De camino a la playa (Lucita)

Estaba francamente aburrido de pasar mis días en Seattle, la ciudad tenía su encanto pero quería algo más, hacía tiempo que entre la temporada de Lacrosse y las prácticas en la clínica hospital de la Universidad, había postpuesto viajar a los pequeños poblados costeros de Washington. No prometían el mismo sol de Malibú o de California, pero por lo menos era naturaleza y eso era algo que no podía perderme.

Arranqué el Clío en cuanto lo abordé y emprendí la marcha, el camino me había llevado más de dos horas y ya me había cansado un poco, eso de no dormir bien afectaba bastante, así que me detuve en lo que según un viejo anuncio de madera era el pueblo de Forks, Washington y bajé la velocidad buscando algún café al lado del camino, no había desayunado y me parecía una buena opción detenerme a llenar el estómago con algo un poco más sólido que una taza de café que había sido mi cena la noche anterior.

Vi un pequeño local de comida y me detuve, estacioné el auto y bajé con mi mejor disposición de dejarme ir entre pecho y espalda un buen plato de molletes.

Habia salido de casa hace mas de una hora, y aun no habia encontrado nada en ese pueblo que llamara especialmente mi atencion.
Me encontraba en lo que parecia la calle mayor del pueblo la cual contaba al menos con algun lugar donde podria entretenerme mas de 5 minutos.
Comence a hacer planes mentales sobre mi posible ruta o sobre lo que podria comprar, en eso me encontraba cuando un sonido procedente de mis tripas llamo mi atencion.

Vale... es la hora del segundo desayuno pense, desde luego, aunque pequeño para lo que estaba acostumbrada, el pueblo era lo suficientemente grande como para agotarme explorandolo.

Observe una Caféteria en la acera de enfrente, espere un segundo a que pasara un coche, que comenzo a aparcar en la puerta. Cruce la calle y llegue a la puerta de la caféteria, oi el sonido de la puerta del coche al abrirse detras mio, al detenerme a abrir la puerta de la cafeteria y pasar, observe de reojo al conductor del coche, al que ahora identifique, como un chico joven, realmente atractivo. Despues de todo, este pueblo no esta tan mal pense con una gran sonrisa.

Me detuve en la puerta al entrar, y la sujete para que el pasara al verle acercarse, mientras sonreia, mi mente variaba, en si hacia aquel gesto por mera educación, como era obvio que habria echo de todos modos, o si lo hacia porque aquel joven habia llamado realmente mi atención.

Al bajar del auto vi que una chica se encaminaba al mismo café, a decir verdad, no había visto nada demasiado diferente entre las chicas de la Universidad y la Zona Habitaciónal de Seattle, la que tenía frente mío no era la mujer más hermosa que hubiera visto antes, pero había algo en su mirada que llamó mi atención, me di cuenta que había observado mi trayecto desde que abrí la puerta del auto para bajar y sonreía.

Apuré el paso y elevé el brazo tanto como mi estatura me lo permitía, para sostener la puerta por encima de su cabeza y cederle el paso, correspondiendo lo amable de su gesto ~Gracias... buenos días~, correspondí a su sonrisa con otra similar y algo tímida ~adelante~ le indiqué con la cabeza el interior de la cafetería y una vez que pasó, la seguí de cerca, olía magnífico, como a flores y rocío matutino... era una buena oportunidad para hacer una nueva amiga.

Asenti con la cabeza sonriendole mas intensamente, mientras pasaba al interior de la cafeteria.
Eche un vistazo al local tan pronto como me quite del angulo de la puerta, la decoracion a primera vista era escasa, pero una segunda mirada la revelo acojedora, se encontraba casi vacia salvo por un hombre, que parecia estar leyendo algun periodico deportivo, hablaba con el hombre que se encontraba al otro lado de la barra, y en la mesa cercana a la puerta una madre desayunaba con lo que supuse su hijo.

Me acerque a la barra mirando de soslayo el espejo para saber si aquel chico me miraba.

La seguí de cerca mirándola, no pude reprimir una sonrisa más ancha cuando la sorprendí mirando de reojo por el espejo al fondo del local, era tímida y eso llamaba mi atención poderosamente; una vez que la vi tomar asiento hasta el final de la barra, me senté a su lado y giré a mirarla aún sonriente ~hola, soy Dick Kennedy, y me encantaría saber quién es la dueña de tan intrépidos ojos cafés~ le dije en un tono modulado, pero intentando sonar seguro.

