::Perdida...::

Definitivamente no podia leer mapas y mucho menos ubicarme con una brújula, ese árbol lo habia visto ya como tres veces y no tenia idea donde estaba. Debí haber aprendido la última vez, no creia que ningun apuesto salvador se me apareciera esta vez para rescatarme. Suspiré frustrada, no podía deseperarme, me senté en un árbol caido y comencé a intentar ubicarme con el mapa y la brujula de nuevo, en vano...

Finalmente mis visitas por la zona me llevaban a un nuevo lugar. La Push, un área poco frecuentada por mi en el pasado, me resultaba relativamente innovadora, aunque la conocía, en parte. Me puse a caminar tras abandonar mi LP640 en las inmediaciones. Había oido hablar que los licántropos habitaban aquella parte de la península Olympic. Tenía que comenzar a reconocer el territorio de los que, posiblemente, se convertirían en mis enemigos en el futuro. Andube con soltura por las inmediaciones, haciendo ruido con el golpeteo de mi bastón sobre las hojas tiradas en el suelo.

Mi sombrero de copa me cubría perfectamente de cualquier rayo luminoso, al igual que las gafas oscuras. El ondear de mi capa parecía más bien un susurro entre los árboles, cuya brisa refrescaba aún más la fría zona. El día era perfecto incuestionablemente, y eso me fascinaba. Desenvainé la espada oculta en el interior de mi bastón, cortando algunas ramas que estorbaban mi paso, admirando el resplandor de la hoja de plata. Aquel día no llevaba mi violín, cosa que facilitó aún más mi paseo.

A unos metros, divisé a una persona tumbada junto a un tronco, de algún árbol grande, una conífera seguramente. Guardé la espada en su vaina, pues no necesitaba usarla. Si aquella persona estaba tan tranquilamente ahí, seguramente estaría consciente del peligro de los licántropos, o tal vez los conocía... incluso podría ser una de ellos... no perdía nada indagando. Por lo cual tomé la resolución de aproximarme.

-Guten Tag, dame- saludé en un cordial alemán

Me sobresalté y miré quien me habia hablado, sonreí, tenía una apariencia curiosa.

-Que cosa dices que dijiste?- pregunté divertida

-Quise decir, buen día, señorita- corregí, tratando de brindar una traducción lo más acertada posible al idioma local, sin asombrarme mucho por el hecho de que no me entendiese- Siento si la he asustado o algo por el estilo, no era mi intención- añadí quitándome el sombrero.

El hombre hablaba de una manera bastante grandilocuente y refinada, de nuevo me hizo mucha gracia, no era común encontrarse con alguien asi.

-Buen dia para usted tambien, no se preocupe, no me asustó, de hecho ya estaba asustada, verá, me he perdido en el bosque y mi sentido de la orientacion es bastante malo.- respondí de la misma forma que él pero con una gran sonrisa.

Observé de reojo el mapa y la brújula que la joven frente a mi portaba. Me sorprendió ligeramente que no pudiese orientarse aún así. Eso me explicó algunas cosas, primero, no era de los alrededores, y si lo era, acababa de llegar o realmente era pésima ubicandose. Esbosé una sonrisa, en respuesta a su gesto, pues todavía requería guardar las apariencias, al menos un tiempo más.

-Este lugar no es tan complejo como parece. Yo vengo caminando en línea recta por ahí- dije señalando a mis espaldas- desde hace un rato

-Y yo vengo dando vueltas por acá desde hace media hora-reí- me gustaria volver a la reserva, vivo allí, pero me gusta el bosque y quise entrar a explorarlo.

-Supongo que esos son los riesgo de vagar por lugares como este. Uno nunca sabe cuando acabará extraviado, desorientado o simplemente cansado. No obstante, este lugar tiene un aura extraña bastante llamativa- comenté, mirando alrededor. Después extendí mi mano- Soy Seprov von Wednar

Estreché su mano

-Anne Heaven, y me parece que tiene razón, el bosque tiene un aura mágica, misteriosa, por eso me gusta, aunque creo que no volvere a adentrarme tanto en él

Su apellido es todo lo opuesto al sitio al que iré a parar cuando muera pensé con una sonrisa en el rostro, incapaz de exhibir mis ideas.

