Era noche ya cuando decidí salir a recorrer las calles de Seattle, algo no muy común en mi ya que prefería estar encerrada en mi casa en La Push o estar en el Fuerte. Vestía un jean negro y una camisa también negra la cual tenía abajo una remera de manga corta.
Salí con la mochila al hombro, como siempre, y me subí al Aston Martin que había dejado estacionado frente a la puerta de la casa. Conduje lentamente hasta llegar a mi destino y lo aparqué a un lado de la calle, donde se permitía.
Caminé un rato largo mirando cada lugar y un bar me llamó bastante la atención ya que era algo elegante. En la entrada había un enorme cartel naranja que decía "Pzyco". Nombre raro, pensé mientras entraba, aunque me gustaba un poco.
Dentro era un lugar muy espacioso, con muchas mesas, y por demás decir que estaba bien iluminado. Había algo así como un escenario en el fondo y una banda que tocaba canciones de otros musicos era la que producia la música.
Me acerqué a la barra y me senté en el primer lugar vacio que encontre, ya que estaba atestado de gente el lugar. Estaba ubicada entre la pared y una chica que estaba mirando al bar-man que se encontraba en la otra punta.