos. En
cualquier momento me desplomaría de dolor de nuevo, pero no quería hacer sentir
más pena a Tea por mi culpa.

Vi como nuevas lagrimas se asomaban de su rostro, tube ganas de quebrarme yo también, hacía días que iba y venía, que hablaba con gente peligrosa, que negociaba a cambio de las identificaciones entre otras cosas. Me sentía terriblemente cansa y estresada, sin embargo quebrarme yo también delante de ella le demostraría que las cosas no estaban ni siquiera cercanas a algo bueno.
Suspiré al escuchar que había entendido lo que le decía... eso era bueno, minimamente, pero bueno al fin.
-Vamos ya, tranquila- Intenté calmar a la pequeña. abrazandola y acariciandole la cabeza - Vamos a salir de esta juntas si?
Tube miedo por la pequeña, la estaba involucrando demaciado conmigo...que pasaría si me mataban entonces? Cómo le explicarían eso a la niña?
Tal vez el secreto y la solución entonces era no morir

La facilidad que tenía para hablar con todo respeto y de manera seria me sorprendia a mas no poder, definitivamente en eso no se parecía a mi.
El simple hecho de que por ella me mantendría viva era suficiente recompensa para mi, sin embargo nuevamente no podia explicarle aquello.
-Tontita no necesitas hablarme de esa manera a mi- Le acaricie las mejillas, las tenia coloradas y algo hinchadas de tanto llorar- cuando termine con todos mis problemas buscaremos información de tus padres si?- Y sabía a quienes podia recurrir... el problema era que me pedirían a cambio de la información esta vez.

De esta manera?, se referirá a mi manera educada de expresarme?, no podía evitar actuar así, de pequeña tenia una profesora de protocolo y expresión corporal, me causaba gracias pensar en las cosas que había hecho con anterioridad, solo era una niñita pequeña que no actuaba como tal. No sabia si podía preguntarle a Tea sobre sus problemas y tampoco sabia si en verdad quería saberlos, más problemas me harían quedar en estado vegetal, cualquier otra gota al vaso lleno me haría explotar.

-espero que ellos estén bien- susurré, miré con cariño el rostro de Tea.

-Y no se preocupe... yo sé que las cosas mejoraran y sus problemas se solucionaran muy rápido, siempre le suceden cosas buenas a la gente buena- acaricie su cabello tratando de darle mi apoyo aunque fuera mínimo.

Ví como acariciaba mi cabello, esperaba que sus pequeños dedos no se enredaran con mis rastas. Sonreí ante tal gesto. Escuche antentamente lo que decia y largue un leve "ja".
"Siempre le suceden cosas buenas a las personas buenas". Tal vez ese era mi problema, el karma, en toda mi vida jamas había hecho nada bueno. De niña no me parecía a Kate, ella era educada y sobre todo "bien aprendida". Yo había sido educada, pero era muy mal aprendida. De adolescente, desde muy jovencita había mantenido relaciones promiscuas con novios... ni hablar de mi ex el "dealer". Me drogaba... tomaba alcohol.... era adicta a diversas pastillas. Había vendido a un hombre a cambio de armas y documentos falsos... Definitivamente era todo menos buena.. era el peor ejemplo para una niña en edad de crecimiento... Tal vez era hora de cambiar, de madurar... bueno muchas cosas si las había cambiado... no me metía en tantos problemas en la Universidad como en las escuelas... Hacía meses que no estaba con un chico... pero aun asi, aun tenía una fuerte adicción a muchas pastillas... sin contar una de las últimas fiestas de la frate...en la que me alcoholice de mas...
Me detube en seco sobre todo lo que estaba pensando. Definitivamente desconocía a mi nuevo yo.
-Que te parese si vamos a comer algo a algún lugar elegante?- Hablé en tono de broma de manera elegante, tenía bastante efectivo encima ya que estaba trabajando casi a diario en pzyco últimamente.

La señorita Tea quedo en silencio unos minutos analizando mis palabras, la mire
precavida esperando una respuesta siempre diferente a las que yo pensaba... y
otra vez salió con algo muy inesperado, mi estomago se revolcó deseoso de
comida, me sonroje porque sonó muy fuerte.


-esoresponde su pregunta?- reí avergonzada.


-vamos a comer!- sonreí y di un aplauso, me incorporé arreglando las arrugas de mi
vestido y acomodando mi pelo detrás de las orejas.

Tomé de la mano a Catalina nuevamente, satisfecha de que otra vez parecia estar contenta, me gustaba verla asi, me hacía sentirme feliz a mi también.
Salimos del acuario, aun miraba maravillada cada pecera por la que pasabamos. Volví a sentir una leve nausea en la panza al pasar por la entrada, extrañaba mucho a Leo..
Subimos al auto y la ayudé otra vez a ponersé el cinturón de seguridad. Arranqué el auto y luego de pasar por una gasolinería manejé hasta una restaurante, bastante alejado de allí.
-Vamos escuchando música?- Revolvi entre los cds, no le podia poner de mi música... sabía de antemano que no le gustaría, y luego recorde que tenía un viejo cd de las Spice girls olvidado. Le soplé el polvo y lo coloqué.

-Te gustan las Spice? Eran mis heroinas a tu edad!- Dije sonriendo - If you wanna be my loveeeerrr - Cantaba de manera ridicula y exagerada mientras manejaba.