Lazos (Testament)

Llevaba tres años desde que no veía a mis padres, no quería acercarme a ellos por temor a hacerles daño, aunque lo del autocontrol era algo que ya no se me hacia tan problematico como antes. De todas formas nunca estuve del todo lejos de ellos, seguía en comunicación con una de las asistentes de mi padre, quien cada semana se tomaba el trabajo de comunicarme cómo se encontraban ellos.

Aquel día parecía ser uno normal, como todos, hasta que su llamada lo volvió todo gris de repente. Mi padre había muerto por causas naturales y yo no había podido ni siquiera despedirme.

Salí de la universidad, aquel día no asistí a clases siquiera, no sabía qué sentir, no podía sentir o sí podía pero a la vez tenía miedo.

Acababa de pelear con papa por el telefono. Mi padre aun no aprobaba que Daniel fuera el amor de mi vida, no aceptaba el hecho de que queria estar con el. Me dolia demasiado su desprecio, si yo no elegi esto, se dio por si solo. Venia echando chispas en todo el camino, cuando de repente, vi a Nicholas. De repente refunfuñé, y me dije: Demonios, ahi esta ese idiota.

Ya cuando lo observe bien, me preocupo. Estaba solo, triste, y eso no era tipico de el. Me entro el remordimiento, y pense en Dios. De repente, recorde que debia amar a mi projimo.

Me acerque a el, cautelosamente.

- Nicholas, que haces aqui?- Esperaba su respuesta hostil, pero no me importaba. Por lo menos, en mi habia cupo para la prudencia.

Volteé rápidamente hacia aquella voz que se me hacia conocida, pero que a la vez había intentado borrar porque no me agradaba para nada... y sí, efectivamente era él, Testament. ¿Se atrevía a hablarme después de lo que me había hecho?. Lo fulminé con la mirada, intentando no demostrar lo que realmente me estaba pasando y luego volví a mirar hacia el frente.

-¿qué quieres, Darkwood? -pregunté aunque con cierto cansancio, no con aquel tono que solía usar. Obviamente en otro momento lo hubiese provocado, pero no me encontraba con ánimos de iniciar una pelea con él ni con nadie.

- Nicholas, perdoname de verdad. El otro dia tuve un lapsus estupidus, de verdad. Tu me conoces, estos años he sido tu amigo, bueno, al menos lo he intentado. Y sigue en pie, pero el otro dia... Dios... si que actué como un animal. Podrias perdonarme algun dia? Por favor, yo la verdad seas como seas, te aprecio mucho, y bueno... te vi solo y... me preocupe- Yo estaba algo temeroso, no queria acercarme del todo, aunque ya no tenia miedo a su rechazo.

- Oye, te pasa algo? Me preocupas, si no me quieres decir, lo entendere, pero, pues si me necesitas, aqui estare- Dije eso, sabiendo aun que estaba topandome con pared- Sabes? Alguna vez quisiera tener un lector de mentes, y saber que es lo que cruza por la tuya, para poderte ayudar, y entenderte. Pero, yo te quiero como eres, y bueno... si me necesitas, te repito.. aqui estoy.

Esuchaba lo que me decía, aunque continué con la mirada hacia en frente mío. Me estaba pidiendo perdón y no sabía si realmente lo sentía o sólo le había dado lástima mi patético estado en aquel momento lo cual era lo más posible, porque por más que intentara ocultarlo sabía que se podía percibir cierto sentimiento malo en mi.

Lo miré cuando me preguntó si algo me pasaba, y luego volví a desviar la mirada rápidamente. Ignoré lo demás que dijo y me dispuse a hablar.

-problemas familiares -dije e hice una pausa, al notar que él no estaba dispuesto a decir nada continué-. El tipo de problemas que no se puede solucionar, así que no creo que puedas ayudarme.

- Bueno, entonces... pues espero que sea lo que sea, puedas superarlo. Hay cosas que jamas se superan, pero tienes que aprender a sobrellevarlo. - Me acerqué un poco mas y lo contemple un poco, y decidi enfrentar mis miedos, sobretodo, superar el recuerdo de Damien.

