Jámas hubiera pensado que tendría que hacer esto- Bianca-

Se estaba volviendo de noche. Los pocos rayos del sol que iluminaban el lugar estaban extiguiendose y yo esperaba una compañia ansiada, probablemente con algunas respuestas. Hacía poco más de una hora había llamado a una amiga de mi prima Fran, de nombre Bianca según recordaba yo, para ayudarme en mi vano intento de solucionar y devolver la paz a nuestra familia además de otros por menores.

Llevaba puesta una campera abrigada que impedía el paso del viento y unos jean un poco gastados para mi gusto. Mi cabello recogido en una coleta improvisada intentaba liberarse de la goma que lo sujetaba y algunas hebras de este flotaban, libres, siendo un poco molestos cuando se posaban en mi rostro.

Observé mi reloj. Aún faltaban 10 minutos para el encuentro por lo que empezé a caminar de forma tranquila por los alrededores del puerto, esperando el momento. Mientras tanto observaba a los pequeños peces que, de vez en cuando, se los podía ver nadar si uno se acercaba al borde del barandal como acababa de hacer. Esto me distrajo bastante de realidad por lo que me soprendí al escuchar una vez hablando tras de mí. No reconocí a la joven pero al parecer ella sí a mí cuando voltee a verla.

Había recibido una llamada de alguien que conocía a Fran, deje a los cachorros en casa, no estarían solos estaba Marie y extrañamente, su padre rondaba cerca, su efluvio se sentía, al salir le vi , en su forma natural, paso a mi lado adentrándose en la casa.

“Bienvenido”, susurre sabiendo que me escucharía, comencé a caminar hacia el auto, tenia el tiempo para llegar empezaba a obscurecer, antes de arrancar mire de reojo y esta el como siempre observándome, le hice una seña para decirle que no tardaría, el no podía saber a donde iría, acelere el vehículo para ir a l lugar de la cita.

En poco tiempo llegue al puerto, deje un poco alejado el auto y camine hasta el punto de encuentro, ese día llevaba una campera ligera negra y un pantalón obscuro también, la vi a lo lejos, el parecido con Fran era poco, pero la mirada de ambas era igual.

Me acerque en silencio, simplemente observándola, de un momento a otro ahora la noche era testigo, al sentirme la chica me miro, me acerque mas a ella.

-Buenas noches-, hable en un tono tranquilo, pero un tanto frio, me había contado Fran lo que había pasado con su familia y me había quedado en la forma homínida para que nadie se diera cuenta de nada,-Aquí estoy, mi nombre es Bianca, supongo que tu me llamaste, ¿no es así?-,le hable mirándole a los ojos.

La seguí mirando, esta vez a los ojos como ella. Sus ojos verdes eran duros, distantes, vacíos según mi parecer, al igual que lo era su voz a pesar de usar un tono tranquilo y educado. Posiblemente fuera así debido a que no me conocía prácticamente o sólo era su forma de ser.

-Buenas noches- Respondí de forma educada- Así es. Soy Elizabeth, la prima de Francesca y te he llamado debido a qué, según sé, tienes una amistad bastante fuerte con ella y necesitaría tu ayuda en estos momentos para reconciliar las cosas. No sé exactamente la razón por la cual ella no permite una reconciliación entre nosotras por lo que pensé que posiblemente puedas ayudarme con esto- Le expliqué. Era lo último que necesitaba hacer para sentirme tranquila conmigo misma. No soportaba la pelea constante y menos con mi familia, esa no era yo.

La noche cubrió todo y los faroles del lugar nos iluminaron. Los primeros andantes nocturnos empezaron a andar disfrutando el viento.

Escuche con atención las palabras de ella, - ¿ayuda?, creo que esto lo debes hablar con Francesca, solo ella y ustedes saben lo que paso y si puede o no haber reconciliación-, aun analizaba los movimientos de Elizabeth, había algo que no me encajaba entre lo que comentaba Francesca y Elizabeth demostraba.