Solte una risita nerviosa y me sonroje ante el piropo girando la cabeza para mirarlo.

-Vaya- Es todo lo que atine a exclamar en un primer momento.

- Perdona, me llamo Lucita, aunque mis amigos acostumbran a llamarme Lu o "Rose", solo es un apodo.- Observe al camarero que se acercaba a nuestra posicion.

- Encantada de Conocerle, señor Dick- esboze una sonrisa y cambie ligeramente el tono de voz para dirigirme al camarero a la vez que le miraba.

-Tomare un café largo, con... un sandwich a la plancha y para... mi acompañante - sonrei al decirlo volviendo a mirarle y esperando a que el contestara.

~Bien, entonces es un gusto conocerte Lu~ mi sonrisa se volvió una media sonrisa y entonces el camarero nos interrumpió, la escuché ordenar y traté de recordar lo que había pensado pedir... cierto, molletes, un buen plato de molletes, café negro y... ¿por qué lo pensaba en vez de decirlo? ~ehm... café negro, una orden de molletes y un plato de fruta por favor~ volví a mirarla, esta vez apenado, me había concentrado tanto en ella que había ignorado por completo al tipo que pediría mi comida y ni siquiera había reparado en si tenía o no limpias las manos ~gracias... creo que estuve cerca de hacer algo ridículo~ reconocí apenado.

No puede evitar reir ligeramente al verle, parecia como si se hubiera olvidado de donde se encontraba. La absurda idea de que podia ser por mi izo que me sonrojara y no pude evitar una sonrisa de satisfaccion.

- No te imagino haciendo algo ridiculo- comente riendo.
- Se ve que que tienes hambre- estaba pensando en lo que habia pedido, se ve que desayunaba fuerte. Ahora tuve la oportunidad de observarle mas detalladamente, desde luego era mono.

Le observe unos segundos en silencio antes de decidirme a hablar
.-¿Vives aqui en Forks?- pregunte, esta vez pregunte mas por el echo de necesitar hablar que por el echo de necesitar saber, pero sea como fuere no importaba, estaba atenta a su respuesta.

Me sentí sonrojar, aunque no era nada del otro mundo... vamos, podía acabarme cinco emparedados por la mañana y aún así tener espacio para algo de fruta, era algo común, especialmente estando en temporada ~bueno... creo que podrías secundar las teorías de mis hermanos cuando dicen que podría arruinar la economía de un país entero si tuviera que alimentarme el estado en temporada de Lacrosse~ respondí con franqueza ~agradezco el optimismo, pero créeme... soy bien capaz de hacer cosas ridículas~ me sentí como si hablara por hablar y también algo idiota, conocía a una chica linda, agradable y con sentido del humor, y me veía justamente como un troglodita, comiendo hasta reventar, seguro estaría mirándome en su cabeza como el futuro clon de Homero Simpson, de pronto le escuché preguntar por algo sobre mí ¿estaría interesada? eso sería genial... quizá no era demasiado obvio que el interés era mutuo ~pues... de hecho vivo en Seattle, estudio medicina en la universidad local y necesitaba algo de aire puro para desintoxicarme de la ciudad, por eso vine a conocer los poblados cercanos~ fui honesto, o por lo menos parcialmente... no era necesario revelar los detalles mórbidos del por qué me resultaba interesante ahora que había conocido a alguien como ella en la entrada de un café ~y tú ¿vives aquí o también estás de paso?~ debía corresponder la cortesía, quería que supiera que también me interesaba saber sobre ella.

Sus Hermanos me caerian bien

-Seattle...- Comente pensativa. Ya me extrañaba encontrar a alguien interesante en este pueblo...

-Yo si, vivo aqui, en Forks, bueno, en realidad, acabo de mudarme, apenas estoy teniendo ahora tiempo para arrepentirme - rei.

En ese momento el camarero trajo nuestras bebidas, aunque para la comida tendriamos que esperar un poco mas.
Coji el sobre de azucar y lo eche sobre el café. Vaya, debi pedirle 2 sobres de azucar, pero si lo ago... Dick pensara que soy una adicta al azucar, tendre que tomarmelo asi...
Comenze a agitar la cuchara.

