/* Musica para el alma*/

Tenia pocos días de haber arribado a Port Angels, era un lugar como pocos, no muy grande, pero tenia todo, ese día tome mi guitarra al hombro camine un largo trecho, al final decidí ir a la bahía, un poco de humedad y un tanto de sol no me caerían mal.

Al estar frente a ella me maraville, la inmensidad del mar era única, las tonalidades, camine por la arena sintiéndola calidez de la misma en mis pies, la brisa era el ambiente ideal, en definitiva un buen lugar para quedarme.

Me senté en una de las rocas cerca de la orilla del mar, cerré los ojos para dejar sentir la briza, sonreí, para abrirlos de nuevo y comenzar a tocar un melodía en la guitarra, esa que siempre traía paz a mi alma, el como sobreviviría ahí, se solucionara solo, pensé mientras seguía tocando, disfrutando esos momentos de soledad.

Cerré los ojos, disfrutando de todo lo que se lugar me brindaba y dejar fluir las notas para que la guitarra sacara una melodía, abrí los ojos cuando deje de tocar, para solo escuchar el placido ruido de las olas chocando contra las rocas.

Mire alrededor algunas personas pasaron de largo , otros se detuvieron, tal vez por el mismo motivo que yo simplemente disfrutar la belleza que el lugar mostraba, unas pocas miradas se centraban en mi, la melodía había llamado la atención, una de las miradas de los presentes había captado la mía, esos ojos azules que reflejaban el mismo brillo que la que se nos mostraba enfrente..

Sonreí un poco por cortesía parecía estarme viendo, pero no podía saberlo a ciencia cierta, puse mi guitarra por un lado, abrazando mis piernas, para después volver la vista a ese mar, sonriendo aun.

El atardecer marco su final, al ocultarse el sol en el horizonte, suspire, hacia tiempo que no estaba tan en paz, al parecer por fin había encontrado mi lugar, tome mi guitarra para montármela al hombro y bajar de las rocas, la obscuridad no ayuda a nadie, en un movimiento mal trecho de mi pie, solo sentí como iba directo a estrellarme en la arena, solté un pequeño grito.

Al estar en la arena, no pude contener la risa, “como se puede vivir, si no te ríes de ti mismo”, pensé mientras trataba de levantarme, al ponerme de pie note que mi tobillo no estaba reaccionando correctamente, así que dando saltos, me senté sobre la roca mas cercana al piso, para poder revisar mi tobillo.

-Demonios!! Bueno creo que mi primera noche, la tendré que pasar en una sala de espera de hospital, suerte la mia-, bufe un poco, mientras sobaba mi tobillo tratando de aminorar el dolor y poderme mover a un hospital.

El chico que había visto minutos atrás, se acerco al oír mi grito cuando caía de las rocas, me ayudo a sentarme, me apoye en el para poder moverme,-Gracias, creo que solo me duele un poco el tobillo-, el reafirmo que me lo había lastimado, lo mire mientras decía que no me moviera que regresaría pronto.

Acaso me había encontrado con un medico, el tobillo se empezaba a inflamar, escuche que me pedía que me quedara ahí, “como ir a otra parte con el tobillo así”, pensé para mi, mientras veía como caminaba hacia su automóvil,