Reencuentro (Metztli)

-A veces me agrada eso de nuestra temperatura corporal...lo malo es que no podemos jugar en la nieve- Bufé mientras tomaba el biberón, se lo puse con cuidado y levanté un poco a Adam, para que no se atragantara con la leche. Al principio parecía rechazarla, pero después de unos cuántos segundos, terminó por acabarse todo el contenido, sus sorbos eran cada vez más pesados, seguro faltaba poco para que cayera.

Sonreí, hice lo que me pidió, solo se escuchó un pequeño suspiro y Adam se revolcó un poco más para quedar cómodo, finalmente, cerró los párpados y respiraba con regularidad.

Le miré por unos momentos y le entregué al pequeño a Metz.

-No me fue muy difícil- Admití.

-Eso de verdad que no lo dudo- Reí con la reacción de Wendy. Entonces llegó una duda a mi cabeza.

-Tengo curiosidad pero...¿no perdiste el lado licano a la hora del embarazo? Varias licanas que conocí lo habían perdido a la hora de tener hijos- Añadí.

-Yo lo consideraría como algo bueno, nunca se puede saber cuando se necesita de la forma licana- Sonreí, observé nuevamente a los bebés, se me hacían tan parecidos a sus padres, además de que se veían sumamente bonitos dormidos.

-¿Cuánto tiempo durarán durmiendo?-

-Con estos oídos de mayor capacidad que una antena parabólica, perdí el sueño pesado hace mucho- Reí bajo y también dirigí mi mirada hacia la ventana, como lo había hecho ella.

-No aprecias algo hasta que lo pierdes...tan cierto y tan horrible ¿no crees?-

-Solo preguntaba...ya sabes que con tanto vampiro del otro lado de la carretera, la seguridad se vuelve más difícil- Habían vampiros con los que confiaba, pero no todos eran conservaban ojos dorados, y por desgracia, muchos preferían aún su dieta normal. -Nunca se sabe si se llega a necesitar, además, solo tenía curiosidad-

-Es cierto...y dime, ¿sabes algo de los demás? -Muchas cosas habían ocurrido hace dos años, y para "mejorar" la cosa, varios de los miembros de la manada se habían ido o pasaron por momentos muy difíciles. Era una gran pena saber que no se encontraban a nuestro lado, pero todo ocurría por algo, así que no podía quejarme.

-Es triste saber que no todo será igual...pero cada cosa sucede por algo, estoy seguro de ello- Sonreí. Di un gran bostezo acontinuación.

-Aunque me gustaría platicar en algún momento con alguien de la manada...últimamente todos parecen ocupados, la razón suele ser muy obvia, sin embargo, parece muy distante cuando nada de eso parecía llegar a ser verdad...¿no crees?-

-Por mí no hay problema, pero este par seguro querrán irse a sus cunas- Me levanté y los acompañé hasta la puerta de su casa. Besé la frente de los pequeños y le di un gran abrazo a Metztli.

-Cuídate, y si es necesario que algún día los cuide, avísame sin dudar-