::Perdida...::

Moví un poco mi sable, apreciando el resplandor de la hoja de plata bajo la tenue luz restante. La giré un poco, como si tratara de analizar la pregunta de Anne. Todo indicaba que no era plenamente consciente de los peligros que aquella parte del mundo podía exhibir en cualquier instante.

-Por pura protección- contesté finalmente, volviendo a empuñarla, listo para defenderme en cualquier momento- Uno no sabe que podría haber oculto tras cualquier de esos árboles- añadí cortando una rama con finura

-Supongo que para efectos prácticos tienes razón, pero, aunque se ve con clase y todo...te hace parecer un caballero antiguo, en realidad-sonreí

-¿Y hace cuanto tiempo vives por acá?

¿Un caballero antiguo? repetí en mi mente... me agradaba la idea, el concepto... definitivamente había sido oportuno y atinente ese comentario. Sonreí con satisfacción cuando lo escuché.

-Acabo de volver- respondí medio distraido- Estuve ausente de Forks por poco más de un año. Y antes de eso, viví aquí unos meses. ¿Y tú?

-llegué hace dos años y unos meses, creo que ya puedo considerar que La Push es mi hogar, nunca habia vivido tanto tiempo en solo lugar.

-¿Así que eres una viajera?- pregunté con algo de curiosidad. No obstante, dos años eran suficientes para que ella supiese algo sobre licanos, al menos trataría de averiguar- Aunque yo viví en el mismo lugar durante muchos años, cada cierto tiempo viajaba una buena temporada a otro país, adoptándolo como mi hogar, aún cuando fuese solo por unos meses o algo por el estilo, pues cada sitio nuevo me brindaba interesantes y únicas experiencias

-Si, lo era, mi madre tenía que viajar mucho y nos arrastraba con ella cada vez, hace dos años mis padres se separaron y mis papa y yo vinimos acá.

- Yo tambien pienso que cada lugar te deja algo, por eso trataba de llevarme un recuerdo especial de cada uno..usualmente un amuleto o algo asi.

-Bueno, a mi siempre me bastaron las memorias que cada sitio podían ofrecerme cuando arribaba. No obstante, un par de souvenirs y cosas por el estilo nunca sobraban- añadí con cierta indiferencia. Entonces pensé en si sabría sobre la existencia de los seres inmortales de la zona- ¿Has escuchado leyendas por aquí? El investigar es uno de mis pasatiempos favoritos

-Claro, todos los lugares antiguos como este tienen sus leyendas, aquí solo recuerdo una que me gusta mucho y es la de los frios...¿la conoces? lo que más me gusta es el concepto de la union netre el espiritu animal y el humano.

¿Los fríos? La misma forma de designar a los vampiros que usase aquella chicha, Autumn Reeser, una noche en que deambulaba por el bosque. Sonaba interesante, quizá sería la forma en que los licántropos denominaban a sus enemigos eternos. Sonreí y dije:

-¿Me la contarías? No he tenido mucho tiempo para indagar en las leyendas locales, aunque es una de mis actividades favoritas

-Bueno...veré si la recuerdo bien- me aclaré la garganta y comencé.

Creo que la historia se remonta a los inicios de la tribu, que siempre habia tenido sangre mágica en sus venas y habian llegado a unir sus espiritus despues de otras correrías y eventos, con el espiritu de los lobos. El primero en hacerlo fue el jefe Taha Aki, y gobernó con justicia durante mucho tiempo, pues su espiritu animal no lo dejaba envejecer mientras se conviertira en lobo, pues debía proteger a su tribu.

El tuvo muchos hijos, y todos tenían la misma habilidad de convertirse en lobos al volverse hombres y se unieron a su padre para proteger la tribu. Taha Aki vivió lo mismo que tres hombres, y se casó tres veces, pero a la tercera esposa, le prefesaba un amor más especial que a cualquiera de sus anteriores esposas, por lo que abandonó su espiritu animal para poder envejecer con ella.

Años despues d eque esto sucediera, , con el jefe ya anciano, una tribu vecina, los acuso de la desaparicion de varios de sus jóvenes, los lobos sabían que ninguno de ellos lo habia hecho, pues podían comparitr sus pensamientos al ser lobos, asi que Taha Aki, envió a su hijo mayor Taha Wi a investigar esos extraños sucesos, él buscó por las montañas con otros cinco lobos y encontraron algo completamente nuevo para ellos, un olor que les quemaba la nariz, diferente del de cualquier criatura que conocieran, asi que lo rastrearon, , en el camino, encontraron rastros de sangre humana.

Paré un momento para tomar aire y ver sus reacciones.

La historia comenzaba como aquella leyenda que estudiase con Sasha Zimmerman unos años atrás. Mientras la escuchaba, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Estaba seguro de que seguía la parte en que los vampiros aparecían. No obstante, deseaba volver a escucharla.

-Excelente, me agrada como va hasta aquí. Por favor, prosigue- supliqué con cortesía