Siempre podía caber malos entendidos, pero a la par engaños, eso lo tenia claro puesto que lo había vivido en carne viva,-Si soy su amiga, se puede decir pero hay algunos limites que no podemos cruzar, tu eres la única que puede hablar y tratar de solucionar lo que sea que halla pasado entre su familia-, dije de manera serena y seria.

Me acerque un poco mas a ella, hasta quedar a un lado, -te parece si caminamos, mientras me explicas que es lo que paso entre ustedes, si ese es tu deseo, Elizabeth-, se le notaba algo confundida e insegura, esa era una reacción extraña para seres como nosotros.

Conocía la respuesta ante mi proposición de reconciliación. Un rotundo no de su parte, algo bastante común cuando su orgullo sobreponía a la realidad, algo que desde pequeña tendría que haber modificado. Con ella no había palabra ni razón que modificara la decisión tomada de forma terca, algo similar a la posición que yo solía tomar cuando era más joven.

-Pues... he intentado durante años una posible reconciliación o tregua entre nosotras pero no ha tenido resultado alguno. Sigue en la negativa de no perdonar el error que cometí hace ya unos años atrás cuando aún fomrabamos parte de la misma manada- Expliqué con cierta preocupación en mi rostro y a la vez algo de confusuión- Luego de eso todo cambio rápidamente y nuestra relación finalizó con la separación de la manada y ambas tomando un camino diferente al de la otra.

Bianca minimizó la distancia que nos separaba quedando a un lado mío. Esto hizo poner a la bestia de mi interior en alerta a pesar de no haber nada por lo cual alertarme, solo su acercamiento repentino.

-Esta bien. Creo que será lo mejor. Explicarte posiblemente ayude a encontrar la solución o por lo menos un camino para afrontar la situación que se me presenta desde hace un tiempo.- Contesté mientras la miraba y seguía sus pasos- ¿Quieres conocer la historia completa o sólo la parte que te hará comprender a que me refiero?

Mientras caminábamos, escuchaba con atención lo que ella me decía, entre ambas se sentía tensión, la cual era normal entre dos seres como nosotros, las naturalezas siempre alertas, listas para cualquier defensa a un ataque inesperado.

-Pues para poder entender, creo que debería saber que paso, desde el principio, si no te es molesto el recordar-, hable de manera mas tranquila, tratando de controlas a la bestia que alerta vigilaba los movimientos de mi igual.

Respire profundamente, mientras la brisa llenaba nuestros pulmones y salpicaba el cuerpo de ambas, - soy toda oídos, mas no te puedo asegurar que intervendré, no lo puedo hacer y espero que comprendas mi posición, Elizabeth-, dije mirándola a los ojos.

Mientras caminábamos por la acera de noche y atestada ya de gente, se había creado cierta tensión entre ambas, el producto de nuestras bestias interiores, algo ya común entre nuestar especie. El animal que llevaba dentro se agitaba, listo para atacar al menor paso en falso. Intenté una posible tranquilidad dentro mío pero fue en vano por lo que sólo intenté mitigarlo un poco.

-No te preocupes, ya no se me hace más molesto- Contesté- Tantas veces lo he recordado y otras tantas lo que conté que ahora es una historia más de mi vida, historia que mi mente y mis sentimientos han cicatrizado en parte hace poco tiempo pero con otra parte aún latente por recuperar la calma.- Dije de forma tranquila mientras sentía el viento circular por mi rostro, despeinándome, algo que poco me importaba en ese momento.

Asentí, comprendiéndo. Sabía en la posición en que se encontraba entre el intento de ayudar pero a la vez imposibilitada por la estrecha amistad que tenía con mi prima hace un tiempo extenso, o eso veía yo.

-Lo comprendo perfectamente- Dije- No quiero que intervengas. No voy a complicarte por ayudarme en esto, Bianca. Jamás le pediría eso a nadie que fuera amiga de Francesca. Yo... no hago esas cosas.

Suspiré y comenzé a explicar mi propósito y el cómo solía ser todo antes de la separación permanente.

