La soledad de un inmortal

Tema: La soledad de un inmortal Vie Jul 03, 2009 6:24 pm

Un terrible silencio inundó la torre, un silencio de ultratumba, algo no muy dificil de lograr, pero aún asi era extraño.
Salí de mi habitación y comenzé a caminar por los pasillos abandonados, no habia nadie, ningun sonido, ningun olor de alguno de mis hermanos, ninguna señal...Me habia quedado sola en ese lugar con siglos de recuerdos.
Un pequeño rechinido habia en él piso cuando caminaba, imaginé que era debido a la antigúedad de aquel lugar.
Miré las habitaciones de mis hermanos, cada una de ellas abiertas por mi, y cada una de ellas completamente vacia. Hasta llegar a la habitación de la pequeña Jane, él pequeño pero terrible dolor de cabeza de todos, literalmente. Entré con cautela y sonreí al mirar unos pequeños juguetes que tenian lugar ahí, un grato recuerdo de lo que era ser mortal, me senté en la cama y miré por una ventanilla, la lluvia se hacia presenté, mi clima perfecto, pero no tenia con quien compartirlo...

Invitado

Era una tarde tormentosa. Había llegado a ese lugar misterioso hacía dos días más o menos acompañada de una señora a la que ni siquiera conocía o mejor dicho acompañada de sus maletas ya que esta me había tomado por una pequeña pobre y pensaba que yo era su sirvienta. Eso no me moleto demasiado en el momento en que dijo que salía del país por lo que al llegar a ese lugar le dejé sus maletas en el suelo y, a pesar de quejarse por habersela dejado ahí, pegue la vuelta y empecé a caminar por las calles.

Mis pies me dolían después de tanto caminar y la lluvia me había empapado de pies a cabeza. Sabía que en cualquier momento me agarraría una neumonía por no tener siquiera una campera abrigada ni un sobretodo que me protejiera en esos momentos. Pensaba en eso cuando algo llamó mi atención. Era un castillo enorme que parecía un monstruo viviente para mí. Sus paredes eran hermosas y a la vez estaban gastadas en ciertas partes. Solté un jadeo de sorpresa antes ese lugar y me acerqué a él.

Me costó un poco abrir la puerta pero por fin lo logré y entré a ese lugar. Era hermoso. Tenía cuadros muy lindos y llenos de colores, ángeles vestidos también y jarrones. El lugar estaba completamente en silencio solamente interrumpido por el 'clac clac' de mis zapatos en el suelo. Observé un cuadro en el que cuatro hermosos hombres observan algo de colores sobre un barandal. Estaba muy bien pintado, algo que apreciaba mucho.

Tema: Re: La soledad de un inmortal Jue Jul 09, 2009 10:35 pm

De pronto creí escuchar algo, algo estaba ahí, habia entrado, lo podia sentir, ahora ya no estaba tan sola.
Corrí hacia la puerta y salí asomandome por las escaleras hacia él piso de abajo. No vi nada pero seguí escuchando pasos. No podia quedarme asi, quien pudo haber entrado, quien se habia atrevido hacer eso.
Quien entra ya no sale, eso lo tenia muy marcado en mi mente y al pie de esa "regla" bajé rapidamente por las escaleras mirando hacia todos lados cuando en ese momento ví a una pequeña niña de cabello largo mirando uno de los cuadros de la sala principal, siendo sincera me sorprendio mucho ver esa imagen. Cada cuando puedes ver a una niña humana sola en un castillo una vez infestado de vampiros, que en él momento solo habia uno, pero eso no quitaba las ganas de comer, muy tentador no?.
Me acerqué poco a poco para evitar cualquier tipo de ruido, además asi lo hacia más interezante y divertido.
Llegué posandome detrás de ella, -Lindo cuadro, no es asi?-Dije con una sonrisa un poco sarcastica, pero tal vez no lo entenderia.

Invitado

Luego de unos momentos de observar el hermoso cuadro de vivos colores, me dirigí hacia el que se encontraba enfrente del primero. Era de tres mujeres: Dos tenían el pelo oscuro y otra de una tonalidad pelirroja. El silencio todavía persistía en ese castillo que de pronto parecío parecerme tenebroso de alguna forma. Algo extraño si se consideraba que la habitación principal era hermosa y cálida. Sacudí mi cabeza alejando mis extraños pensamientos.

Sólo dos segundos más tarde una voz procedente de mis espaldas hizo que pegara un salto. Giré para observar de donde había venid esa voz y quede boquiabierta. La mujer que estaba frente a mí era igual a la del cuadro que hace pocos segundos acababa de observar. Esto y el sobresalto de su repentina aparición hizo que pegara un pequeño grito que resono en la habitación.

