Un regalo... (podria ser de provecho, libre)

Eran avanzadas las tres de la mañana cuando irrumpió en aquel edificio en el cual solo se veía mucha gente de día, ella cargaba una persona en sus espaldas pero esto no representaba el mas mínimo esfuerzo a la hora de moverse.
Decidió entrar en una sala llena de útiles, materiales y atriles, también algunas obras a medio terminar y un par de esculturas, le parecía el lugar adecuado. Respiro profundo y pudo percibir la amalgama de esencias que contenía la sala, algunas agradables, otras no tanto.

-¿Por que me has traído aquí? esto es propiedad privada, lo menos que nos harán será encarcelarnos por esto, y tu...

-Shhhh, ahora de lo diré -observo con cuidado que no hubiesen cámaras de seguridad, en mucho lugares las tenían, pero parece que aquí no era el caso. -Bien, siéntate... -señalo una silla vacía, mientras ella tomaba asiento en el suelo frente a el.

-Mas vale que tu explicación sea buena- Refunfuño el tipo de unos 20 años.

-Lo es, ¿recuerdas todo lo que te he explicado de los que son como yo? ¿verdad? incluyendo a nuestros enemigos naturales... -Solo vio la sombra del chico asentir. -Bien, se que estas ansioso siempre todos lo están cuando conocen un vampiro pero bueno... me pediste explicaciones y te las daré. En este lugar abundan los olores de razas diferentes todas mezcladas, es un poco nauseabundo. El punto es que me parece el lugar mas adecuado para alimentarme.

El hombre no comprendía muy bien las palabras de su amiga, al menos no al principio, cuando luego de un par de cavilaciones encontró el sentido a lo que ella decía y palideció. La "joven" se puso de pie avanzando en un abrir y cerrar de ojos hasta la silla, el terror no le permitió articular palabra a el hombre y lo ultimo que logro percibir fueron las frías manos de la chica sobre sus mejillas, luego todo fue un borrón que lo hundió en la mas profunda obscuridad.