- Mira, no me importa que te burles de mi, pero te contare una historia. Sabes? Eres identico a un chico que conoci, a mi mejor amigo, Damien Hesse. Eres identico a el, fisicamente. De hecho, si los pusieran a los dos juntos, juraria que son gemelos- me rei un poco- Bueno, pues era mi mejor amigo, lo queria muchisimo. Siempre me visitaba a mi casa. Se metia por la ventana, todas las noches. Sabia que si dejaba una luz prendida despues de las 11, lo necesitaria, y el acudia. Compartimos las mas hermosas experiencias. - Una lagrima broto de mis ojos, y recorrio mi mejilla poco a poco- El fue asesinado, hace dos años. De hecho, casi se acerca su aniversario. Es en unas semanas. Cuando me entere, quedé devastado. Y desde entonces, parece que vivo obsesionado con encontrar a un amigo asi como el.

Hice una pausa, y contuve un poco el llanto.

- Damien era genial, era de los que ya no hay, pero era un gran amigo. Yo... cuando te conoci, yo.. en algun momento tuve la mania de que serias como el, pero, no, Damien no volvera, pero yo, debo aprender a seguir adelante. Jamas lo superare, pero, siempre guardare eso en mi corazon, y, debo aprender a dejar ir las cosas. Todo en la vida pasa, nada es eterno. Hasta lo que es eterno, no lo es del todo en realidad- agache la mirada, mis lagrimas volvieron a brotar, me limpie con una mano las dos- Bueno, creo que es el momento de que te rias si lo quieres..

Lo miré extrañado, no sabía qué tenía que ver con el tema de su amigo que siempre me había recalcado. No sabía si me lo había contado anteriormente, sólo sabía que era la primera vez que lo escuchaba con atención, como nunca en esos dos años lo había hecho. Más aún cuando me dijo aquel apellido, Hesse. Enarqué una ceja, pensando que me estaba tomando el pelo, no podía ser tanta casualidad, pero no dije nada, dejé que él continue su historia...

Ahora sí, me sentía mucho peor... más aún cuando lo vi llorar, había sido demasiado basura con él y recién podía verlo. Pero claro, mi orgullo podía más y en ese momento no me saliero palabras de consuelo que puedan aliviar su dolor.

-lamento lo de tu amigo... -dije en una voz baja, algo temeroso porque yo no acostumbraba a decir "lo lamento" o cosas parecidas. Desvié el tema rápidamente hacia donde estaba interesado, aquel apellido.

-¿dijiste Hesse? -pregunté en un tono más alto, mirándolo, esperando que concentre toda su atención ahí y deje de llorar.

- De hecho, eso dije... Hesse. Eres su vivo retrato, ya te lo dije- Me sequé las lagrimas una vez mas- Yo la verdad, lamento mucho haberte hecho pasar un mal rato en estos dos años. Soy terrible, mas bien, me siento terrible. Yo te estaba casi obligando a que fueras como el, y yo jamas hice nada por aceptarte como eras. Siempre quise cambiarte, y yo estaba cometiendo un terrible error- agache la mirada- Me arrepiento de corazon. No se si podamos empezar desde cero, Nick. Si lo de seas, yo estoy disponible, eres un gran amigo para mi, asi que, yo estoy dispuesto a ser tu amigo, sin tratar de cambiarte nada, lo prometo.

Suspire un poco- Damien Hesse me enseño esto, y jamas lo habia puesto en practica. Siempre me dijo que debia aceptar y amar a las personas por como eran.

Off: tramposooo no nombres más a Damieeeen!! xDDDD

-Hesse es el apellido de soltera de mi madre -dije bajando la mirada, recordando por momento la noticia que me había llegado hace minutos-. ¿Crees que tenga algo que ver con él? -pregunté, casi burlándome de aquello, las posibilidades eran mínimas. Él tenía razón en sus palabras, pretendía que fuese como su amigo y yo no podía hacer más que lo que era, era así y siempre lo sería, por más que intenten cambiarme nunca lo iban a lograr, mi orgullo era demasiado fuerte y grande como para darme lugar a escuchar a las otras personas.

-entonces, quizás no podamos ser del todo amigos, pero algo se puede lograr. Tú ya sabes cómo soy, me gusta estar solo la mayoría del tiempo y es lo único que pido... Y en cuanto a mi humor... -me encogí de hombros, ¿qué podía hacer al respecto?.... nada, simplemente era así.