-Has dicho temporada de Lacrosse, asi que, supongo que juegas ¿no?- Volvi a mirar hacia el mientras hablaba, sin parar de agitar el café

El tipo de la barra, -a quien una vez más no puse atención en ver si tenía las manos limpias y eso estaba comenzando a ponerme nervioso- trajo los cafés y pude ver como Lucita miraba con cierta insatisfacción disimulada que no había azucarera en la barra, solía tomar el café negro, así que tomé mi sobre de azúcar ~¿quieres? yo suelo tomarlo negro, sin nada así que no me hará falta~ sonreí hacia ella, dejando el sobre sobre el platito en que descansaba la taza ~¿arrepentirte por qué? ¿es tan mala la vida en este pueblo?~ pregunté intentando sin mucho éxito disimular la curiosidad, especialmente porque a mí comenzaba a parecerme atractiva la idea de pasearme seguido por aquí, más aún si ella estaba cerca y no pude evitar ensanchar la sornrisa cuando preguntó sobre el Lacrosse, era de las pocas chicas a quienes no tendría que explicarle lo que era el juego, por lo menos parecía tener idea de lo que estaba hablando ~así es, juego Lacrosse, de hecho fue eso lo que me dio la beca para la universidad... odio fanfarronear, pero el actual capitan que está por terminar su carrera dijo que probablemente me deje su puesto el año entrante~ y una vez más, no pude evitar ese brillo orgulloso en mis ojos, nunca antes había sido capitán de equipo en el Lacrosse, pero seguramente lo haría bien si me dejaban ese puesto.

-Vaya- dije en un tono exclamativo, parecia que habia despertado su ego, y no me importaba si asi lograba su atencion.

- Asi que tengo el honor de desayunar con el futuro capitan del equipo - dije sonriendole.

-Gracias por el azucar, creo que soy adicta a el- Dije abriendo el sobre y vertiendolo sobre mi taza. Para acto seguido seguir agitando la cuchara en la taza.

-La vida aqui no parece mala es solo que... bueno, es monotona, aunque no deberia decirlo en voz alta, apenas e tenido tiempo de conocer esto.- suspire brevemente antes de volver a hablar.

-Antes me has dicho que habias venido aqui a buscar aire puro, pero supongo que ahi algo mas ¿no?, quiero decir, un viaje asi, aunque seattle no este tan lejos pero..., ¿solo para respirar un poco de aire?- Le mire interrogante, con una sonsrisilla en los labios

Sonreí bajando el rostro un tanto apenado, de esas pocas veces que realmente me hacía dudar del saber que hacer una frase; le parecía interesante y eso era impagable ~aún no es seguro, pero ojalá así sea~ respondí mirándole de nuevo, justo en ese momento, llegó el tipo de la barra con nuestro desayuno y esta vez si le miré las manos, respiré con tranquilidad al ver sus manos limpias ~gracias~ dije al tipo para despacharlo pronto una vez que pusiera nuestras órdenes en la cubierta de la barra y luego volví a mirarla ~mi padre estaría mirándote con aprensión de haber escuchado lo del azúcar, es dentista y ya sabes como se ponen los dentistas al respecto~ reí bajito ~pero bueno, disfrutemos del desayuno~ estaba por comenzar a hincarle el diente a la fruta, cuando la escuché mencionar lo de la monotonía y luego preguntar sobre aquello de tomar aire ~la vida en los pueblos es mucho más tranquila y el tiempo parece pasar más lento que en las ciudades, quizá por eso te parezca monótono y quizá es por eso que salí huyendo de Seattle para buscar algo de calma~ tomé un trozo de fruta y lo mastiqué con cuidado, recordando de una por una todas las veces que mamá nos reprendía por masticar con la boca abierta, afortunadamente aprendí la lección ~creo que el poder contar con algo de naturaleza cerca es más de lo que cualquiera podría pedir Lu, por eso vine acá, sé que no será como una playa de California, pero tengo ganas de mar ¿te gustaría venir conmigo? así no pasamos el tiempo solos, tú no te aburres y yo gano tu compañía, si así lo deseas, claro~ otra media sonrisa algo tímida se me dibujó en los labios, tenía que lograr que viniera conmigo... la conocía sólo hace unos minutos pero quería saber más de ella.

