Observaba una estantería de una tienda de música de la calle principal, me había sumergido en mis pensamientos, el hecho de sacar una nueva melodía, me llenaba y muchas veces me perdía. La voz de alguien me saco de mis cavilaciones, gire mi rostro para ver de donde provenía.
Le mire un tanto desconcertada, su rostro me hacia recordar a alguien, pero era imposible,-muy bien , gracias- conteste en un tono serio y distante, era una persona solitaria, no acostumbrada a palabras ¿dulces?, tome su mano para responder su aludo.
-Acaso te haz perdido, ¿necesitas ayuda?-, dije en un tono amable, pero aun con desconcierto en mi mirar.