Pronto me calmé. ¿Por qué había pegado ese grito? Muchas personas solían pedirle a pintores que dibujaran su retrato para ponerlo en el lugar que mas preferían. ¿Había sido un acto reflejo o que se suponía?

Su sonrisa sarcástica me confundió un poco pero le resté importancia.

-Pues sí... es un hermoso cuadro- Dije de forma tímida- ¿Te gusta que te retraten? ¿Quiénes son las otras dos personas que te acompañan? Y porque...- Dije observando los atuendos que llevaban en la pintura- ¿Usaban ropa tan vieja y anticuada?

Tema: Re: La soledad de un inmortal Vie Jul 31, 2009 8:37 pm

Al parecer mi presencia repentida la habia asustado un poco. Acasó tenia algo de raro yo? Mmm...Bueno si, pero no era para tanto.
Con suerte y se desmaya-Pensé al ver su salto y oir su grito. Desafortunamente mi pensamiento no se hizo realidad.
La miré de pies a cabeza y fue cuando comenzó hablar, como si nada, como si no tubiera ningun tipo de miedo.
Surqué la ceja y moví los ojos de un lado hacia otro en signo de extrañada, hasta volverlos hacia ella.
Tenia tiempo que no comia, asi que traté de contener la respiración, tansiquiera hasta que dejará de hablar.
Sonreí ante sus preguntas, nunca nadie habia echo eso, más bien atreverse a eso.

Caminé alrededor de ella y miré él cuadro al que se referia.
-En realidad no mucho, no me gusta ver mi en ningun lado, eso es cosa de "humanos"-Hizé un mueca.
-Ellas...Son mis hermanas-Dije mientras caminaba por detrás de ella.
Que le daba él derecho de llamar a nuestra ropa vieja y anticuada. Como si ella fuera prefecta.
-Era la ropa que se usaba en esos tiempos-Le respondí.

Empezé a caminar hacia uno de los sofas, alejandome de ella. Y me senté en uno. Aún no era momento de que pasará lo esperado. Queria entretenerme un rato.

Invitado

Mientras expresaba mis preguntas observaba las expresiones de su rsotro. Había algo en ella que aún hacia que desconfiara un poco, pero desconocía de que se trataba. Parecía una persona normal descontando la palidez de su piel, esos ojos rojos que me observaban algo extrañada y la completa perfección de ella, algo irreal en el mundo actual. Posiblemente con mcuahs cirugías plásticas se conseguía eso pero aún no había explicación para los ojos y la extrema palidez. Hum.. deseaba preguntárselo pero quizá lo haría luego.

Algo en sus palabras llamó mi atención ¿Cómo era eso de ''es cosa de humanos''? ¿Acaso ella no lo era? ¿A qué demonios se refería con esas palabras?

-Em.. disculpa pero, ¿A qué te has referido con lo de humanos? Que yo sepa tú también lo eres como todos en este planeta ¿O me equivoco?- Pregunté riendo por la estupidez que ella caba de decir. Bien, ella no parecía del todo cuerda si habla así, de esa forma.

Ella caminó hacia el sillón más cercano de su antigua posición y yo la observé. Sus movimientos eran algo extraños, algo poco común de ver. Definitivamente algo le sucedía a mi acompañante por que ya nadie se movía de esa forma, tan.. antigua según mis recuerdos.

Me acerqué unos pocos pasos a ella y continué mirándola fija. Algo hacia que lo hiciera. Quizá eran sus ojos que me intrigaban tanto o alguna otra cosa pero no aparté mi vista de la suya.

Tema: Re: La soledad de un inmortal Sáb Sep 05, 2009 3:24 pm

Tal vez mi expresión sobre los humanos habia sido algo impertinente, ahora tendria que lidiar a actuar como uno de ellos y contestar con ellos.
La miré y respondí con toda la tranquila posible.
-Ammm, si claro, como todos-. Comenzó a reirse, como si en realidad tubiera algo de grasioso eso, pero preferia quedarme como si nada, para ocultar apariencias.
En verdad son tan ingenuos los humanos, podrian tener al asesino enfrente y sin darse cuenta, en muchos, yo diria demasiados casos pasaba eso.
Acasó me tiraba de a loca? Y quien dijo que yo era normal???-Pensé.
Sentada en él sofa se acercó a mi, lo que queria, mientrás continuaba mirandome. Siempre habia considerado mis ojos como unos ansuelos, pero no tanto como los de Heidi, ella era toda una master en esto.
-No gustas sentarte?-Pregunté-O no se te ofrecé algo?-.
Continué con la mirada fija hacia ella.
-Una pregunta, que hace una niña tan pequeña sola por estos lugares, tan... tan solitarios???-. Al menos tendria que saber de donde salió, no podria ser solo de la nada. Una cazadora tiene que saber los antecedentes de su presa, solo para tener más información.

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