No pude evitar sonreir cuando me dijo que su padre era dentista. Horror!, su padre era un sadico adicto a causar dolor!, en realidad ninguna de mis visitas al dentista habian sido dolorosas, pero temia que algun dia si lo fueran, y mire 2 veces a los sobres de azucar vacios sobre el plato antes de posar la vista en mi desayuno.

La tranquilidad de los pueblos, frente al bullicio de las ciudades, este chico tiene lo que yo deseo, y viene a buscar lo que aborrezco, tal vez... si pasara ahora una semana en NY, ¿echaria de menos esto?

Cuando dijo lo de playa le mire extrañada, apenas nos acababamos de conocer!

-Ir contigo a la playa, nos conocemos desde tan solo 5 minutos, ¿quien me dice a mi que no eres uno de esos maniacos que me descuartizara y me enterrara en el bosque?- Dije soltando una carcajada

Reí ante la aseveración, me había movido demasiado rápido pero podría salir de esa ~¡Hey! si ni siquiera traigo instrumental en el auto, todo se quedó en Seattle, lo juro~ levanté la palma de mi mano derecha en tono de solemnidad ~además tenías cara de no querer pasar mucho tiempo por el pueblo hoy día~ dije, tentando un poco la suerte ~ya sé que la invitación no fue nada amable ni sutil, pero en serio me gustaría conocerte más... además de que no creo que el tío de la barra se sienta muy feliz de tenernos todo el día sentados aquí~ volví al plato de fruta tomando un trozo más.

-Vaya, es probablemente la invitacion mas directa que me han echo nunca, y estoy segura, de que a nuestro querido camarero no le importara que estemos aqui siempre y cuando sigamos pidiendo algo. -
Volvi a reir, pero el echo de que fuera tan directo, chocaba por un lado con mi inseguridad natural, y por otro, con mis ganas de aceptar la invitacion, total, un dia de playa con el prometia ser divertido, pero los dos solos... no sabia nada de el, no parecia un psicopata desde luego, pero si algo aprendes creciendo unos años en NY, es que no te puedes fiar ni de tu sombra, asi que con cierto pesar le dije.

-Si vamos a ir a la playa. Tendre que pasar antes por mi casa a por algunas cosas-

Pero que estoy diciendo!, maldita estupida Lu. Tonta y traicionada por mi mente


Suspire, y comence a comer mirando la hora en un reloj de pared.

Sonreí con cierto aire de victoria, había aceptado la invitación y cualquiera que fuese la condición que iba a poner, sería cumplida al pie de la letra ~claro Lu, lo que necesites~ me volví a la comida y me apuré para que aparte de todo, no terminara comiendo frío, odiaba los molletes corriosos; la escuché suspirar y de reojo la vi mirando el reloj ~¿pasa algo?~ pregunté un poco inseguro de que se hubiese arrepentido de aceptar.

Sacudi con la cabeza y vovi a mirarle sonriente

- No, es solo que debo estar loca, me voy a ir a la playa con alguien que no conozco de nada - rei otra vez

Puse mi expresion todo lo seria que pude y dije [b]-Pero que sepas, que esto no significa nada, no es una cita ni nada parecido, y si vamos a playa, es solo como un par de amigos, se que sera duro para ti soportarlo, pero es lo que ahi amigo, no soy una chica facil- [/b

]no pude aguantar mas mi propia broma y rompi a reir otra vez. No es que no pensara lo que habia dicho, pero solo lo decia por ver su cara y experimentar con su expresion.

Y eso era todo, esa actitud, la seguridad y su aseveración de no ser una chica fácil me mataron... ¿podía ser más perfecta? ~jamás dije que lo fuera Lucita, todo lo que quiero es cambiar la condición de desconocidos a amigos... es el fin que persigo~ -por ahora- pensé firmemente, lograría que saliéramos, era el tipo de chica que en serio podía hacer que me apasionara por tener cerca ~además no creo que estés loca... en todo caso, más loco estoy yo, por invitar a la playa a una chica que apenas conocí ¿pero sabes qué? me da igual si estoy loco o no, quiero ser tu amigo y todas esas cosas que van insertadas en este tipo de diálogos~ sonreí nervioso ~me pareces agradable e interesante y sobre todo una buena persona, por eso quiero conocerte~ aspiré profundamente y exhalé tratando de calmar el nervio que me estaba invadiendo ~obviamente, nada de eso va a suceder si tú no lo quieres, es por eso que lo pongo a tu consideración, porque me importa lo que puedas estar pensando~ suspiré finalmente y me tomé de un trago media taza de café.