-Bueno, todo empezó cuando eramos unas niñas. Nunca nos habíamos llevado demasido bien en nuestra infancia por lo que no nos conciderabamos tan unidas como otras primas. Antes por lo menos platicabamos y nos respetabamos mutuamente pero ya no es así. No podemos permanecer juntas en un mismo lugar y las pocas veces que tenemos oportunidad de hablar terminan en discusiones fuertes casi al borde de la pelea entre nosotras.- Dijé- Todo empezó a empeorar cuando yo me transformé en lo que soy.

-Tenía ciertos problemas de control sobre mi naturaleza y era imposible permanecer cerca mío sin salir lastimadas. Un día nuestro mejor amigo vino a casa para acompañarnos porque mi sobrina estaba enferma en un estado grave del que no muchos creían que saldría aireosa. Ese fue el día donde todo acabó.- Dije con nostalgia en la voz

-Cuando ambos salímos para despedirnos yo tenía los nervios de punta. Èl aseguraba que Christie no se salvaría, que en cualquier momento ella nos abandonaría para siempre y que no encontraríamos lo necesario para salvarla. Eso me hacía enojar mucho. Yo tenía todas las esperanzas puestas en ella, en que lograría combatir la enfermedad y él tiraba mis creencias abajo... Estaba devastada.

-Ese día no pude controlarme como debía. Me transformé demasiado cerca de él haciendo que muriera... y todo fue por mi culpa, por mi maldita culpa- Dije enojada conmigo misma. ¿Por qué? ¿Por qué había tenido que perder a mi mejor amigo por mi culpa?- Yo no podía reer lo que había sucedido y empezé a gritar por miedo, por ira... Entonces Francesca y Natt- Mi otra prima- salieron de la casa para ver que sucedía y lo vieron ahí, tirado, muerto, sin vida alguna. Creo que eso hizó que nuestra relación explotara, que ya no existieramos para la otea. Y así fue. Nos alejamos y cada una tomó el camino que deseaba... abandonando todo, convirtiéndome en la asesina de mi mejor amigo- Una lágrima calló de mis ojos lo cual me la fregué con rapidez para evitar que Bianca la viera. Odiaba que me vieran débil los otros.

Escuche toda la historia que me decía ella mientras caminábamos por la orilla, era una historia que le dolía a ella pero yo en ese momento no podía hacer nada para intervenir, observe como una lágrima recorría la mejilla.

Saque un pañuelo que traía conmigo y se lo ofrecí, - He escuchado lo que me cuentas, pero es algo en lo cual no puedo intervenir, podría juntarlas pero Fran en este momento se muestra agresiva y renuente al tema de familia, y al hacerlo considero que los instintos dominarían-, dije en un tono frío y calmo.

-No puedo intervenir, intentare ayudar en lo que este a mi alcance pero no puedo garantizarte nada-, hable mientras seguíamos a paso lento caminando.

A través de todo el relato seguimos caminando por la calles de La Bahia donde se olía, por suspuesto, el olor a salitre y mar características de todos los lugares que contuvieran un puerto en sus cercanías y hubiera barcos de pesca que ayudaban a cazar al pequeño pesacado que habitaba en el mar.

Al finalizar, Bianca tomó del pequeño bolso que llevaba consigo un pañuelo de puntillas azules y me lo ofreció para secar la minúscula lágrima que había caído hacia segundos. En principio mi isntinto quizo rehusarlo pero era algo tonto, debía reducir ciertamente algo de mi alerta interior. Lo tomé lentamente y luego de asegurarme que ya no quedaban ratros de angustia en mi rostro se lo devolví.

-La agresividad ha venido debido anuestro último encuentro, el cuál fracasó de forma estrepitosa como las anteriores veces que he intentado arreglar y solidificar parte de lo que era la antigua familia.- Expliqué mienstras manteníamos el ritmo de cmainata por las calles-Se que nos dominarían los instintos pero en este caso particularmente es algo que es imposible de evitar.

-No pido tu intervención solo deseo y te pido, si es posible, que hables con ella si no generará problemas entre ustedes, solo eso. Hacerla comprender que debe dejar de lado parte de su orgullo y darse cuenta que el pasado es pasado y debe olvidarlo ya, a pesar de que yo no lo olvide. Se me es imposible hacerle.- Dije hablando calmada pero atenta.

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