- Nick, no te preocupes, yo me rindo. No pienso cuestionarte, ni decirte nada. Eres libre de hacer lo que se te venga en gana. Pero si quieres un amigo, o por lo menos charlar, yo que se, estoy dispuesto a ser tu amigo. No quiero ser amigo del recuerdo de Damien, quiero ser amigo de Nicholas Crowne, y... aceptarlo tal cual es- le sonrei ampliamente. No me importo darle un abrazo fuerte.... pero... de repente, senti su cuerpo frio, y su aliento igual, sobre mi cuello. Me hice hacia atras, horrorizado.

- Ay, por Dios... que te han hecho- puse mis ojos como platos- Eres lo que creo que eres?

Reí nervioso por lo que dijo, el anormal era yo pero seguramente él no estaba sintiendo aquel aroma casi insoportable que emanaba de él. Si era aquello que se imaginaba que yo me imaginaba entonces no tenía por qué mentirle más. Lo miré, por unos segundos y luego asentí en silencio. No sabía cómo había hecho para darse cuenta en aquel momento cuando él había ignorado los cambios que se habían producido en mi durante estos días.

-creo que sí -dije sin importancia-. Y tú no hueles precisamente como todos los humanos, así que no me vengas a decir que soy el único que cambió en este tiempo -lo miré enarcando una ceja, esperando que diga algo que me explique aquel aroma.

- De acuerdo, seré sincero contigo. Yo tambien he cambiado un poco... sobretodo... de forma- Rei nervioso, igual que él- Ahora, vas a entender qué me sucede cuando cambio de humor. Yo.. bueno, yo me transformo en un gato negro. Soy un cambia-formas. Descubrí que lo era, hace poco. Por eso bebo demasiada leche, he aprendido a caer de pie, y muchas cosas que antes no habia descubierto de mi. Si te das cuenta, mi olor no es tan fuerte como el de otros cambia formas, pero, es un olor que no es comun, como a gato- me rei burlonamente de mi.- Bueno, este es mi secreto, claro que... lo guardare en lo mas recóndito de mi memoria.- Le sonrei satisfecho.

- Creo que ya somos amigos, no?- le dije.

-ya veo... -dije con algo de desconfianza al enterarme el por qué de sus cambios, aunque sabía que él cuidaría mi secreto o de lo contrario haría saber a todos lo que él también era.

Frucí levemente el ceño cuando me preguntó si ya eramos amigos y luego reí levemente.

-yo lo llamaría mejor... compañeros... -lo lamentaba, pero era una persona muy dura y no podía pretender que nada había pasado entre nosotros y siempre fuimos los mejores amigos... simplemente no me salía ser así.

- Si, de acuerdo- agaché la mirada- No voy a presionarte para nada. - hice una pausa, asi que decidi despedirme- Bueno, creo que te vere despues no? Espero nos veamos pronto en clases. Gracias por todo y por la confianza sobretodo- Le sonrei amable. Me di la media vuelta, y me fui despacio. Caminaba rendido, como en señal de derrota y resignacion. Me aleje poco a poco, sin querer voltear a ver a Nick.

Ya estaba cansado de recuerdos, de ilusiones, de cosas que jamas podrian ser. Nick y yo jamas seriamos amigos, y eso me dolia mucho. Me fui caminando cruzado de brazos, sintiendo el frio en mi piel, como pocas veces, a pesar de que yo era un cambia-formas.

Me sentia solo, necesitaba un abrazo, algo que me ayudara a salir de este abismo fantasmal.

Lo miré de reojo mientras me hablaba, parecía que no esperaba que le diga eso, pero tampoco iba a mentirle y quizás podría tomarlo a eso como algo bueno.

-sí, supongo que nos veremos en clase -dije despacio y luego continué en silencio. No dije nada sobre su agradecimiento, no lo entendía, no tenía que agradecerme nada. Comenzó a irse, lentamente y yo me limité a decir-. Adios.

Al menos sabía que si me lo cruzaba no iba a tener aquel impulso de querer pelearme con él para cobrarme venganza por lo que me había dicho y hecho.