Me quede observandole mientras hablaba de principio a fin. Mantuve mi sonrisa durante todo el tiempo que le deje hablar.

-Caray, pense que tendria que recordarte que debes respirar - esta vez no rei, pero mantuve mi sonrisa.

-Amigos, suena bien Dick, bueno, tenemos todo el dia para hablar, concentremonos en comer, o pasara a ser las sobras del perro- dije esta vez si riendo de nuevo, pero bajando la cabeza hacia mi desayuno.

Aparentemente lo peor había pasado; no era común un ataque de verborrea de esas dimensiones pero necesitaba que ella supiera las cosas con claridad, quería evitar al máximo las impresiones equivocadas. Dicho de otro modo, no tuve más que asentir y volverme a mi desayuno que olía estupendamente y comer con tranquilidad mientras ella se avocaba a lo mismo.

En cuanto terminamos el desayuno dejé los platos ordenados sobre la barra, una vieja costumbre, y esperé un poco para ver si ella daba señales de vida.

Cuando hube terminado deje mi plato colocado encima de los suyos, ya que se habia molestado en ello, no le iva a dar yo mas trabajo al camarero.

Observe al camarero que nos pregunto amablemente si queriamos algo mas, tras nuestra negación dejo un plato con la cuenta, pense que pagar su desayuno podria resultarle molesto, asi que me limite a sacar de mi cartera el dinero para mi desayuno mas una pequeña propina y me volvi hacia Dick sonriendo.

-Bueno, veo que no solo comes mucho, si no que tambien lo haces rapido- dije jocosa.

Despues le observe unos segundos, esperando que el tomara algun tipo de iniciativa.

Sonreí algo apenado... otro mal vicio que había aprendido con mis horarios ajustados ~una pésima costumbre recientemente adquirida, pero dicen que así es la vida del médico, trabajar mucho, estudiar más, dormir cuando se puede y comer lo más rápido posible~ miré con ceño el plato de la cuenta donde ella había dejado lo de su desayuno... quería pagar el desayuno pero quizá se lo tomaría a mal, tenía que pensármela más de dos veces antes de dar un paso con esta chica, un movimiento en falso y los pocos avances se habrían logrado ~no estoy seguro de que me dejes pagar tu desayuno, pero... creo que por lo menos sería justo que yo dejara la propina~ la miré fijo, sacando de mi billetera lo de mi desayuno y la propina que rápidamente había calculado sobre el plato y devolviéndole la propina que ella había dejado.

Fingi no haber visto que intentaba devolverme la propina y me levante de la silla.

-Voy al baño, esperame solo un minuto ¿vale?- Acto seguido me encamine hacia el baño, me detuve a los 2 pasos y me gire.

-No escaparas en cuanto entre al baño ¿verdad?- Le observe poniendo cara de cordedirto. Aveces, era buena dramatizando.

-Si lo haces, prometo montar un numerito en tu universidad cuando seas capitan del equipo- Dije ahora sonriendo y guiñandole un ojo, dandome la vuelta ya directa al baño. Era facil de ver pues dos puertas marcadas con el signo de mujer / caballero, se encontraban al fondo del local.

Evité por todos los medios fruncir el ceño... eso de la propina casi había hecho saltar mi vena violenta de la frente, sí, justo esa vena que solía delatarme cuando algo estaba haciéndome enfadar, respiré profundo y dejé todo en el platito, tal como estaba -vaya que es terca- pensé, aún encantado con la idea de una chica tan firme, sería duro ganármela, pero valdría la pena.

La ví levantarse y escuché con calma, tuve que morderme el labio para soportar las ganas de reir a carcajadas cuando se detuvo a preguntar si no iba a desaparecer, de hecho, tuve que responder negando con el rostro, si abría la boca el efecto podía llegar a ser desastroso, respiré profundamente para aplacar las ganas de reir ~prometido, es más, me vas a encontrar en el mismo lugar donde me dejas ahora~ levanté mi diestra en tono de solemnidad ~a ningún capitán le conviene un escándalo de ese tipo...~ -de hecho, me cercioraré de que eso no suceda, y que hablen más de tí por ser la chica del capitán, que por un escándalo de esos- pensé determinadamente para mi fuero interno.