-Es cuestión de conocerlo. No es que yo haya deambulado por aquí muchas veces, desde luego, pero he visto forzado a recordar caminos para poder indagar cada vez más en él

-¿Forzado? ¿Que lo hace tener esa obligacion?-pregunté con curiosidad

-Me refiero a que, cada vez que deseo conocer más el bosque, necesito adentrarme en él un poco más. Para ello, necesito recordar como es, memorizar sus pasajes, para no extraviarme y caer en una situación de peligro- expliqué con detenimiento.

-Me parece que es un hombre mucho más sensato que yo, pude haberme topado con un animal salvaje o haberme lastimado, no pienso mucho en las consecuencias, aunque soy joven, se supone que sea asi-sonreí

Enarqué una ceja a modo de incredulidad. Parecía que nuevamente me tomaban por alguna clase de anciano o algo por el estilo. Me tendría que acostumbrar, estar cerca de los treinta tenía sus consecuencias.

-Espero que no trates de darme a entender que tengo la apariencia de un viejo de cincuenta o algo asi- bromeé acordé a lo planeado

-No, pero no me puedes negar que hay una gran diferencia entre ser un adolescente irresponsable y ser una persona joven con algo de conciencia, pareces bastante maduro, pero no viejo.

Anne tenía un buen punto a su favor, sin duda. Eso demostraba la lucidez de su mente en cierto modo.

-De acuerdo, no puedo negarlo. Aunque la responsabilidad y la consciencia se pueden aprender, entrenar y perfeccionar- dije con absoluta seguridad, pues ese había sido el proceso que yo mismo experimentase

-Pero de todas formas...es mejor vivir sin ataduras de conciencia mientras aún se pueda, soy lo bastante sensata como para saber que errores es mejor no cometer, pero sin embargo puedo divertirme sin remordimientos. Se que suena algo...inmaduro? irresponsable? decepcionante...pero mi edad me da la excusa para pensar asi.

-Creo que jamás tuve la oportunidad de a travezar una etapa así en mi vida- dije con algo de asombro- La sociedad norteamericana es muy diferente a la europea en ese aspecto... o al menos viví bajo un regimen completamente diferente- comenté con una sonrisa, respirando el húmedo aire del bosque

-Por eso amo a america!!!-reí- bueno...me parece que todo el mundo deberia taner una etapa rebelde en su vida...asi sabe que no se esta perdiendo de nada al ser una buena persona y quema esa parte de si

-Siento afecto por América- admití con un semblante de satisfacción- He tenido muchas experiencias agradables en este continente, no solo en este país. Esta tierra es algo... mistica, llamativa, de algún modo me hace olvidar Europa con relativa facilidad- declaré con sinceridad, pues ese era mi sentir desde tiempo atrás- El estar aquí ha comenzado a expulsar mi lado... rebelde, como tu dirías

-Si bueno...somos una mala influencia para el resto del mundo...-bromee- lo único que te puedo aconsejar: relajate y disfruta, no es tan malo dejarse llevar a veces.

-Lo sé por muy buenas experiencias- comenté con una sonrisa- En ocasiones he tenido la oportunidad de hacer lo que me place. Sin embargo, mis costumbres jamás me permiten explayarme completamente- me reí.

-Ahh...Britanico tenias que ser...-reí- algún dia visitaré tu país. Ahora...podrias por favor ayudarme a salir de este bosque?, esta anocheciendo y me preocupa seguir aqui en la oscuridad.

Me reí al escuchar que creía yo era inglés. Sin duda, parecía que la isla británica tenía más fama que mi patria sajona. No podía remediar aquello, no en un corto plazo.

-Soy alemán, no, inglés- corregí sin darle gran importancia al asunto- Y tienes razón, es hora de comenzar a movernos- dije desenvainando la espada de mi bastón.

Reí cuando me corrigió

-oh, lo siento, como pude cometer un error tan grave...espero no haberte ofendido- despues de todo los britanicos y los alemanes no se llevaban muy bien que digamos, pero el no se veia ofendido.

Observé la espada que sacó de su bastón, wow...queria una asi..Mientras caminabamos le pregunté

-¿Porque llevas una espada contigo?