Un paseo por la plaza el lo que le sentaría bien a la joven pelirroja de ojos azules.
Esa frase resonó en mi mente durante 5 minutos, los cinco minutos que tarde en vestirme con algo cómodo y ponerme un poco de maquillaje lo mas natural posible.
Me encamine por una calle no muy conocida para mi, esperando que el sol saliera un poco. Pero mis esperanzas fueron vanas.
Llevaba unas sandalias con tacón que me compre hace dos años y nunca me decidí a ponérmelas hasta hoy. Iba caminando cuando el tacón del derecho se me rompió.
-Demonios, maldita sea-Murmure muy bajo. No quería que nadie supiera que era una mal hablada. Me quite la plataforma y ande a un banco cercano donde me senté.
Cogí la sandalia izquierda y le arranque el tacón sin tener otro remedio. Guarde los dos tacones en mi viejo bolso que me regalo mi madre gracias mamaíta como te quiero) y seguí andando.
Pensé en dirigirme a la tienda donde los compre, ya que me dijeron que eran “irrompibles”, me lo iban a pagar con creces.
Mire a mi alrededor pero no encontré ninguna tienda de zapatos decentes. Pensé en varias opciones para hacer algo, ya que había salido de casa sin ningún plan.
Descarte una opción y otra luego surgió otra y la rechace.
Por mi mente se paso la idea de buscar amigos, amigas o lo que sea que se le parezca.
Me dirigí a una plaza donde siempre estaba plagada de gente. Tal vez ahí supiera como aprovechar aquella mañana. En ese preciso momento un poco de sol se asomo tímido entre las nueves.
-Bien algo de vitamina D-Pensé